👑Capítulo 2👑
Chloé se sintió culpable al ver la expresión decaída del hombre.
Este tipo la había ayudado, le daba lo que podía, y ella le gritaba, diciéndole que lo que hacía no era suficiente.
En aquel momento, se vio a si misma como su madre, quien siempre le gritaba por no ser la mejor en todo.
—Me disculpó por mi arrebato, he tenido un pésimo día y solo me he desquitado contigo... ¿Sabes? Ahora mismo me vendría bien comer algo, tengo el estómago vacío— Dice, no podía ser quisquillosa con la comida, además, seguro que sea lo que sea que el hombre preparará, sería mejor de lo que ella misma cocinaba, una vez quemó el agua, no sabía cómo, pero convirtió el agua en carbón. —Uhm... ¿Sabes de algún lugar en el cual me pueda asear? No es que no aprecie que me hayas preparado el baño, es que el agua está fría, si me baño en ella enfermare. Así que... ¿Sabes de algún manantial de aguas cálidas?—
Ante las palabras de la joven, el hombre se animó visiblemente, aunque debido a su aspecto serio, no se notaba demasiado, aunque la Bourgeois casi pudo ver qué un aura brillante rodeaba al hombre.
El aura se desvaneció tan pronto como el hombre escucho: "Si me baño en ella enfermare". Él sabía que las hembras eran delicadas y de cuerpo frágil, pero jamás se le pasó por la cabeza que tan solo el agua fría podría hacerla enfermar, debió haberlo previsto, las hembras no solían ser muy buenas en las épocas invernales (según el conocimiento que tenía debido a sus menorias heredadas).
El hombre dejo el jabalí a un lado y caminó hacia la hembra, tomándola cuidadosamente en brazos.
Sabía de un pozo de aguas cálidas que estaba en el centro de sus tierras, esperaba que llevarla a ese lugar hiciera que el humor de la hembra fuera más tranquilo.
Salió de la cabaña llevando a la femenina en brazos, la Bourgeois se quedó quieta, dejando que el hombre la llevará hacia las aguas termales, que realmente esperaba que fueran eso y no algo más.
Chloé cerró sus ojos, pensando en su situación actual, podía parecer una locura, pero empezaba a creer que había caído dentro de la novela que había leído. El pantano que la rodeada se veía igual a una ilustración en la cual aparecía Xiao Yingshe, mismo que era un copia y pega del hombre que ahora la llevaba en brazos, como si fuera una princesa, bueno, no era una simple princesa, ella era una Reina.
Y si esto era un sueño, lo aprovecharía al máximo, después de todo, aquí los hombres guapos estaban hasta debajo de las rocas, ¿Por qué no disfrutar un poco antes de que los héroes vinieran a rescatarla?.
Aún no entendía que clase de cosa había consumido la persona que escribió aquella historia, porque no solo había los hombres bestia comunes de este tipo de historias (como lobos, osos, serpientes, cocodrilos, etcétera), sino que aquí había hombres bestia mitológicos (dragones, unicornios y fénix).
Y había dos dragones que la Bourgeois quería conocer a toda costa.
Sigmund y Heilong.
Otros dos pretendientes de la protagonista femenina, que murieron al salvarla de un ataque de bestias errantes (hombres bestia que eran dejados por sus hembras o que habían perdido a sus hembras).
Ellos dos, al igual que Yingshe eran de sus personajes favoritos e iba a aprovechar al máximo este sueño, ¡Haría lo que quisiera y nadie podría frenarla! Y si llegaba a toparse con María Woods, bueno, digamos que le daría un buen escarmiento.
E iba a robarle a todos sus pretendientes, dejándole solo al gato tóxico de James, que era un ser despreciable, si se lo cruzaba, le haría una rinoplastia gratuita, él pobre la necesitaba con gran urgencia.
—Hembra, llegamos— Dice Yingshe, sacando a la rubia sus pensamientos, mismos en los cuales ideaba un par de planes para hacerle la vida imposible a la protagonista de la novela.
Cuando la Bourgeois abrió sus ojos, se encontró con un bellísimo claro rodeado de pinos, en el centro de este había un manantial de aguas claras de las cuales salía vapor.
Eran aguas termales.
¡Finalmente podría quitarse el barro de encima!.
—Agradezco que me trajeras hasta aquí. Por cierto, mi nombre es Chloé Bourgeois, puedes llamarme "Chloé" libremente—
—...Xiao Yingshe...— Se presentó.
Yingshe la dejo cuidadosamente en la orilla del estanque termal, este tipo si era servicial, bueno, todos los hombres o "machos" aquí lo eran, excepto uno, el tipo por el cual la protagonista de la novela se desvivía, ese desgraciado era un cretino de primera.
Aún se preguntaba: "¿Cómo entre todos los hombres guapos y serviciales que había en este basado mundo de fantasía, la heroína iba a quedarse colada por el único tipejo que trataba a las mujeres como basura?".
No entendía cual era esa maña que tenían algunas mujeres al querer estar con "chicos malos", ¡Y eso que era una mujer también!.
Le llevo varias horas quitarse todo el lodo, en un par de ocasiones necesito ayuda de Yingshe, para lavar su espalda, agradecía mucho que el hombre fuera extremadamente amable y caballeroso, se había puesto un trozo de tela alrededor de sus ojos para no verle el cuerpo, le lavo la espalda con mucho cuidado, como si fuera tan frágil como el cristal, ¡Era tan adorable!.
Al acabar con su baño, la bestia serpiente le dio un trozo de tela con la cual puso secar su cuerpo y su cabello, cuando era joven este le llegaba solo hasta debajo de los hombros y solía llevarlo atado en una coleta, ahora le llegaba hasta debajo de la cintura y le gustaba presumirlo, así que lo llevaba suelto.
Ahora estaba enredado y no tenía un peine para cepillarlo.
Yingshe le había traído un vestido, no sabía de dónde diantres lo había sacado, pero no le interesó averiguarlo mientras tuviera algo limpio que usar, nada más le importaba.
Se colocó el vestido, tenía que admitir que le quedaba fabuloso, el estilo realzaba mucho sus atributos naturales.
El vestido era muy estilo de hada, como el de Tinkerbell, era bonito y muy cómodo, sin dudas Yingshe sabía lo que le gustaba.
El hombre la volvió a cargar como a una princesa y caminó de regreso hacia la choza, para que la hembra pudiera comer algo.
—Espera, Yingshe, quiero que me lleves a las montañas Anlok—
Él se quedó estático al oír la petición de Chloé, las montañas Anlok eran el territorio de las bestias dragón, ellos son salvajes y muy territoriales, es por esto que las hembras solían evitar aquel lugar, tenían miedo de encontrarse con los dragones que moran aquellas montañas.
—¿Por qué quieres ir allí? Es un lugar lleno de peligros, mejor te llevo de regreso a tu aldea, donde estarás a salvo— Dijo Yingshe. Tenía que llevar a la hembra con sus machos, aunque ¿Ella tenía algún macho? Sus piernas, brazos y hombros estaban libres de marcas conyugales, quizás aún no se había apareado con ningún macho.
—Llévame o iré por mi misma...— La rubia estaba más que decidida a encontrar a aquellos dragones, los cuales se quedaría para ella, ahora que se ponía a pensar, aún no había dado el primer paso con la bestia serpiente. —Si me llevas a las montañas, dejaré que te conviertas en mi compañero en el futuro—
Yingshe se detuvo en seco al oír las palabras de la hembra, ¿Había oído bien? ¿Ella le daría una oportunidad para convertirse en su compañero? Generalmente las hembras no aceptan a las bestias serpiente como compañeros, si como protectores, pero jamás como a un compañero, ¿Ella realmente lo aceptaría como un compañero en el futuro?.
Se mordió el labio, pensando. La hembra iría de todas maneras a las montañas, lo preferible sería que él la llevará y la protegiera, era una bestia con cuatro marcas, era fuerte y podría protegerla de los dragones.
Dio media vuelta y se adentro en el bosque, caminando hacia las montañas Anlok, el lugar donde habita la tribu de las bestias dragón.
Chloé tenía una enorme sonrisa adornando su rostro, iba a disfrutar mucho de este sueño, había muchas posibilidades de que todo esto fuera real y no solo una ilusión, lo sabia muy bien, pero por ahora, prefería pensar que era un sueño.
Yingshe se movía rápido por el bosque pantanoso, en solo unos minutos llegaron hasta la base de la montaña, que quedaba en los límites de sus tierras.
Apenas abandonaron la arboleda, la Bourgeois escucho rugidos y elevó la mirada, viendo como dos enormes dragones, uno rojo con con naranja y otro completamente negros, volaban entre las nubes, parecían estar luchando.
Los ojos de la rubia se iluminaron al ver aquellos magníficos ejemplares, no fue difícil reconocerlos.
Eran Sigmund y Heilong.
El dúo de dragones se iban a convertir en parte de su harén.
Sueño o no, iba a disfrutar mucho de estás aquí.
Sigmund:
Edad: 27 Años.
Heilong:
Edad: 22 Años.
Nueva Ropa De Chloé:
Nota: Lo de las marcas conyugales es un tatuaje en forma de animal, este aparece en el cuerpo de la hembra (mujer) cuando se aparea con un macho, el tatuaje puede estar en cualquier parte del cuerpo, regularmente es visto en brazos y piernas, si el tatuaje/marca está situada en la zona del corazón quiere decir que la hembra ama mucho a ese macho.
Nota: No sé explicar mucho lo de las marcas en los hombres bestia, pero las marcas son líneas que las bestias obtienen a medida que van ganando fuerza, el máximo es de 8 (al menos en mi historia).
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top