11
Su historia.
_______.
Editado.
-¿Cuanto y por qué quieres saber sobre Valerie y Jace?-Interrogué con un ligero temblor en mi mano derecha, cerrando con pestillo mi habitación.
Clary dudo unos segundos en responder, aquello me hizo cuestionarme sobre si realmente era correcto decirle o no sobre el pasado de Jace. Quiero decir, eso no me corresponde a mí. Sino a él.
Después de un suspiro algo tenso, Clary me miró fijamente y repitió lo que me había dicho anteriormente en el pasillo: quería saber toda la historia.
Vaya situación en la que me metes, Fray...-Susurró mi cabeza en un pensamiento formulado ante tal infernal posición decisiva.
-Bien.-Acepté dejando caer mis brazos a mi costado, ya que los tenía cruzados en espera de su respuesta. Tratando de calmar mis propios nervios.-Pero no digas que no te advertí que esto no te gustaría.-Apunte hacia ella con mi índice, hablando con algo de dureza. Mientras caminaba en dirección a mi cama.
-Siéntate, Fray. Será una larga historia...-Le indique con mi mano el sillón que estaba enfrente del escritorio a un lado de mi cama, luego de que yo tomará asiento.
Mi prima, pasándose las manos con algo de desespero y nerviosismo por el pantalón, hizo caso a mis palabras.
Luego de que arrimase un poco el sofá caramelo hacia mí, para poder quedar frente a frente; tomó asiento. Su mirada verdosa estaba apagada, ansiosa, y eso me ponía a mi aun más nerviosa.
OK, lo admito... La pelirroja se había vuelto alguien importante para mí, y eso me asustaba. Me había bloqueado totalmente a sentir cualquier afecto hacia alguien más (quitando a los Lightwood de la lista) que pudiese considerarse cómo mi familia.
Una medida algo extrema, lo sé. Pero necesario cuando la mayoría de las personas que amo termina gravemente herida, o muerta.
Entre un suspiro pesado de mi parte y el tamborileo de las uñas de Clary contra la madera del escritorio, comencé mi relato:
—Hace mucho que no le contaba esto a nadie. Incluso quedó prohibido tocar este tema entre Val y yo... Pero ya que insistes, querida prima.
Jace y Valerie tenían desde toda la vida haciendo diversas misiones y trabajos de campo juntos. Juntos, eran una gran mezcla para neutralizar, rastrear y crear planes de pelea. ¡Y SÓLO TENÍAN 17! ¿Has visto algo así?
Realmente eran escasas las veces en las que encontrabas cazadores jóvenes que se complementarán tan bien en batalla, y ni hablar en cuanto a lo personal. Eran como uña y mugre.
Cómo era de esperarse, pronto Imogen se dio cuenta que su nieta tenía que ser parabatai de alguien que lo valiera, alguien que respetará y honrará el apellido Herondale...
Para aquel entonces, Valerie tenía 13 y yo unos 15. Y no faltaba más que unos cuantos años para que la ceremonia de Parabatai y la de iniciación tuvieran lugar. Así que Imogen se enfrascó en buscarle a mi hermana un buen candidato, por ende, no tuvo mejor idea que hacer una lista.
En la misma, figuraban muchos nombres, un chico moreno de gran velocidad de reacción y técnica, un rubio egolatra y supremamente fastidioso, y un chico de cabello negro, terco, líder nato, obstinado y de buen apellido; esos eran los tres principales nominados para Parabatai de mi hermana...
A mi... A mi realmente nunca me consideraron siquiera para la ceremonia de oficialización de Shadowhunter, mucho menos como candidata para Parabatai de alguien.
Aún así, Valerie me hizo prometerle que sin importar qué, y si el candidato escojido por nuestra abuela era absurdo, yo sería quien se ligase con ella cómo Parabatai. Claro, que yo ya tenía otros planes con respecto a ese tema, pero de igual forma se lo prometi.
Imogen, luego de varias pruebas y desafíos al azar, terminó por escoger al rubio egocéntrico y charlatán. ¡Si hubieras visto la cara de mi hermana cuando lo supo! Jaja, Valerie lo detestaba a morir. Incluso llegó a hacerle la vida imposible a propósito para hacerle desistir....
Pero eso, como era de esperar, no pasó.
El rubio se esforzó cómo nunca para impresionar a mi hermana, a pesar de que a mis oídos llegó la información de que el chico tenía planes de ligarse al pelinegro de buen apellido en caso de que sus intentos no rindiera frutos.
Mi abuela, se enteró también de aquello, y me encargó de evitar que aquello ocurriera, acercándome cada vez más al pelinegro para convencerlo de que se ligase a mi, en lugar del rubio. Claro, que Imogen nunca contó con lo que sus acciones desencadenarian en un futuro no tan lejano.
Inevitablemente, de tanto tiempo que pasamos tratando de hacernos la idea de aceptar a nuestros Parabatai, terminamos ambas haciendo todo juntos, misiones, prácticas, entrenamientos... Todo—Mi relato se vio entonces interrumpido por mi prima, quien tenía total atención a lo que yo iba diciendo.
-Eso me parece más una búsqueda de esposo que de compañero de combate.-Expresó la joven de cabellos naranjas, sacándome una carcajada.
-Valerie y yo opinamos lo mismo al principio. Hasta que de pronto nos dimos cuenta que realmente los "candidatos" nos volvían más rápidas y fuertes en combate.-Explique, encongiendome de hombros y una pequeña sonrisita en mis labios.
-¿No piensas decirme el nombre de los candidatos?-Interrogó con una ceja en alto, de brazos cruzados y haciéndose hacia atrás contra el respaldar de su asiento.
-Ya los descubrirás.-Aseguré yo, también de brazos cruzados.
Clary me miró no muy convenvida, pero aún así asintió, yo sonreí ante su acto, inclinandome ligeramente hacia ella, viéndola con algo de diversión.
-Clary, si sabes que no importa lo que te diga o te cuente hoy... Jace igual te querrá, ¿Cierto?-La pelirroja se sorprendió un poco ante mi interrogante, sabía que ella quería saber esto. La entendía.
Pero es pasado. Y el pasado es sólo eso, algo que ya quedó atrás y que no volverá por más que trates.
Por eso hay personas que huyen de él, mientras que otras pasan sus días tratando de revivirlo. Entre tanto, hay otras que no pueden sólo hacer alguna de esas dos opciones porque saben que no pueden cambiar nada en ello, así que siguen adelante.
Clarissa asintió, mordiéndose el labio y abrazándose a si misma, como si con ello lograse protegerse de algo.
-Lo sé. Pero hay algo de esto que atormenta día y noche a Jace, y él no quiere decirme qué es...-Y el centro de mi atención volvió a ser una frase en específico de lo que mi prima decía, "Él no quiere decirme".-Por eso necesito que me cuentes todo, quiero averiguarlo...-Debia darle crédito a la chica, estaba totalmente decidida en su búsqueda.
Lamentablemente su resultado podría no ser el mejor.
Jace quiere a Clary. Y porque la quiere, no desea que se entere tan pronto de su pasado algo... Revuelto.
-Entiendo, Clar.-Extendí una de mis manos hacia ella, posandola en su pierna y dándole un leve apretón en forma de apoyo.-Pero debo volver a advertirte que tal vez Jace no te esté diciendo esto porque no quiere alejarte o abrumarte.-
Obtuve un asentimiento cómo respuesta, y una pequeña sonrisa ladina. Pero no más... Así que prosegui con mi historia.
—Entonces, mientras que yo recibía el ascenso de mi vida para entrenar y supervisar uno de los institutos en Sur América, mi hermana me confesaba que no podría seguir con el plan de tener al rubio de Parabatai.
-No puedo hacerlo...-Me había dicho. Estaba hecha trizas, con enormes lágrimones y la voz quebrada por el llanto.-¡Simplemente no puedo más con esto, ______!-Aclamó con desespero.
-Val, cálmate primero, ¿sí? Entonces podrás decirme con calma qué demonios te pasa ahora.-
Naturalmente, intentaba hacerla calmar y que yo no explotara en cólera. Tenía 18 recién cumplidos, y ella 16. Estaba en plena adolescencia, por ende pensé que sería una simple crisis por alguna conquista.
-_____, en serio lo siento. Sé que lo que hice es imperdonable y seguramente la abuela se enojara tanto por esto que...-Por increíble que parezca, mi hermana se estaba disculpando conmigo cómo si hubiera cometido una calamidad, y yo claramente no tenía ni la menor idea de por qué demonios lo hacía.
Así, que tome manos en el asunto.
-Val, ¿qué pasó?-Pregunté. La rubia de mi hermana había logrado asustarme, y toda mi felicidad momentánea se había esfumado.
Valerie trago con fuerza, movía sus manos nerviosa y sus ojos (los que estaban rojos por tanto llorar) se cristalizaron de nuevo.
-Me enamore de mi parabatai.-Declaró cómo si una sentencia de muerte fueran aquellas palabras.
Ella no había terminado de hablar, y yo ya revente en una carcajada.
-¡¿Y es que eso es un crimen ahora?!-Me burle. Jadeando de la risa.-Val, te enamoraste. No es cómo si hubieras cometido un homicidio...-Trate de aminorar la situación.
Yo, obviamente no tenía moral para decirle a mi hermana que eso estaba mal. Sobretodo si yo misma también estaba enamorada del mío.
Sin embargo, aquello pareció no agradarle. Así que continuó con la voz más dura.
-No sólo es eso yo le dije a Jace de mis sentimientos hacia él, y son mutuos. Pero...-Aclaró.-La cosa es que...-Para ese entonces, las palabras no salían de su boca, como si su garganta le impidiera pronunciar aquella noticia que la estaba atormentando.
-Lo hicimos.-Declaró después de algunos minutos de silencio. En los que yo había esperado pacientemente a que dijera algo.-Sin protección.-
Creo, querida prima, que ya debiste de haber deducido que la noticia me dejó en la histéria total.
-¡Valerie Herondale!-Exclame algo enardecida por la rabia que me había producido aquella revelación.
Mi hermana, no obstante, prosiguió con la parte que más me había molestado.
-Estoy embarazada, ______.—
La reacción de Clary no se hizo esperar. Juro que creí que en algún momento le daría un infarto o se desmayaria.
Su rostro se tornó pálido cuál papel, y su boca se entre abrió. La sorpresa en ella era mucha.
Y eso que aún no le terminaba de contar todo...
Primera publicacion: 25 de Julio de 2018
Edición: 29 de enero de 2020
Segunda publicación: 2 de febrero de 2020.
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