Capítulo XV: Inseguridades de Yugi Muto
—Ah, vamos, nunca hay forma de ganarte— se quejó el menor dándose cuenta que su adversario había logrado meter todas sus fichas en el círculo* antes que él —No es sorpresa viniendo del Rey de los Juegos— comentó Yugi.
—Deberías jugar otros juegos— respondió el mayor —La puerta de la oscuridad se ha abierto— dijo mientras sus ojos brillaban levemente con un tono carmesí y tocó con la punta de su dedo la frente del menor, esbozó una sonrisa —Es una broma.
Yugi rió nerviosamente.
—Tal vez tengas razón ¿A qué quieres jugar ahora?— preguntó.
—¿Realmente quieres seguir jugando después de 27 derrotas seguidas? Ten un poco de dignidad.
—No tengo mucho por hacer de todas maneras, aunque luego tendré demasiadas cosas pendientes— dijo refiriéndose a su pie lastimado.
—¿Cómo están nuestros amigos?— cuestionó. Estaba claro que ya no quería seguir jugando esos extraños juegos de mesa que rara vez había jugado. Yugi notó que no se habían puesto al tanto en todo ese tiempo, o al menos no de sus amigos.
—Bueno... Ya sabes cómo está Joey, le va bien en su trabajo, Tristan está en otra universidad... ¡Oh y encontró a Miho-chan!— Yugi notó la sonrisa del mayor ante la noticia —Dice que no ha cambiado mucho, también parece que ha hecho más amigos... A veces recibo cartas de Marik e Ishizu, también parecen estar de maravilla, a veces Marik me cuenta historias de Egipto ¿Sabes? Tienen historias muy interesantes.
—Ciertamente...— afirmó orgulloso —Egipto es una tierra interesante y llena de misterio.
—Te queda muy bien— rió.
—¿Cómo está Kaiba?— preguntó entonces. La pregunta cayó como un ladrillo sobre el menor quien no lo esperaba.
—Yo... No he hablado mucho con él— respondió bajando la mirada —No nos llevamos mucho, en realidad.
El faraón apartó la mirada finalmente como si varios pensamientos pasaran por su cabeza, de nuevo, Yugi era incapaz de saber lo que sucedía en la mente del mayor. Había desistido de preguntar el motivo de su repentina visita pues cada vez que la conversación iba en ese rumbo, el mayor cambiaba el tema o bien, ignoraba la pregunta o incluso respondía con otra pregunta. Su teléfono comenzó a sonar, así que lo sacó de su bolsillo para revisar quién llamaba.
El mayor volteó de nuevo y prestó atención al dispositivo táctil en las manos del menor, incluso para él era difícil acostumbrarse a las nimiedades del nuevo mundo.
—No conozco este número...— dijo un poco desconfiado.
—Responde, lo peor que puede ser es que sea un vendedor de seguros— el mayor se levantó —Iré por una soda ¿Quieres una?
—Seguro— respondió y finalmente contestó el teléfono —¿Hola?
—Yugi...— el menor reconoció la voz del joven al otro lado de la línea.
—¿K-Kaiba...?— Atem volteó al escuchar el nombre de su antiguo rival, cerró el refrigerador con un pie y siguió con su camino hacia la mesa —Yo... Umm... No lo sé, tendría que preguntárselo— el menor dirigió la mirada hacia su doble y este levantó las cejas en cuestionamiento —¿Ahora? ¿No quieres pasar a-...? Está bien, espera— el joven cubrió el micrófono y susurró —Dice que quiere verte... Lo más pronto posible.
—Dile que no estoy interesado en tener un duelo con él— frunció el ceño y abrió la lata de soda.
—Sí, dice que no quiere tener un duelo contigo... ¿Qué? ¡Wow, está bien, cálmate!... Dice que solo quiere char-
—Iré.
—... Bien... Uh... Dice que irá— Yugi se mostró claramente confundido —¡¿Ahora?! ¿No es algo pronto?— dirigió su mirada al mayor de nuevo —¿Que estarás aquí en quince minutos?— El mayor se mostró sorprendido ante esto y tomó de un solo trago toda su bebida —Busca ropa que ponerte— susurró Yugi —Sí, claro, yo le digo, adiós.
Finalmente colgó y dirigió la mirada a su habitación para buscar al mayor quien buscaba ropa adecuada para la ocasión. Yugi sabía que ambos eran de la misma talla ahora, realmente siempre lo fueron, así que no tenía ningún problema con prestarle su ropa en su estadía. Pronto notó que el mayor lucía la ropa de distinta manera, es decir, aunque sabía que era la misma ropa que él (Yugi) usualmente usaba, se veían completamente diferentes en el cuerpo del faraón y es que siempre había tenido esa aura que lo hacía verse diferente a los demás y debía admitir que sentía un poco de envidia pues sabía perfectamente había caído por esa figura que irradiaba seguridad independientemente de lo que sucedió después, tal vez fue por eso que no resultó. También sabía perfectamente que Kaiba buscaba al faraón y no a él y por eso mismo solía evitarle tanto.
Entonces se dio cuenta de que muchas de las cosas que había vivido y experimentado habían sido por él. Tomó entre sus manos el Rompecabezas del Milenio y lo observó con detenimiento. Debía admitir que luego de la desaparición del faraón, Yugi había tratado incesantemente de tomar su lugar de cualquier forma posible, pero pronto la realidad le golpeó, él no era ni la sombra del mayor y esto se vio marcado específicamente en Seto Kaiba con quien trato incluso de charlar o iniciar algún tipo de relación sin éxito pues tras aquella fría cordialidad Yugi podía notar el desprecio combinado con desinterés.
"Si yo jamás hubiera completado el rompecabezas..." se preguntó a sí mismo "¿Todo sería igual?" observó con detenimiento el artículo entre sus manos "¿Acaso todos mis amigos...?"
—¿Estás bien?— su voz le sacó de sus pensamientos.
—¿Qué? Sí, claro ¿Ya te vas?
—Trataré de regresar lo más temprano posible, no creo tardar mucho realmente— una chaqueta grisácea de mangas cortas y bajo ella una camiseta negra, un par de jeans negros y botas altas del mismo color fue el conjunto que el joven eligió —Te veo luego.
—Ten cuidado— el pequeño Yugi Muto le vio salir por la puerta principal y finalmente dejó salir un suspiro, miró sus manos y notó que había ejercido tanta presión sobre su rompecabezas que dejó marca sobre sus dedos ahora rosados, sonrió cansadamente —Realmente nunca seré como tú ¿Verdad, faraón?
xxx
Hola. Espero que sigan disfrutando la obra. Quisiera aclarar algunos puntos que no aclaré antes lol.
Empecemos con la edad de los personajes: Tea, Tristan, Bakura, Seto, Yugi y Joey tienen 20 años con sus obvias diferencias de meses, Mokuba tiene 15 y Serenity 18. El faraón/Atem no se ve diferente al anime/manga en ningún aspecto, sigue teniendo piel blanca, nada de adornos, solo parece un chico normal, no un faraón de 3000 años, quería que se pareciera a Yugi en todo lo posible. Creo que es todo lo que debo aclarar por ahora, gracias por seguir leyendo.
*Estaban jugando Ludo/Parchís/No te enojes.
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