5. El consejo supremo
La semana pasó, y no habían conseguido averiguar nada, lo cual les tenía frustrados, era domingo, y normalmente Aurora habría ido con el consejo para revisar el reporte de la semana, pero debido a todo lo que había pasado, ninguno estaba dispuesto a correr el riesgo de que Aurora saliera de la manada, a pesar de la insistencia de la misma de que podrían intentar maldecirla o hechizarla incluso dentro de la manada.
El consejo supremo de las brujas eran conscientes de los acontecimientos, pues Aurora se encargó de avisarles a todos sobre el problema que había tenido, por lo cual ellos entendían que ella no iría a la reunión de esa semana, y tal vez no volviera en un tiempo, aunque esperaban que volviera cuanto antes, ya que ella era la líder del consejo.
Ellos por su lado también estaban llevando a cabo una investigación, aquella que se había planteado la semana pasada, averiguar sobre el licántropo que era pareja de una bruja, el cual decía que la quería, pero que no podía quedarse con ella o llevarla a su manada, lo cual era sumamente raro.
Después de casi una semana de investigación, no habían encontrado gran cosa, el licántropo no les había contado nada acerca de su manada, ni siquiera el nombre de la misma, y la causa de su silencio era el miedo, miedo a ser castigado por su alpha si revelaba algo, lo cual tenía muy confundidos a todos los miembros del consejo.
Probaron incluso algunos hechizos para saber de dónde era el chico sin necesidad de que él lo dijera, pero nada, había algo que bloqueaba los hechizos de visionado y rastreo, era obvio que el chico provenía de alguna manada, pero también estaba claro que esa manada estaba protegida por magia para que nadie pudiera saber dónde estaba.
Según iban avanzando en sus descubrimientos, los cuales eran escasos, más raro se les hacía todo, y más entendían el miedo del joven, no les cabía duda que algo pasaba en esa manada, y era por eso que todos guardaban silencio por miedo a lo que pudieran hacerles.
Esa manada contaba con la ayuda de algunas brujas, eso estaba claro, pero dudaban de la magia que estaban usando, no creían que las brujas bajo su mando estuvieran involucradas, por lo que debían ser un grupo de renegadas, y de ser así, era probable que estuvieran usando magia negra, ya que todas las que vivían en la sociedad de las brujas respetaban las leyes, y una era no usar nunca la magia negra, pero las renegadas no tenían por qué cumplir las leyes.
Prácticamente no sabían nada, y era eso lo que les frustraba, ya que no querían quedar mal, era la primera vez desde que se formó el nuevo consejo que Aurora no participaba en una investigación, por eso debían resolverlo, para poder mostrar que ellos no dependían de Aurora en todo, aunque hasta el momento no habían tenido éxito.
Intentaron también buscar al chico en el registro de manadas, aunque fue difícil ya que las especies en general no confiaba en las brujas, por lo que les costó conseguirlo para no averiguar nada, el chico no aparecía como miembro de ninguna manada registrada, lo cual les desesperaba y hacía que todo fuera aún más sospechoso y extraño.
A pesar de todo lo que hacían por saber de la manada del muchacho, no conseguían nada, por lo que muchos miembros del consejo poco a poco se fueron centrando en otros temas que también necesitaban su atención, ya fueran casos de brujas rebeldes, nuevos casos de mates, construcciones, reformas o lo que fuera.
Los días transcurrían lentos para los pocos miembros que seguían investigando el caso sin muchas esperanzas, no sabían qué hacer, se les habían agotado las ideas, por lo que decidieron usar su última baza, la cual esperaban no tener que usar, pero no había más remedio, debían llamar a Aurora para pedir consejo.
-¿Sí? - preguntó Aurora al coger el teléfono a Mike, uno de los miembros más jóvenes del consejo.
-Siento molestarte Aurora, pero estamos atascados con el caso del licántropo de la manada incierta.
-¿No habéis conseguido averiguar su manada?
-Me temo que no - dijo el joven apesadumbrado.
-¿Habéis probado con el registro de las manadas?
-Sí, pero no sale en ninguna, y hay algo que bloquea los hechizos de visionado y rastreo, creemos que la manada del chico está aliada con brujas rebeldes, ya que es posible que hayan usado magia negra.
-¿Has dicho magia negra?
-Así es - dijo Mike al no entender el tono de Aurora.
-Voy para allá - dijo Aurora y colgó.
Tanto Mike como los otros miembros del consejo no entendían la reacción de Aurora, ya que a pesar de que sabían sobre su atentado, ella no les dijo que para maldecirla habían usado magia negra, por eso ellos no sabían de las conjeturas que empezaban a formarse en su cabeza.
Aurora en el mismo momento en que oyó esas palabras no tuvo dudas, sería demasiada casualidad que hubiera dos manadas ilocalizables que contasen con la ayuda de un grupo de brujas que empleasen la magia negra, por eso debía ir al consejo supremo y conocer toda la información que sus compañeros habían reunido en ese tiempo.
No dudó ni dos segundos en hacer un hechizo de invisibilidad y otro de velocidad vampírica para poder llegar lo antes posible sin ser vista, no quería que el resto se metieran, ya que los conocía y sabía que no la dejarían ir a ese lugar, mucho menos sola, por lo que su mejor opción era escaparse sin ser vista, así que cuando notaran su desaparición ella ya estuviera en el edificio del consejo.
Antes de irse escribió una carta y se aseguró de tener batería en el móvil, no quería arriesgarse a que ellos pensaran que había sido finalmente secuestrada cuando no era así, y el móvil para que pudieran comprobar que estaba bien con una simple llamada, porque conociéndolos, tal vez la carta no les convenciera del todo.
Una vez todo listo, saltó por la ventana y cayó grácilmente en el suelo, no era la primera que lo hacía, tantas veces había necesitado saltar por la ventana que ya ni siquiera se molestaba en hacer un hechizo de levitación para bajar flotando por el aire, era más rápido saltar a plomo, y con sus reflejos podía permitirselo sin correr riesgos.
A pesar de que aún no estaba recuperada al 100% de las secuelas, no le costó nada hacerlo y salir corriendo a velocidad vampírica, cuanto antes llegara, más tiempo tendría antes de que sus amigos y pareja la llevasen a rastras de vuelta a la manada, mientras le echaban la bronca de su vida, ya era capaz de oír sus gritos y sentir el dolor de cabeza que eso le iba a provocar.
Pero eso no le importaba, ella quería respuestas, y sabía que ese caso podía dárselas, por eso iba a correr el riesgo, además, consideraba que estaría más protegida en el edificio más seguro de la ciudad de brujas más importante del mundo, que en la manada, por no hablar de que a una doctora bruja no la hubieran engañado con la maldición que la hizo pasar por muerta.
No tardó ni una hora en estar en el edificio, las ansias la habían hecho más rápida de lo que normalmente sería. Al llegar deshizo ambos hechizos e invocó tu toga, una toga negra con bordes morados que usaban normalmente los miembros del consejo, aunque no era imprescindible, y la mayoría de las veces ella no la usaba.
-Ya estoy aquí, quiero toda la información sobre el caso en mi mesa en cinco minutos - dictaminó Aurora seria ante las miradas confundidas de sus compañeros.
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