2

Narra Raymond

Esta noche será una fiesta para darle la bienvenida a las chicas al equipo, incluyendo a Jade. He dejado que acomode a su oficina, el cambio de horario es algo que se le ha complicado, aunque su semana de prueba apenas inicia.

Salgo de la disquera luego de un día pesado de trabajo, me monto al auto conduciendo hasta casa, mi móvil suena ante la llamada de Nicki, ignoro eso hasta llegar a mi destino.

Aparco el auto en la acera entrando a casa, saludo a las personas del servicio, subo corriendo las escaleras para ir a mi habitación, al llegar voy directo al baño para relajarme. Mi tiempo está contado, así que debo apurarme.

Con una toalla alrededor de mi cintura, con las sandalias húmedas camino hasta el vestidor buscando lo que me pondré, me pongo la ropa interior, optó por algo casual, un pantalón de mezclilla, camisa de cuello de color negro, tenis blancos, junto a finas cadenas de oro, aplicó productos de higiene, regreso al baño para cepillarme, recoger mis anillos.

En mi bolsillo trasero meto mi cartera, mi móvil en la parte de enfrente, salgo corriendo de mi habitación bajando hasta el garaje buscando las llaves del Lamborghini negro, me monto saliendo de mi casa.

Estoy emocionado por verla, se que se verá hermosa, lo único que deseo es que ese tipo que tiene de esposo no vaya, trataré de poder llevarme lo mejor con ella, quiero tener una linda amistad.

Una estúpida sonrisa se instala en mi rostro cuando llegó a la casa de Nicki, aparco el auto bajando de este, pongo la alarma antes de entrar al lugar, la música está demasiado alta, hay personas por todas partes, el olor a alcohol es fuerte, al igual que otras sustancias.

— Hey Yankee — grita Nicki mientras camina a mí — cabrón, ¿A dónde vas? — pregunta divertido.

— Te estaba buscando — respondo el abrazo — ¿Rafael está aquí? — pregunto mientras nos dirigimos a dónde estaba él.

— Dijo que iría por las chicas — arqueo una ceja — tu manager y sus amigas — aclara mientras llama a un mesero.

— Un whisky doble — le pido al mesero cuando se acerca a nosotros — iré a saludar el resto — me alejo de Nicki al ver que se queda charlando con una morena.

Saludo a todos charlando, recibo mi trago continuando con la plática con mis amigas, apoyo mis codos reclino mi cuerpo en la baranda del balcón que da vista a la entrada principal, bebo sonriendo algunas chicas que me miran coquetas, bebo mi trago viendo a Rafael entrar acompañado de un grupo de chicas.

— Hijo de puta — murmuro al ver qué está rodeado de mujeres hermosas — ¡RAFAEL! — grito haciéndole una seña.

Murmura algo a las chicas, detrás de él sale la mexicana que tanto estaba buscando, el vestido blanco con la parte superior en forma de corset con escote en corazón, la parte inferior por arriba de las rodillas con una abertura en la pierna derecha dejando ver un liguero fino de piedras blancas, tacones plateados, sus labios pintados de un rojo rubí se miran tan tentadores, el delineado la hace tener una mirada feroz.

— Te estaba buscando — habla Rafael acercándose a mí — tuve que ir a recoger a las chicas, no sabían la dirección — comenta mientras agarra una cerveza que le ofrece un mesero.

— Nicki me comentó eso — bebo un trago sin verlo — los cabrones están en el jardín — señaló el jardín trasero — tienen mujeres de sobra.

— Vamos — toma mi brazo haciendo que lo siga — las chicas están llamando la atención — sonríe viendo a las mujeres que trajo consigo.

— Para todos los de aquí es carne fresca — respondo viendo el mismo punto que él — una lástima que ellas son unas fieras y quienes tomarán riendas de este juego serán ellas — me encojo de hombros antes de terminar mi trago yendo hasta la barra.

Tomo asiento en uno de los taburetes junto a la barra, le pido otro whisky al barman viendo a las chicas acercarse a mí.

— Hola Yankee — sonríe una morocha — ¿Por qué tan solito? — pregunta sentándose frente a mí mordiendo su labio inferior.

— Estaba esperando una buena compañía — le guiño el ojo coqueto recibiendo mi trago — ¿Cómo estás muñeca? — pregunto mientras ella juega con un mechón de su cabello.

— Me alegra saber que he llegado a tiempo — muerde su labio inferior pidiendo una margarita sin ver al barman.

— ¿Estás sola? — pregunto viendo alrededor.

— He venido con unas amigas, pero, me dejaron tirada cuando se cruzaron a unos chicos — hace un puchero coqueto.

— No estés así, linda — acaricio su mejilla — no prometo que estarás conmigo toda la noche, pero, podemos tomar un trago juntos — alzo mi vaso brindar, chocamos tragos bebiendo un sorbo.

Nuestra plática o bueno, es más una guerra de miradas que invitan a un encierro breve a cualquier habitación disponible del segundo piso, una chica de cabello negro se nos acerca llevando a la morena, cuando se pierden entre la gente, termino mi trago tomando otro para ir al jardín.

— Estaba por irte a buscar — Bad se hace un lado para dejar que me siente en el sofá — oye yankee — lo miro viendo su cara de duda.

— ¿Ya tienes algo con alguna de esas chicas? — mira el grupito de mujeres donde está Jade.

Créeme, quiero algo con una de ellas pero está casada.

— No — respondo de inmediato — ¿Quién te ha llamado la atención? — pregunto con una sonrisa codeando su costilla haciéndolo reír con nervios.

— La chica de cabello rojo — señala a Joy — cuando nos presentaron me dio una mirada que me volvió loco — mira embobado a la chica mencionada.

— Tengo entendido que todas están solteras, menos Jade — digo lo último intentado disimular mi decepción.

— Eso vi, el anillo de bodas es muy delgado que apenas se puede notar — hago una mueca al ver qué unas chicas se acercan a nosotros — ¿Me veré mal si voy hablarle? — pregunta viéndome buscando mi opinión.

— No pierdas oportunidad muchacho, corre antes que alguien más te gane — palmeó su espalda viendo como se levanta caminando directo hasta la chica.

°•°•°•°

He perdido la cuenta de las veces que hemos conectado miradas, estoy tratando de no beber tanto, necesito estar consciente para recordar cada maldito movimiento.

Sus caderas se mueven rosando con las de su amiga, sonríen cuando una coloca sus manos en la cadera de la otra, sus brazos rodean el cuello de la colombiana dando un gran espectáculo, apenas es pasado de la media noche y la fiesta apenas comienza a dar inicio.

— Tu manager es hermosa — halaga Nicki viéndola — ¿Sabes si está soltera? — giro a verlo con mala cara.

— Ni lo pienses Nicki, a ella no — advierto haciendo que el colombiano me vea desafiante.

— ¿A caso te gusta? — arquea una ceja viéndome divertido — apenas lleva un día en San Juan y ya te gusta — suelta una carcajada.

— No lo digo por eso — miento sin dejar de verlo con mala cara — está casada, imbécil — se queda callado viéndome con sorpresa.

— ¿Conoces al afortunado? — se acomoda mejor viéndome con curiosidad — me imagino que debe ser un gran hombre.

— No tengo ni idea, ella evita hablar de su vida privada — respondo aunque suena como un reproche.

— Tarde o temprano sabremos — me mira decepcionado — yo creí que podría tenerla aunque sea una noche.

— No eres el único — susurró llevando el vaso a mis labios.

Rato más tarde

Luego de debatir, por fin tomo valentía caminando con seguridad hasta ella, plática mientras ríe junto a Nicki, me paró frente a Jade extendiendo mi mano.

— ¿Bailamos? — pregunto haciendo que ella alce la vista para verme — prometo que será solo una pieza — sonrió para evitar que note mis nervios.

— Claro — responde luego de unos segundos — hablamos luego calvito — deja un beso en la mejilla de Nicki levantándose del sofá.

— Te miras linda — halago viéndola a los ojos — el blanco sin duda te queda espectacular.

— Muchas gracias — sus ojos se ponen chinos cuando sonríe, sus mejillas se tiñen de rojo — no sabía que ponerme — confiesa avergonzada.

— Aún así valió la pena — pongo una mano en su cadera dejando que ella coloque la suya en mi pecho.

Bailamos al ritmo de Romeo y Ozuna, sobredosis comienza a sonar invitando a todos a bailar, comenzamos con pasos suaves, le sigo el peso disfrutando el roce de nuestros cuerpos, cuando ella sube una pierna alrededor de mi cadera sin dejar de menear de un lado a otro el paso marcado, acarició su pierna subiendo lentamente mientras movemos nuestros hombros.

Baja suavemente su pierna, la giro dejando su espalda chocar con mi pecho, la abrazo dejando mi cara en su cuello sintiendo el olor a vainilla, sus caderas se mueven rosando con mi intimidad, vuelve a girar sonriendo viéndome a los ojos.

Cuando la canción termina, nuestros labios están a milímetros de unirse, se aleja despacio mientras empieza a bailar cuando una nueva canción empieza a sonar. Bailamos por un buen rato, sintiendo esa tensión instalarse en nuestro ambiente.

Ambos hemos disfrutado tanto que el tiempo nos traicionó, la fiesta termina para la mayoría, estamos a nada de que amanezca, la observó irse en el auto de Rafael desde el interior del mío, mis dedos acarician mi mejilla donde ella dejó un beso marcado con su labial rojo.

— No importa si debo hacerte pecar, serás mía muñeca — murmuró viéndola por última vez.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top