-O N C E-

—Ustedes fueron los que atacaron UA, y quieren que me una a ustedes —habló con escepticismo el asesino héroes, mirando recelosamente a los criminales que tenía frente a él.

—Sí, después de todo eres mi gran superior —respondió Tomura ironizando sus palabras.

—¿Qué es lo que quieren?

—Por ahora matar a All Might, quiero destrozar todo lo que no me gusta —elevó con la diestra el abanico de fotografías que en ella reposaban, éstas mostraban a los alumnos de UA en el festival deportivo—, igual que los estúpidos niños como estos, todo...

—Fuí un tonto al interesarme —le miró con odio, y entre dientes murmuró—: ustedes son el tipo de personas que más detesto.

Los criminales le vieron confundidos, aún sin alcanzar a entender lo que les decía.

—¿Quieres que te acompañe en tu rabieta? —prosiguió su diálogo apresurando que sus manos alcanzaran sus filosas armas—. ¿Qué sentido tiene asesinar sin convicción?

«Convicción» Kurogiri pensó para sus adentros, cavilando un poco lo que era preciso alcanzar y añadió:

—Asesino de héroes: Stain, lo traje aquí para estimular el crecimiento de Tomura Shigaraki, ya que él solo piensa en destrucción, pero esto es... —al ver cómo su interlocutor se disponía a esgrimir su espada, perdió un poco la compostura y se giró con nerviosismo al televisor de la pared—. Maestro, ¿está seguro de que esto continúe?

—¡Esto es bueno! —exclamó una grave voz distorsionada con varios filtros por el artefacto—. No tendría sentido si simplemente le decimos la respuesta, aun debe pensar en lo que debe madurar —se refirió a su pupilo—. ¡Estimula su crecimiento! Eso es lo que significa educación —le pidió con fervor al invitado.

Caminando en pleno atardecer, Izuku Midoriya comenzó a sobar la parte trasera de su cuello con un pequeño y simple masaje que su mano derecha podía brindarle. Después se aflojó un poco la corbata que muy formalmente se había puesto esa mañana antes de ir a la escuela. Estaba fatigado y hastiado. Deseaba llegar a casa y deshacerse de ese chaleco que, aunque le hacía parecer alguien serio y profesional, en ese punto de su jornada escolar recién terminada le hacía sentir harto. Quería iniciar los más pronto con la serie de ejercicios que Carletti le había preparado para esa noche, tomar un baño y caer profundamente dormido.

Aquel día había sido demasiado ajetreado, pero había concluido con un sobresaliente gracias a la impecable presentación que él y sus amigos le habían dado al prototipo en el que habían trabajado.

Llegó a casa y su madre lo recibió con felicitaciones y mimos como muy habitualmente hacía. Cuando logró adentrarse en su habitación se sentó sobre su colchón y masajeó sus sienes con las yemas de los índices. Exhaló una buena cantidad de aire y se dejó caer sobre su cama con los brazos extendidos. Se dedicó únicamente a mirar al techo y sumirse en un océano de cavilaciones que le esperaban dentro de su mente. Entre ellos, estaba la extraña ausencia de la Liga De Villanos en su vida.

¿Sería verdad que lo habían aceptado como un miembro nuevo? No había sabido nada de ellos salvo de Carletti, quien siempre se encargaba de verificar que siguiera al pie de la letra el plan de ejercicios que le había impuesto por órdenes de ese dichoso Shigaraki Tomura.

Dejó de pensar al escuchar el sonido de su teléfono, mirando extrañado el número desconocido en pantalla, pulsó una tecla y respondió.

—Buenas noches, señor Midoriya —escuchó la inesperada voz de su médico al otro lado de la línea telefónica—, ¿Cómo se ha sentido desde nuestra última vista?

—Estoy bien, señor.

—¿Está tomando todos los medicamentos en tiempo y forma?

—Sí, señor.

—¿Ha escuchado sus voces?

—No, señor. De hecho, casi puedo sentirme normal otra vez —hubo un breve silencio.

—Bien, señor Midoriya, sólo quería asegurarme de que todo estuviera en orden. ¿Hay alguna anormalidad?

Izuku se lo pensó muy bien antes de responder. Ni siquiera estaba seguro de si aquella alucinación había ocurrido realmente o sólo fue producto de la pesadilla demasiado realista.

—No. Todo está en orden.

—Bien, me alegra escuchar eso. Nos vemos el mes que viene. ¿De acuerdo?

—De acuerdo.

—Si ocurre algo que empeore su salud, no dude en acudir a mi consultorio si no tenemos cita.

—Gracias. —Y cortaron llamada.

Dejó caer el pequeño artefacto perezosamente sobre el colchón y llevó las palmas de sus manos hasta sus ojos. Oprimió su rostro con poca fuerza implementada y soltó un suspiro. ¿Cuándo dejaría de mentir? Quizás de ahora en adelante era de ello de lo que dependería su vida.

Un ruido suave llamó su atención. Al levantar la mirada pudo ver una especie de portal oscuro levitando frente a él.

—¿Que me una a su grupo? Para lograr algo, se necesita convicción. Los que no lo tienen y los débiles, son eliminados. Es natural, por eso acabamos así —dijo el asesino de héroes profundizando su espada en el hombro del cuerpo de Tomura que yacía en el suelo.

—Duele... Me diste demasiado fuerte —se quejó él. Al no poder mover su cabeza para ver a su compañero, utilizó sólo su voz para hablarle—: Kurogiri, llévate a este sujeto.

—No puedo moverme —respondió con pesares mirando la herida de su brazo que pintaba su formal camisa blanca—, debe ser el don del asesino de héroes.

—La palabra héroe perdió su significado —continuó hablando Stain—. Esta sociedad está llena de héroes falsos. Ellos y los criminales que usan sus poderes en vano... —acercó la espada a la mano que ocultaba el rostro de Shigaraki—. Deben ser purgados.

—Espera, espera —interrumpió el villano encontrando por fin fuerzas suficientes para mover su brazo y tomar el arma entre sus cinco dedos—, esta mano no. O te mato. —Haciendo uso de su Quirck, comenzó a desintegrar el arma—. Hablas demasiado. ¿Convicción? Yo no tengo nada tan grandioso. Si tuviera que decir algo... Sí, All  Might. Sólo quiero hacer trizas a esta sociedad que alaba a escoria como él.

El asesino de héroes, al ver que su víctima comenzaba a retomar el control de su cuerpo, se alejó de un brinco, quedando a una distancia prudente.

—Ahora que por fin se me estaba curando la última herida —se quejó Tomura poniéndose de pie—. Nosotros no tenemos un personaje de curación. ¿Vas a asumir la responsabilidad?

—¿Con que ese eres tú?

—¿Ah?

—Nuestros objetivos son opuestos. Sin embargo, coincidimos en querer destruir la situación presente.

—Cállate. Vete. Muere —Tomura no mostró expresión que distara de la displicencia—. Soy el tipo de persona que más odias, ¿No?

—Puse a prueba tu motivación. Cerca de la muerte, sale nuestra verdadera naturaleza. Es peculiar, pero pesado. Tienes un retorcido brote de convicción. Aunque vaya a eliminarte, puedo hacerlo cuando haya visto cómo florece.

—¿Vas a eliminarme? —le dijo serenamente—. Kurogiri, no quiero a un compañero de equipo loco.

—Tomura Shigaraki, si se une a nosotros, será un poderoso aliado —respondió sintiendo cómo apenas regresaba la movilidad de su cuerpo.

—Trato hecho —sentenció el asesino de héroes—, asunto resuelto. Llévame devuelva a Hosu —se relamió los labios antes de añadir—: todavía tengo cosas que hacer allí.

—Antes de que eso ocurra, hay algo que quisiera probar —dijo Black Mist con galantería—, es evidente que ustedes dos no han terminado de congeniar lo suficiente. Así que quiero traer ante ustedes, a alguien que se encargue de unirlos.

—¿Kurogiri, de quién estás hablando? —preguntó Tomura llevando su mano al hombro herido.

—Se trata de alguien que está lleno de convicción, y afortunadamente, no tiene una dirección a la cuál seguir —explicó—, quiero que ustedes dos se encarguen de moldearlo y dirigirlo hacia nuestro beneficio.

—¿Moldearlo? —cuestionó el asesino de héroes.

—Así es, quiero que ustedes dos le establezcan ideales dignos de un integrante de la Liga De Villanos.

—No me gusta el misterio, Kurogiri —gruñó Tomura.

—No se preocupe, Shigaraki-san. Ya mismo voy por él —informó el hombre sombra empleando su Quirck para abrir un portal.

Asomó su cabeza por él, y miró a Izuku Midoriya sentado sobre su colchón con una cara llena de expectación.

—Buenas noches —le saludó y lo miró de pies a cabeza notando su extravagante vestimenta—. Qué elegante.

—Ah, gracias —respondió el jóven poniéndose de pie.

—Quisiera presentarle a alguien —informó aumentando el tamaño del portal—. ¿Sería tan amable de acompañarme?

Izuku asintió despacio y entró al portal con el villano. Se encontró de inmediato al mismo sujeto que trató de matarlo y a otro más, de un corpulento cuerpo que delataba su ejercicio y una larga bufanda roja. Izuku se preguntó la razón por la cual  llevaría tantas espadas y aquella vestimenta oscura y extravagante.

—Señores —Black Mist tomó la palabra—, quiero presentarles a Izuku Midoriya. Señor Midoriya, le presento al nuevo integrante de la Liga De Villanos, el asesino de héroes: Stain.

«¿Asesino?» pensó Izuku con temor «¿Acaso este sujeto... Es aquel del que tanto hablan en las noticias?»

—Buenas noches —habló el nuevo sujeto examinando a detalle al joven.

—¡Ah, buenas noches! —exclamó con nerviosismo doblando la mitad de su cuerpo como muestra de respeto—. Es un placer conocerle.

—Señor Midoriya —continuó hablando Black Mist—, de ahora en adelante el asesino de héroes y Tomura Shigaraki serán sus mentores. Se encargarán de convertirlo en un digno integrante de la Liga De Villanos.

Izuku guardó silencio y asintió despacio. Stain le miró fijamente por un largo rato, como si al pasar su mirada reiteradas veces por todo su cuerpo pudiese escanear y deducir el tipo de persona que era. En realidad, no le gustaba lo que veía.

—¿Qué edad tienes? —se atrevió a preguntar.

—Ah, dieciséis años, señor.

Ante esa declaración, el asesino de héroes le dedicó una mirada de desaprobación a los villanos que ahí estaban. Ese chico era un niño, demasiado joven para estar ahí. Pero si se dedicaba a cavilar desde otra perspectiva, Izuku era como una semilla que él podría encargarse de hacerla florecer. Lo educaría y llevaría directamente por el camino correcto, aquel que brindaría una sociedad justa para el mundo.

—Abre un portal que me lleve a Hosu —ordenó volteando a ver a Kurogiri quien le obedeció. Después se giró a Izuku y le dijo—: acompáñame. Hay algo que quiero mostrarte.

El joven entró detrás del hombre al portal y fue seguido de Tomura y Black Mist. Una helada ráfaga de viento alcanzó su rostro y le heló las mejillas. Miró a su alrededor, y estaba justo abajo del cielo nocturno, sentía que con sólo estirar su mano, podría alcanzar una estrella. Miró al asesino de héroes parado en la orilla de la azotea del edificio y se acercó hasta quedar a su lado para ver lo mismo que él.

—Mira ahí abajo —le ordenó Stain flexionando sus rodillas. El joven imitó sus acciones—. ¿Qué es lo que ves?

—Personas, todas son tan pequeñas y tan diferentes.

—¿Crees que merecen ser eliminadas? —Izuku negó con la cabeza—. Merecen ser protegidas. ¿Qué crees que necesitan para ello?

—Un héroe.

Stain volvió a ponerse de pie y contempló con arrobamiento las luces de la ciudad nocturna. Llenó sus pulmones con el aire fresco, como si eso pudiera llenar algo más que eso.

—El mundo a olvidado lo que realmente significa ser un héroe. Le llaman así a los adoradores del dinero que no aman salvar a las personas.

—¿De qué está hablando este loco? —murmuró Shigaraki viéndolo a distancia con los brazos cruzados. Kurogiri le pidió que guardara silencio pues, estaba deseoso de escuchar más.

—El mundo necesita corregir eso —exclamó Stain elevando los brazos a sus lados—, necesita que alguien adiestre a todos los héroes falsos que habitan en él y elimine a aquellos que no tengan convicción en su vida. Pronto la era de los verdaderos héroes volverá a nacer, y con ella, una sociedad justa le acompañará. La batalla por la paz, está por iniciar.

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