Capítulo 30.
Así cómo supuso Alba que sucedería, sucedió.
El aparato que traía en sus manos, no tardó en darle la señal de que habían un alterado cerca, en la pequeña pantalla se encendió un punto color naranja. Y no estaba muy lejos de dónde ella se encontraba.
-¡Por fin!
Corrió los siguientes metros que faltaban para alcanzar a su hermana.
🌱🔥💧🌪️
William decidió usar su elemento para poder abrir una puerta, quizás había algo dentro que podría serles útil, un arma tal vez para él.
-¡Sara! ¡Sara, espera! -gritó alguien detrás de ellos, la joven sabía quién era.
Fue disminuyendo el paso, hasta que se detuvo, esperándola.
-Corres muy rápido -le dijo cuando llegó a su lado.
-¿Cómo...? ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Por qué no estás siguiendo el plan?
William se posicionó de inmediato frente a Sara, no sabía qué haría la gemela entonces, era mejor prevenirse.
-¡Ah, sí! -buscó en sus bolsillos y sacó lo que le había dado el joven agente -Las piedras. Renata dijo que yo sabía sobre el Proyecto de la directora, es verdad. Necesitas esto para destruir el falso Quinto Elemento.
-Oh, yo... Creí que las tenía Angelina -respondió sorprendida mientras las tomaba.
-Tómalas, úsalas y deshazte de eso. El Proyecto de Angelina que ella cree que es el Quinto Elemento, es sólo energía, energía pura. Desde que lo creó alimenta ese edificio, pero también es malo, porque va creciendo. Y está llegando al punto en que consume todo lo que está cerca. Incluso personas -le informó -El primero que hizo salió mal y alguien terminó dentro, la verdad no sé quién es, pero desde ese día Angelina intentó volverlo a hacer, hasta que lo logró. Tiene un objetivo estoy segura, no debe ser bueno. Destrúyelo, ese es el tuyo.
-Pero ¿Cómo... Cómo lo destruyo? No entiendo, sé que debo hacerlo pero ¿Cómo? -preguntó confundida, viendo las piedras en sus manos.
-Ah... -respiró hondo, sería difícil de explicar -Lo que Angelina tiene no es el Quinto Elemento -negó con la cabeza -El verdadero es... Es llamado "Tú" -dijo despacio, esperando que la otra entendiera -¿Si?
-¿Tú? -repitió, con un poco de incredulidad.
-No, no yo, ah, es confuso y no recuero mucho sobre ello -frunció los labios -Lo siento, no entendí muy bien a qué se referían con eso.
-Bien, supongo qur con eso me debe bastar ¿Me dices la Sala en dónde se encuentra? -preguntó en cambio, no ganaría nada intentando descubrir el significado de sus palabras.
-Es la 16, el último piso.
Sara le dio a Alba, el pequeño maletín color blanco, ella lo abrió y con cuidado, sacó el pequeño bote de vidrio.
-¿Ése es...? -la pregunta de William se quedó en el aire, era justo lo que Alba pensaba.
-El antídoto que fabricó... -susurró la gemela al verlo.
-No fue papá -le cortó -La elaboración es de él, pero no éste producto -sacudió la cabeza para eliminar de su mente la imagen del hombre.
-Alguien debe tomarlo ¿Sabes?
-Supongo que sabemos quién será -Sara lo sacó y lo destapó -Toma.
Alba se quedó callada, agarró el botecito.
-Hey, hey ¿Qué haces? ¿Tan pronto? -le interrumpió William.
-¿Estás segura? -preguntó una vez antes de poder beberlo.
-Completamente, yo tengo algo que hacer y quizás necesite los Elementos -se encogió de hombros.
La gemela suspiró y se lo llevó a los labios. Pero nunca pudo probarlo.
Antes de que lo hiciera, el suelo se sacudió.
No fue un temblor lo que lo causó, sino un estallido de los primeros piso de abajo a arriba. Las paredes se cuartearon, el piso también, tumbándolas a ellas, haciendolas caer. La sorpresa de lo sucedido fue lo que hizo que Alba soltara el frasco y que éste cayera al suelo, rompiendose en pedazos y el líquido evaporandose en el aire.
William se acercó de inmediato a Sara, para evitar que cayera y se lastimarla, mientras ella acercaba sus brazos hacia Alba, como apoyo para la gemela..
-No... -Alba, de rodillas en el suelo, tomó entre sus manos los pedazos de vidrio, limpios -No es... no es verdad -las lágrimas salieron de sus ojos, apretó las manos, los vidrios cortaron sus palmas, haciéndola sangrar -¡No! -gritó, llena de frustración.
-¡Alba! ¡Te haces daño! -Sara llegó hasta ella y le abrió las palmas -Mira esto ¿Que te pasa?
-Ah, traeré unas vendas -dijo William y corrió hacia la sala más cercana.
-Gracias, Will -asintió Sara en su dirección.
-Se rompió... Se rompió... -con el dorso de la mano, se limpió las lágrimas, se manchó de su sangre en las mejillas -Es... mi culpa.
Sara vio a su hermana, notó lo mal que se sentía por lo ocurrido.
-No lo es -negó -Vamos.
Las gemelas se pusieron de pie, Sara recogió las piedras, las guardó en las bolsas de su chamarra.
-No es bueno que te quedes aquí, debes irte, no quisiera saber que sucedería si Angelina te viera -le dijo.
William regresó un par de minutos después y se dispuso a vendar las manos de la gemela con cuidado.
-Eres idéntica a tu hermana -le decía -No piensan antes de actuar.
-¡Oye! ¿Qué significa eso? -replicó Sara, después de darle un golpe en el hombro.
Alba los miró, y pensó en lo que había dicho William "Eres idéntica a tu hermana"
Frunció los labios al imaginarlo, si ella hubiera tenido una vida... Normal ¿Sería realmente como ella? Hasta ése momento no sabía lo que era divertirse, reír, conocer personas... Amar.
La directora le prohibió todo, dejándola apartada del mundo.
-Gracias, William -le dijo Alba al joven -Supongo que debo irme ahora.
-Espera -la detuvo -Esto podría servirte -le dio un auricular a Alba -No tienes uno ¿Cierto?
-¿Que? No, yo...
-No lo tienes, toma éste -se lo mostró -Le borré los datos para que podamos platicar entre nosotros.
-... ¿Nosotros?
-William y Damian -sacó el segundo -Conmigo, seremos cuatro... ¿Te parece bien? -le mostró el que ella ya traía.
-Claro, podremos estar comunicados en cualquier momento -asintió y se colocó el suyo pero le preguntó algo más antes de irse -¿Cómo puedo ayudarte?
-¿Eh?
-Yo... Sé que es mi culpa que estemos todos aquí, pero... -pero si no lo hubiera hecho yo... -Quiero compensarlo, déjame ayudarte.
-Está bien, busca a Damian y Monserrat, cuando estés con ellos, sabrás que hacer. Los veré luego -ella se dio la vuelta y comenzó a avanzar, William siguiéndole -Por cierto -se giró antes de continuar -Yo... Si estás arrepentida de casi haberme matado... Te perdono. Y te agradezco que vinieras a decirme esto... Es importante para mí.
Y no mentía. Todo ese tiempo esperaba que lo que le había dicho Renata fuera mentira, y que Alba en verdad estaba de su lado.
Y al parecer, esperar tuvo sus resultados.
El hecho de que Alba regresara hacia ella, para decirle sobre el Quinto Elemento significaba que después de todo, sí estaba de su lado.
-¿Sara? No estarás pensando una locura ¿Verdad? -dijo de pronto preocupada por lo último que había dicho.
-Claro que no -agitó la mano en un gesto sin importancia -Vete con los demás, me reuniré con ustedes cuando haya acabado. ¿Que te parece, si vamos todos a hacer algo en grupo? Suena genial ¿No?
-Es... una gran idea -le sonrió, era la sonrisa que hasta ese momento ella no había mostrado -Te esperaremos, Sara. Todo el tiempo que te tardes en salir.
Sara se dio la vuelta y comenzó a caminar. Tenía motivos para reunirse con los demás.
El joven a su lado tomó su mano y le dio un leve apretón.
Claro, William le mostraría un lugar después de hoy. Ella quería saber cuál era ese lugar.
Ambas gemelas tomaron sus caminos y avanzaron.
Sara sabía que estaban cerca de el último piso, pero había algo que le inquietaba y era el hecho de que William estuviera ahí con ella.
Es decir, estaba agradecida de que no la abandonara así nada más, era sólo que... Lo que iba a hacer era algo arriesgado y no quería que William estuviera presente.
Tragó saliva, nerviosa.
-William -le llamó, él se giró de inmediato.
-¿Pasa algo?
-Ah... ¿Te importaría revisar las salas? -le dijo, esperaba que no se negara.
-¿Las salas? ¿Necesitas algo? -preguntó de vuelta, sin entender a qué se refería.
-Ah, sí, debe haber información sobre el Quinto Elemento en alguna de ellas -asintió -Yo revisaré el siguiente piso, te esperaré en la sala dieciséis ¿Está bien?
Si William estaba en desacuerdo, no lo demostró, solo asintió con una mueca que daba a entender que no le molestaba ir a buscar.
-Me parece bien -dijo él -Si te puede ayudar a resolver el problema, está bien.
-Bien, te esperaré allá -asintió y soltó su mano.
Mientras sus dedos se separaban, ella esperaba poder tocar sus manos otra vez.
Él se quedó en ése piso, buscando lo que le pidió Sara, mientras ella siguió hasta el primero.
Lo dejaría buscando algo que probablemente no estaba, pero era para mantenerlo a salvo.
Ésto... No es algo en lo que debas estar involucrado, William, lo siento, pensó mientras comenzaba a congelar las escaleras que daban al siguiente piso.
🌱🔥💧🌪️
En ese instante, una alarma sonó por el lugar, de las esquinas unos focos con luz amarilla que se encendía y apagaba. Una voz monótona se escuchaba, procedente de bocinas instaladas en las esquinas de las salas.
Código amarillo. Escuadrón de refuerzo en camino.
Repitiendo lo mismo una y otra vez.
Ah, genial, Alba rodó los ojos y corrió lo más rápido que pudo para llegar a la entrada del laboratorio, donde se encontraba Damián con Monserrat.
Las bocinas continuaron emitiendo el mismo mensaje, una y otra vez, dejándola ansiosa y con miedo.
Peeo mientras más bajaba, más solo estaba el edificio, cuando llegó a los últimos pisos, ya que esos tenían los números más grandes, no había ni un solo Agente.
Se encontró con Monserrat, quién caminaba de un lado a otro, nerviosa.
La peliblanca volteó a verla apenas se apareció en la entrada, se sorprendió de verla pero de todos modos corrió en su dirección.
Sabía que era Alba puesto que llevaba ropa diferente a que estaba usando Sara en ese momento.
-Ah, que bueno que estás aquí -le dijo apresurada -¿Escuchaste eso? ¿A qué se refiere con agentes? ¿Qué son, fuerzas especiales?
-Son los hombres que te trajeron aquí -le explicó -Y por lo visto vienen más de ellos en camino...
Ah, ¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo los detendremos?, miró a Monserrat, quién se había dirigido hacia Damián, quién tenía una pierna lastimada.
-¿Qué haremos ahora? -le preguntó la hermana de William, temerosa -Sólo somos tú y yo y si tu plan es pelear, no duraremos mucho.
-Claro que lo haremos, no tenemos alternativa, mi hermana está allá arriba terminando su parte del plan -asintió -Y debemos darle tiempo, le daremos el que necesite. Hay que detener a los agentes que vengan hacia acá.
Monserrat la miró como si estuviera loca ¿Acaso sabía de qué estaba hablando?
-Y yo sé cómo -les dijo Sara por el auricular, ella estaba escuchándolos.
Vieron cómo varias personas, jóvenes en su mayoría, bajaban las escaleras. Alterados, con la misma ropa, un pantalón y camisa de botones color gris. Todos ellos con dirección a Alba. Sus expresiones eran firmes, no dudarían en lo que les pidieran que hicieran.
-Los he liberado ¿los recuerdas? Ellos nos darán el tiempo que necesitemos. Habla con Alejandra, ponte de acuerdo con ella.
Alba mirando el gran grupo de personas que había frente a ellos.
-Vaya, tú si eres excepcional.
Le habló a la joven Alterada que había conocido hace unas horas, ella avanzó hasta quedar frente a él.
-Estamos a su disposición, sólo dinos que quieres que hagamos -dijo con firmeza.
Los refuerzos de Sara habían llegado justo a tiempo.
-karimodelarosa.
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