Realeza

Luego de todo el recorrido en carruaje y de que Taehyung me explicara los recursos que son destinados a mí, llegamos a una especie de casa en el centro de la capital. El lugar no se veía agradable a simple vista. ¿Estás seguro de que es aquí, Taehyung?

—Sí, alteza, este es el mejor lugar para que pidas tu ropa.

Bueno, está bien, démosle la oportunidad. —Entramos y se escuchó la campana de la puerta sonar cuando la abrimos. De inmediato, una señora, tal vez de unos 60 años, salió sonriente y amablemente a atendernos.

¿En qué puedo servirles?

—El secretario Taehyung me ha dicho que usted puede hacerme ropa.

Sí, puedo hacerle ropa, por favor, secretario, salga para que pueda tomar las medidas del consorte. Una vez que Taehyung salió, miré al consorte. —Quítese la ropa que trae, tomaremos sus medidas.

—Pero... Usted no me ha mostrado las telas que tiene y no me gusta la ropa oscura.

Tranquilo, consorte, yo hice la ropa para la difunta emperatriz, entiendo que usted tiene un gusto exquisito.

Mientras me quitaba la ropa, pregunté curioso a la señora: "¿De verdad conoció a la emperatriz?".

"Claro, podría decir que fui íntima de ella y también sé que fue una mujer que sufrió mucho", respondió.

"¿Podría contarme más al respecto?", pregunté intrigado.

"Claro que sí, joven. Igual el hecho de que hayas venido aquí significa que mi cabeza está en la guillotina", dijo la señora.

"¿Tan grave es que yo viniera aquí?", pregunté preocupado.

"Sí, pero no te preocupes. Yo soy una vieja y mi vida ya no tiene ningún valor. Si te cuento esto es porque la emperatriz no es nada de lo que se le acusa", reveló la señora.

"Si el que me diga algo pone su vida en riesgo, entonces le ruego que no me lo diga", respondí.

¡Qué hermoso corazón tienes! Tus ojos azules me recuerdan a los de ella, tan llenos de vida. Cuando te vi entrar, casi te confundo con ella. Pero te contaré la verdad y la mentira de este reino. Hace años, una enviada del reino de la luz llegó y se casó con el legítimo emperador Jeon. Sin embargo, el emperador tenía un gemelo idéntico, nadie podía diferenciarlos. Pero la verdad es que el legítimo emperador era bueno y amable, y su hermano malo y envidioso, al que no le correspondía tener el trono porque nació después. Aun así, él no se resignó y el padre de ambos, queriendo evitar una guerra interna, pidió al reino oscuro que enviaran a otra mujer. Pero en su lugar llegó un hombre doncel, cuyo guía espiritual era un pez blanco y hermoso que siempre llevaba en el cuello en una especie de colgante. El gemelo malo no estaba conforme y mató a sangre fría a su hermano, haciéndose pasar por el legítimo. En ese momento, la emperatriz estaba embarazada y poco tiempo después tuvo un hijo hermoso como ella.

Él, ahora emperador, lo alejó de ella sin importar que fuera un recién nacido y los mandó a desaparecer junto a su esposo doncel. Nadie le dio importancia porque amaban a la emperatriz; el otro solo era una sombra, por lo que nadie le dio importancia. Sin embargo, ella fue valiente y una noche se escapó con el pequeño niño y lo mantuvo a salvo. Y algo que no se esperaba ocurrió: ese niño recibió un guía espiritual igual al de su madre, un hermoso puma.

¡Min Yoongi! –dije impresionado.

Sí, el joven Min era hijo de la emperatriz y el verdadero heredero al trono. Bueno, te sigo contando: el ahora emperador la obligó a darle un heredero, y de esa unión nació Jungkook. Sé que ella amaba a su hijo. Luego supo que Yoongi vivía y fue tras él, hacía jugar a ambos niños y los llenaba de amor. Ella creía que cuando Jungkook creciera haría justicia, pero misteriosamente una noche murió.

Lo que casi nadie sabe es que la madre de la emperatriz, que venía constantemente, un día vino al reino pero con algo más en la cabeza. Ella planeaba llevarse a Jungkook para que la maldad de ese hombre no lo dañara, pero fue algo fallido y ese miserable obligó al pobre Jungkook a cortar la garganta de su abuela.

—¡¿Qué?! ¿Pero cómo sabe usted todo esto?

Porque yo soy la madre de esos dos gemelos,  abuela de Jungkook por supuesto también de Yoongi.

—Pero ¿cómo es posible? Usted debería vivir en el palacio, no aquí. Perdone, alteza, que no le hice reverencia. ¡Qué vergüenza!

No te preocupes, ahora soy como cualquier ciudadano de este imperio. Creo que es mejor que te vayas, tengo tus medidas y te haré llegar la ropa, lo juro.

—¿Espere, por favor? Entonces, ¿mi esposo debería ser Yoongi y no Jungkook? ¿Y por qué el emperador no lo ha matado?

Sí, tu esposo por ley debía ser Yoongi. Y si él vive es porque el puma lo protege y desde las sombras el joven doncel y yo.

Me sentía mareado de tanta información, pero tuve que levantarme inmediatamente cuando la puerta voló, dejando ver a Jungkook molesto.

—¿Qué demonios haces?

—Vine a buscar a alguien que hiciera mi ropa porque la necesito.

—Eso, o estabas con alguien más y esta vieja te está ocultando al amante.

—Príncipe, le juro que he venido a pedir ropa y nada más.

Sí, príncipe, perdón, ya estoy un poco vieja y por eso me he tardado en tomarle las medidas.

—Tú cállate, que nadie te pidió que hablaras —empujé a la vieja decrépita, alejándola de mí, haciéndola caer.

—¿Qué haces? ¿Por qué eres así? La señora merece respeto.

—¿Respeto? No seas estúpido, Jimin, y no me provoques a darte también. El único que merece respeto soy yo, y ahora mismo nos vamos.

—Perdóneme, por favor —ayudándola a levantarse.

¡Jimin! Lo pateé por la molestia de que delante de esa vieja me ignorara.

Craa-Craa, el águila abrió las alas y se puso delante de Jimin, enorme, con sus patas hacia adelante.

Quítate, estúpido pollo, o te cortaré la cabeza -dije sacando mi espada.

—Águila, estoy bien sobe su espalda y se hizo pequeña. Jungkook, olvidas que espero a un heredero.

—Y tú olvidas que no me importan ni tú ni ese estorbo. Si no mato a ambos es porque los necesito para subir al trono y acabar con el maldito viejo decrépito.

Miré la mirada cargada de odio de Jungkook y sentí que me caía y que todo se oscurecía.

¿Ahora haces otro drama, Jimin? -dije viéndolo caer al piso.

Su túnica está manchada de sangre -dije y me acerqué a Jimin.

—Lo que me faltaba.

Tomé a Jimin y le di agua, haciendo que se despertara.

Gracias, águila, vamos -salí de la casa y estando afuera, mi águila se hizo grande y me subí en ella.

Craa-Craa.

¿A dónde vas, Jimin? Tú y yo no hemos terminado.

Voy a sanar a mi bebé, no perderé a mi hijo -águila, vamos al agua del río.

Tomé una flecha y apunté al águila, pero la vieja me empujó. ¿Quién te crees para tocarme?

Si hieres al águila, hieres a Jimin.
¿Qué sabes tú? Y te dije que no me toques si valoras tu mano.

—Tu madre lloraría ríos enteros si viera en lo que te has convertido.

Cállate de una buena vez. La tiré al piso, poniendo mis rodillas sobre sus brazos y sentándome sobre su cuerpo. Apreté sus mejillas, abrí su boca con mi mano, jale su lengua y la corté con mi espada. Ya no volverás a hablar, maldita vieja. Me levanté viendo sus ojos temblar de miedo y balbucear con dolor. Limpié mi espada en su vestido y la guardé, subiendo al caballo.

Llegué al río y el pez se acercó nuevamente a mí, sanando mi malestar. Sabía que si venía, estaría bien, aunque mi cabeza no está en paz con todo lo que ahora sé. ¿Qué debo hacer? Luego de un rato, regresé al palacio y fui directo a mis aposentos.

Hasta que apareces.

¡Jungkook!

—¿Qué esperabas, a alguien más?

No, pero esperaba que estuvieras con Victoria.

—Cállate y ponte de rodillas.

Me puse de rodillas y lo vi sonreír mientras bajaba su pantalón.

—Mételo a tu boca.

No— respondi serio

Tomé su rostro y hice que me mirara. —Vas a lamentarlo.

—Sí, ya me estoy lamentando por muchas cosas.

Cada día te odio y te repudio más.

—Lo sé, pero es que eso pasa cuando no eres el que por destino debía tenerme.

¿De qué hablas?

—Que tú no eres el hombre que debía tenerme.

No me digas, tenías un amor puro y verdadero en el reino de luz.

—No, como te dije, yo me guardé para el que sería mi esposo.

¿Entonces de qué hablas? ¡Maldita sea!

—No importa, ya nada importa.

Mejor me largo de aquí. Odio tener que verte la cara. Mañana despierta temprano, empezaremos el proyecto.

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