🌟🌟🌟🌟
Ese día el peli azul terminó de arreglar sus cosas en la maleta, soltó un suspiro y se dispuso a comenzar con su primer día como niñero, aunque en teoría también podía hacer trabajo de asistente de omegas primerizos. Para hacer las cosas más justas él trabajaba bajo contrato, ya sea por días o semanas. Extrañamente un alfa de renombre, los Tarver; lo habían contratado por una semana, no sabía exactamente qué tenía que hacer, pero pronto lo sabría.
—¡Buenos días!, soy Valt Aoi del servicio de niñera exprés; ¿con quién tengo el gusto?—se presentó amable.
—Hola, bienvenido a casa—dijo con cierta timidez un peli verde de tez blanca con una gran barriga sobresaliendo a su vista—pasa.
—Vaya esta casa es inmensa—pensó Valt observando los grandes muebles y demás objetos finos—¿Es usted Norman Tarver?.
—No, ese es mi esposo; él está ocupado ahora pero, en si el problema es conmigo soy Boa—confesó avergonzado.
—Tener un bebé no es ninguna molestia, al contrario deberías verlo como algo único y maravilloso—expresó Valt emocionado, de repente por la puerta apareció cierto hombre de tez pálida y cabellos turquesa quien se acercó al Aoi, quien tuvo un leve respingo.
—Si vas a cuidar de mi esposo debes saber que hay una regla de oro que no puedes romper,—alegó el oji amarillo con seriedad—cualquier cosa que veas aquí, debes permanecer en silencio ¿entendiste?.
—S-si, por supuesto—respondió Aoi notando como unos sujetos vestidos de negro entraban con algunos maletines en mano.—¿a qué rayos me he metido?—pensó aterrorizado.
Tras esa semana la cual fue bastante agitada, porque Valt tuvo que enseñarle a Boa los cuidados y precauciones sobre su embarazo. Le ayudó a buscar posibles nombres para su bebé, y una noche sin querer escuchó a Norman planeando un tráfico de drogas en el muelle de la ciudad, pero él mismo había jurado silencio. Para su buena suerte había sido contratado por un amigo suyo el cual no sabía que estaba embarazado.
—¡¿Wakiya?!—exclamó el oji café sorprendido.
—Si soy yo, sorpresa—soltó con molestia—¿por qué carajos tome de más esa noche?—susurró colocando una mano en su vientre—como sea, tengo cuatro meses y te necesito para decirle al padre de mi bebé que lo tendré.
—Pero casi no se te ve nada—recalcó Aoi.
—Exacto, pero llevo días pensando en como decirle a ese tarado. Es demasiado ingenuo como para notarlo el mismo, ¡odio el haberme embriagado esa noche y acostarme con ese tonto!—soltó molesto dando un golpe contra la mesa.
—Pero si no lo quieres entonces, ¿Por qué no abortaste?.
—¡Ni de broma!—refutó Wakiya—este bebé es la muestra de amor que existe entre ese alfa y yo, y si esa es la única manera en la que podemos estar juntos sin importar la clase social entonces lo aceptó.
—Caray, nunca lo había visto así de decidido—pensó Valt claramente sorprendido—quien quiera que sea ese alfa en verdad le ayudó a cambiar para bien.
Para hacer todo más ameno, Valt propuso ir a la casa de esa persona y decírselo de frente; aunque claro Valt tendría que intervenir en caso de ser necesario. Llegaron a una casa no muy grande de dos pisos en color blanco, Wakiya tocó la puerta un par de veces y ahí apareció un sujeto rubio de ojos café que ambos conocían a la perfección.
—¡¿Honcho?!—gritó Aoi casi pálido por el susto.
—Hola en verdad no pensaba verlos hoy, ¿Qué sucede?—preguntó el rubio de lo más tranquilo.
—¿podemos pasar?—Preguntó Komurasaki con seriedad, a lo que Kiyama no dijo ni una sola palabra y se hizo a un lado.
Una vez dentro ambos jóvenes se dirigieron hacia la sala, tomaron asiento y esperaron a que el otro rubio llegará con ellos. Por varios segundos que parecían minutos o tal vez hasta horas no hubo absolutamente ni una sola palabra que saliera de ambos rubios; el único de cabello azul ahí tuvo que romper el hielo, para que aclararan esa situación que de algún u otro modo se les había escapado de las manos.
—Chicos sé que las cosas están muy tensas, pero sí hemos venido hasta aquí es porque tenemos algo muy serio que resolver verdad.
—Sí así es y se trata sobre nosotros dos—susurró el oji azul.
—¿Qué ocurre?, vamos ricitos, sabes que puedes decirme lo que sea—comentó Rantaro con una cálida sonrisa, causando un fuerte rubor en el otro rubio.
—Mira Honcho, lo que Wakiya quiere decirte es que…
—¡Estoy esperando un hijo tuyo!—gritó Komurasaki cerrando los ojos, fue cosa de solo segundos para que Rantaro cayera al suelo completamente inconsciente.
—¡¡Honcho!!—gritó Aoi asustado.
Luego de haber solucionado ese problema dejó que ambos rubios se quedarán solos en casa y tuvieran una larga conversación; justo en este momento recibió el llamado de otra persona una mujer llamada Kana, la cual pedía ayuda porque su hijo estaba poniendo en riesgo su vida y también la de su bebé, así que sin esperar más el chico de ojos cafés tomó bien su maletín y se fue en dirección hacia donde la mujer le había indicado con anterioridad. tuvo que tomar un taxi el cual lo dejó en una especie de entrada de terracería que daba como camino un bosque, por alguna razón este sitio se le hacía familiar pero no le tomó mayor importancia y continuó; tras caminar varios minutos en lo que parecía ser un sendero sin fin terminó llegando a una gran cabaña de madera, De dónde apareció la misma mujer con la que había hablado hace rato.
—Me da gusto que hayas venido, en verdad estoy preocupada, no entiendo su cambio tan repentino.
—Pues sea cual sea el motivo, tenga por seguro de que lo ayudaré, esa es mi misión—afirmó Aoi ajustando el mandil celeste con algunas calcomanías en forma de estrellas y arco iris que lleva puesto.
—Te lo agradezco mucho, estoy poniendo en tus manos la vida de mi hijo y de mi nieto—recalcó la mujer.
Sin esperar más Aoi se fue con dirección trasera a la casa, encontrándose con cierto castaño quien aún con su abultado vientre estaba decidido a cortar leña. Valt de inmediato fue con él para quitarle el hacha, para la molestia de este.
—¡Dame eso!.
—¡No! ¡A partir de hoy yo estaré a cargo de ti! ¡No puedes ponerte en riesgo así!—recalcó el peli azul.
—Claro para ti es fácil decirlo—alegó Akaba claramente molesto—¡Ya que los demás no te tratan como un inútil!, ¡yo puedo valerme por mi cuenta! ¡¿Por qué nadie entiende eso?!—soltó frustrado dejando salir unas lágrimas.
—que omega más rebelde—pensó Aoi acercándose con él—escucha, ¿podrías decirme que ocurre?.
—Desde que mi pareja supo lo de mi embarazo, casi no suele venir a verme. Solo pregunta por el bebé y después se va, yo ya no le importó, y mi familia me trata como un discapacitado; piensan en mi embarazo como si lo fuera.
—Claro que no, ellos te quieren y por eso no permitirán que te hagas daño, mi nombre es Valt ¿y tú?—dijo amablemente.
—Aiga.
—Bien Aiga, lo único que debes entender que es ellos te aman mucho, y por eso quieren que lleves las cosas con calma. Un bebé es algo serio, dentro de ti—coloca una mano en su vientre—estas cargando una nueva vida, ese maravilloso regalo tiene que ser cuidado, y respecto a tu novio pues; tal vez se encuentra nervioso y no tiene las palabras para saber que hacer.
—Entonces ¿dices que Fubuki aún me quiere y no me desprecia?—dudó ilusionado.
—Eso es algo que tienes que hablar con él, por ahora vamos—dijo extendiendo su mano para que el contrario la tomara; y así lo hizo—está haciendo mucho calor, creo que una limonada nos caería bien—sin más ambos jóvenes ingresaron de regreso a casa.
Unos días más tarde, Valt recibió un llamado desde Hell, (una de las industrias más famosas de Japón). Tras subir el elevador e ingresar a la última de las oficinas se encontró con un sujeto alto de cabello azul oscuro con mechas verdes largo aparentemente discutiendo con otro chico de cabello blanco.
—Disculpen la interrupción pero…
—Bienvenido, soy Arthur Percival, presidente de Hell y bueno, lamento que tuvieras que presenciar nuestra pelea—se disculpó el oji turquesa.
—No era necesario que llamaras a nadie—soltó Gwyn cruzando sus brazos.
—Lo hago porque quiero arreglar nuestros asuntos—refutó Percival.
—¡Son nuestros! ¡No de un desconocido!—alegó nuevamente el oji magenta.
—¡¡Suficiente!!—gritó Valt completamente desubicado—ahora mismo me dirán que rayos esta pasando y que puedo hacer yo.
—Pues hace un par de semanas descubrí que estoy esperando un bebé, pero yo no quiero tenerlo—contestó Ronny—desde siempre mi madre me intentó cambiar, ella nunca entendió mi amor por las matemáticas y ecuaciones; tuve que huir de casa y encontré trabajo aquí.
—Vi un gran potencial en él, entonces lo deje quedarse aquí, le di todo lo que necesitará y sin darme cuenta me enamoré de él—mencionó Arthur sentándose al costado del peli blanco mientras toma su mano—yo desde siempre he querido formar una familia, ese es mi mayor sueño. Pero no logró entender él ¿Por qué tú no quieres?.
—¡No quiero que ese niño pase lo mismo que yo!—explotó sujetándose la cabeza—¡Tanto señalamiento y discriminación!, ¡no podría soportar eso!.
—Pero nada de lo que dices ocurrirá, ¿y sabes por qué?—preguntó Aoi con voz dulce—porque estas con el hombre indicado, él no quiso cambiarte, te amo así como eres; ambos tienen sueños y metas qué no deben trucar simplemente porque no se sienten capaces de cumplirlas—lentamente se acercó a ambos, he hizo qué se tomarán las manos—para eso son una pareja, son un equipo y esta decisión tan importante deben de tomarla ustedes, nadie más—dicho esto se levantó para dirigirse a la puerta—no le di la razón a ninguno, porque esto no es cuestión de lógica, sino más bien del corazón—sin más el peli azul se fue, dejando a la pareja sumergida en un profundo silencio.
Una semana después recibió un comunicado de parte de ambos; en la cual le informaban de qué habían llegado a un acuerdo y si tendrían al bebé. Valt se sintió feliz de poder ayudar a tantas parejas en tan poco tiempo, si bien era considerado casi como un Cupido en la tierra, era irónico que el amor no era algo sobresaliente en su vida. Si tan sólo pudiera sentir eso mismo que aquellos alfas y omegas experimentaron, esa sensación de tener a la persona que amas a tu lado y crear muchos momentos especiales juntos. De pronto tocaron a su puerta y él con tranquilidad atendió.
—Hola.
—Hola Shu—respondió con un leve rubor en su rostro.
Pero sorpresa, una nueva aventura había comenzado para él ahora.
Fin.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top