F I N A L

Primer contacto.

— Ugh. —le ha tocado el hombro un tipo de cabello bicolor. El rubio pasa con brusquedad a lado de él.— No me retrases, bastardo.

— ¿Ah? —el aludido arquea una ceja. Que sujeto más desagradable.— ¿Por qué invertiría mi tiempo en ti? No eres para nada llamativo.

Aquello hiere el ego de la primera persona pero no se dejaría doblegar.— Mira con atención, bastardo de las mitades, porque seré el héroe número uno y tú serás mi maldito segundón.

— ¿Segundón? Te has confundido contigo mismo. —le muestra ambas manos, haciendo uso de su quirk en ellas. En una hay una pequeña llama de fuego y en otra hay hielo.— ¿Ves esto? Obviamente es el principio y puedo destruirte si quiero.

— No si antes te exploto la cara, jodido extra. —recalca el rubio levantando la mano delante del de ojos heteros, chispeante. Se han quedado mirando unos momentos, lo suficiente como para leer los movimientos de cada uno.

— Es estúpido que intentes pelear conmigo. —se piensa algo pero continúa.— Después de todo, soy el hijo del número dos.

— Sí, de la mierda. —se ríe el rubio con ganas.

— Bueno, algo. —declara el tipo bicolor. El rubio arquea una ceja, aún divertido por su propio chiste.

— ¿No te agrada tu padrecito?

— No es algo que discuta con alguien que apenas conozca. —El rubio rueda los ojos.

— Eres un aburrido.

— Y tú muy volátil.

— Katsuki Bakugō para ti.

— Y Shōto Todoroki para ti.

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Primera discusión.

— ¡¿Te crees más que yo, pedazo de basura?! —grita rabioso Katsuki.— ¡Usa tus flamas contra mí también! ¡¿Por qué el idiota de Deku pudo saborear eso él solo?!

— No quiero discutir acerca de eso, Bakugō. —gira el rostro. Ni él entendía porqué no lo había hecho. Lo había acreditado que era por la confusión de la plática con Izuku durante la pelea pero... Era algo mucho mayor a eso.

— ¡Vamos, Todocopia! —Katsuki le empuja bastante brusco.— ¡Usa tus flamas contra mí!

— Déjame en paz, Bakugō. —Shōto le empuja de vuelta aunque no quiere hacerlo. No se entiende. Últimamente se pone más cohibido referente a su rubio compañero de clase.

— ¿No crees que soy lo suficientemente bueno como el idiota de Deku? —Katsuki se truena los dedos de ambas manos.— ¡Venga a mí como un hombre!

— ¡Que no! —insiste y esta vez se retira. Se siente confundido y algo de meditación podría ayudar.

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Primera mirada.

Y ahí estaba ese rubio, peleando de nuevo con su mejor amigo. Claramente, el único amigo. Le ha atizado con. la bandeja en la cabeza tan fuerte que incluso en África los pudieron haber escuchado. Le parece incluso cómico.

No sabe porqué pero últimamente se siente motivado a mirar a Katsuki. No entendía porqué sus ojos de pronto viajaban hasta llegar con el rubio, analizar cada parte de su ser y quedarse viendo ciertas zonas. Los ojos, el pecho y el trasero. Sin mencionar sus piernas y su parte delantera. Extraño, sí. Gay, demasiado.

Seguía sin comprenderlo del todo. Pero sabía que Katsuki le atraía físicamente hablando.

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Primer coqueteo.

Las miradas, que antes eran de lo más extrañas para ambos, comenzó a convertirse en una especie de rutina del día a día. Han pasado semanas desde que Shōto empezó a seguirle con los ojos y desde que Katsuki le atrapó en el acto.

Pero ahora... Parece que ha subido de nivel. Katsuki le está sonriendo, mirándole fijamente. Ve como desvía la mirada por ratos pero sigue sonriendo lo que provoca una sonrisa nerviosa en Shōto. Ve su andar, que se ha vuelto más lento y más seductor. No puede evitar dirigir su mirada a ese par de glúteos que tiene el rubio después de todo. Katsuki le atrapa en el acto y parece darle risa, lo que ocasiona que Shōto se sienta avergonzado.

Va a él, como siempre, aunque esta vez lo percibe diferente.

— ¿Qué tanto me miras? Parece que me comes con los ojos.

— No es nada en particular.

— ¿Ah, en serio? —una risilla.— Porque yo noté otra cosa.

— E-en serio. —tarda en contestar.— Yo... Eh... Me perdí en un momento.

— Mirándome el trasero, quizá.

— Quizá. —Shōto se sonroja.— ¡Digo no! —Katsuki ríe.

— Hey, ven a mi cuarto esta noche. Deberíamos tratarnos más.

— ¿A tu cuarto?

— No quiero que haya terceras personas pensando cosas malas y no me gusta que me interrumpan así que sí, en mi cuarto.

— Vale, ¿A qué hora?

— A las diez, a esa hora la mayoría ya está durmiendo.

— Entonces nos veremos ahí.

— No tardes, extra.

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Primer beso.

— ¿Entonces nunca has besado a alguien? —pregunta Katsuki a lo que Shōto niega con la cabeza.— Juraría que no eres hasta virgen.

— No me agrada la idea de estar con personas sólo porque sí. —contesta.— Siempre he considerado que para estar con alguien de forma sexual antes debe de existir un vinculo sentimental entre esa persona y yo.

— ¿Y por eso no has dado tu primer beso? —Shōto asiente con la cabeza.— ¿No te has puesto a pensar que cualquiera puede robártelo?

— ¿Por qué haría alguien algo así?

— Existen esa clase de personas. —se encoge de hombros.— No es necesario que se lo des a alguien que ames. Con que le tengas confianza debe de ser suficiente.

— ¿Confianza? —Katsuki asiente con la cabeza y se deja echar en la cama de Shōto.

— Mi primer beso fue un asco. —declara.— A veces me hubiera gustado que fuera de otra manera.

— ¿Cómo te hubiera gustado? —Shōto también se acuesta en la cama, compartiendo su espacio con Katsuki. Él se da la vuelta para verle fijamente y él hace lo mismo.

Ve un brillo especial en los ojos de Katsuki que le hacen sentir algo avergonzado. Baja un poco la mirada y siente la mano del rubio acariciarle la mejilla. Se acerca lo suficiente y deja que Katsuki deposite un beso en sus labios tan corto que le ha parecido insuficiente. Le ha movido todo dentro de él, le ha hecho suspirar y poner su mano en el hombro del rubio.

— Algo así. —susurra volviendo a besar a Shōto, quien deja que Katsuki jugueteé con sus labios en caricias suaves. Le escucha suspirar y removerse en su cama. No tiembla, lo que le da a entender que está nervioso.

Se separa de él un breve momento.— Bakugō, eres mi primer beso.

— También tú eres el mío.

— Pero eso no es cierto.

— Cállate, me gusta más esta versión. —le acaricia la mejilla haciendo ruborizar en pequeña medida a Shōto.— Así que a partir de ahora, tú eres mi primer beso.

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Primera cita.

Si bien, algunos besos han ocurrido por aquí y por allá, nada de qué hablar a la hora de decir de algo más caliente. Las cosas iban lentas en cierta manera considerando que no eran nada más que amigos y compañeros.

Pero eso estaba cambiando.

Ahora mismo están en una cita, donde el lugar romántico es el cuarto de Katsuki. Él, le ha preparado la comida exclusivamente a su amigo bicolor, quien come gustoso. Sin duda, Katsuki era experto en el arte culinario.

— ¿Y te gusta? —pregunta Katsuki dando un bocado.

— Cocinas exquisito. —declara Shōto comiendo bastante a gusto.— Tu esposa se ganará la lotería.

— ¿Esposa? —ríe Katsuki.— No lo creo.

— Bueno, si eres gay, pues esposo. —Katsuki suelta una carcajada.— ¿Qué pasa?

— Nada, nada. —se relaja.— ¿Y tu futura esposa en qué se ganaría la lotería?

— No creo casarme. —da un sorbo de su bebida.— No tengo un buen concepto de matrimonio.

— Ya veo... —Katsuki da otro bocado.— ¿Qué eres? ¿Gay, bi, hetero...?

— No lo sé. —confiesa.— Nunca me ha interesado alguien románticamente. Mucho menos de forma pervertida. Siento que si llego a amar a alguien, solo con esa persona me involucraría de esa manera, de no ser así, no estaría de esa manera con alguien más, ¿sabes? Es hacer el amor, no tener sexo con cualquier persona.

— Interesante. —susurra Katsuki.— Eres algo así como asexual. Un demisexual.

— No tengo idea, no me gustan las etiquetas. —Shōto se encoge de hombros.— ¿Tú?

— Pues no me importaría si me gusta un chico, una chica, un gay, una lesbiana, un trans, un dark... —rueda los ojos.— No lo considero necesario. Lo que importa es lo que cada persona siente. Comparto tu idea de solo hacerlo con la persona que amas pero al contrario de ti, a mí sí me han gustado personas solo porque sí.

— Eres lo que consideran como un ser pansexual, ¿No? —Katsuki se encoge de hombros.

— Tampoco me gustan las etiquetas. —Katsuki deja el cubierto y con sus dedos camina hasta llegar a la mano de Shōto.— Usualmente no dejo que alguien se acerque a mí pero es porque pruebo a la gente. Si las personas se muestran interesadas a mí, puedo llegar a ser alguien afectuoso, mientras no.

— ¿Eres afectuoso conmigo?

— No te he roto la cara así que sí. —Shōto ríe. Siente que Katsuki le acaricia el dorso de la mano y le pone nervioso. Sus mejillas se colorean lentamente.

— ¿Y te gusta alguien? —Katsuki se lo piensa.

— Me gustan muchas personas. —Shōto enarca una ceja.— Me refiero a que me gusten respecto a su personalidad, no de forma romántica o de forma parecida. A veces pienso que si las personas dejáramos de decir que el gusto, el querer y el amar son lo mismo, seríamos mejores.

— Amar es más profundo, ¿No? —Katsuki asiente con la cabeza.

— Muchos sabemos querer pero casi nadie sabe amar. —aquella afirmación hace que Shōto se sienta más interesado en él.

— ¿Qué es el amor para ti? —Katsuki ríe.— ¿Qué?

— Nada. —responde.— El amor es un sentimiento que algunas vez las personas descubrimos. Podemos proyectarlo con familia, amigos o con nuestras parejas. Si hablamos del amor conyugal, diría que amar es aprender.

— ¿Por qué?

— Cuando aprendes, es porque así lo quisiste. Amar es aprender porque entiendes poco a poco lo que pasa por la cabeza de la otra persona, valoras sus gustos y sus disgustos, aprendes a convivir con ella y se disfruta. —Katsuki hace a un lado el plato y recarga sus codos en la mesa para posteriormente apoyar su cabeza en sus manos.— Aprendes a amarla también. Le agarras cariño y te das cuenta cómo hacerla feliz sin hacerte daño también. Para mí eso es amar.

— Qué profundo.

— ¿Para ti qué es amar?

— Nunca me lo he preguntado. —Shōto desvía la mirada.- Supongo que amar es lo mismo que dijiste, entender a la otra persona y saber relacionarte con ella a través de un gusto compartido. Pero siento que hay más. Amar es dar todo por el todo, dar lo mejor de ti para que esa persona se dé cuenta de lo que das por ella. Es poner tu felicidad por debajo de la suya. Es... Dar todo.

— ¿Darías todo por amor? —Katsuki esboza una sonrisa poco a poco.

— Sí. Solo si esa persona vale la pena. —aclara.— Porque bien, cualquier otra también pensaría que dar todo por todo por alguien es amor y no. Es algo más complejo. Amar es también amarte a ti. Y que su felicidad esté por encima de la tuya no es porque te haga sentir menos. Es saber darle un lugar en tu vida, haciéndola tan importante como la tuya.

— Hacerla tu igual. —completa Katsuki y Shōto asiente con la cabeza.— Amar es igualdad, aprender y dar.

— Amar es felicidad. —comenta Shōto.— Aunque también es dolor.

— Amar es como el ying y el yang en partes iguales. —Katsuki apenas se ha dado cuenta que ha entrelazado sus dedos con los de Shōto.— Amar es compartir y saber ser recíproco.

— Amar es... —"Katsuki" piensa por un momento Shōto y sus mejillas se colorean.

— ¿Es...? —pregunta Katsuki, interesado.

— Amar es llegar a ser perfecto. —Shōto quita su mano, sintiendo como esta arde.— Porque cuando amas a la persona correcta y esta también siente lo mismo por ti, debe de ser lo más perfecto que existe. El amor perfecto.

— Recordé por un momento a Platón. —comenta Katsuki y bebe algo de agua.— ¿Has estado enamorado?

— No lo sé. —contesta.— No sé.

— Yo tampoco.

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Primer encuentro vergonzoso.

— ¡Bakugō! —Shōto inmediatamente pone su almohada en su entrepierna, sintiendo las mejillas más que rojas. No quería que su amigo le pillara de tal forma. Después de todo, estar tocándose pensando en cierta persona y que esa cierta persona te descubra, ya era demasiado.

— ¿Qué ocultas, Todomeco? —pregunta Katsuki cerrando la puerta tras de él.— Hoy quedamos en ver películas, ¿Lo olvidas? Conseguí la película de La monja y me he traído Voraz.

— ¿Podríamos verlo otro día? —Katsuki enmarca una ceja.— Yo... —se acerca y se sienta en la cama. Shōto hace el cuerpo hacia atrás. Katsuki arrebata la almohada, dejando al descubierto la escena del crimen.— ¡Kat! —sus mejillas se pintan de rojo tan parecidas como las del susodicho.

— ¿Te estabas...? —Katsuki niega.— Obviamente lo estabas haciendo.

— ¡Perdón! —se vuelve a cubrir.— Yo olvidé lo de la noche de películas, te prometo que... —siente los labios de Katsuki interrumpir sobre los suyos. Su derecha se posa en su muslo izquierdo y lo acaricia. Shōto se deja besar sin procesarlo muy bien.— ¿Qué haces? —pregunta una vez se ha separado de él lo suficiente.

— Déjame ayudarte. —responde en un susurro apartando la almohada y ubicando su mano en su parte noble. La calidez de su diestra sobre su pene es algo que definitivamente no olvidaría.

— ¿Estás loco? ¿Y si nos descubren? —pregunta Shōto bastante nervioso. Katsuki le besa la mejilla.

— Tomaré la responsabilidad, ahora relájate. —susurra y sigue besando su mejilla y parte de su cuello. Su mano agita su entrepierna en suaves caricias que hacen terminar a Shōto bastante pronto. Que la persona que te gusta te masturbe, es algo que definitivamente no aguantaría tan pronto.

— Yo... Lo siento. —avergonzado, se tapa el rostro. Siente que la cama ha perdido peso y la mano de Katsuki deja de estar ubicada en su miembro amigo. Algo nervioso se descubre la cara, notando como Katsuki se hinca delante de él y se abre paso entre sus piernas.— ¡¿Qué estás...?! —vuelve a ser interrumpido por los labios de Katsuki, quien esta vez se ha atrevido a invadir su boca con su lengua. Rodea la suya y juguetea muy poco.

— Cállate y disfruta. —murmura algo molesto. Próntamente ve como la persona que le gusta engulle su miembro. Aquello le parece de lo más erótico. Sentir su lengua acariciar su pene y sus labios succionarle, le es satisfactorio. Se siente en la gloria misma.

— Bakugō... —jadea su nombre sin saber qué hacer. Siente su cabeza ir y regresar a la gloria varias veces. Se siente idiota por no saber qué hacer en un momento como ese. A pesar de que era su primera vez recibiendo una felación, nota la inexperiencia de Katsuki haciendo su labor. Después de todo, le ha dado algo con los dientes.

Para cuando termina, Katsuki se lo saca de la boca, enseñando parte de su semilla que aun habita entre sus labios y lengua. Aquello le parece bastante excitante para Shōto.

— ¡Oh, joder! —inmediatamente la pasa algo de papel higiénico y limpia su rostro. Katsuki se deja hacer. Luce bastante avergonzado. Para cuando termina, se levanta de golpe.

— Olvida esto. —y se marcha, dejando la puerta abierta a un mundo de sentimientos inexplicables para Shōto.

Pero habría que comprender. A Katsuki le había fascinado hacerle un oral a Shōto. Después de todo, se trataba de la persona que le gustaba.

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Primera escena de celos.

— ¿Por qué hiciste equipo con Midoriya? —pregunta Shōto una vez Katsuki ha dejado las libretas tranquilas de estar buscando información para ciertos trabajos.

— Ya te dije que no tuve opción. Era eso o hacerlo solo. Y AutoCAD no parece ser sencillo para una persona. —ordena unas hojas, para volver a analizarlas.

— ¿Por qué no me lo pediste a mí? Seríamos un buen equipo. —se cruza de brazos.

— ¿Ah? —arquea una ceja.— No me vengas con eso, bien que hiciste equipo con la tetuda esa.

— No le digas de esa manera. —exhala.— Llámala por su nombre.

— Me da igual, Todoidiota. —se levanta de golpe.— Así como debe de darte igual que trabaje con el Deku idiota.

— ¿Por qué eres así? Bien que sabes que me instalé AutoCAD para hacer esto. —Katsuki bufa.— ¡Creí que lo haríamos juntos!

— ¿Y no lo estamos haciendo juntos? —pregunta Katsuki señalando la computadora.— Que no estemos en el mismo equipo es otra cosa.

— Katsuki. —el aludido le mira algo molesto. Próntamente siente cómo Shōto le toma por ambas laterales del rostro y roza su nariz con la suya. Un pequeño beso esquimal. Sus mejillas enrojecen.— Yo...

— Me tengo que ir. —interrumpe haciéndolo a un lado de golpe. Camina a la puerta saliendo de pronto.

Shōto se siente mal. Realmente quiere decirle lo mucho que le gusta a Katsuki.

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Primera vez.

— Me gustas. —declara Katsuki apretando los puños.— Hablando románticamente, claro. —Shōto parpadea repetidas veces. Realmente no cree que esté sucediendo eso.— Me atraes... —Katsuki impulsa su pecho hacia adelante sin saber qué más decir.— Bastante. Me atraes bastante.

— Yo... —le quiere decir que él también pero las palabras no le salen. Es demasiado para él.— Es hora de regresar a mi cuarto. —no es algo que verdaderamente haya querido decir.

— Quédate. —insiste Katsuki.— Quiero seguir contigo. —le toma la mano haciendo que Shōto se sonroje.— ¿O qué? ¿No te gusto?

Sí, le gustaba bastante pero la idea de que a Katsuki le gustara Izuku, su mejor amigo, era algo que no se le borraba de la cabeza. Era algo que estaba ahí sin poder explicar el porqué.

De pronto, Katsuki le empuja a la cama, sentándose encima de sus piernas. El nerviosismo de Shōto es cada vez más notorio.

— Me gustas románticamente y sé que te gusto también. —no hubo respuesta a lo que Katsuki le toma del cuello y le besa. Fue tan abrupto que todo se torna muy torpe. Un Katsuki queriendo hacerle entender de sus sentimientos y un Shōto reaccionando poco a poco. Pero parece funcionar. Ahora las manos de Shōto acarician su espalda, queriendo llegar a más. Y no es el único. Katsuki empieza a quitarle la camisa bastante desesperado, metiendo sus manos para poder acariciar su pecho ahora desnudo.

Realmente nunca creyó estar en una situación así con Katsuki después de aquel encuentro tan vergonzoso. Siente que la cabeza se le va y piensa que está haciendo algo mal. Siente el trasero del rubio mecerse sin piedad encima de su entrepierna, despertando al monstruo que se oculta detrás de unos dientes atrapados por un cierre. Para, dejando a Katsuki confundido.

— ¿Qué pasa? —esa pregunta iría mejor en Katsuki.

— Nada. —se baja a lo que Shōto se le queda viendo. Ve que se acomoda sus ropas y el cabello así que él hace lo mismo.— Me apresuré, siento mucho haberte casi violado. —se dirige a la puerta. Esta vez no huiría.

Le toma la mano y le jala a él para luego besarle con tantas ganas. Katsuki le corresponde, echando los brazos alrededor de su cuello, saltando para ser atrapado por Shōto quien es abrazado también por sus piernas. Lo deposita en la cama, besando ahora parte de su cuello. Se da cuenta que no es el único que está disfrutando, el miembro de Katsuki está más que despierto, siendo preso por sus pantalones.

Le baja su ropa inferior, incluido los calzoncillos. Deja a la vista su entrepierna y le acaricia tal y como Katsuki alguna vez hizo con él en el pasado. Le escucha suspirar y sabe que anda por buen camino. Se baja los pantalones al igual que el bóxer, dejando su virilidad a la vista. Katsuki le da una buena mirada, recorriéndole el cuerpo bastante lento.

— ¿Qué esperas? Házmelo. —le atrapa con las piernas, obligándolo a restregarse contra su cuerpo. Un gemido algo alto por parte de Katsuki no se hace esperar. Siente que ya no le es suficiente rozarse contra su cuerpo.

En realidad, nada de lo que estuvieron haciendo en todo ese tiempo era suficiente. Aquellas miradas, esos besos sin explicación y aquellos encuentros poco sexuales eran tan poca cosa a lado de lo que realmente querían hacer. Entregarse mutuamente. Shōto lo tenía en claro. No se le estaba entregando por una simple calentura, se estaba entregando por amor. Un amor primerizo por Katsuki y sabía a la perfección que él también sentía lo mismo, sino, no estarían haciendo todo aquello. Vuelve a restregarse, sintiendo inconformidad. Quería hacerlo, hundirse en el cuerpo de Katsuki y ser uno mismo.

— Apresúrate. —Katsuki lame los dedos de su mano y se los hunde en su entrada, dejándoselo más sencillo a Shōto. Ve cómo Katsuki se las arregla para estar listo delante de él y le impresiona lo bien que disfruta debajo de él. Cuando tres de sus dedos están saliendo fácilmente de su interior, se dan cuenta que es hora de dar el siguiente paso.

El temido siguiente paso. A partir de ahí no había punto de retorno y lo sabían a la perfección. Hacerlo conllevaría un mundo de sentimientos con los que lidiarían después.

Shōto hace a un lado la mano de Katsuki y se hunde en él, sintiendo como la cavidad anal de el rubio parece succionarle. Le ve arquearse sobre la cama, viendo al cielo y sacando la lengua tras un profundo gemido. Aquella faceta era nueva para Shōto. Y disfrutaba ser el primero en verla.

Los movimientos eran algo arrítmicos, Shōto se hacía para adelante y para atrás cada que creía conveniente. No quería lastimar a Katsuki. Pero pronto desechó la idea al escuchar los gemidos del rubio que eran de gusto puro. Próntamente aquello se tornó más salvaje. Con un Shōto abalanzándose con ganas contra el cuerpo de Katsuki, sintiendo su pene rozar repetidas veces contra su abdomen. La gloria misma se había presentado repetidas veces, haciendo a Katsuki rozar el paraíso con la punta de los dedos.

De pronto, vuelve a arquearse, dejando fluir aquella semilla de un nuevo inicio. Shōto le sigue poco después, sintiendo como su cavidad se contrae y le aprieta.

Se deja caer contra la cama. Katsuki se queda boca arriba, respirando arrítmicamente aún con las piernas abiertas, sintiendo parte del semen de Shōto escurrirse por su trasero y descender por la cara interna de sus muslos.

Shōto ha visto algo nuevo en Katsuki. Su rostro yendo a la gloria probando las delicias del orgasmo puro y sin restricción. Quería volver a verlo, quería volver a sentir su piel contra la suya. Katsuki baja la mirada y nota como el miembro de Shōto se vuelve a alzar con bastante valentía.

— Ni se te ocurra. —declara Katsuki regresando a su respiración normal.— Esto que ha pasado...

— Volverá a suceder. —declara Shōto y Katsuki lo voltea a ver.

— ¿Qué dices? Ni creas que voy a ser tu zorra. —gruñe y Shōto le roba un beso. Katsuki enrojece.

— Seamos novios. —vuelve a besarle, atrayendo su rostro a él.— Me gustas, tenías razón. También me gustas románticamente.

Katsuki ríe algo malicioso. Se trepa encima de él, sentándose en su vientre. Shōto siente la humedad en su cuerpo, siendo parte del sudor y de su semilla incluida entre sus glúteos.

— ¿Novios, eh? —arquea el cuerpo, dejando a relucir cada músculo de este. Katsuki tiene un cuerpo bastante erótico.— No me lo pediste.

— ¿Quieres ser mi novio? —pregunta rápidamente Shōto. Katsuki mira al cielo, pensando. Sus glúteos están rozando el miembro erecto de Shōto sin remordimiento.

— ¿Qué gano a cambio? ¿Cogidas? —Shōto se pone nervioso.— Deberías ver tu cara jaja, claro. —esboza una sonrisa, bastante ruborizado.— Seré tu novio.

— Kat. Me gustas. —Katsuki se levanta y de a pocas se introduce el pene de Shōto en su interior, bajando hasta topar contra sus caderas.— Me... Me gustas.

— También me gustas. —susurra alzando sus caderas en su suave vaivén.— Me encantas, Shōto.

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Presente.

— Son lindos. —lloriquea un poco Katsuki al ver a sus bebés. Aquellos niños frutos de su amor con Shōto es algo que realmente no creía posible.

— Son perfectos. —comenta Shōto sintiendo como se deslizan lágrimas por su rostro.— Mira, ella debe de ser María. —la susodicha se remueve entre los brazos de Katsuki y les provoca una vaga risa.— Aunque no la vamos a llamar así, ¿Verdad?

— Natsuki. —dice de la nada Katsuki.— Ese va a ser su nombre. —la bebé deja de removerse para después esbozar una pequeña sonrisa. Shōto le acaricia sus cabellitos rojizos. No ha abierto los ojos así que dudan de qué color sean. Después de todo, existen tres posibilidades.

— ¿Y él? —pregunta por el que está a lado.— Me gustaría que se llame Kazuo. —Katsuki asiente con la cabeza. El bebé es de lo más tranquilo, considerando lo torbellina que era su hija. Al contrario de Natsuki, Kazuo tiene los cabellitos rubios bastante claros, casi tirándole al blancuzco color del cabello de Shōto.

— Entonces Kazuo será. —le abraza con poca fuerza. Katsuki está bastante conmovido.

— ¿Y qué tal él? —el otro bebé en brazos por Shōto es similar al segundo.

— Kasei. —hablan los dos al mismo tiempo. Después de todo, los gemelos llegan a tener nombres similares pero ambos pueden llegar a ser bastante diferentes.

— Vaya, por un momento creí que se llamarían María, Light y Rin. Considerando lo especial de mi hijo, claro. —aclara Mitsuki acercandose a ver a sus nietos.— ¡Ay! Son tan preciosos. Sin duda los hiciste con amor.

— Aún si los hubiera hecho al chingadazo me hubieran salido perfectos. —declara Katsuki bastante atento a sus bebés.

— Ten, dales de comer. —Masaru pasa una mamila a su hijo, quien, con mucho cuidado de no tirar a alguno de sus bebés, la sostiene. La primera que bebe es Natsuki. Al segundo que le dan es a Kasei. Y al tercero es a Kazuo. Pequeños tragos pero suficientes para ellos. Después de todo, sus estómagos están pequeños.

— ¡Que linda familia! —declara Hanako sonriente.

— ¿Nos tomarías unas fotografías? —Enji le pasa su móvil.— Quiero tener recuerdos del nacimiento de mis nietos.

— Me pasas las fotos, Enji-san. —comenta Mitsuki.— Las tendré en la casa para recordar esto por siempre.

— Y obviamente a nosotros. —le sigue Katsuki.— Quiero tener evidencia de todo de ellos. —le besa la frente a Kazuo, a lo que el bebé responde con un pequeño suspiro.

— Que linda familia. —Hanako se pone delante de ellos, tomando las fotografías sin que se den cuenta. Algunas tomas salen de lo más tiernas. Katsuki viendo a sus bebés junto con Shōto. Shōto y Katsuki sonriéndose. Mitsuki peleando con Enji porque aparentemente no desea pasarle las fotografias porque ahora son suyas. Katsuki peleando con su madre porque puede despertar a los bebés. Masaru tratando de calmar a su esposa, lo mismo que hace Shōto con su novio con un Enji rodando los ojos. Y una normal, donde todos miran a la cámara.

. . . .
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Twitter.

"Hace mucho que quería hablar de esto pero nunca me había atrevido. Hace meses me diagnosticaron gastritis. Bueno, esa gastritis se partió en tres y tienen seis meses."

Hay cuatro imágenes adjuntas. Una de cada bebé y una donde salen los tres bastante sonrientes.

"Es la mejor gastritis que he tenido. Quién diría que el error de un médico haría que las cosas cambien y fuera lo mejor que me pudo pasar."

Fin.

***
Oficialmente, hoy nos despediremos de "Katsuki tiene gastritis", ¡Muchas gracias por las personas que estuvieron ahí apoyando con votos, comentando y compartiendo la historia! Estoy bastante emocionada, es la primera vez que termino un fanfic y estoy a gusto con el transcurso de este.

Me han sacado risas, algunos me han dado datos bastante curiosos acerca del embarazo y de la leche en los hombres (que me pareció algo traumático para mí) y otros me han conmovido bastante.

Este fanfic se volvió importante en mi vida ya que con el podía liberar toda mi "mala presión". Me hacía sentir mejor escribir capítulo con capítulo. Sin contar el hecho de que el bebé de mi tía me sirvió de inspiración, ese niño se ha vuelto algo así como mi hijo. Ese bebé me saca cada sonrisa.

Como ya se había dicho, el fanfic tendrá continuación. Realmente no tardará bastante en salir a la luz. Veremos cosas tontas y algunas pocas tristes. Ser padre también puede ser duro y divertido a la vez. Veremos si evolución como padres y como esposos.

Más de uno se quedó con la duda de lo de Katsuki con Izuku. Esto se revelará hasta la segunda parte. Pero no piensen nada malo, no es algo del otro mundo.(?)

De nuevo, muchas gracias a todos. Les estimo bastante. ¡Nos vemos en la segunda parte!

***

¡Gracias nuevamente por apoyar este fanfic, espero puedas apoyar la temporada dos!

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