The Real Slim Shady vs. Todos - Parte 2
—«Blades está muerto. ¿Por qué debería contenerme con estos payasos?»
Eminem aterrizó suavemente frente a Tupay, quien mantenía su mirada gélida y los brazos cruzados.
A su tras, los demás caporales tintineaban las tijeras doradas que giraban alrededor de sus pulgares.
—Les haré una pregunta. Si me responden correctamente, ganan, sino, pierden. ¿Quieren jugar?
Nadie respondió.
—¡Muere demonio!
Tupay se lanzó con un puño listo para impactarlo en la perfecta cara de Eminem, pero este solo se hizo a un lado, creando cadenas de barcos trastlánticos sobre el joven caporal.
Eminem bostezó y se dirigió hacia los demás caporales.
—¿Alguien más quiere jugar?
El cuerpo de los caporales empezó a doblarse en ángulos irregulares. Sus cuerpos caían al suelo haciendo formas que fácilmente romperían los huesos. Pese a todo, las tijeras continuaban girando.
El movimiento de los caporales produjo un pequeño sismo que removía las olas del Titicaca.
Tan pronto como Eminem desplegó sus alas, una onda de calor emergió detrás de él. Tupay se levantó entre las cadenas derretidas por su cuerpo encendido en llamas que se extendían hasta formar una silueta de cinco metros, con el cuerpo cubierto por fuegos de colores, más de mil ojos, una lengua bífida que serpenteaba fuera de su boca y unos cuernos tan afilados que cortaban el mismo aire.
—¡Te dije que morirías!
Corrió como un guepardo hambriento, agarrando el cuerpo entero de Eminem con sus enormes manos y arratrándolo contra el suelo, para luego patearlo hasta una roca la cual se partió en dos. Saltó sobre este y lanzó una llamarada de fuego que calcinó hasta la misma roca, destrozándola en miles de pedazos.
Eminem alzó su mano y sacó un bote que lo ayudó a impulsarse a un lado. Había envuelto su mano en una esfera de aluminio, por lo que era la única parte de su cuerpo que estaba intacto.
Pasó su mano por su cuerpo, regenerando su piel y su ropa como también sus ojos y orejas. Tupay no desistió. Aplastó a Eminem con su pie, presionándolo contra el piso mientras lo volvía a quemar.
—Pagarás lo que hiciste, maldito demonio volador.
—L-Lo único que volará es tu cabeza.
Con ayuda de su stand, creó un cañón frente a Tupay. El proyectil salió disparado, golpeando el rostro de Tupay, pero por el calor que emanaba, había ablandado la bola de metal.
Esos segundos fueron preciados por Eminem quien tomó vuelo lo mas rápido posible.
—«Estos tipos no tienen la reliquia ni la moneda. Debe ser una especie de trampa»
Aunque no lo creía, Tupay estaba detrás de Eminem, lamiendo sus piernas con su lengua dividida.
—Que buen sabor tiene el miedo.
—¿Ah, sí? Prueba el spaghetti.
Abrió sus manos, lanzando toneladas de spaghetti con salsa de tomate.
Tupay se deshizo de la masa roja con el calor, pero no esperaba que Eminem le lance un edificio entero.
—¡El Empire State! O al menos la mitad de este.
La estructura chocó contra Tupay, pero este se metió dentro del edificio, saltando entre los pisos para no perder la pista de Eminem, hasta salir por la punta del Empire State y agarrar las piernas de Eminem con su lengua.
—¡The Real Slim Shady!
El stand de Eminem se apartó de su usuario para atacar con una bola de nieve a Tupay. El hielo se derritió, creando una bruma de vapor. Eminem pudo cortar la lengua de Tupay, alejándose para encubrirse con el vapor.
—Oye, ¿no te han dicho que pareces un mono? Deberían disecarte para ponerte en un museo. ¿Y qué crees? Planeo tener uno así que tu serás mi primera exhibición.
Tupay trataba de seguir la voz, pero venía de todas partes que no lograba hallar el origen.
—Pero me da asco disecar asi que mejor... ¡te congelo!
Eminem disipó el vapor y apuntó a Tupay con sus manos para envolverlo con un frío extremo. Era tan frío que sus propias manos comenzaban a entumecerse.
El fuego de Tupay no fue suficiente para evitar ser congelado por lo que su pesado cuerpo cayó hasta estrellarse contra el suelo.
—¡El caporal ha caído!
—Vayamos a ayudarlo.
Los caporales dejaron de bailar y fueron por Tupay, pero este los detuvo lanzándoles pedazos del hielo.
—¿Qué hacen idiotas? Sigan bailando. En mi forma original no podré luchar contra ese demonio.
El estado de Tupay era lamentable. Los caporales estaban conmovidos por la abnegación del caporal superior que empezaron a danzar, haciendo girar las tijeras.
Tupay sintió una energía revitalizante que encendió su cuerpo, logrando ponerse de pie.
—Increíble. Y luego dicen que el poder de la amistad no puede hacer milagros —dijo Eminem aplaudiendo.
Tupay giró para verlo y se impulsó con el fuego que expulsaba de sus pies. Lanzó una llamarada que Eminem apagó con un ventarrón que sacó de sus manos.
—Si a ti no te afecta nada de lo que te lanzo, tal vez a ellos sí.
Abrió su mano y se formó un pequeño submarino que lanzó hacia los caporales que bailaban. Al ver que el submarimo estaba cayendo hacia ellos, se apartaron y Tupay perdió potencia por lo que tuvo que aterrizar.
Eminem no perdió el tiempo y voló hacia el oscuro cielo, con sus brazos extendidos y sus manos abiertas.
En medio de las nubes, formó grandes cantidades de aire. Por la mano izquierda, aire frío, y por la derecha el aire caliente.
El choque de los ventarrones provocó un rugido en el cielo acompañado de truenos que iluminaron el cielo por unos segundos.
Las nubes se arremolinaron sobre el Titicaca y una cola descendía.
—¡Ahí está el demonio! —exclamó un caporal.
Tupay pudo ver como Eminem descendía con las nubes hasta hundirse en el Titicaca.
Inmediatamente, el choque provocó que el remolino de nubes absorbiera el agua del lago hasta formar un estruendoso torbellino de agua y nubes que provocaron una lluvia intensa alrededor de un kilómetro.
En medio del grueso torbellino, Eminem estaba con las alas y los brazos extendidos, sonriendo mientras veía a los caporales en tierra.
—¡The Real Slim Shady!
Ambas manos expulsaron feroces ventarrones de aire frio y caliente que hacían rugir el cielo como si mil leones rugieran de hambre.
El tifón avanzó, saliendo del Titicaca y destrozando todo a su paso mientras que los relámpagos rompían la oscuridad de la noche boliviana.
Los caporales se prepararon para defenderse detrás de Tupay, que pese a estar lastimado, no mostraba miedo por el torbellino de agua que se acercaba rápidamente.
—¡Bailen! ¡Bailen como si fuera el último día de sus vidas! ¡Necesito estar más caliente que el sol!
Tupay avanzó sin ninguna expresión de miedo en su rostro. Veía al implacable torbellino como un oponente ordinario.
—¡Ya lo escucharon! ¡A bailar!
Los cascabeles de los trajes de los caporales comenzaron a tintinear tan fuerte como los relámpagos del cielo.
Eran hombres que le plantaban cara a la fuerza de la naturaleza.
El cuerpo de Tupay se encendió en un rojo vivo, transformándose en su demoniaca versión. Su lengua expulsó fuego, evaporando el agua que caía a su alrededor.
—¡Siente el fuego de todas tus víctimas, Eminem!
Tupay estaba ardiendo. Su cuerpo estaba tan caliente que el suelo a su alrededor estaba transformándos en lava.
Abrió su boca, expulsando un aliento de fuego que chocó contra el cuerpo del torbellino, evaporando parte del agua y deteniendo su camino.
—¡Ja, ja, ja! —Eminem se reía a quijada inquieta—. Aun no entiendes la magnitud de mi poder. ¡Ya no existen límites para mi!
Pese a las palabras de Eminem, Tupay continuaba disparan el poderoso fuego de su boca.
—Y para que lo veas te obsequiare aquello que tu gente perdió hace mucho tiempo —dijo Eminem desmoronando el torbellino y elevándose sobre este para alzar su mano y formar una gran burbuja de agua que creció hasta tener el tamaño de un estadio olímpico—. ¡Prueba el agua del Atlántico!
Lanzó el fragmento de océano sobre Tupay.
Por más fuego que expulsara, no pudo evaporarlo y este cedió frente a las toneladas de agua salada que cayeron en la tierra y que se dispersaron alrededor, rompiendo la formación de los otros caporales y arrastrándolos a varios metros.
Eminem aplaudió, expulsando un pequeño huracán que llevó la bruma del vapor del agua hacia el cielo.
—Ashhhh... por su culpa estoy mojado y sin necesidad de una chica —dijo Eminem, metiendo su mano entre la tierra mojada y sacando a un moribundo Tupay—. Eso no lo puedo permitir y por ello, usaré tu mente.
Apretó el cuello de Tupay con su mano, absorbiendo su conciencia hasta dejarlo con los ojos en blanco. Lo soltó y luego lo pateó.
—Que delicia. Felizmente estabas vivo. Muerto ya no me sirves, pero aún hay un banquete por comer.
Desplegó sus alas y voló hacia los caporales sobrevivientes, quitándoles sus conciencias y recuperar la energía que había perdido al crear el tifón.
Cuando todos los caporales quedaron en coma, voló al cielo para ubicar el paradero de ambas reliquias.
Formó una lupa gigante con su mano, observando las montañas con detenimiento. Cuando vio el fulgor de una lámpara entre unos cerros, no dudo y voló tan rápido que partió una nube a la mitad.
—¡Regrésenme lo que me pertenece!
Próximo capítulo: The Real Slim Shady vs. Todos - Parte 3
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