1/4 Omevagerse +18
Tipo de historia: Omegaverse
Palabras: 13700
Parejas secundarias: MitsuBoru, ShikaJin
Advertencias:
• Contiene violaciones
• Trata de temas que pueden herir la sensibilidad del lector
• Se recomienda discreción
Si tienen alguna duda del Omegaverse les invito a leer este libro
Pequeña (y sencilla) guía Omegaverse
De @Parkjeon89
lo explica muy bien y si tengo dudas esto es lo que consulto, he de agregar que el omegaverse es muy flexible y los escritores pueden moldearlo a su gusto, pues las reglas de este genero mas bien son una guía.
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—¡Ah-ahh... Ahh! ¡D-Detente! ¡Por favor! —rogó Denki entre jadeos, tratando de zafarse del agarre del mayor— ¡ahh! —gritaba con dolor desgarrador, mientras grandes lágrimas brotaban de sus ojos.
—Shh —le chistó el moreno tomándolo de la barbilla con su mano libre, mientras que con la otra sujetaba con fuerza sus manos contra la pared— tú me llamaste ¿no?... sólo te hago un favor.
Tan solo podía llorar, gritando entre jadeos y miedo, estaba inmovilizado y su estado actual no le dejaba usar su fuerza. Su cuerpo ardía y dolía, las piernas le temblaban, todo él se estremecía, podía sentir un líquido escurrir entre sus piernas, la cabeza le daba vueltas y ya no podía mantenerse en pie, pero lamentablemente le gustaba, porque su cuerpo lo quería, necesitaba de eso, pero se sentía asqueado y tenía miedo, no lo soportaba.
No había nadie que lo escuchara, las altas horas de la noche le aseguraban que nadie iría a ayudarlo. Y si alguien llegaba a escucharlo, el olor que emanaban ambos y los gemidos de dolor seguramente los harían alejarse del lugar.
Si tan sólo no hubiera olvidado tomar los inhibidores.
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FlashBack
Denki había entrenado mucho, los ejercicios que llevaba a cabo eran mucho más intensos de lo que recordaba, realmente se sentía agotado, sólo quería llegar a casa y dormir, ni siquiera tenía la intención de bañarse. A sus diecisiete años, esperaba tener más fuerza y aguantar los entrenamientos, pero parecía que sólo lograba lastimarse, aunque poco a poco los soportaba mas, ya no era tan débil como antes.
Agotado, volvía a casa a altas horas de la noche, dando pasos cortos y pesados, casi arrastrando los píes. De pronto, un leve bochorno lo golpeó, sentía mucho calor, comenzó a sudar frío, después, un cosquilleo en su zona pelvica lo alertó y como si nada, el celo le llegó, su intimidad se humedeció y un estirón en aquella zona le alertó.
Había olvidado tomar los supresores y no traía ninguno consigo. Rápidamente y con mucho esfuerzo, se encaminó a un callejón cercano, al entrar, notó que este tenía un callejón a parte formando una T con ambos, entró a este y tumbándose al suelo, tomó su teléfono y marcó.
Tal vez él podría ayudarlo, después de todo también era un omega, y ya había encontrado a su destinado desde hacía mucho tiempo, su olor no lo afectaría.
—¿Hola? —se escuchó desde la otra linea, una voz somnolienta y molesta.
—Por favor... ayudame... n-no sabía a quien llamar... —murmuró Denki entre jadeos sonoros— llegó mi celo y no tengo supresores... ¡agh! ¡Rapido, ven!
Denki le dio el lugar en el que estaba, pero no recibió respuesta alguna.
—¿Boruto?... por favor —rogó acalorado esperando una respuesta.
—Espera ahí.
Se escuchó antes de que cortaran, pero esa no era la voz de Boruto, antes no se había dado cuenta, pero ahora se percató de que no era él. Por el calor y dolor de su cuerpo rogando ser tocado, no podía procesar con claridad lo que escuchaba, ni lo que hacía.
Adolorido, dejó caer el teléfono, bajó la mano a sus pantalones y sobre la tela, comenzó a masajear su miembro, casi no servía de nada, necesitaba que alguien lo ayudara, pero no tenía quien lo ayudara en eso, no aún, lo único que le quedaba era esperar a quien sea que le haya llamado, lo ayudase, y rogar a que su olor no alertara a algún alfa.
Jadeante, entre gemidos dolorosos, logró escuchar unos pasos aproximarse.
Con la mirada borrosa, vio en la entrada del callejón una sombra acercarse. No lo reconocía a simple vista, era una figura mucho más grande que Boruto, una vez teniéndolo a unos cuantos pasos de él, lo divisó con claridad.
No era Boruto, era Kawaki. Denki estaba al tanto de que Boruto tenía a alguien viviendo en su casa, un chico extraño con habilidades extrañas, era un tipo molesto, siempre lo agredía, era mayor y siempre se metía en problemas. Boruto nunca tuvo problemas con él por el celo ya que su olor sólo le afectaba a Mitsuki y siempre que estaban cerca sus días, pasaba la semana con este en su departamento, además, Kawaki más bien era como su hermano mayor, uno que nunca quiso.
Pero Denki no lo conocía a fondo, todas las veces que habían hablado él lo insultaba y agredía, pero cuando Iwabee estaba con él, sólo lo ignoraba y se dedicaba a molestar al Yuino. Le tenía miedo, pero se había prometido a si mismo ya no temerle a nadie ni nada. Ahora mismo, no tenía miedo, estaba aterrado. El olor de un omega en celo sacaba lo peor de un alfa, y Kawaki era uno.
—No... por favor no... —pidió entre jadeos y pequeñas lágrimas, mientras Kawaki se hincaba frente a él.
—Shhh, vine a ayudarte —susurró el mayor, tapándole la boca con una mano, mientras que con la otra, acariciaba una de sus piernas, metiéndola por debajo del short provocando que Denki temblara, tanto de miedo como de placer.
Fin Flashback
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—¡Mhh! ¡Mhhh! ¡M-Mhhh! —sus gemidos eran callados por la mano ajena, mientras dolorosas embestidas le eran propinadas en su húmeda intimidad.
Los jadeos y gemidos de placer que soltaba Kawaki excitaban su cuerpo, pero a él le asqueaban, le causaban tal repulsión que no lo soportaba. El miembro de Kawaki entraba y salía sin cuidado alguno, golpeando su próstata brindándole un horrible cosquilleo en su miembro del que brotaba liquido preseminal.
El choque húmedo de la ingle contra su trasero, provocaba un sonido sordo de chapoteo. Su cuerpo se calentaba al sentir como el miembro del mayor entraba y salía con efusividad en su apretado canal, frotándose contra sus paredes atinando con cada embestida en ese punto que lo hacía vibrar de repugnante placer.
—Ahhh, carajo... hueles tan bien... y estás tan apretadito —susurraba ronco contra su oído—... me pregunto porqué tu amigo no te habrá marcado ya... se nota que realmente te desea... ahhh... pero es una suerte, eres virgen ¿no?... puedo sentirlo... ahh... con lo apretado que estás se nota que es tu primera vez...
Denki sólo lloraba en respuesta, dejando caer su cabeza al frente tratando de evitar oír las palabras de su ajenas. Tras unas estocadas más, Denki terminó provocando que sus paredes se contrajeran, excitando en demasía a Kawaki, logrando que sus embestidas fueran más rápidas e intensas.
—Ahhh —gritó con placer el mayor, corriéndose casi en el interior de Denki, mientras el nudo en la base de su virilidad se formaba. Jadeante, reposó su frente en el hombro del menor— eso estuvo bien... perdón, pero realmente me gustó —murmuró entre jadeos, destapando la boca ajena, para con esa mano, acariciar el trasero de Denki, aún manteniendo su miembro en su interior—... tienes un lindo cuerpo... pareces muy frágil... en verdad eres un buen omega... —susurró con lascivia apretando y acariciando una de las nalgas de Denki, mientras que este sólo podía llorar sonoramente— si vuelves a tener problemas con esto —dijo mientras pasaba su mano al miembro ya flácido del menor— sería un honor ser el que te ayudara.
Finalizó, para después una vez el nudo desapareció salir de él y soltar sus manos, dejándolo caer de rodillas al suelo.
—Alegrate de que usé esto —dejó junto a él un condón usado— no queremos accidentes ¿verdad?
Después de decir eso, escuchó como se ponía los pantalones y se alejaba dejándolo sólo en ese callejón oscuro.
Adolorido, tembloroso y con miedo, Denki se subió los pantaloncillos con mucha dificultad, le dolía su interior, pese a estar dilatado y húmedo naturalmente, le dolía ya que las embestidas habían sido muy bruscas. Sus piernas temblaban, le dolía toda la espalda baja y se sentía sucio, la parte interna de sus glúteos estaban ligeramente manchadas de un líquido rojizo, había sangrado, Kawaki lo había lastimado dentro.
Dejando salir todo el dolor que tenía, apoyó su mano contra la pared, descansando su frente en esta para llorar desconsolado. Varios minutos se quedó ahí, una vez habiéndose calmado, buscó sus lentes en el suelo, se los colocó y buscó su teléfono, asustado, no sabía a quien llamarle.
Boruto no, no podía decirle lo que pasó, el olor de Kawaki lo delataría, no quería que supiera lo que pasó.
Iwabee menos, no podía dejar que lo viera así, además, conociéndolo se iría a matar a golpes con Kawaki, y perdería.
Llevaban siendo pareja seis años, tenían una linda relación, inocente en todos los sentidos, pese llevar tanto tiempo juntos, nunca habían tenido contacto mas allá de besos castos y abrazos cálidos, tal vez uno que otro beso acalorado pero nunca pasaba a mayores, y pese a tener su celo cada tanto, nunca habían tenido relaciones, querían esperar, buscar el momento correcto y primeramente empezar lento con el tema.
Pero ahora... ¿Qué haría? ¿con qué ojos los vería? ¿como se lo contaría?. Ya pensaría en esas cosas después, ahora necesitaba a alguien que lo ayudara.
Mitsuki, Metal, Shikadai y las chicas no eran opción, no estaba tan unido a ellas como para considerarlas, y ellos eran alfas, no sería buena idea. Así que sólo quedaba una opción. Tembloroso, buscó el numero entre sus contactos, marcó y el timbrar sonó tres veces, a la cuarta, contestaron.
—Uhh... Denki... ¿sabes que hora es? —murmuró una voz somnolienta y adormecida.
—Inojin... —susurró entre hipidos y jadeos temblorosos por el llanto.
—¿Denki? ¿Estás bien? ¿Que pasó? —preguntó notoriamente más despierto.
—Inojin... ven a buscarme... necesito que me ayudes... —pidió con dificultad, tratando de secarse las lágrimas que aún se derramaban.
—C-claro, voy ahora... ¿le llamo a alguien más?
—No... por favor no le digas a nadie... sólo ven tú.
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—¡¿Denki?! —gritó el rubio de coleta al entrar al callejón.
—Inojin... —respondió una voz temblorosa.
El Yamanaka divisó al menor, muy al fondo del callejón. Estaba sentado en el suelo abrazando sus piernas, parecía que temblaba y no dejaba llorar. Desde donde estaba, le llegaba fuertemente el olor a sexo, era el olor de Denki mezclado con el de otro, un olor que creía reconocer.
Rápidamente y sin titubeos, corrió para hincarse frente a él. Estaba sucio y sudaba, junto a él había un... Inojin se tapó la boca con horror, entendió lo que había pasado.
—No puede ser... —murmuró con asombro— Denki... ¿quién fue? —preguntó al instante, tomándolo de los hombros para que lo mirara.
No hizo falta que lo dijera, al aspirar el olor con más fuerza, lo reconoció, era el de Kawaki.
—Fue... Denki ¿acaso fue...?
—Sí... —afirmó entre lágrimas, asombrando por completo al rubio— por favor... no le digas a nadie...
—Pero... Denki, esto lo tiene que saber--
—No, por favor no... —rogó sin verle, bajando la mirada con vergüenza.
Inojin entendió, Denki tenía miedo, estaba shokeado y no podía hacer nada para hacerlo cambiar de opinión. Con tristeza, lo abrazó tratando de brindarle consuelo.
—¿Qué quieres que haga ahora? —preguntó con delicadeza.
—... llevame a casa... por favor —pidió por lo bajo, aferrándose al cuerpo del rubio con un abrazo.
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A paso lento, Inojin cargaba a Denki en su espalda. No era lo suficientemente fuerte como dar saltos por los tejados con él, después de todo, él también era un omega y no parecía buena idea hacerlo.
—Pronto llegaremos —comentó el rubio, obteniendo un gemido como respuesta del menor. Seguramente se estaba quedando dormido— ¿por donde voy a entrar?
—Por la puerta principal —susurró quedo con voz ronca—... no hay nadie a estas horas.
—Está bien...
Una vez frente al gran edificio de Kaminarimon Company, Inojin abrió la puerta principal con una tarjeta especial de Denki, al entrar, todo estaba iluminado con una luz tenue, no había nadie más que un guardia dormido en una de las esquinas.
En silencio, Inojin se dirigió al elevador y con dificultad lo llamó, entró, esperó y al salir, Denki le guió hasta su cuarto, en donde con la misma tarjeta, abrieron la puerta.
Denki olía a sexo, para Inojin, era un olor repugnante, ya que al tener ya a su pareja, el olor de Kawaki le asqueaba, mientras que el de Denki, sólo le resultaba molesto.
Tenía que ayudarlo a bañarse, aparentemente a Denki le dolía toda la espalda baja y le ardía su interior, el dolor de ambas partes era más intensa que antes, así que Inojin al ser ninja médico le ayudaría, además, por las aguas termales y los baños mixtos ya se habían visto desnudos, básicamente todo el grupo se había visto desnudo entre ellos, aunque claro, desde que cada uno de los omegas del grupo había sido marcado, ya no se juntaban en esos baños, más que nada por los alfas, eran muy precavidos y les molestaba la simple idea de que alguien más viera a su omega.
Aunque Denki no había sido marcado, y Metal e Iwabee al ser alfas, aún no habían marcado a nadie.
Tras llevarlo al baño de su cuarto y ayudarlo a quitarse la ropa, Inojin le curó y lo ayudó a quitarse todo el olor que seguía impregnado en él. Gracias al collar para evitar ser marcado, Denki no tenía mordida alguna.
Una vez habiéndolo limpiado por completo, Inojin lo ayudó a vestirse y a llevarlo a la cama, en donde se sentó en la orilla de la misma para hablar con el menor.
—¿Como te sientes? —preguntó con amabilidad el rubio. Pero Denki no respondió, tan sólo veía a la pared en silencio. Inojin suspiró y más decidido, decidió tocar un tema en especial— necesitas ser marcado.
—¿Eh? —musitó por lo bajo el menor, girándose para verlo con duda.
—Necesitas que Iwabee te marque, ya es hora, es necesario —sentenció con seriedad y pena, logrando que Denki se sonrojara al pensar en la idea de ser mordido por su pareja, y temblara temeroso al pensar en lo que implicaba eso—, sé que quieren ir lento y todo eso, pero tu celo siempre será un problema y si Iwabee no te marca será peor, y si te muerde tu olor solo le afectará a él y te sentirás más seguro.
—P-pero... no estoy listo para eso... —exclamó con vergüenza, bajando la mirada pensativo— y ahora... no sé que hacer... no puedo verlo a la cara... no quiero ver a nadie —susurró haciéndose ovillo en su lugar.
—No hay de otra, pero creeme, así estarás mejor —le animó mirándole con una pequeña sonrisa.
—Pero... no es tan fácil... para que el enlace sea bueno tiene que ser durante el celo y eso da una semana al mes... además, no quiero que mi... —Denki se detuvo en seco, bajó la mirada con amargura tomándose el vientre, y tembloroso, comenzó a llorar.
—Oh, Denki —murmuró con pena el rubio, tomando de los hombros a su amigo para brindarle consuelo.
—Esa fue... mi primera vez... —susurró entre lágrimas y coraje, tratando de secarlas sin éxito. Inojin le abrazó mientras que Denki se aferraba a las prendas ajenas con enojo—... maldición... esa fue... mi primera vez —murmuró entre dientes.
—Tranquilo... ya pasó... —le susurró acariciando sus cabellos tratando de calmarlo— ya no volverá a pasar.
—¿Como lo sabes?... —murmuró con enojo, abrazándose con fuerza a él— ninguno de nosotros lo conocemos bien... No sabemos nada de él... ¿Como sabes que esto no volverá a suceder?
—Necesitas decirle todo a Boruto.
—No... No puedo... No... —negó con tristeza, ocultando su rostro en el pecho del rubio.
—Denki... —susurró con pena Inojin, pensando mortificado como ayudar a su amigo—... Entonces... Deja que Iwabee te marque, entiendo que no estés listo para eso, pero es la mejor opción... Pasa tanto tiempo como puedas con él, invitalo a quedarse aquí y esconde tus supresores, deja que el celo te llegue con él... Es eso o dile todo a Boruto, tienes dos opciones, porque la tercera opción es que vivas con miedo a que pase otra vez.
Denki sollozó con fuerza, mientras que Inojin le abrazaba de igual forma acariciando su espalda brindándole consuelo.
No podía decirle a Boruto, tenía miedo de lo que pudiera suceder, Kawaki siempre lo aterró, él no era como Iwabee, a Kawaki nunca pudo acercarse y hacerle cambiar su forma de actuar, siempre se alejaba y era muy hostil con todos, incluso con las chicas, fuera quien fuera, él los agredía.
No estaba listo para ser marcado, disfrutaba mucho la relación que tenía con Iwabee, con él todo era coqueteo y lindos momentos de vergüenza, a ambos les gustaba eso y por ello ninguno hacía ningún movimiento, varias veces estuvieron por llegar más allá pero o uno de los dos se alejaba o siempre los interrumpían.
Le gustaba, y a pesar de querer ser marcado por él, no se sentía listo, pues para que la unión sea perfecta, debía entrar en celo con él, unirse y casi al final del acto sería cuando lo mordería.
No tenía opción, tenía miedo de lo que pudiera pasar, y si enlazarse con Iwabee era la única opción, buscaría la forma de estar con él a solas.
•~ 🌼 ~•
Inojin se dirigió a paso lento a kaminariBurger, estaba preocupado por Denki. La noche anterior se había quedado hasta que se quedó dormido, incluso dudo al irse, pues sabía que Denki estaba mal y necesitaba compañía, aunque tal vez también necesitaba estar solo.
No sabía quien hacer, jamás se había visto envuelto en una situación así, lo único que podía hacer era mantener alejados a todos del chico y apoyarlo en lo que pudiera.
Adentrándose a la hamburguesería, Inojin divisó en una de las mesas al equipo siete y dos del diez, mientras que en una mesa de al lado, estaba Iwabee y Metal. Tragando saliva, Inojin vio con mortificación a Iwabee que desde su asiento le daba la espalda ¿qué le diría?
Negando con la cabeza, se dio un par de palmadas en las mejillas y suspiró relajándose, ocultar sus emociones le era sencillo, actuar normal no sería difícil.
—¡Shi-ka-dai! —exclamó con malicia el rubio aproximándose por la espalda al susodicho, dejando caer ambas manos en los hombros de este para asustarlo.
—I-inojin —murmuró con sorpresa el Nara, mirando por sobre el hombro a su pareja.
—Ya llegué —dijo con simpatía, abrazando al azabache por los hombros, frotando alegre su mejilla contra la contraria, para luego dejar un beso en esta y tomar asiento junto a él.
—¡Hola! ¿Porqué tan tarde? Ya casi acabamos de comer —saludó el Uzumaki muy alegremente, mientras comía gustoso su hamburguesa.
—Me quedé dormido, anoche no pude dormir muy bien, y por tu olor supongo que tú tampoco —comentó el Yamanaka con burla, logrando que el semejante se sonrojara molesto y Mitsuki riera ligeramente.
—¡E-es el olor natural de Mitsuki, ya no se me quita! —exclamó con vergüenza Boruto, ganando una risa del grupo.
—Hueles raro —comentó con simpleza el Nara, acercándose al cuello de Inojin para olfatearlo más de cerca—, es muy ligero pero...
—Imaginas cosas, debe ser porque me bañe con el shampoo de mi mamá —se excusó el rubio alejando a Shikadai, este le miró dudoso por un segundo, pero solo le restó importancia y volvió a comer lo suyo.
—Denki aún no llega, ¿también se habrá quedado dormido? —comentó Iwabee con un suspiro, apoyando su codo en la mesa y su mejilla en su mano.
—Es la cuarta vez que mencionas a Denki, ya deberías marcarlo —exclamó con fastidio Chouchou, logrando que Iwabee se sonrojada molesto y apenado.
—Ayer entrenamos mucho, no te preocupes, en cualquier momento llegará —le animó Metal dándole un par de palmadas en la espalda, tan sólo haciendo que Iwabee suspirara otra vez.
—Si tanto te preocupa ve a verlo, no pierden nada y él se alegrará —dijo Sarada, mirándole con algo de indiferencia.
—Tienes razón —afirmó Iwabee con los ánimos renovados, levantándose de su asiento dirigiendo su mirar a Lee—, vamos Metal.
—¡Vamos! —asintió el chico alzando el puño con entusiasmo.
—Ve por tu hombre —le animó Chouchou alegremente.
Metal apenas se estaba levantando de su lugar, cuando a Inojin se le ocurrió algo para detenerlos.
—Alto ahí —exclamó con seriedad el rubio llamando la atención del grupo, sacando de su bolso trasero una agenda con calendario, buscando entre las páginas la fecha de ese día— aquí, mira —Inojin le mostró la pagina de ese mes, en donde con pluma azul siete días consecutivos estaban marcados, el primer día marcado era el anterior al actual, además, al principio del mes con pluma rosa otros siete días estaban igualmente marcados, mientras que los dos últimos días del mes estaban marcados de morado.
—¿Qué es? No entiendo —dijo Iwabee con una ceja alzada.
—Los días de azul son los días en lo que a Denki le llega el celo —explicó el rubio, logrando que el moreno se sonrojara ligeramente ante la idea—, probablemente por eso se quedó en casa, así que no tiene caso que vallas a verlo, a menos que quieras ayudarlo con eso.
Iwabee sonrojó aún más por ello, y desviando la mirada con vergüenza, volvió a sentarse en su lugar cruzándose de brazos.
Inojin ya había pensado en eso la noche anterior, sin importar qué, él ya estaba listo para evitar de todos los modos posibles que Iwabee fuera a verlo.
—¿Porqué tienes anotado cuando le llega el celo a Denki? —pregutó con asombro el Uzumaki.
—No solo el de él, también el tuyo, simplemente calculé los días y me dio por anotarlo, además, así guardo más supresores por si alguno necesita —respondió sonriendo con confianza, haciéndole al rubio parpadear anonadado, para que luego lo mirara con extrañeza por su respuesta.
—Que extraño eres —murmuró Boruto, entrecerrando los ojos para verle con molestia.
—Más bien soy un buen amigo, ¿que tal si te llega el celo y Mitsuki no está cerca y no tienes supresores? Sólo es por precaución, alegrate de que los cuido —alardeó el rubio pálido, sentándose nuevamente junto al Nara.
—Eres como la mamá del grupo, Inojin —comentó la morena mientras comía su hamburguesa—, los cuidas a todos, eres un buen omega.
—Calla, gorda, es normal, solo soy un buen amigo y ya —exclamó con molestia por lo dicho.
Mientras que el grupo platicaba muy ameno, Iwabee miraba a la nada apoyando su mano en su mejilla aburrido, muy ensimismado en sus pensamientos.
La semana de celo de Denki siempre era un fastidio, pese a que Denki tomara supresores, su olor se hacía más dulce de lo normal, se ponía más incómodo junto a Iwabee y este se volvía sobre protector, pese a que los supresores eran efectivos, la simple idea de que Denki tuviera cambios hormonales que le incitaran a ser más dócil en cuando a lo sexual, era más que suficiente para que Iwabee se sintiera atraído en ese ámbito por él.
Eso era lo que provocaba la tensión entre ambos chicos, pues se atraían, mucho, pero Denki era muy inseguro y tenía miedo de ese tema, mientras que Iwabee nunca haría nada que Denki no quisiera, incluso nunca lo tocaría de ser que el menor tuviera el celo junto a él.
El celo era algo que lo impulsaba a hacerlo sin control de él mismo, básicamente era como si se emborrachara y le dieran afrodisíaco para sentirse necesitado, eso era el celo, aunque aún se conservara algo de cordura durante eso, ninguno de los dos pensaba que fuera correcto hacerlo en esos momentos, además, aunque ambos se sintieran atraídos y durante ese tiempo hubiera mucha más tensión sexual, no sentían especial interés por el tema. A ambos les gustaba la forma en que llevaban su relación, aunque para los demás era estresante, pues ya llevaban casi un año básicamente coqueteando y tanteando el terreno.
Iwabee se preguntaba como estaría Denki, no haber ido implicaba que sufría los efectos del periodo en esos momentos, seguramente estaba en cama, abochornado y jadeante, al cuidado de alguna sirvienta que le ayudara a que se pasaran los efectos, no era complicado, simplemente un par de inyecciones, pero ponérselas cuando los efectos estaban en su punto hacía que los supresores actuaran muy lento.
¿Estaría pensando en él?
Era lo más probable, no había nadie mas en la vida de Denki, probablemente estaba sudando entre sus cobijas, jadeando y gimiendo necesitado mientras se tocaba, susurrando su nombre para que fuera a ayudarlo, su intimidad estaría húmeda y sus mejillas sonrojadas a más no poder. ¿Qué estaría haciendo?
Le tentaba la idea de ir a verlo, de ver como estaba y tal vez ayudarlo, ¿quién lo culparía? Eran sus instintos naturales.
Sus ojos adormecidos e idos miraban a la nada mientras un hilo de saliva bajaba por su boca, al ver como una mano se movía frente a él parpadeó un par de veces volviendo a la realidad, mirando a Metal aún algo atontado, mientras este le veía extrañado.
—Iwabee, te fuiste un buen rato, parecía que te hubieras quedado dormido —comentó el chico mirándole curioso.
—Ah~, perdón —Iwabee rió divertido limpiándose la baba de la boca, para luego sobarse la nuca con pena— creo que estoy algo... Amm... Preocupado, normalmente Denki no olvida tomar sus supresores y es extraño que le de en las mañanas.
—¿Y tú como sabes eso? —preguntó Boruto mirándole burlón.
—E-eso no importa —negó nervioso desviando la mirada un tanto sonrojado, logrando hacer reír a ambos rubios del grupo.
—Ya deberías hacerle eso, el período llega con mas fuerza cada que da, —le advirtió Boruto— si lo marcas su olor sólo te afectará a ti y el celo no será tan doloroso.
—Mmm... —musitó Iwabee pensativo y con algo de pena, volviendo a apoyar su barbilla en su puño, cerrando los ojos.
—Ambos se avergüenzan mucho ¿no? Él es tímido y tú no le haces nada que él no quiera —preguntó Mitsuki, viendo con una pequeña sonrisa al moreno, haciéndole a este mirarle curioso—, eso los hace avanzar lento, tal vez debas ser más cariñoso con él, no lo fuerzas a nada y eso lo hará sentir especial.
Iwabee volvió a cerrar los ojos pensativo, procesando las palabras de su amigo.
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Ya eran más de las seis de la tarde, Iwabee entró al edificio de Kaminarimon Company, dirigiéndose a la barra de recepción, saludó a la mujer que atendía ahí.
—Joven Yuino, viene a ver a al señorito Denki ¿cierto? —preguntó sonriente la mujer de apariencia mayor.
—Sí, me dijeron que tuvo su celo en la mañana, y me pareció raro así que vengo a verlo ahora, supongo que ya está mejor ¿no? —dijo un tanto apenado.
—Me informaron que ahora está indispuesto y no recibe visitas, pero el joven Yamanaka está con él ahora, tal vez le permita verlo.
—¿Inojin? ¿Qué hace él aquí? —preguntó alzando una ceja confundido.
—Parece que el señorito tuvo problemas personales, el joven Yamanaka es el único al que le permitió atenderlo, pero usted es muy unido a él, supongo que no habrá problema si le permito que lo vea.
—¿Cómo que atenderlo? ¿Está herido? —la preocupación se dio a notar en su voz, haciéndole a la recepcionista afligir su semblante.
—No me dijeron mucho al respecto, solo que nadie podía verlo más que el joven Yamanaka.
Iwabee bajó la mirada frunciendo el entrecejo pensativo, y tras agradecerle a la mujer, fue con prisa al elevador, una vez llegado al piso correspondiente, corrió al cuarto del menor y tocó la puerta un par de veces.
—Denki, ¿estás bien? —preguntó alzando un poco la voz— me dijeron que tuviste problemas y...
La puerta se entre abrió dejando ver al rubio Yamanaka, exaltando momentáneamente al mayor, al inhalar hondo, no pudo percibir el característico olor que liberaba Denki durante el celo.
—Él está bien, pero se siente incómodo por el celo, así que será mejor que no entres —dijo con simpleza Inojin, manteniendo la puerta lo suficientemente cerrada para que no se viera el interior.
—¿Y porqué solo tú puedes verlo? Me dijeron que eres el único al que dejó atenderlo, ¿que le pasa? No percibo ningún olor, normalmente cuando entra en celo su cuarto huele mucho a dulce —Iwabee se estaba alterando, cualquier cosa que tuviera que ver con Denki lo ponía nervioso, y más en estos días—, Inojin, ¿que está pasando?
El rubio parpadeó anonadado, le asombraba lo rápido que Iwabee se había dado cuenta de que algo andaba mal. Entendía que estuviera preocupado, después de todo se trataba de Denki, así que solo sonrió como siempre solía, guardando la compostura.
—Es por el celo, Denki se siente mal, yo soy ninja medico así que vine a cuidarlo, Boruto no vino porque está con Mitsuki, además él no puede ayudar mucho en esto.
—Pero...
—Relajate ¿quieres? Él está bien, en un par de días podrás volver a verlo, en cuanto se sienta mejor te lo diré ¿de acuerdo? —Inojin sonrió con simpleza, logrando que el mayor cambiara su semblante.
—Es... Está bien... Volveré mañana —dijo sin animo alguno, mirando muy dudoso al rubio.
Tras recibir una ultima sonrisa del menor, Iwabee dio media vuelta y se marchó. Inojin suspiró una vez el moreno salió de su vista, y embozando una sonrisa algo forzada, cerró la puerta girándose para ver al menor sobre la cama, quien lo veía muy afligido, pues el remordimiento se marcaba en su rostro y el ligero temblar de sus manos le decía que no estaba bien.
—Tranquilo, ya se fue —le calmó sentándose cerca suyo sobre la cama.
Denki apoyó ambos brazos sobre sus rodillas, ocultando su rostro en ellos, suspirando entrecortado, como si estuviera sollozando, además, sus manos estaban hechas puño y no dejaban de temblar
—¿Qué se supone que le diga?... —susurró tembloroso, como si llorara, más ninguna lágrima brotaba de él— no puedo verlo a la cara... No puedo... ¿Qué hago?
Inojin exhaló con pena, bajando la mirada pensativo. Lo único que podía hacer era mantener a todos alejados y brindarle consuelo, porque ¿qué demonios debía hacer en una situación así? ¿Qué podía decirle?.
Era un insensato y no tenía filtro para las palabras, pero sabía perfectamente que esa situación era muy delicada y debía tener cuidado con lo que soltaba, pero la incomodidad que sentía y la frustración de no poder hacer nada era ridícula, Boruto era el bueno con las palabras, él tenía un consejo, un discurso y una solución para todo, pero Inojin no, quien halla dicho que era una buena madre no sabía lo que decía.
Suspirando con pesadez, acarició la espalda de Denki tratando de calmarlo, pues las palabras se atoraban en su garganta, no sabía como ayudar.
—No puedo decirle lo que pasó... Iwabee es... —susurró por lo bajo Denki, mientras pequeñas lágrimas se formaban en el borde de sus ojos.
—Lo sé, él y Kawaki nunca se llevaron bien —afirmó el rubio—... Y con esto estoy seguro de que trataría de matarlo a golpes, pero todos sabemos que Kawaki es más fuerte, tal vez no más que Mitsuki, pero...
—No quiero que nadie salga herido... No puedo dejar que nadie se entere... Esto no puede ir a mayores...
—... Denki.
—Necesito recomponerme o todos sospecharán que algo anda mal...
—Iwabee ya sabe que algo te pasa, lo escuchaste, vendrá mañana a verte, y mientras más trate de alejarlo más sospechará —advirtió frunciendo el entrecejo, logrando que el menor se cohibiera en su lugar—, y es extraño que solo a mi me dejes verte, esto podría traernos problemas, ya te imaginas lo que pensará.
—... Lo lamento... —susurró bajito Denki, secándose las pequeñas lágrimas con el borde de su manga.
—No te disculpes, está bien, ahora yo te ayudaré en lo que pueda, Shikadai no se preocupará, él confía en mí —afirmó con una pequeña sonrisa.
—Pero Iwabee es muy desconfiado —susurró el menor sonriendo de lado con esfuerzo.
—Tal vez —dijo divertido—, pero es sólo porque le preocupas, cualquiera que se meta contigo no se salva de él, y aunque ambos seamos omegas no quita que pueda pensar mal... Él te quiere mucho —afirmó quedo, mirándole pensativo—, intenta que te marque, te sentirás mejor, así tal vez--
—He pensado en lo que pasó... —le interrumpió el menor, abrazando sus piernas y apoyando su mentón en sus rodillas, posando su mirada en algún punto frente a él con sosiego— y... Kawaki no fue... Tan malo...
—¿Qué? —exclamó anonadado el rubio, mirándole extrañado y un tanto alterado ante lo soltado.
—Kawaki es un alfa.. Y yo fui un omega en celo... Él es... Impulsivo... Y difícil de entender... —comentó pensativo sin mirarle, aún tratando de acomodar las ideas en su cabeza— No lo culpo por hacer lo que hizo... Si lo piensas, Kawaki... a pesar de que nos molesta, no es mala persona... solo que nadie lo comprende bien... pero a Boruto le agrada... Incluso hasta a llegado a decirle hermano, y el séptimo lo trata como a otro hijo... En alguna momento nos a ayudado a todos, y aunque parezca que lo hace por obligación... —posó su vista con pesar sobre el rubio, como pidiéndole con la mirada que tratara de entender lo que decía— quiere encajar y ser tratado como todos los demás... pero su carácter le afecta mucho, y que se lleve tan mal con Iwabee es por el choque de sus personalidades... Es una persona muy incomprendida y difícil de tratar... y yo... A quien más molesta por ser presa fácil... Lo llamé por error... Y desperté su instinto natural... No fue su culpa... Su alfa interior lo controlaba y a pesar de no estar del todo en sí... No quiso marcarme y tuvo cuidado de usar protección para no preñarme...
—Pero... Denki... ¿Qué estás diciendo? —preguntó Inojin por completo confundido, pues pareciera que estaba justificando a Kawaki, quien siempre lo agredía verbalmente, incluso hasta física si se descuidaba... y quien le quitó la castidad de la forma más baja posible.
—No digo que lo que hizo no esté mal, —explicó alzando la cabeza para expresarse con claridad— pero solo digo que hay que ver todo el panorama, piensalo, él sólo--
—¡No! Denki, no —le paró el rubio, molesto por la indulgencia de sus palabras—, Kawaki abusó de ti, ¿crees que usar condón y no haberte marcado fue una muestra de preocupación por ti? ¡No! Él solo no quería quedar ligado a ti por un estúpido celo. Se aprovechó de ti y no hay nada en el mundo que lo exonere de lo que hizo. Alfa o no, incomprendido o no, fue una violación, no puedes tratarlo como un amigo.
—¡Pero así veo las cosas! —exclamó alterado por sus palabras, para luego bajar la mirada con aflicción—... Más que una... Violación... Siento que lo que pasó fue... Como cuando uno se embriaga y termina en la cama con alguien por accidente... No tiene la cul--
—No Denki, —inturrumpió molesto— no confundas esas dos cosas, cuando te emborrachas y acabas encamandote con alguien es diferente a lo que él hizo, porque--
—Inojin... —susurró Denki con cautela, tomándole de las manos para mirarle con sosiego— no quiero que esto pase a mayores... Dejemoslo así... Por favor... Sólo fue un error que no volverá a pasar... Y que se mantendrá en secreto... Te lo ruego... Dejalo así.
Inojin meditó sus palabras y su expresión con detenimiento. Entendió lo que quería, y no era su deber elegir lo que se debía hacer.
—Fue un accidente... Nadie lo sabrá.
Denki sonrió aliviado, posando su frente sobre sus rodillas, relajándose y quitándose un pequeño peso de sus hombros ante sus palabras.
•~ 🌼 ~•
Habían pasado tres días desde aquél incidente, y Denki finalmente estaba listo para dejarse ver por sus amigos.
Además de, básicamente negar los sucesos, aprendió de Inojin como ocultar los sentimientos que le afligían, sintiéndose así capaz de ver a sus compañeros y seguir sus actividades como si nada hubiera pasado, pues así había decidido sobrellevar las cosas.
Iwabee lo había visitado esos últimos días, pero ya no pasaba de la recepción, bajo la excusa de que su simple presencia le causaba incomodidad al menor gracias a su celo, mientiendole pues, se le había dicho que el astral de esa vez había sido más intenso ya que supuestamente Denki estaba por llegar a la madurez, e Iwabee no tenía forma de corroborarlo, pues el celo era diferente para cada omega.
Denki, a paso lento, sin mucho ánimo de encontrarse con algún conocido, ni entablar una conversión, entró a Kaminari-Burger, divisando en un conjunto de mesas al equipo diez, siete, y al suyo, fijando su mirada en el moreno sentado en la mesa, que descansaba su mejilla en su mano y su codo en la mesa, haciendo un gesto de incomodidad y fastidio con los ojos cerrados.
Suspirando e inhalando, tratando de controlar sus adentros, caminó al grupo de amigos, captando la atención al instante del Uzumaki, haciéndole embozar una gran sonrisa al verlo.
—¡Denki! —exclamó alegre el rubio al verlo, provocando que el grupo posara su mirar sobre él y al igual que el Uzumaki, sonrieran con gran alegría al mirarle.
—¡Denki! —soltó Iwabee, casi ahogándose con su propio aire al verlo, mientras se levantaba rápidamente de su asiento para correr a abrazarlo, estrechándolo entre sus brazos sintiendo la calidez que aquél pequeño cuerpo emanaba— me alegra tanto que estés aquí...
—Iwabee... —susurró el menor, pasando lentamente sus manos por debajo de los brazos del moreno, hasta finalmente corresponder el abrazo, aferrándose a las prendas ajenas, hundiendo su rostro en el hombro del mayor, inhalando hondo el olor natural que desprendía— perdón por preocuparte...
—Ya no importa —negó apartándose levemente para verlo, tomándolo de los hombros y haciéndole al menor sonrojarse ladeando la mirada—, fui a verte pero no me dejaban entrar a tu cuarto, nadie me decía nada, ¿de verdad estás bien?
—S-sí... —asintió con un hilo de voz, aún sin dirigirle la mirada— no pasó nada, ya sabes... Solo fueron... Problemas hormonales.
—Esperemos que no lo hayas embarazado o algo así —bromeó el Uzumaki acercandosele por la espalda—, tranquilo Iwabee, no lo acapares que nosotros tampoco lo hemos visto, dattebasa.
Iwabee le miró con molestia y un ligero sonrojo por el comentario, mientras el rubio empujaba levemente a Denki llevándolo con todo el grupo, siendo recibido con mucho entusiasmo.
—¡Que bueno que ya estás mejor Denki! —exclamó Metal, alzando el puño con gran alegría— ahora podremos entrenar juntos otra vez.
—Iwabee ya se moría sin ti, estaba muy sensible y gruñón —comentó Chouchou alegremente, logrando que el moreno mirara a otro lado con molestia y vergüenza—, que bueno que ya te sientas mejor.
—No sabía que antes de llegar a la adultez a los omegas les daba el celo más fuerte —le cuestionó Mitsuki mirándole con curiosidad.
—No es igual para todos estas cosas, a cada quien le da diferente —le defendió el Yamanaka.
—De todos modos, nos alegras que ya estés mejor Denki —le animó Shikadai, sonriendole con simpatía.
—¿Podrás hacer las misiones como siempre? —preguntó la Uchiha con amabilidad.
—Sí, solo fue un celo diferente, pero ya estoy mejor y todo está bien —asintió el menor sonriendo alegremente, dirigiendo su mirar al moreno, quien seguía viendo a la nada con incomodidad. Tomándolo de la mano haciendo que le mirara, embozó una gran sonrisa logrando calmar al mayor—. Hagamos tantas misiones como podamos después de comer, ¿sí?
—Seguro —asintió Iwabee, sonriendo con ternura ante los ánimos del menor.
•~ 🌼 ~•
—Ayudar a llevar mercancía nos tomará dos días —dijo sin ánimo alguno Iwabee, leyendo el papel que describía la misión.
—¡Vamos! ¿Donde están esos ánimos de hace unos minutos? Cuando volvamos haremos otra misión —exclamó Metal muy alegremente, quien iba caminando al frente de la pareja, guiándolos al punto de encuentro con los vendedores.
Denki sonrió divertido, realmente no le importaba cuanto tardarían en completar el trabajo, solo quería ocupar su mente en algo.
Tras llegar a la entrada de Konoha, el equipo escoltó a los vendedores, pues debían ayudarlos a llevar mercancía valiosa a un pequeño pueblo alejado de la aldea, pues llevaban varias carretas llenas de minerales y baratijas, entre otras cosas comida y ropa.
—¿Qué tan lejos queda el pueblo? —le preguntó Denki al moreno, quien empujaba una de las carretas.
—Como a diez quilómetros, al paso que vamos llegaremos en la noche —afirmó Iwabee, alzando la vista al cielo despejado de la mañana, para luego bajarla a su pareja—, supongo que tendremos que quedarnos allá.
—Ese pueblo queda un poco después de la tierra de las aguas termales, así que tiene muchos balnearios —comentó Denki sonrojándose ante la idea, dirigiendo su mirada a sus manos con vergüenza.
—Si quieres... Podemos visitar alguno —sugirió mientras sus mejillas tomaban un ligero tono rosado—, el viaje será largo, así que podríamos relajarnos en ellos.
—S-sí... Será divertido —asintió sonriendo con entusiasmo, pensando vagamente en lo que podría pasar.
Como un destello, los recuerdos de aquél incidente pasaron por su mente, logrando desvanecer su sonrisa y ensombrecer su semblante ante la incomodidad y repulsión.
Alzando la mirada al frente, se le acercó a uno de los vendedores, ayudándole a empujar la carreta, dejando confundido a Iwabee ante su repentino actuar. Suponiendo que solo era la vergüenza de la idea, lo que lo había provocado, suspiró volviendo su mirada al cielo, pensando en que podría decirle al menor con respecto a las dudas que tenía sobre el Yamanaka.
•~ 🌼 ~•
Ya era más de medio día, y todo el grupo de mercaderes junto con el equipo de Chunin podían descansar.
Eran seis carretas de gran tamaño y nueve vendedores los que conformaban el grupo, iban a un ritmo muy lento pero esa era la primera vez en todo el día en que podían descansar, esperando que así al retomar el camino, pudieran moverse mas rápido.
Iwabee, una vez terminó de hablar con uno de los hombres, dirigió su mirar al Kaminarimon, quien sentado debajo de un árbol, anotaba en su computadora el avance de la misión para elaborar luego el informe.
—Denki —exclamó el mayor haciéndole que le mirara, mientras cerraba su computadora para prestarle atención, mientras el moreno tomaba asiento junto suyo—, quería preguntarte... ¿Porqué Inojin era al único que dejabas que te visitara?
—¿Ah? —musitó fingiendo sorpresa, abriendo los ojos de par en par ante su pregunta, logrando que Iwabee le mirara nervioso.
—O-osea... No digo que desconfíe de ti ni nada... Solo... quería saber —explicó rápidamente, temiendo verse celoso o posesivo.
—Entiendo... —le calmó sonriendo quedo, dirigiendo su mirar a sus manos que descansaba en sus rodillas flexionadas— fue porque no sabía a quien llamarle, me sentía muy mal, no era como todos los astrales que había tenido y me asusté... Así que le llamé a él porque es ninja médico, y ya después le llamamos a un doctor normal —explicó con simpleza sin verle—, solo a él dejaba entrar a mi cuarto porque me sentía mas cómodo así, no es nada de que preocuparse.
—Ya veo... —suspiró Iwabee, mas relajado al escucharle— lo siento, es que realmente me asusté, no sabía que te pasaba y bueno... Ya me conoces.
Denki rió divertido, sintiendo una leve presión en el pecho al pensar que le estaba mintiendo. Nunca le había mentido ni ocultado algo, era la primera vez, pero lo creía necesario, no podía dejar que supiera la verdad, temía que llegara a hacer alguna locura por el enojo, tratándose de Kawaki, Iwabee solo buscaba una excusa para enfrentarse con él.
•~ 🌼 ~•
De media hora fue el descanso, y ya llevaban dos horas caminando nuevamente, estaba por anochecer lo que significaba que poco les faltaba por llegar al pueblo.
Hablando de banalidades entre ellos y los mercantes, Iwabee cambió de lugar con uno de los hombres, para así poder empujar la misma carreta que Denki.
—Cuando estemos allá ¿que te parece ir a comer en la mañana, después pasear por el pueblo y luego volver a ir a los balnearios? —preguntó el Yuino con gran entusiasmo, obteniendo una gran sonrisa del menor como respuesta.
—Sí, será una cita entonces —asintió con un sonrojo adornándole las mejillas—, pero ¿Metal no estará muy solo? Es una aldea desconocida, deberíamos invitarlo ¿no lo crees?
—Oh, Metal estará bien ¡¿cierto Metal?! —preguntó Iwabee alzando la voz, haciéndole al susodicho que empujaba la carreta de en frene voltear y alzar el pulgar con aprobación.
—¡Seguro, ustedes diviertanse!
—¿Lo vez?
Denki rió divertido, y antes de que pudiera decir algo, a sus espaldas, se escuchó un grito y un estruendo, haciendo que el grupo volteara alarmado.
Tres carretas estaban siendo asaltadas por cinco ladrones, al instante, Metal e Iwabee se lanzaron a defenderlas, enfrentándose a dos ladrones cada uno, sin embargo, el sobrante tomó dos sacos con mercancía y se escabulló en el bosque, dejando atrás a sus compañeros que seguían peleando contra los Chunin.
—¡Alto! —exclamó Denki, lanzándose tras el hombre enmascarado.
—¡Denki! ¡No vallas solo! —le llamó Iwabee, pero el menor ya iba muy lejos y los asaltantes no lo dejaban marcharse.
Saltando de rama en rama, Denki seguía tan cerca como podía al hombre que llevaba en su espalda ambas bolsas de tela, al ser tan pesadas, se limitaba a correr por el suelo, dándole a Denki la ventaja pues podía saltar por las ramas sin impedimento alguno.
—¡Detente! —le ordenó lanzándole un shuriken, siendo esquivado este con facilidad, al instante, le lanzó un segundo, haciéndole al hombre girarse para esquivar el ataque con su propia arma, soltando en consecuencia una de las bolsas, haciéndole volverse para recuperarla.
Aprovechando el momento, Denki se lanzó de sobre las ramas empuñando un kunai para atacarlo, el ladrón se giró sacando de su funda una espada corta, atravesando el estómago del menor, haciéndole desvanecerse en una nube de humo dejando a la vista un pedazo de tronco, al instante, Denki le atacó por la espalda, a nada de herirlo, el hombre se giró deteniendo su kunai, procediendo a librar una batalla de kenjutsu con el menor, quien se limitaba defenderse dado que su habilidad en esa área estaba por los suelos y no tenía nada para defenderse más que su kunai, recibiendo varios cortes en el proceso.
Empuñando su arma con fuerza, el hombre alzó su espada, propinandole un fuerte golpe al kunai de Denki, haciéndole flaquear cayendo de rodillas y soltando el arma, el mayor procedió a patear su estómago, lo suficientemente fuerte para hacerle chocar con fuerza contra un árbol cercano, golpeando su cabeza y perdiendo los lentes con el golpe, mareándose hasta distorsionar la mirada, haciéndole inhalar hondo ante el aire exhalado de golpe.
—¡Eres un estorbo! —exclamó con coraje el hombre, alzando su arma listo para dar el golpe final.
Su vista estaba por completo borrosa, y el golpe en su nuca le había hecho sentir tan mareado, que tan solo pudo ver una sombra borrosa chocando contra el contorno del asaltante, desvaneciéndose mentalmente el menor, escuchó de fondo el choque de las hojas metálicas y dolorosos quejidos que sonaban distantes.
•~ 🌼 ~•
Con un fuerte dolor de cabeza, Denki despertó lentamente, removiéndose con incomodidad en el duro suelo, percatándose de que su cabeza descansaba sobre una especie de bufanda morada, un gran abrigo negro sin mangas lo cubría del frío, y sus heridas estaban tratadas con pequeños vendajes adhesivos, ardían, lo que significaba que habían sido desinfectadas.
No lograba poder ver nada, pasó su mano por el suelo y consiguió tomar sus anteojos, colocándoselos para así divisar mejor su alrededor.
Estaba a la orilla de un pequeño lago, debajo de un árbol dándole la espalda a los muchos más que habitaban la zona. Cerca suyo habían dos sacos de tela, y un hombre inconsciente amarrado de manos y pies, con una mordaza en la boca.
Abriendo los ojos de par en par al verlo, observó más atento el lugar, divisando no muy lejos de él, sentando en una gran roca a la orilla del lago, una figura iluminada únicamente por la luz de la luna.
Vestía un traje unipieza blanco y holgado sin mangas, portando un cinturón de tela morado, atado por encima con una cuerda de color semejante.
Al reconocer su perfil, calmado e indiferente ajeno a él, su corazón dio un brinco de mala manera. Asustado, retrocedió tirando unos frascos de alcohol desinfectante junto a él, llamando la atención del chico a la distancia, haciéndole girar levemente la cabeza para verle.
Paralizado, sitió como su cuerpo perdía fuerzas y el aire se escapaba de sus pulmones, permaneciendo inmóvil con una expresión de temor, mientras que por dentro todo su ser le rogaba huir de ahí, pues las imágenes de lo sucedido pasaban como destellos vívidos y nítidos por su mente.
—Kawaki... —soltó con un hilo de voz en un suspiro, soltando el aire que guardaba intentando mantenerse calmado en su sitio.
El susodicho bajó de un salto la piedra, acercándose a paso lento y calmado al menor, provocando que este se alejara marcha atrás aún estando en el suelo, temiendo de él y lo que la escasa distancia pudiera provocar.
Al percatarse de tu temor y la evidente incomodidad de su presencia, Kawaki se detuvo a unos cuantos pasos del chico, mirándole pensativo, como si procesara la situación, hasta que desvío la mirada y haciendo un gesto de molestia, se sentó en el suelo, apoyando de brazo en su pierna flexionada, lanzándole una mirada indescriptible, tal vez de interés indecente o de molestia penosa, cualquiera que fueran sus intenciones, Denki no quería estar ahí con él.
—Lo lamento —susurró el moreno, observando detenidamente al menor a unos cuantos pasos de él.
Aquello desubicó por completo al azabache, haciéndole mirarle completamente confundido, bajando la mirada receloso.
—Yo... Lamento lo que... Te hice... —murmuró Kawaki con notoria culpabilidad en su voz, mientras dirigía su mirar a algún otro punto, avergonzado por lo impropio de su hablar— no pensé que realmente te fuera a hacer eso... Quería ir a ayudarte... En verdad... Pero al oler tu aroma... Algo me obligó a tomarte... No podía pensar, no podía detenerme... Simplemente actué... Y llegué demasiado lejos...
Denki parpadeó anonadado, estaba asombrado, no esperaba recibir una disculpa de Kawaki, ese chico que siempre lo molestaba, que indultaba y agredía, y que siempre buscaba pelea con Iwabee por el simple hecho de existir en el mismo mundo, pero ahí estaba él, pidiendo perdón, tuvo que morderse el labio tratando de comprobar que no estuviera dormido, pues no creía que alguien como Kawaki le fuera capas de ofrecer una disculpa.
—Lamento haberte quitado la virginidad, lamento haber abusado de ti... Sé que no hay forma de que me perdones, porque lo que te hice fue algo horrible... y realmente no espero que lo hagas, solo quería que supieras que no quería lastimarte... Así que... Perdón.
Denki bajó la mirada pensante, procesando las palabras del mayor. Estaba asombrado, después de todo, estaba en lo cierto, Kawaki no quería hacerle daño intencionalmente, fue su alfa el que le impulsó a hacerlo, y lo entendía, esas cosas sucedían cuando un omega era tan descuidado como lo fue él, no era extraño que algo como su caso le pasara a otros, en ese mundo, una violación no era difícil de provocar.
Inconscientemente Denki se estaba culpabilizando por lo que Kawaki le había hecho, y así estaba bien para él.
Alzando con lentitud y recelo la mirada, Denki cruzo esta con el mayor, permitiendo de forma mutua a ambos chicos, ver con detenimiento los ojos contrarios, leyendo como libro abierto los sentimientos que provocaba cada uno en el otro.
Al ver cuan arrepentido estaba Kawaki, Denki le ofreció una pequeña sonrisa, tímida y dulce, tratando de expresar sutilmente su aprobación ante aquellas palabras, pues en parte, aún le temía, tanto por lo sucedido, como por su personalidad natural, ya que no sabía como tratar con él, y mucho menos en una situación así.
—Está bien... Yo... —mirandole dudoso y quedo, Denki se acomodó en su lugar, mostrándose mas seguro, mientras ordenaba las ideas en su cabeza— lo entiendo... Sé que... Eres una persona difícil de tratar y de entender... Así que... Lo que pasó, olvidemoslo por completo... No quiero que pase a mayores...
—Gracias... —susurró el mayor con un suspiro, relajándose notoriamente ante su respuesta, embozando una pequeña sonrisa de alivio, sintiendo su corazón palpitar con calidez ante aquella dulce sonrisa del menor.
—Aunque... ¿Realmente... Querías ayudarme? —agregó sin querer y sin mirarle, la idea tan solo se expresó sin consentimiento propio, pues lo había pensado, y solo escapó de sus labios.
Al percatarse se su propia acción, alzó la vista encargándole, sintiendo su interior removerse al notar la aflicción en el rostro del moreno.
—Está bien, entiendo que no confíes en mí... Después de todo... Pude haber llamado a Boruto para que te buscara —asintió pensativo, tomándose la nuca incómodo— ... Al principio quise hacerlo pero no estaba, y Himawari se había quedado a dormir en casa de Hinata, además el séptimo aún no regresaba, así que solo quedaba yo... —explicó Kawaki, tomándose la nuca pensativo.
—Entiendo... Pero... Entonces ¿porque usaste... —mirando detenidamente sus manos, reconsideró su pregunta y titubeó nervioso, buscando evitar un incómodo silencio—... D-debería volver con Iwabee, debe estar buscandome... Llevo mucho tiempo desaparecido así que--
—Te ayudaré con eso —le interrumpió el moreno, levantándose de su lugar y señalando con su pulgar los sacos de mercancía y al ladrón que seguía inconsciente. Acercándose a Denki, Kawaki le tendió la mano, ofreciéndosele para ayudarlo a levantarse.
—Ah... G-gracias... —murmuró con sorpresa, tomando receloso la mano del contrario.
Una vez ambos de pie, Kawaki tomó su bufanda del suelo y su abrigo negro, sacudiéndolos para quitarles el exceso de suciedad, pues usarlos con un poco de tierra no era problema para él.
Con algo de dificultad, Denki tomó uno de los sacos pasándoselo por sobre el hombro, mientras veía como Kawaki, ya vistiendo ambas prendas, se agachaba para cargar al hombre.
Antes de que este pudiera tomar al ladrón, Denki sintió un repentino mareo, haciéndole tambalearse ligeramente, soltando el saco y llamando la atención del mayor.
Un sudor frío le inundó de pies a cabeza, transformándose rápidamente en calor corporal, mientras pequeñas punzadas le invadían en su intimidad, alertándole, pues podía sentir su entrepierna emanando calor y su entrada lubricandose con rapidez.
—Denki ¿Estás... —preguntó el mayor, denotando preocupación y acercándosele para ayudarlo.
Al tomarlo de los costados evitando que cayera, logró percibir una dulce fragancia que le inundó todos los sentidos, provocándole un placentero cosquilleo en su miembro, haciéndole acercar peligrosamente su rostro al del menor, provocando que ambas respiraciones cálidas y agitadas se mezclaran entre sus labios a escasos centímetros.
—Carajo... Eres un idiota... —susurró con un gruñido, tomando de las muñecas y cintura al contrario, acercándolo a él chocando ambas pelvis, evitando que se alejara y haciéndoles sentir a ambos un delicioso cosquilleo al sentir la intimidad del otro.
—No lo hagas... No... —pidió Denki con debilidad, volteando el rostro evitando verle, mientras forcejeaba liberando sus manos del agarre del mayor, colocándolas en el pecho de este empujándolo débilmente para alejarlo, pero Kawaki no parecía permitirlo.
—Pareciera que me tentaras a propósito —susurró con enojo y lascivia, metiendo su pierna entre las del menor y moviendo su cadera contra la ajena en un placentero vaivén, mientras su respiración se agitaba notoriamente—, en verdad... Debes tener mas cuidado...
Apretando su cintura acercándolo más a su cuerpo, Kawaki elevó una de sus manos al pecho del menor, desabotonando su camisa, metiendo así su mano tocando su pecho, observando con detenimiento la tersa piel del menor, mientras ese olor tan sofocante emanaba con más fuerza, inundandole y provocando una erección en su pantalón.
Kawaki estuvo por tumbarlo al suelo para quitarle las prendas superiores completamente, pero al mirarle a la cara, al ver las lágrimas brotar de los ojos de Denki, percibió el miedo que tenía, y jadeó con coraje, mordiéndose el labio tratando de reaccionar.
—Ah~... Mierda... —gruñó molesto apartando la mirada del menor, deteniendo su tacto y alejándose cerrando los ojos avergonzado— ponte tus malditos supresores.
Le ordenó empujándolo con algo de brusquedad, alejándose de él en dirección contraria, adentrándose en el bosque, hasta estar lo suficientemente lejos como para no percibir el olor de Denki.
Jadeante, con dolor en sus pantalones y sofocado por el calor provocado, se dejó caer contra un árbol, sentándose en la hierba y quitándose el cuello de bufanda tratando de aminorar el calor.
Adolorido, sacó de la abertura de entre sus ropas bajas su miembro palpitante, dejándolo a la vista para tomarlo de la base y halarlo con brusquedad, tratando de relajarse para acabar pronto, imaginando cualquier obscenidad, pero cualquier cosa que pensara no daba el resultado que necesitaba, pereciera que su cuerpo pedía a gritos el del menor, pues las imágenes de chicas candentes eran reemplazadas por Denki, desnudo y sudoroso, gimiendo su nombre a gritos, mientras lo empotrada contra la pared, disfrutando de su apretado y húmedo canal como aquella vez, mordiéndolo y lamiendo sus partes más sensibles, tocando cada centímetro de aquél delicado cuerpo, saboreando todo fluido que brotaba de él, extasiado ante tan erógena imagen.
Gruñiendo y mordiéndose el labio evitando soltar algún sonido, terminó en su mano, jadeando agotado e insatisfecho como lo quería, pero había sido suficiente para bajar su erección y con eso bastaba, después de todo, ya no estaba en sus planes seguir agrediendo al muchacho.
Calmándose y dejando que la brisa se llevara el olor que había emanado por el calor, suspiró molesto, tanto por sus propias acciones como por el hecho de que Denki había sido tan descuidado como para olvidar tomar sus inhibidores otra vez, si no hubiera sido él el que estuviera con él, cualquier otro hombre habría abusado de él y con mucha mas brusquedad de la que él lo había tratado la primera vez, pues en ese momento, pese a estar fuera de sí, se había controlado, no como a él le gustaría admitir, pero había cuidado usar protección y evitar morderlo, era algo ¿no?
Igualmente, debía admitir que de quererlo de verdad, sí se habría podido detener esa noche, e iba a hacerlo, pero al estar ya detrás de su cuerpo, sin que nadie los viera, sin que nadie los interrumpiera, con Denki agitado y su cuerpo rogando ser tomado por el celo, simplemente lo profanó, porque sabía que nunca tendría una oportunidad así, después de todo, muchas veces soñó tener al pequeño azabache, pues sus sentimientos por él seguían latentes desde hacía ya muchos años, y a sabiendas de que Denki ya estaba con Iwabee y que jamás tendría una oportunidad, tomó la única que se le había ofrecido.
Hoy había tenido otra oportunidad, pero el temor remarcado en el rostro del chico, rogándole con la mirada detenerse, anudado a estar lo suficientemente cuerdo como para detenerse y que lo quería lo suficiente como para controlarse, no pudo seguir, además, los del equipo diez lo estaban buscando, los había escuchado pero los ignoró pues quería estar un poco más con el menor, y había logrado ganarse la confianza de chico, muy poca confianza habría que agregar, pero era la suficiente como para saber que de ahora en adelante no debería ser tan grosero con él, con Iwabee sí, a él lo detestaba, pero a Denki no, ya que... la razón por la que había sido tan cruel con él desde que lo conoció, era porque quería llamar su atención, pues gustaba de la simple presencia del menor.
Suspirando, se levantó con pesadez del suelo colocándose su bufanda para así volver a donde estaba el menor, saliendo del bosque hasta el pequeño lago.
Al llegar al lugar, notó que el olor dulce de Denki había aminorado, los inhibidores debieron surtir efecto rápido. Mirando la zona, divisó al menor a la orilla del lago, sin la camisa y con un pequeño trapo limpiándose el pecho, probablemente tratando de quitarse el olor que Kawaki había dejado en él y el olor dulzón de su celo.
Al percatarse de la presencia ajena, Denki giró su mirar con vergüenza al mayor, sonrojándose ligeramente por mostrarle piel demás, a lo que Kawaki ni se inmutó físicamente, pues en sus adentros, se sentía fascinado por las vistas, deseando tocarlo tan solo un poco más... Y así lo haría.
Acercándose lentamente al menor, se sentó a sus espaldas haciéndole a Denki mirarle temeroso.
—Te ayudaré... —murmuró tendiendo la mano pidiendo el trapo.
Denki, con recelo, le dijo el pedazo de tela húmedo, permitiéndole al mayor pasarlo por su espalda, limpiando la ligera capa de sudor en ella, pasandoló con lentitud por el su columna, bajando hasta el borde del pantalón donde limpió subiendo lentamente hasta sus hombros.
—¿Porqué no usaste supresores? — preguntó Kawaki, sobresaltando ligeramente al menor y provocando que su sonrojo creciera más.
—Y-yo... —musitó apenado, bajando su mirada a sus manos, moviéndolas con nerviosismo— ... En esta misión... Iríamos a un pueblo con aguas termales... Y...
—Suficiente, ya entendí... —le detuvo frunciendo el ceño con molestia, pues no le faltaba más para saber cuales eran sus intenciones—... Creí que eras virgen.
—¡Lo soy!... Uh... L-lo era... —admitió avergonzado, denotando tristeza en su voz al recordar los hechos.
—¿Querías que tu noviecito te marcara? —preguntó molesto, apartando el trapo de Denki, permitiéndole colocarse su camisa y alejarse de él poniéndose de pie— sé que eso se hace al coger, ¿porqué ahora y no antes?
—E-eso... —susurró intimidado ante su intenso mirar, pues parecía molesto ante la idea. Avergonzado, cubrió su pecho abotonando su camisa sin mirarle— no te incumbe...
—Es por lo que te hice ¿verdad? —supusó con seriedad, levantándose del suelo acercándose, provocando que Denki le viera con recelo retrocediendo— querías que te marcara para que tu olor solo le afectara a él, lo entiendo, después de lo que te hice, ahora debes temer que te vuelva a hacer algo ¿cierto?
Denki, ante su repentina aproximación e intensidad en su mirar, no pudo evitar sentirse demás cohibido, intimidado y vulnerable, pues el rostro de Kawaki denotaba una molestia que nunca antes había visto. Asustado, elevó ambas manos a la altura de su pecho, como si tratara cubrirse o defenderse, temía de lo que le fuera a llegar a hacer.
—Dejame decirte que lo que te hice fue un impulso por ser un alfa, porque creeme que si realmente quisiera tomarte, ya lo hubiera hecho desde hace años —explicó afilando la mirada sin dejar de acercársele lentamente—. Debes tener mas cuidado, cualquier otro no se habría tomado la molestia de ponerse protección o de cuidar no morderte, es más, tuviste suerte, siempre cargo preservativos, de no llevarlos ahora tendríamos un problema mucho mayor —dijo frunciendo el entrecejo, llevándose ambas manos a los bolsillos deteniéndose a una muy corta distancia del contrario, mirándolo de pies a cabeza para soltar algo mucho más revelador a los ojos de Denki—... me provocas mucho ¿entiendes? aún sin que estés en celo, me atraes, y no lo niego porque quiero que tengas cuidado y que comprendas que no quiero lastimarte de esa forma... Simplemente yo... Me preocupo por ti...
Sintió el aire escapar de su pecho, obligándole inhalar profundo, abriendo los ojos de par en par ante sus palabras, pues estaba por completo confundido, sentía que podía tomar eso de una y mil maneras, pero con Kawaki, no sabía cual sería la forma correcta o siquiera si podía razonar con lógica lo que decía.
—... Kawaki... ¿Tú...
—Te llevaré con tu equipo, llevas dos horas desaparecido y ese inútil debe estar desesperado —se alejó cerrando los ojos con amargura, hincándose junto al ladrón cargándolo sobre su hombro, tomando así uno de los sacos para adentrándose en el bosque.
Rápidamente Denki tomó la bolsa faltante para correr tras el mayor, caminando con torpeza por el peso y el hecho de que seguía atontado por el celo.
•~ 🌼 ~•
En silencio, con la mirada baja, Denki caminaba tras Kawaki, pensando en lo sucedido, tratando de comprender lo que le había dicho y el porqué de su tan repentino cambio al tratarle.
Notaba a leguas un cambio en él, pues nunca antes había recibido una disculpa de su parte, lo que significaba que realmente estaba arrepentimiento por lo que le hizo, así que sus sospechas eran ciertas, después de todo, realmente fue un accidente, podía sentirse más relajado con respecto a eso, pues no quería tomar represalias contra él, no quería hacer de ese minúsculo hecho algo más grande, y ahora no había necesidad alguna de eso ante sus ojos.
Que le atraía, le aseguró, y sin necesidad de estar en celo le provocaba indecentemente, lo que para Denki se traducía como "siempre que te veo, quiero tomarte, pero no lo hago porque no quiero lastimarte", eso pensaba, pues le había dicho que le preocupaba, entonces... ¿Le atraía más que sexualmente?
Posando la mirada en Kawaki con recelo, Denki se preguntó si esas palabras podía tomarlas como una confesión o solo como una advertencia.
A la distancia, logró escuchar una acalorada conversación, notaba el enojo del tono y entre las voces, pudo distinguir la de Iwabee, haciéndole rodear a Kawaki para llegar con apuro a donde provenían esas voces.
Saliendo de entre los arboles, el equipo y los vendedores divisaron a Denki, con algunas vendas adhesivas y cargando un saco de los que habían sido robados.
—¡¡Denki!! —exclamó el moreno mirándole exaltado, corriendo a abrazarlo haciéndole soltar la bolsa para corresponder el abrazo— ¿Donde estabas? Te buscamos pero no respondías ¿estás bien? ¿Te hirieron? —preguntó con rapidez, alejándose levemente para tomarlo de los hombros y verle a la cara.
—Estoy bien, en serio —le calmó posando sus manos en su pecho sonriéndole con ternura, tratando de relajar el semblante del mayor, pues realmente parecía consternado—, tranquilo, seguí al ladrón pero...
Al notar que la mirada de Iwabee se posaba en algo a sus espaladas, cambiando su rostro a uno de enojo e incertidumbre, sintió un frío invadirle de pies a cabeza, haciéndole bajar la mirada pues sabía lo que estaba viendo.
—¿Qué mierda haces tú aquí? —exclamó con gran fastidio denotándose molesto, apartando a Denki para encarar al semejante.
—Hago lo que evidentemente tú no puedes hacer —respondió asido e indiferente, soltando al hombre que cargaba y la bolsa, parándose imponente ante el moreno—, salvé a Denki y capturé al ladrón, si tampoco puedes encargarte de tu omega yo puedo hacerlo con gusto, imbécil.
—¡¿Qué carajo quieres decir con eso, bastardo?! —exclamó con el enojo remarcado en su rostro, logrando que Kawaki se le aproximara ensombreciendo su mirada, intentado cohibirlo, pero este respondió cortando aún más la distancia entre ellos mostrándose retador.
—Ni siquiera pudiste ir a protegerlo, de no haber llegado ahora estaría muerto, si no puedes cumplir con tus obligaciones como su supuesto alfa yo puedo marcarlo, después de todo aún hueles a virgen, ¿no eres lo suficientemente hombre para tomarlo? Apuesto a que--
Propinandole un fuerte golpe en la mandíbula, Iwabee le hizo tambalearse e inmediatamente se lanzó sobre él tirándolo al suelo, tomándolo de su bufanda con fuerza para volverle a golpear, Kawaki se abalanzó haciéndole al contrario quedar debajo de él, para así golpearlo en el dorso liberándose de su agarre.
—¡¡Kawaki, detente!! —gritó alarmado Denki, mientras los mercaderes observaban la escena con asombro y Metal veía atento la pelea buscando el momento para separarlos.
Iwabee alzó con fuerza la rodilla golpeando el estomago del mayor, rodando para quedar encima suyo y golpearlo de nueva cuenta, Kawaki le atinó un golpe en la mejilla logrando que su turbante cayera dejando a la vista los largos cabellos que le llegaban por sobre el hombro.
Rodando quedando nuevamente arriba, Kawaki alzó con fuerza el puño para golpearlo cuando de pronto, Metal le pateó por el costado haciéndole caer a unos cuantos pasos de ellos.
—¡¡Es suficiente!! —exclamó Lee alzando las manos entre ambos para mantenerlos alejarlos.
—¡¡Si le hiciste algo a Denki juro que te mataré!! —gritó por demás exaltado Iwabee, girándose para levantase tomando el bastón que llevaba.
—¡¡Intentalo y no saldrás ileso!! —repondió Kawaki tomando el Bō que cargaba en la espalda.
—¡¡Ya basta ustedes dos, llevamos dos horas de retraso en la misión y que ustedes tengan problemas no significa que puedan solucionarlos ahora, si quieren matarse a golpes haganlo en Konoha cuando regresemos!! —demandó Metal frunciendo el entrecejo molesto, logrando que ambos morenos se mantuvieran en su lugar intercambiando miradas retadoras.
—Iwabee~ —Denki se le acercó hasta tomarlo de los costados para hacerle verlo— tranquilo, por favor, no me hizo nada, te lo juro —insistió logrando que el mayor le mirara, al principio con duda y la ira ansiando salir, pero al ver la preocupación que reflejaba su rostro y su intenso mirar con aquellos ojos ónix, su semblante se relajó notoriamente, hasta dejar su propio Bō en su espalda y unir ambas frente para calmarse.
Kawaki, presenciando aquella escena, su propio semblante se relajó, denotando una muy sutil tristeza, invisible para quien lo viera de reojo. Relajando sus hombros, volvió su bastón a su lugar, para así guardar sus manos en sus bolsillos y cerrar los ojos bajando la cabeza, mostrándose indiferente ante los hechos.
—Kawaki —le llamó Metal haciéndole al susodicho mirarle molesto—, ¿puedo preguntar qué haces aquí?
—... Tuve una misión no muy lejos de aquí, iba de regreso a Konoha cuando vi a Denki peleando contra ese tipo —apuntó al hombre que se removía con fuerza en el suelo, pues había despertado—, lo salvé, atrapé al sujeto, traté las heridas de Denki, y una vez despertó lo traje así, es todo.
—Entiendo, muchas gracias —asintió Lee sonriendo de lado— a nosotros se nos escaparon otros cuatro, los seguimos un buen rato pero los perdimos.
—No era necesario que dijeras eso —soltó Iwabee con molestia mirando a otro lado.
—Aún tenemos que llevar todo esto a un pueblo no muy lejos de aquí, no podremos cargar con el ladrón —comentó Metal viendo con timidez al mayor de los cuatro—, ¿nos ayudarías llevándotelo a Konoha?
—¿Porqué lo haría? Es su misión y no gano nada.
—Kawaki —Denki, temeroso se le aproximó hasta quedar al lado de Metal—, nos harías un gran favor, te lo recompensaremos cuando podamos, ¿sí?
Kawaki, mirándole indiferente, lo observó con detenimiento dudando del pedido, y asintió tan solo porque él se lo pedía.
—Como sea, pero me pagarán por ayudarles —se acercó al hombre atado de manos y pies con una tela en la boca, que con dificultad, se removía en el suelo tratando de levantarse. Pateándole el estómago, le hizo chillar con dolor logrando que se quedara quieto.
—Tsk... —Iwabee le miró con fastidio, guardando ambas manos en los bolsillos.
—Denki —le llamó Kawaki ya con el hombre sobre su hombro—, procura no estar solo.
El moreno, de un salto, se adentró en el bosque desapareciendo ante la vista de los Chunin.
—Bueno, tenemos mercancía que llevar, andando —ordenó Metal sonriendo de oreja a oreja, acercándose a los mercaderes para hablar.
Bajando la mirada pensativo, Denki llevó una mano a su pecho, tomado la tela de su ropa como si tratara de cubrirse, cohibiendose en su lugar ante los hechos.
—Ah —musitó con sorpresa al sentir a su pareja tomarlo de la cintura, pasando su nariz por su cuello haciéndole estremecer sonrojándose con fuerza— ¿Q-qué estás haciendo?
—Me aseguro de que no te halla hecho nada —inhalando hondo, notó el aroma de Kawaki en él, pero solo el natural que quedaba al estar cerca. Relajándose, lo rodeó con sus brazos acercándolo a él, posando su barbilla en su hombro, inhalando gustoso el olor natural que desprendía—, no confío en él, te trata muy mal y parece que le interesas...
—Tranquilo... —susurró pasando su mano por su mejilla, subiéndola hasta entrelazar sus dedos con los largos cabellos del mayor— pronto llegaremos al pueblo y podremos descansar en los balnearios.
—Cierto —asintió sonriendo embelesado, plantando un pequeño beso en la mejilla contraria.
—¡Andando tórtolos, que ya vamos demasiado tarde! —les llamó Lee a lo lejos, alzando una mano mientras ayudaba a un hombre a empujar una carreta.
•~ 🌼 ~•
—Lamento las molestias que les causamos —se disculpó con vergüenza Lee, haciendo un leve reverencia mostrándose apenado.
—No hay problema, nos ayudaron mucho y recuperaron toda la mercancía, no hay nada de qué disculparse —le calmó un hombre mayor, sacando de su bolsillo un fajo de billetes—, tengan, puse un extra por lo de aquél sujeto.
—¡Oh, gracias! —exclamó con asombro tomando el dinero.
—Pero nos preguntábamos, ¿porqué la pelea? Ese era el hijo adoptivo del Hokage ¿no? ¿Acaso está enamorado del heredero de la compañía Kaminarimon? —preguntó por lo bajo el señor, cuidando no hablar muy alto para que la pareja a unos cuantos metros de ellos no los escuchara.
—Realmente yo tampoco lo sé, Kawaki es una persona complicada, pero si uno le habla con seguridad no responderá mal —sonrió divertido rascándose la cabeza.
—Entonces... ¿Le gusta o no? Porque por lo que veo ese chico de turbante rojo es el alfa del muchachito Denki ¿no?
—Ahh~ —titubeó Metal mirándole extrañado, optando por reír como respuesta—, será mejor que me valla, mi equipo y yo ya estamos cansados, perdone las molestias.
Una vez dicho esto, Lee se alejó rápidamente acercándose a la pareja, encontrándose frente a una posada con un pequeño balneario en donde planeaban hospedarse.
—¿Pediste reservación? —preguntó Iwabee.
—Claro que pedí reservación, ustedes estaban muy empalagosos y yo tuve que investigar todo —asintió mirándole con una expresión divertida de desgano y enojo fingido.
—Perdón, Metal —dijo Denki mirándole con pena y un ligero sonrojo en sus mejillas.
—Ah~ a veces me siento como mal tercio, y ahora con tus peleas tan seguidas con Kawaki siento que si no estoy realmente se acabarían matando —insistió fingiéndose molesto—, ¿por qué pelean tanto? Apenas se insultan y ¡Pam! Golpes al por millón.
—Creo que es más que evidente el porqué —respondió Iwabee molesto por el tema.
—Claro, claro, ambos son alfas, se parecen demasiado, sus personalidades chocan y Denki es el único omega que no a sido marcado —repitió Metal, alzando la mirada con fastidio recordando.
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—Me iré a las duchas, este es un lugar familiar pero como no es muy conocido casi no hay nadie —comentó Lee, tomando de entre sus cosas una toalla y un cambio de ropa—, solo les digo.
—¡Ya sabemos! —exclamó con vergüenza Iwabee, lanzándole una almohada a Metal mientras este cerraba la puerta corrediza del cuarto evitando el golpe— Ahg~ —musitó con fastidio recostándose en el futón.
Ladeandose ligeramente, Iwabee posó su mirar en Denki, este tecleaba con rapidez algo en su computadora, probablemente haciendo el reporte de la misión, vestía una yukata súper sencilla para dormir que les habían dejado en el cuarto.
Prestando especial atención en su semblante, lo notó serio, pero no el normal que denotaba cuando escribía concentrado, parecía serio como cuando algo le molestaba o preocupaba, pues fruncía ligeramente el entrecejo y su mirada se notaba triste
Hace tres días que no lo veía y al reencontrarse, pese a ser interrumpido por el Uzumaki, percibió la incomodidad en Denki al abrazarlo, como si su tacto le molestara, después, al verlo a la cara, recordaba vagamente que no le dirigió la mirada. Tal vez se debía a su astral, después de todo había sido diferente a los normales ¿no?
Al ir a pedir la misión, le dejaron a Metal el trabajo de organizar las cosas y hacer los preparativos para el viaje, ya que llevaban días sin verse y el hecho de que Denki estaba en celo y que Iwabee no había podido verlo en todo ese tiempo, lo ponía nervioso, no por el hecho de no poder tocarlo, nunca habían pasado un celo juntos, y pese a tener besos acalorados, nunca habían llegado a intimar, era tentador, habían tenido intenciones de llegar a tocar solo un poco sobre la ropa, pero nunca se había dado por miedo y respeto, se ponía nervioso porque no podía estar al tanto de Denki, temía que algo le hubiera pasado y le incomodaba pensar que otras personas sí pudieran verlo en un estado tan vulnerable, sentía una necesidad natural de protegerlo y dejar impregnado su olor en él para que nadie lo viera con otras intenciones, pero no tenía de qué preocuparse, toda la servidumbre y trabajadores del edificio eran betas y uno que otro omega, esto a pedido del padre de Denki porque el menor era un omega.
Al estar solos mientras metal se encargaba de todo, se fueron a un lugar apartado de las instalaciones y tan solo disfrutando la presencia contraria, se abrazaron y mimaron con cariño, dejando pequeños besos en el rostro del otro, pero una vez Denki se escondió en su pecho, solo se abrazaron hasta que Metal les llamó para la misión. Tal vez estaba muy sentimental por el astral o por no haberlo visto en muchos días, pero al rodearlo con sus brazos, notó que temblaba y lo abrazaba con fuerza aferrándose a sus ropas, no preguntó por miedo a hacerlo llorar o sacar un tema del que Denki no quisiera hablar, pero le preocupaba y quería saber que le pasaba realmente.
No le tomó mucha importancia o por lo menos, no quiso preocuparse al momento ya que optó por pensar que era culpa de las emociones que desbordaban los días de celo.
Ahora con el consejo de Mitsuki, Iwabee se había decidido a tocar un poco más el tema de la intimidad, ya llevaban años de relación y solo faltaba un empujón para llegar más lejos. Él ya era un adulto y Denki pronto cumpliría los dieciocho, no había nada que temer, solo era cuestión de realmente querer el tacto ajeno.
Además, Kawaki para Iwabee era un oponente, realmente no había indicios de que le interesara amorosamente Denki, pero Kawaki gozaba de molestarlo con tal de provocar al Yuino, después de todo, Denki era el único omega sin ser marcado en el grupo, en realidad, el único al que Kawaki podría molestar, aún quedaba Chouchou y Sarada, pero parecía que Kawaki no tenía intensiones de molestarlas en ese sentido, Himawari era alfa y tenía su temperamento al molestarse, Kawaki no tenía problemas con ella y la trataba como a una hermana, así que las chicas del grupo realmente no eran de interés para él, Denki era el único que quedaba, e Iwabee quería dejar en claro que el menor no era de nadie más que de él, aunque claro, Denki tenía la última palabra, lo que él quisiera era lo que Iwabee haría.
Observando con detenimiento sus finas facciones, pensó en cuanto había cambiado físicamente. Aquella coleta alta estilo samurái que usaba ya no estaba, ahora su cabello era corto y despeinado, con pequeños mechones que cubrían su frente y los costados de su rostro. Su mandíbula estaba más definida y su cuerpo más delineado, entrenar tanto había dado sus frutos e Iwabee era el único que había podido apreciarlos con tanto detalle, aunque a pesar de verse mayor y ya no tener el cabello tan largo, seguía siendo un omega y el cuerpo fino de chica no había cambiado, es más, notaba que sus glúteos estaban más redonditos y sus piernas más finas y tentadoras, era lo más llamativo en Denki, toda su parte baja era tentadora, tal vez Inojin era el que más parecía una mujer y Boruto, según palabras que se escaparon de Mitsuki "tiene unas posaderas muy lindas, a veces me deja morderlas, es muy intenso y--", rió sutilmente al recordar que el Uzumaki había llegado a golpearlo por soltar aquello.
Denki en verdad había cambiado físicamente, seguía siendo inocente en lo que cambia decir, pero físicamente, se había vuelto un peligro para el alfa interno en Iwabee.
Suspirando con pesadez, se levantó del futón acercándose a gatas al menor, sentándose detrás suyo para abrazarlo por debajo de los brazos y dejar sus piernas a los costados del chico, apoyando su babilla en su hombro, olfateó su cuello logrando hacer estremecer a Denki.
—Uhmm... ¿Pasa algo? —preguntó nervioso, mientras sus mejillas tomaban un color rojizo al suponer lo que pensaba.
—Solo... Quiero estar contigo —susurró quedo, relajándose dejó caer un poco de su peso sobre Denki—... Podrías terminar eso mañana, es muy noche así que tal vez los balnearios estén solos ahora.
—Uh... —bajando su mirada a la pequeña computadora, su sonrojo se intensificó y asiendo una mueca, cerró los ojos incómodo— yo... Estoy muy cansado... —Iwabee alzó levemente la mirada viéndole confundido.
—Pero... —estuvo por insistirle, pero entendía que tal vez no se sentía a gusto con la idea, suspirando, volvió a abrazarse con fuerza a Denki, resignado por su respuesta— está bien... Entiendo, otro día será.
Denki no respondió, tan solo siguió escribiendo en su aparato, aunque esta vez con lentitud y el remordimiento en mente por el rechazo.
Quería estar con él, pero el tacto de Kawaki seguía muy presente y tenía miedo del tema, realmente no quería forzar las cosas y mucho menos por lo que quería hacerlo, de no haber pasado lo que pasó, ahora aceptaría sin titubeos la invitación de su pareja, tal vez no se le entregaría, pero sería el primer encuentro que tendría de ese tipo con él.
No quería pensar en eso, no lo haría, así quería sobrellevar las cosas, haciendo como si aquello nunca hubiera pasado. Cerrando su computadora, notó que Iwabee se había recostado junto a él en el futón, tenía el ceño fruncido, probablemente estaba frustrado, después de todo, Denki seguía en semana de celo, no se habían visto en un tiempo y todo el viaje estaba latente la idea de llegar a los balnearios para tener tal vez un poco de roce.
Sonrojándose hasta las orejas, Denki apretó la tela de su ropa cubriendo su pecho, pasando con delicadeza la yema de sus dedos por su hombro, subiendo hasta su cuello donde tocó el collarín que siempre llevaba para evitar ser mordido. Con recelo, apretó los pequeños botones en el collar, haciendo sonar un "click", denotando que lo había abierto, para así, quitárselo lentamente y dejarlo junto a él.
Posando su mirar en el moreno, se giró para moverlo del hombro llamando su atención, haciéndole girarse levemente para verle
—Iwabee... ¿Aún... Aún quieres ir? —susurró con la vergüenza por los cielos, logrando que Iwabee sonrojara y le mirara con un brillo en sus ojos.
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