6. Believer - AkuAtsu BEATS

Capítulo 6. Believer

» Shin Soukoku BEATS«
• Believer – Imagine dragons •

Aquella noche era terrible, la peor de todas, recordando y vagando en sus ayeres, mientras el presente se hacía inerte, intangible y catastrófico. El chico de los ojos bicolores miro a la luna, el olor a sangre asqueo su olfato. Se dejó plasmarse en la pared como si una pintura fuese y dejo su cuerpo caer mientras se ahogaba en sus propias lágrimas.

― Voy a decir las palabras dentro de mi cabeza... Estoy... entusiasmado... y cansado de la forma que han sido las cosas

La bahía se asomaba, era un perfecto amanecer, el viento fresco hacía volar su cabello al lado de su abrigo, sus ojeras enormes y el olor producido de cigarrillo que se encontraba en su cuerpo, suspiro pesado, y simplemente escondió sus manos en sus bolsillos. Era hora de volver.

Miro su sonrisa de siempre, su mano derecha a su lado, siempre tan serio y ruin, les temía, les admiraba pero sobre todos, les odiaba... sus manos entrelazadas, sus codos en el mueble y su barbilla recargada

― Atsushi-kun, me temo que la Agencia Armada de Detectives te tiene en la mira como enemigo publico

― Solo sigo sus órdenes Dazai-san

Una gran carcajada se produjo y el albino suspiro por sí mismo – bien, eres buen chico. Haz hecho caso, tendrás tu recompensa – menciono. El pelinaranja a su lado lanzo unas llaves al albino – podrás alimentarla está semana. – con tales palabras, los ojos del albino brillaron

― Gracias Dazai-san – exclamo alegre mientras salía del lugar

― Estas siendo blando con él de nuevo – se quejó el pelinaranja

― Vamos Chuuya ~ solo necesito, soltar un poco su cadera – sonrió amplio – es un tira y aloja al final del día... un poco de felicidad trae consigo mayor desesperación. Dile que vaya con él

― Claro – Chuuya abrió su teléfono, una marcación rápida y para cuando su celular llego a su oreja, habían contestado – Gin, dice que vayas con él – era todo lo que necesitaba decir.

...

Atsushi había llegado a los calabozos, un lugar oscuro, húmedo y deplorable donde la Port Mafia encerraba a los peores o a los rehenes. El albino llego hasta una celda confinada, uso las llaves para abrir la cerradura y poder entrar - ¡Kyouka! – expreso alegre

― ¡Aléjate! – respondió la chica temerosa

― Podré alimentarte está semana – decía mientras abría los compartimentos, dándole luz a la chica y miro a su lado – Gin, ¿podrías traer comida? – pregunto el chico, pues había sentido la presencia de la chica

― White Reaper... ¿Por qué siempre la buscas?

― Hago lo que quiero Gin, no preguntes

― Entendido - menciono decaída. Atsushi no podía perder el espíritu, lo poco que quedaba, pues había llevaba a aquella niña a la mafia pero la culpa seguía carcomiéndolo por dentro

― Kyouka, mañana te alimentará Gin. Intenta obedecer a Dazai-san, si no, te pudrirás aquí

― White Reaper, usted llega a ser amable cuando quiere – dijo alegre la chica quien miraba a la menor

― No Gin, en realidad... no soy nada amable – menciono el albino

― Sé que podrías llegar a serlo...

Después de atender a la chica salió del lugar, no podía quitar sus cadenas pero podía darle luz de sol, comida y agua, eso era suficiente, ¿Por qué? Bueno, porque... ni el mismo se atrevía a hacer más.

― No me digas lo que piensas que puedo llegar a ser, soy el único en la vela, el dueño de mi mar...

Gin había llegado hace años, pero al albino jamás le había importado, más siempre le llamo la atención aquel rencor que yacía en ella, de cierta forma, no entendía por qué siempre obedecía a Dazai si no parecía temerle.

...

― Atsushi-kun, parece que la agencia te busca – decía el líder de la Port mafia, Osamu Dazai con su gran sonrisa tan típica de siempre

― ¿Qué es lo que...?

― Necesito un libro – respondió rápido el castaño – parece que la agencia sabe de ello, acordé una pequeña tregua, tu eres la recompensa

― ¿perdone?

― Oi Atsushi, deja de dudar, Osamu toma las mejores decisiones, ya deberías saberlo – hablo Chuuya molesto

― ¿Cuándo debo ir a la agencia?

― Tendrás una reunión con dos de ellos en el centro de la ciudad, una cafetería llamada "Warmness" – menciono Dazai sonriente – suerte

Por supuesto que se presentó y por supuesto que los conoció, un pelirrojo y un azabache, bien vestido el pelirrojo y el azabache aunque con buena ropa, su camisa de fuera dejaba que decir para el albino – sé que debes sentirte incomodo pero estamos en un mismo barco – dijo el pelirrojo – mi nombre es Sakunosuke Oda

― Akutagawa Ryunosuke – dijo también el azabache de manera seria. El albino suspiro, pues se había sorprendido de escuchar aquel apellido más se le había enseñado a ser cuidadoso

― Nakajima – respondió – con eso debe bastarles ¿no es así?

― Nakajima Atsushi – dijo Oda serio haciendo al albino mirarle – trabajaras con mi discípulo

― Creí que los dos me vigilarían – dijo el albino

― No es necesario – dijo el azabache – conmigo basta y sobra, White Reaper

― Akutagawa, no quiero peleas entre ustedes – dijo Oda

― Lo sé Sakunosuke-san – dijo el azabache – mantendré a raya a White Reaper

Con la partida de Oda del lugar, Atsushi suspiro, no estaba acostumbrado a ser vigilado y menos a recibir miradas cálidas, aquello le era incómodo y el azabache no prestaba aquellas miradas, era cómodo a cierto punto, probablemente porque deducía la verdad de los hermanos Akutagawa.

― La misión es sencilla, - decía el azabache mientras caminaban por un callejón - una organización grande viene a atacar a la ciudad por tu jefe, solo por el bien de la ciudad es que estás aquí, protegeré tu guarda si haces lo que te digo

― Faltan 3 días

― ¿disculpa?

― Hablas del gremio ¿no? Vi los papeles, la orden de la torre del reloj. Llegaran en tres días

― ¿Por qué te mandaron desde ahora?

― No lo sé y – el albino escucho un ruido, de inmediato volteo

― Eres más asustadizo de lo que creí – menciono el azabache

― Odio los lugares oscuros – dijo moviéndose por al lado del azabache

― Oye, ve despacio

― Quiero salir del callejón ¿Por qué me traes por estos lugares?

― Son fáciles de ocultarse

― Por algo llevo gorro y mascara siempre - se quejó el albino – vamos a los techos

― En verdad que eres tímido... - menciono el azabache al ver como el albino trepaba por las paredes de edificio a edificio

El azabache le alcanzo usando a Rashoumon, fue cuando lo vio tranquilo con una aunque poco notable pero tierna sonrisa, mirando el horizonte – te gusta estar en la luz ¿eh? – menciono mirándole. Aquello desapareció, la mínima sonrisa se fue y sus ojos ojerosos le miraron

― no me molesta pasar el tiempo aquí – respondió

― ¿no te molesta esperar tres días conmigo? – pregunto sentándose al lado del mafioso

― No, en realidad... prefiero esto – menciono.

El azabache notó aquello, el apretar de las manos del albino.

La tarde había avanzado, el azabache había llevado al albino a su hogar, pues hasta no acabar con el gremio, Atsushi pertenecía a la agencia, por lo tal, Akutagawa era su cuidador. El albino siguió al azabache, el mayor había dejado su abrigo a un lado y sus llaves en una mesa de madera - ¿no te quitaras el abrigo? – preguntó el azabache

― No, hace... un poco de frio

― Como desees, prepararé té – menciono

― Cla-claro – respondió Atsushi tímido.

Miro alrededor, probablemente era la primera vez que entraba a una casa donde no tuviera que matar a la familia entera, una vez más, la culpa y el terror comenzaban a carcomerle, miro al azabache ¿y si escapaba? No le temía y menos a la agencia, pero eso significaría que Dazai terminaría como un falso a su palabra, mentiroso o traidor y eso le costaría dolor al albino. Trago saliva.

Por su lado, aunque el azabache estaba de espaldas podría observar perfectamente los movimientos del albino, esté se veía perdido, sinceramente perdido y decadente, la gran duda era el por que

― White Reaper – le llamo y el albino volteo a verlo. Sus iris estaban contraídas, no estaba casando pero el dolor dentro de él era grande – pareces... roto o perdido o

― Yo estaba roto desde joven – respondió - ¿preparaste él té? – pregunto queriendo cambiar el tema

El azabache se acercó – claro, el té está servido.

No era como si Akutagawa no supiera hacer hablar a alguien, en realidad... era su oportunidad perfecta para saber cómo acabar con él líder de la Port Mafia, para rescatar a su hermana, algo de tiopentato de sodio en el té del albino, no iría mal. El albino tomo su té, la culpa anterior había omitido su instinto de olfato contra estos casos, y sinceramente, no creía capaz al azabache de querer ponerle una trampa, pues el albino había discernido del azabache, con algunos minutos, sus ojos mareaban y eso era todo lo que Akutagawa necesitaba

― White Reaper ¿me dirás toda la verdad? – pregunto

― Que... ¿Qué pusiste en mi té? – pregunto

― Tiopentato de sodio – menciono – conocido como suero de la verdad

― Creí... que eras buen tipo – menciono relajado

― Hagamos esto simple – dijo sentándose frente al albino – White Reaper, no. Nakajima Atsushi, ¿Por qué haces esto? ¿Por qué estás en la Port Mafia?

― ¿Por qué? – sonrió descarado – no me digas eso. Yo estaba roto desde niño, llevando mi malhumor a las masas, anote mis poemas para los pocos que me miraban... me tocaban, me sacudían ¡me sentían! – grito – no pude evitarlo, ese investigador se acercó mucho cuando estaba molesto, y yo no fui, ¡no lo hice yo! – golpeo la mesa – fue el tigre, siempre es el tigre. Pero llego él... Dazai-san. – trago saliva – Dazai-san... me encontró con dolor en el corazón, llevando mensajes desde las venas, le dio una lección desde mi cerebro... me hizo ver la belleza atrás del dolor...

― Pero eso...

― ¿Qué más quieres? – pregunto mirando al azabache con lágrimas – no, yo realmente... le temo con gran dolor a Osamu Dazai – afirmo el albino

― Lo lamento – dijo el azabache bajando su rostro – por favor, no respondas a nada más

― Gin – dijo el albino haciendo que el azabache le mirará - Ella es tu hermana ¿verdad?

― ¿conoces a Gin?

― Está muy molesta por que la abandonaste. Se la historia, Dazai-san me explico, Gin también me conto. Mataste a quienes mataron a tus amigos, rechazaste la oferta de Dazai-san pero mientras otros agentes tomaban a tu hermana, cuando regresaste... ella se había ido

― ¿la tortura? – pregunto el azabache inerte

― Es su secretaria consentida – dijo el albino – ella da miedo, no le tiene ni una pizca de miedo

― Gin siempre ha sido valiente... - dijo el azabache con una ligera sonrisa – Gracias White Reaper

― Tú me obligaste – se quejó el albino – es cruel de tu parte aun siendo un atractivo agente

― ¿soy atractivo? – pregunto, los efectos del tiopentato duraban un rato.

― Lo eres

― Eres el primero en decirlo

― Repito, me estas obligando, si la mafia se entera que me haces hablar, te matarán

― Lo sé, pero también sé que será verdad lo que digas

― Estas asustándome

― ¿Por qué eres temeroso?

― No es como si agradeciera ser miembro de la Port Mafia – explico – desearía que me mataran, pero el tigre es regenerativo y mantenerlo es doloroso

― ¿Por qué?

El albino bajo su abrigo dejando ver su cuello con marcas y un collar bastante extraño, más el azabache supo para que era, era para infundirle dolor – llevo el collar para evitar que el tigre salga de control, así como se me aplica una tortura semanal para calmar sus energías

― Eso debe ser doloroso...

― Probablemente el único que lograría matarme es Chuuya, la mano derecha de Dazai-san, pero Dazai-san no se lo permite aun cuando esté parece odiarme

― Creo que ahora se mucho de ti

― Más de lo que desearía

― El efecto no debe tardar en pasarse

― Eso me alegra

― White Reaper ¿sonríes?

― No

― Pero te gusta estar afuera ¿no?

― Si... Deseo... Jamás tener que volver a la Mafia.

― Deberías creer que lo lograrás, yo creo que lograré sacar a mi hermana – menciono – algún día podre terminar con Osamu Dazai, rescataré a mi hermana – tomo la mano del albino – y te rescataré a ti también

Para finalizar su discurso, beso la mano del albino, Atsushi comenzaba a sonrojarse cuando sintió sus sentidos volver, aparto su mano y miro a otro lado volviendo a colocarse rígido – los efectos pasaron

― Ahora tengo sueño – menciono el albino

― Puedo dormir en

― Dormiré en el suelo si no te molesta

― Comprendo – menciono el azabache levantándose – descansa, Atsushi – le deseo buenas noches mientras acaricio ligero su cabello.

Atsushi se recostó en la alfombra de la sala, trago saliva y tapo su rostro – maldito agente – se quejó molesto, pero sobre todo avergonzado.

Akutagawa daba vueltas en la cama, el albino era mejor de lo que esperaba, solo era un chico solitario y temeroso de todo que era obligado a las situaciones ¿con que afán? ¿Solo porque era fuerte o algo más? Suspiro profundo, saber tanto, tener tanto de él en sus manos y sentir que no puede hacer nada, le dolía. Era como verse reflejado y su impotencia por fallarle a su hermana.

A la mañana siguiente, Atsushi había despertado primero, miraba por la ventana vigilando el barrio hasta que Akutagawa apareció – ¿vigilas? – Pregunto y el albino saltó del susto – realmente eres un miedoso

― No molestes a un mafioso que vigila – menciono molesto

― Dudo de tus palabras – suspiro

― Acompáñame hoy

― ¿A dónde vamos?

― Necesito mostrarte algo, ahora que se más de ti

― Ni lo menciones – pidió molesto

― Vamos, te llevaré a comer después

― ¿soy un animal?

― No, al contrario, eres un buen chico – menciono.

El albino se había vuelto a sonrojar pero ignoro esto tapándose con su gorro – te sigo

...

El cementerio de Yokohama, un lugar relajante, Akutagawa se paraba frente algunas lapidas mientras Atsushi se sentía mal por estar en el hogar de los muertos, probablemente muchos estaban allí por él. – esté chico es un buen chico, pero le toco sufrir un destino del que yo logré escapar – mencionaba a las lapidas mientras el albino lo miro sorprendido – gracias a ustedes lo logré, ahora vengo a presentárselos, envío una oración a todos los que están arriba, todo el odio que he escuchado, que se vuelva su espíritu en paloma, por favor espíritus de arriba

― Eso...

― Eso solo es el principio – dijo Akutagawa sonriendo ligeramente – vamos a comer, Atsushi

El azabache paso a su lado, Atsushi le miro, el viento soplaba fuerte, miro las lapidas, hizo una reverencia y siguió al azabache.

Sorprendentemente, pasaron el día tranquilos, conversando, evitando temas de la mafia que afectaban al albino, su paseo se volvía entretenido, Atsushi no podía evitar sentirse ligero y a veces jugar con el azabache, más Akutagawa seguía curioso sobre el collar y la sonrisa del albino. Aquel día terminaron yendo a una cafetería donde el azabache disfrutaba de un café americano, el albino había pedido otro, llegando así su café, el albino tomo dos cucharadas de azúcar, el azabache no sabía por qué pero prestaba atención al chico, fuera del collar y de su profesión, Atsushi era un chico demasiado normal y tranquilo, admitía que le regalaba estar a su lado.

Su sorpresa fue grande cuando el albino probó su café y a ligeros centímetros después de beber un poco, miro como la línea de sus labios se volvía una curva, fue como si brillará todo, solo había sido una pequeña y dulce sonrisa, una que basto para el azabache y saber que la quería volver a ver y solo para él.

Era cálido.

Atsushi no pudo evitar subir la mirada para verlo, Akutagawa sonreía ligeramente mientras lo miraba, seguía sintiéndose fuera de lugar pero el agente no le permitía dejar que su sangre se detuviera, está hervía por él, aquello le hizo recordar la frase de un libro que leía de pequeño. Trago saliva y miro a otro lado, estaba muy avergonzado por darse cuenta de lo que le ocurría a su corazón y mente.

...

Iban camino a casa del azabache, esté le contaba algunas cosas de su vida, Atsushi solo caminaba tranquilo a su lado – estuve ahogado en la multitud, viviendo con mi cerebro en las nubes, cayendo como cenizas al suelo. Esperanzado en mis sentimientos, ellos me ahogaban pero no lo hicieron, nunca vivieron, fluyeron y fluyeron, inhibidos, limitados hasta que se rompieron y llovizno, llovizno como...

― ¿Cuándo llego el pelirrojo?

― Si, Oda-san fue... - sonrió – es como un padre más que un mentor

― Comprendo... pero

― Atsushi – escucharon ambos chicos y el albino volteo a verle

― ¿Ky-Kyouka-chan? – pregunto el albino nervioso

― El jefe me envió por ti, tienes una misión, no es necesario que dejes la actual

― Ah... comprendo – dijo el albino alejándose del azabache pero este lo tomo con su mano

― ¿A dónde vas? El trato es que te vigile – dijo serio

― Tengo una misión de Dazai-san – dijo el albino mirando al azabache

― No tienes que, escúchame, yo puedo – decía el azabache

― Atsushi, nos esperan – dijo Kyouka

El albino se apartó del azabache, fue tras la chica y esté solo miro como el albino se alejaba.

...

Kyouka y Atsushi llegaban a un estacionamiento oscuro, el albino sabía qué hacer, asustar (matar) a aquellos que hablaban mal de la port mafia, se paró delante de ellos. Le miraron conociendo quien era: White Reaper.

Atsushi dejo ver sus largas y filosas uñas de tigre, saltó sobre ellos pero fue cuando desaparecieron y fue golpeado por una ráfaga blanca - ¡me hiciste un creyente! – grito el azabache detrás del albino. Atsushi apenas se levantaba mirándole – me destrozaste, me armaste, creí que podríamos llevar esto mejor – dijo molesto

Atsushi lo miro confundido, todos habían huido a excepción de Kyouka, se levantó y suspiro, se puso en guardia. – avisaré a Dazai-san que la misión fue cumplida, y que ahora tienes un nuevo problema con los agentes – dijo Kyouka seria pero con ello también se retiraba. Atsushi suspiro por ello.

No pudo descansar lo suficiente, Akutagawa volvió a atacar - ¡maldición! – Se quejó cortando aquella tela – bien, si tanto quieres esto: dejaré que las balas vuelven, agente

― Déjalas volar, mafioso.

Su pelea se extendió a altas horas de la noche, aquellas cuando Atsushi y Akutagawa no pudieron más y cayeron uno al lado del otro completamente heridos, respiraban agitados, cansados. Quien llego allí y los miro desde arriba fue el pelirrojo quien suspiro al verlos, justo después, ambos descansaron.

...

Atsushi despertó con pesar, se levantó rápido, se sintió indefenso y miro alrededor, era un cuarto y él estaba en una cama, salió de él, miro al azabache, le escucho reír, allí estaba el pelirrojo – oh despertaste – dijo Oda mirando al albino, el azabache volteo, miro sus vendas

― Estas lastimado – dijo el albino mirando al azabache

― Tú también

― ¿eh? – Atsushi se miró, tenía vendas en su cuerpo y miro a ambos agentes

― De nada – dijo Oda

Atsushi miro a otro lado, ambos agentes suspiraron – gracias – dijo levemente y con ello ambos agentes sonrieron

― ¿quieres contarme? – pregunto Oda

― Es un gran hombre para escuchar – sonrió Akutagawa

― ¿no has hablado de mí?

― No – dijo el azabache – dije que solo quería saber si eras honesto o no

Atsushi se sonrojo y miro a otro lado – por la gracia del fuego y las llamas, fue la cara de mi futuro – menciono y trago saliva, miro al azabache – gracias

Akutagawa no entendió pero sonrió.

Aquella noche Akutagawa y Oda escucharon la historia de Atsushi, una donde el albino no había logrado dejar de llorar en muchas ocasiones, creando que tanto el azabache como el albino terminaran dormidos en la alfombra por el cansancio y llanto.

A la mañana siguiente, despertaron abrazados, ambos se sorprendieron, el albino se dio media vuelta completamente sonrojado mientras el azabache miraba su espalda, pudo notar su rubor hasta en su cuello – sabes Atsushi...

― La sangre en mis venas... - trago saliva – la sangre en mis venas llaman por ti...

― Déjame fluir en ella entonces... - pidió el azabache

― Tú me hiciste un creyente... me salvaste, me hiciste creer que los milagros existen...

― Atsushi....

― Akutagawa.... – Atsushi trago saliva, volteo a ver al azabache, sus ojos eran lloroso pero el verlo le llenaba de paz, sonrió amplio iluminando los ojos del azabache – por favor... ¡sa-salvame! – grito en una gran suplica

Elazabache abrazo al albino con gran fuerza, no planeaba soltarlo nunca. Esa mañana, se enteraron de todo. Osamu Dazai había muerto, la mafia era una locura, y la agencia o más bien Oda, decidió adoptar a un nuevo chico: Nakajima Atsushi

...

Ok, termine de escribir esté y mi mente enloquecio... ¡YA ESTOY HACIENDO OTRO! 

Se que les gustará, a mi me está gustando y  ¡ES DE UNA PELICULA DISNEY! ¡ES  M... !

¡Gracias por leer!

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