O15. confrontación.

❨ ! ❩ Meses después.

Los días pasaron y como si se tratara de una mala broma, mi padre no dejó de buscarme desesperadamente. Y si era sincera, de alguna manera estaba entrando en una nueva etapa de vida y no me sentía cómoda hablándole, así que le pedí a mamá que le dijera que en esos momentos no podía verme, porque así yo lo deseaba. No quiero ser mal entendida, no es que estaba dispuesta a seguir con rencores, sufrimiento, dolor y rabia, sino que ahora simplemente quería respirar un aire fresco y libre de tantas cosas negativas. No pensaría más en él, no lo haría por un buen tiempo. Sacaría toda cosa mala de mi pecho para poder avanzar, porque era lo correcto para mi vida. No lo odiaría, no sentiría nada. Sólo me dejaría de importar y me concentraría en las personas que sí me amaban y estaban a mi lado.

Lisa y yo nos habíamos hecho más cercanas que nunca esos meses, íbamos por helado juntas, un café o cualquier comida que se nos antojara. También paseábamos en bicicleta juntas, riéndonos y haciendo malas bromas entre nosotras mientras nos desplazábamos por las calles. Hacíamos comidas al aire libre en el parque, extendíamos una manta en el césped y almorzábamos juntas entre conversaciones infinitas, y luego cuando la noche caía, nos abrazábamos fuertemente y mirábamos las estrellas, compartiendo datos de estas y enamorandonos de su brillo. Había algo mágico en sostener su mano bajo la luz de las estrellas que llenaba mi corazón de la más pura paz, pues cada segundo recordaba aquel momento donde ella mencionó que yo era su estrella, y yo sabía que ella era la mía.

En conclusión, yo simplemente amo tanto a Lalisa Manoban y amo también pasar tiempo con ella, pues es imposible sentir aburrimiento a su lado.

También conocí a la madre de Lisa, pues en cuanto Lisa habló con ella sobre cómo se sentía acerca de la poca atención que recibía por parte de ella, cómo le afectaba que nunca estaba en casa, su doloroso noviazgo con Chan, y el momento donde descubrió cosas nuevas de la vida junto a mi madre y yo, enseguida la señora Manoban quiso conocernos a mi madre y a mí. Yo estaba muy feliz de que la señora Manoban hubiese abierto su mente para escuchar a su hija, así como también estaba feliz de poder conocerla. Incluso ayudé a mamá con la comida para la tarde en que la señora Manoban nos visitó. ¡Fue un almuerzo genial! El ambiente era increíble, parecía destinado a ser. Lisa estaba feliz, la señora Manoban estaba feliz, mamá estaba feliz y yo también estaba feliz. Simplemente, todo estaba en su lugar, y era increíble.

Fueron días realmente preciosos, llenos de infinita felicidad. No hubo nada que estresara mi mente, entré a un taller de escritura donde aprendí cosas magníficas y dejé salir a flote mi imaginación tanto como mis sentimientos, mientras que Lisa se estaba enfocando en pintar paisajes, y era realmente una buena pintora, estaba tan orgullosa de ella. Llevábamos buenas notas en la escuela. Aunque nos viéramos muy seguido, seguíamos nuestras responsabilidades y de hecho, en la escuela nos ayudábamos mucho entre nosotras, porque aunque no tuviéramos las mismas clases, igual estábamos ahí si la otra necesitaba nuestra ayuda en algo.

Creo que logré avanzar; logré dejar muy lejos muchas cosas amargas de mi vida y puedo decir, de manera totalmente honesta, que experimenté la felicidad.

Pero llegó el día de dar un cierre por completo al pasado, y sólo porque sentí que quería hacerlo y estaba lista, fui a ver a mi padre. No quería pelear, no quería nada de eso. Ya había podido decirle todo lo que pensaba y ahora sólo quería de alguna manera despedirme, porque todo lo que me ataba a ese hombre finalmente me había dejado en paz y sólo quedaba decir adiós.

Y bueno, en ese momento estando sentada frente a él, me di cuenta de que mi pecho ya no sentía una opresión como antes. Dentro de mí ya no había nada al mirarlo y eso sólo me causó ganas de sonreír, entonces me di cuenta de que sí estaba siendo muy feliz en ese momento de mi vida.

—Así que eso quieres. Dejarme fuera de tu vida, a tu propio padre —negó con la cabeza, viéndose decepcionado—, y yo incluso que estaba dispuesto a tolerarte siendo como eres, de todos modos sólo tú puedes orar a Dios, para que perdone tu pecado de homosexualidad.

Yo sólo pude ampliar mi sonrisa, también negando con la cabeza, pero de manera más suave y manteniendo el contacto visual.

—Necesito personas en mi vida que sepan apoyarme y respetarme, lo siento pero prefiero no verte más. Es mi decisión y debe ser tomada en cuenta —poniéndome de pie, le di una última mirada—, quiero que sepas, que si en serio te preocupas por mí como padre o algo, no tienes que sentirte mal porque yo estoy muy feliz en este momento.

Me di la vuelta, le di la espalda por primera vez después de que él lo hizo siempre conmigo y eso me hizo sentir poderosa.

Adiós, hija... —lo escuché susurrar e incluso creí sentir su voz quebrada.

Eso es lo que pasa, pierdes a gente por preferir vivir con actitudes que sólo son un: ‹‹no me importas›› hacia ellos, en lugar de un te amo.

Y a mí, mi padre me perdió completamente.

Pero yo no perdí nada.

Yo gané.

Cuando me dirigía a la salida, una mano me tomó del brazo y me detuvo. Confundida, volteé a ver de quién se trataba y me encontré con un Chan de ojos tristes y una herida en su labio.

—Wow —salió de mi boca inevitablemente al ver su rostro—, ¿Qué te pasó?

Sonriendo con un destello de melancolía, Chan extendió hacia mí su mano, donde sostenía una libreta color marrón que yo conocía muy bien, pues hace unos años, cuando estaba más chica, escribía ahí sobre mis cosas para desahogarme y algún día que dormí en casa de los Park, la olvidé ahí y nunca más volví a saber de ella.

Miré con ojos muy abiertos la libreta, temiendo que él la hubiese leído.

—Sí, lo siento. Sé que no debí leerla, pero lo hice y fue entonces que me di cuenta de que nunca supe nada de ti realmente. Lo siento, realmente lamento todo lo que dije. No tenía idea de todas las cosas que tuviste que pasar, fui tonto y egoísta. Sé que tu madre y tú no tienen culpa de los errores de mi padre, lo sé. Lamento lo que dije —suspiró, todavía manteniendo su brazo extendido—, quiero que sepas que si yo era una rosa, al menos no era la rosa de papá, y al parecer tampoco la de Lisa —riéndose sin ganas, señaló la herida de su labio—. Le dije a papá que me gustaba Lisa y esto ocurrió. Sinceramente con este acto de su parte, ahora entiendo mejor cómo te has sentido todo este tiempo. Lo siento por todo, y por favor dile a Lisa que también lo siento. Por pensar sólo en mi dolor, no me importó hacerle sufrir lo mismo a ella, y ahora me doy cuenta de que sólo juntos contra las injusticias es que podremos permanecer fuertes, así que nunca más actuaré como el Chan de esos días.

Sonriendo sincera, tomé mi libreta mirándole cálidamente a los ojos.

—Escucha, Chan —hablando firme y claro, le dije—, el sufrimiento nos termina siendo útil, por favor sigue mirando hacia adelante. Queda mucho más allá por descubrir.

Él asintió a mis palabras, devolviendo mi sonrisa.

Me marché de esa casa sabiendo que nunca más iba a volver, con mucha paz en mi cuerpo entero.

No miré hacia atrás.

Adiós, familia Park.

Solo falta un capítulo y ya se termina esta linmda historia TT

¡Gracias por leer!

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