Capítulo 32: No debimos casarnos (Parte I)

Actualización 1/2

Capítulo 32: No debimos casarnos (Parte I)

IAN

Me sentía culpable desde lo que sucedió esa noche con Noe, esa noche especial, desde ese día las cosas se pusieron un poco raras e incomodas, se sentía extraño tener una conversación normal, al menos los primeros días. Sentía que quería acercarme y ella también, solo que no encontrábamos la manera de hacerlo.

Preparé una cena, algo que sabía le iba a gustar mucho, y se la llevé a la televisión, donde ella estaba muy cómoda acostada con sus pantuflas de oso panda, me sonrió un poco cuando le ofrecí el plato y cuando miró lo que era, su mirada se iluminó.

—¿Empanadas? —dijo sorprendida.

A ella le gustaba mucho las empanadas, le sonreí al ver como se metió una a la boca devorándola casi de un solo mordisco.

—¿Qué tal? —pregunté al ver como las disfrutaba.

Ella tenía la boca llena, se limpió con una servilleta, su sonrisa era tierna y de satisfacción.

—Siempre fuiste bueno haciendo empanadas. —murmuró empezando a agarrar la otra empanada.

—Ahora son mejores. —comenté divertido al ver como parecía maravillada.

—Sí, tienes razón. —susurró.

—¿Recuerdas las veces que intercambiábamos el desayuno? —dije, casi siempre llevaba empanadas y casi siempre ella se las comía.

—Es que siempre llevabas las cosas que me gustaban. —admitió Noe.

—Tu siempre comprabas, debí cobrarte —bromee.

Ambos nos reímos un poco.

Noté que su boca estaba algo sucia, así que tomé una servilleta y le limpié la esquina de su boca, ella pareció algo avergonzada porque su rostro enrojeció profundamente, su cara, su manera de mirarme y de reaccionar ante mí ya hacía que cayera en el hechizo de no poder dejar de mirarla.

Me hipnotizaba.

Ella terminó de comer y empezamos a hablar de los tiempos del instituto y solo a bromear de cualquier cosa que veíamos en la televisión, como si volviéramos al momento de que no importaba nada, solo nosotros dos.

Luego de unas horas, ella cayó en mi hombro completamente dormida, la quería acomodar mejor, pero ella se acomodó sobre mis piernas, dejé de respirar al sentir que se me endureció el miembro enseguida al sentir su cara encima de mi bragueta.

Apreté los ojos intentando pensar en otra cosa para bajar mi erección, pero Noe empezó a mover la cara sobre mi cremallera.

—Oye, ¿puedes quitarle las llaves del bolsillo? —susurró e intentó rodarlo con su mano a un lado endureciéndome aún más.

—No son las llaves —dije—, tienes tu mano en mi cremallera.

Ella pareció despertarse por completo y se sentó, pero aún así no quitó las manos de ahí.

—Lo siento —dijo con voz algo ronca, esa voz no sé por qué me pareció tan sensual.

—Tranquila —dije ahora sintiendo que debía ir a mi habitación a liberar la sangre que se había llenado en mi miembro.

Ella aclaró su garganta pero empezó a mover su mano de arriba a abajo por la tela sintiendo como se endurecía mi bestia encima clamando por salir.

—Noe... —susurré, pero ella no se detuvo.

Me miró y abrió el cierre, la observé cuando sacó mi miembro y lo metió a su boca sin dudar ni un poco, silbé entre dientes ante la gustosa sensación, cuando empezó a subir y a bajar, su lengua moviéndose lentamente en la punta como toda una profesional.

—Joder —solté entre dientes.

—¿Te gusta? —susurró ella volviendo a profundizarse, alcé las caderas echando la cabeza hacia atrás.

—Me encanta, mierda —solté.

La agarré del cabello necesitándola más profundo, pero la sentí toser así que la solté, ella relamió sus labios recobrando el aliento y entonces se acomodó sobre mí colocando una pierna a cada lado de mi cadera subiéndose el vestido que llevaba.

Esta mujer me estaba volviendo loco.

—¿Has usado pastillas? No nos hemos cuidado —comenté.

—Tengo aparato —dijo.

Se arrimó las bragas a un lado para dejarse caer por toda mi longitud, ambos jadeamos, nuestras miradas cruzándose cuando empezó a moverse, mordí mis labios y la ayudé a que terminara de quitarse ese vestido, me gustaba ver sus tetas revotando en mi cara, las metí a mi boca y ella jadeó moviendo aún más sus caderas y apreté su culo contra mí siguiendo sus movimientos, ella empezó a jadear cuando empecé a alzar las caderas también contra ella, profundizándonos más.

Joder, como me encantaban sus gemidos.

Noe se aferró a mi espalda cuando la sentí estremecer en mis brazos, gemí cuando se vino sobre mí y yo no me tardé nada en seguirla disfrutando de mi propio placer.

Nos quedamos recuperando el aliento y yo con una ligera sonrisa en mi rostro al abrazarla, al sentirla en mis brazos deseando que ya todo dejara de ser raro entre nosotros pero ignorando la realidad...

Que estaba casado con su madre.

.

.

.

.

.

******************

El que no vote le montaran los cuernos :v hoy dos capítulos :D

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top