This Boy

Era de día, o eso es lo que puedo contar.

No hubo nada importante antes de venir hacía acá, solo que mi madre me aclaró que me fijara bien en que lugares ponía los auriculares que colgaban de mis orejas. Dijo algo así como: "No queremos que tengas ese tipo de "gustos" ¿A qué diablos se estaba refiriendo?.

Mi llegada a la academia no había sido la gran cosa: un par de trenes y poca cosa más. Llegué relativamente temprano a clases... Creo que demasiado temprano ¿Quién sería tan enfermo como para llegar a estas horas? O bueno, la pregunta sería ¡¿Por qué ya había una chica cuando yo llegué?!.

La chica azabache me saludo con cortesía al notar mi presencia en el marco de la puerta. Pregunté por su nombre mientras acomodaba mis cosas en el pupitre, dijo que se llamaba Yaoyorozu Momo, al parecer había entrado por recomendación. Era raramente amable. Es de esas personas que no puedes odiarlas, o tal vez me dio esas vibras por ser el primer ser con el que hablaba en esta nueva etapa post secundaria. El tiempo avanzó a pasos apresurados mientras intercambiaba unas palabras con la azabache.

El aula se comenzó a llenar con cierta rapidez luego de mi entrada. Tal vez el que más llamó mi atención en un primer momento fue ese rubio; no por nada en particular, si no por que solo se la pasaba gritando todo el maldito rato ¿Acaso no tiene un botón para apagarlo?.

Miraba a los alrededores de la aula que me había tocado, ¿Conté que pude pasar el examen de la UA? Supongo que no. Por donde comenzar, puedo ver a muchos chicos aquí, algunos extraños a más no poder, pero supongo que son cosas a los que uno se acostumbra en este mundo. Hay un tipo sentado enfrente de mí, tiene su fosforescente cabello echado para atrás, lleva un rato intentado entablar una conversación conmigo, no parece mal chico.

Por otro lado... Hay un tipo que lleva alrededor de unos 15 minutos viendo fijamente los pechos de Yaoyorozu, me dio asco al percatarme de la situación; tenía pensado decirle lo que el estaba haciendo, pero supongo que mientras no intente nada más no habría ningún "problema", al fin de cuentas, la mayoría de los chicos aquí no han pasado la pubertad por completo. Quiero evitar tener ese "complejo".

No había muchas cosas que hacer en realidad, nada más que enredar mis auriculares a los lápices y vigilar que ese pequeño degenerado no se pasara de la raya, fuera de ahí poca cosa que hacer. Siempre el primer día es una basura, de eso no queda duda.

- ¿Crees que tarden más?- Yaoyorozu al parecer ya había roto el hielo lo suficiente como para dirigirme la palabra a voluntad.

- ¿A que te refieres?- Estaba acorrucada en mi pupitre. El chico fosforescente se dio la vuelta para escuchar nuestra conversación.

- La clase, obviamente- Era extrañamente educada al expresar cada palabra.

- Bueno, nosotras llevamos aquí desde hace más de media hora. No es como que tengamos mucho derecho de decir eso- El chico rio levemente ante mi comentario. De cierta forma me agrada ir forjando lazos en el primer día, me hace sentir menos tonta.

¿Qué más puedo decir? Nada más a mi parecer. El aburrimiento comenzaba a llenar mi cabeza. Sé que debería de estar emocionada, digo, ¡Es la jodida UA!, pero fuera de la emoción inicial no hay mucho de que hablar en estos momentos. Me puse a rayar el pupitre, dibujaba algunas guitarras Les Paul muy caricaturizadas, también unos pequeños muñecos de palos; todo ante la boba mirada del chico eléctrico.

- ¿Acaso tocas algún instrumento?- Mi cuerpo se volvió frio ante su comentario. El chico estaba en lo cierto, pero personalmente no me gusta hablar mucho sobre ese lado de mi vida.

- ¿Si tu dibujas robots femeninos significa que te las quieres follar?- Separó la vista al instante ante su rubor que surgió ante mi sarcástico comentario. Una ligera risa salió de mi boca ante su reacción.

Y ante lo bizarro de la situación, la puerta se azotó de repente. De forma automática todas las miradas, incluido la mía se dirigieron a la entrada del aula. Observe a un temeroso y nervioso peliverde que observaba con profundidad a todos los tipos del lugar. Podía ver el temor a lo desconocido en sus ojos, eran extrañamente envolventes.

Hubo un momento en dónde su mirada se cruzó con la mía, sentí de nueva cuenta ese escalofrió que pasaba por toda mi espalda. Quite mis ojos de forma automática del contacto visual, todo esto ante un pequeño rubor que salió de mis mejillas. Oculté de nueva cuenta mis ojos en mis acorrucados brazos.

No fue nada...

Continuará.

Si, esta vez no tardé, cabrones.

Como verán, esta cosa será narrada en primera persona (o cuando menos en casi todos los capítulos), aunque este se intercalará entre Izuku y Jirou, para que sea más "didáctico".

Sin nada más que decir...

¡Nos vemos!.


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