Capítulo 9.
CAPÍTULO 9.
Taemin miró por el espejo retrovisor, Seul se veía ya algo lejos. Minki le había escoltado solo algunos kilómetros más allá de donde terminaban las construcciones, luego, tras un cambio de luces, la camioneta blanca de los Choi dio vuelta en "U" y regresó por donde había venido.
Taemin presionó un par de botones en el tablero y la conexión con su teléfono móvil se hizo, luego oprimió otros más para realizar una llamada. Al tercer timbre su interlocutor habló.
—¡Ey, Taemin!— el saludo del hombre efusivo, —¿pronto vendrás a verme?
De inmediato se sintió culpable, le había prometido que le visitaría en cuanto pudiera, pues hacía varios años que no se habían visto en persona, su única comunicación había sido por mensajería, teléfono o video; pero tampoco había estado en sus manos resolver aquello.
—Lo lamento, ya estoy camino a Busan, pero te buscaré la próxima vez que esté en Seúl— contestó.
—¿Regresas a casa tan pronto?
—Sé que no es excusa, pero yo— la leve sonrisa en sus labios fue inevitable, —encontré a mi pareja.
—Wow. Entonces, supongo que debes estar ansioso por regresar a Busan a su lado.
—Por supuesto que no es por eso, además, mi pareja vive en Seúl.
—¡Vaya! ¿Quién lo diría? Vienes a este territorio por encomienda de tu alfa y terminas encontrándole, ¿por qué no viniste a verme?, pudiste haberle traído contigo.
—Jinki, no es tan sencillo.
—¿No lo es?
—Su nombre es Minho y es el hijo menor de tu alfa; si supiera que mantenemos comunicación seguramente le diría a su padre, no quiero causarte problemas— porque muy pocas y específicas personas sabían que estaban en comunicación.
—Ya veo, descuida; y felicidades por haberle encontrado.
—Gracias.
—Por cierto... —Taemin escuchó cómo Jinki cambió el teléfono de mano justo antes de bajar un poco la voz, —el beta de la manada está aquí, trajo datos sobre unas drogas y ahora estoy recolectando información sobre los casos, ¿habrás escuchado algo acerca de eso estando en la casa alfa?
Taemin hizo memoria dos segundos antes de responder, —no, nada acerca de ello y no me sorprendería que al alfa ocultara temas apropósito, es más que obvio que no confía en mí y por supuesto que no estaba contento con la noticia que involucra a su hijo, por eso envió una escolta para asegurarse de que en verdad abandonaba su territorio.
—Entiendo— exclamó Jinki —sobre todo ahora que intuye que su manada está siendo amenazada con lo de las drogas.
—¿Crees que ese sea al caso?— indagó interesado Taemin.
—Lo ignoro, pero por algo ha mandado a su primer beta manejando el caso en calidad de privado y urgente.
Taemin se mordió el labio pensativo, fuera lo que fuera después indagaría sobre el asunto, por medio de Minho o de Jinki.
—Entonces supongo que no te veré pronto— habló Jinki ante el silencio.
—Lo lamento.
—No tienes por qué, al menos algo bueno salió de este viaje.
—Sí, así es— contestó antes de sonreír de nuevo.
...
Cuando Kai abrió los ojos, la luz del atardecer que entraba por la ventana de su habitación le causó malestar, sintió una repentina punzada atravesándole el cráneo y se quejó ruidosamente en un fuerte gruñido, tomando una almohada para cubrirse el rostro. Solo recordaba la casa vieja, los pasos a su espalda, el fuerte golpe en su cabeza y el piso polvoso en su rostro.
¡Demonios! En verdad le había tomado desprevenido, maldijo y oprimió más la almohada contra su rostro antes de que la puerta se abriera.
—¿Kai?
¡Era Taemin! Taemin estaba de vuelta, eso era maravillo- no, espera, sería humillante cuando supiera lo que sucedió.
—Kai, ¿cómo te sientes?
Percibió el peso de su amigo cuando este se sentó a su lado en la cama.
—Sé que has despertado, te he escuchado quejarte— insistió Taemin.
—No es nada— respondió, su voz amortiguada aún era entendible.
—Por supuesto que lo es, Chaerin dice que has estado inconsciente por horas; apenas llegué me informaron sobre lo que ocurrió, es un alivio que solo te noqueara. ¿Pero por qué no tuviste más precaución?
—¡Qué vergüenza!— exclamó Kai descubriendo su rostro, alejando la almohada de su cara para abrazarla a la altura de su pecho, el dolor que la luz le causaba ahora era soportable.
—¿Le viste? ¿Reconociste a tu atacante?— indagó Taemin.
—No.
—¿Por qué no pediste ayuda? Luhan y Tao iban contigo.
—No es como si hubiera podido llamarles, tenía la guardia totalmente baja— hizo un mohín y agregó, —el maldito me atacó por la espalda.
Taemin exhaló, alargó la mano para tocarle el brazo y dijo con calma y sinceridad, —no sabes cuánto me preocupé, cuando Chaerin mencionó que-
—Entonces no me hubieras dejado.
—¿Qué?
—Que si te preocuparas por mí no me hubieras dejado solo— soltó.
Taemin frunció el ceño, entre confundido y molesto por aquél reclamo y rebatió, —¿Y qué querías? ¿Qué me quedara? Te recuerdo que fue Taesung el que ordenó la visita a Seúl.
—Pudiste haberme llevado contigo.
—No seas infantil.
—No lo soy, solo quería ir contigo.
—¿Por qué?
—¿Por qué no?— Kai se sentó al preguntar aquello, la molestia en su sien ya estaba desapareciendo.
—Kai, no seas caprichoso, te recuerdo que ya no somos niños.
El nombrado sonrió suspicazmente, tomó la muñeca de Taemin y dijo, —ya sé que no somos niños, creo que ambos lo tuvimos muy claro la última vez que-
—No— Taemin se soltó, —eso no va a volver a ocurrir.
Los ojos de Kai se abrieron enormemente por la repentina y tajante respuesta, luego arrugo la frente y dijo, —¿qué, ahora me odias?
Taemin exhaló denotando cansancio, —¿por qué siempre tienes que ser extremista y dramático?
—¿Por qué tienes que rechazarme?
—Kai, entiende, no nos hagamos daño, algún día encontraremos a nuestra pareja destinada, así que mejor dejemos las cosas en el pasado y sigamos siendo amigos.
—Pero yo t-...— se aclaró la garganta ante lo que estuvo a punto de soltar y mejor preguntó, —¿cómo saber que tú y yo no lo somos? Nos llevamos bien, conocemos todo el uno del otro, hasta el más mínimo detalle.
Taemin negó con la cabeza y exclamó serio, —no lo somos, lo sé.
—No puedes saberlo, a menos que...-
Kai paró su cantaleta guardando silencio por un segundo, luego dijo con firmeza, —le has encontrado, ¿cierto?
Taemin apretó los labios y cabeceó en afirmación lentamente, no le había dicho ni a su propio hermano sobre su hallazgo, pues cuando llegó a Busan lo primero que supo fue lo ocurrido con Kai, así que buscó al médico para tener noticias sobre el estado de su amigo, después, al saber que no era algo grave, fue en busca de Luhan y Tao para que rindieran el reporte de nuevo, pues ya lo habían hecho frente a Taesung; también miró los papeles de propiedad de la casa que su hermano había hallado la noche anterior, en verdad no tuvo tiempo ni cabeza para dar esa noticia, pues un miembro de su manada había sido atacado dentro de su propio territorio; pero tampoco iba a negar Minho cuando la pregunta había sido directa.
—¿Quién es?
—Un beta, de la manada de Seúl— explicó Taemin, el hecho de que Minho fuera el tercer hijo del alfa era algo que prefería que Taesung se enterara primero.
—Supongo entonces que disfrutaste tu viaje— Kai sonrió torcidamente y agregó, —¿por qué no le trajiste? ¿Es acaso un tipo horrible?
—Kai, no sigas— le advirtió, porque sabía que cuando el menor se lo proponía era grosero e hiriente, y Taemin no estaba de humor para lidiar ello.
Pero Kai hizo caso omiso y ensanchó su sonrisa a una mordaz, —oh, no, ya sé, apuesto a que es un pobre diablo; pero no te preocupes, le irá bien cuando sea instalado en esta gran casa y sepa que gozará de las mismas comodidades y privilegios que tú tienes como primer beta y hermano del alfa, su vida será más fácil, sólo tendrá que esmerarse en mantenerte satisfecho en la cama, puede que me haga su amigo y le enseñe algunos trucos, al fin y al cabo sé cómo te gus-
La mejilla le picó cuando Taemin le obligó a callarse al estampar la palma de la mano en su rostro; Kai dejó de respirar por dos segundos, parpadeó aturdido y luego se enderezó para mirar de frente.
—Te lo advertí— fueron las únicas palabras de Taemin, quien se veía muy molesto, se puso de pie y fue hacia la puerta, la cual cerró con fuerza al salir de la habitación.
Kai resopló soportando el escozor que se estaba formando en sus lagrimales y se echó de cara contra el colchón y murmuró contra él: —Taemin, idiota, ya no te amo.
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ESPACIO PARA CHARLAR: ¡Wow! ¿Ya, tan pronto estamos cerca del capítulo diez? Siento que apenas ayer iniciamos la historia. Muchas gracias por su atención, espero que la inspiración no se vaya, odiaría tener que publicar más lento / espaciado o detenerlo; pero ahora vamos bien, don't worry.
Nos leemos en el siguiente capítulo, o sino en El Baúl del Tesoro.
P.D. El domingo se me olvidó actualizar, lo siento.
[Índigo]
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