Capítulo 44

Una persona se convertía en una maldición cuando esta no había sido exorcizada. Antes de revivir, Naoya había sido un hechicero de primer grado de la familia Zenin, el futuro cabeza del clan y una persona llena de sí misma, engreído y solo considerando a dos personas por encima de sus propias habilidades. Como miembro masculino y con todo el talento de los Zenin, Naoya había sido cruel y déspota con las gemelas Zenin, llegando a golpear y menospreciar a Maki por no tener energía maldita y ser una mancha en la familia.

Cuando Maki lo derrotó veinte años antes, Naoya encontró su muerte en las manos de la madre de las gemelas, quien enterró un cuchillo en su espalda. Esto causó que, al no ser exorcizado, el hechicero terminó convirtiéndose en una maldición de grado especial con todo el rencor hacia las gemelas Zenin. Aunque tras un arduo enfrentamiento, Maki lo volvió a derrotar haciendo alarde de su poder físico, lo que denotaba sus propias habilidades.

Ahora, resucitado para seguir los planes del Rey de las Maldiciones o de quien liderara la Brigada Khaos, Naoya podía acceder a su forma maldita cuando quería, como si fuera una fase a la que poder acceder rompiendo las reglas que fueron establecidas en el mundo, siendo así uno de los pocos hechiceros malditos.

Al tomar la forma de maldición, Naoya se convertía en una extraña criatura que se asemejaba a un enorme caparazón con una calavera como rostro. Cuando Naoya extendía los brazos, estos parecían estar hechos de gruesas hebras musculares, lo que también servía para sacar su rostro de aquella enorme roca que era el cuerpo de Naoya Zenin en su forma de maldición de grado especial. Y cuando retraía sus extremidades en forma de gruesos músculos para meterlos dentro del cuerpo, Naoya podía acelerar y se convertía en un poderoso proyectil que dejaría a cualquiera muy malherido con su impacto.

El problema era que Naruto no estaba "ciego".

En el mundo sobrenatural existían distintos tipos de energía. Los demonios y los ángeles eran propensos a usar la magia para sus hechizos; los yokai confiaban demasiado en el chakra, llegando a unirlo a la naturaleza de cierta forma que terminó corrompiendo a algunos; el chi era un tipo de energía que algunos de los mejores artistas marciales seguían, usándolo como un potenciador para su propio poder físico; y el ki, al contrario que de como lo ponía en la ficción, era un tipo de energía que algunos humanos podían usar como un radar para el entorno, para enfocar mejor los goles o una mejora física que aumentaba incluso el poder de la magia, el chakra, el chi o la energía maldita.

"Busca todo lo que puedas sobre todas las energías y aprende lo que puedas de ellas"

Naruto cerró los ojos y relajó su cuerpo. Lentamente, su corazón comenzó a ralentizar sus pulsaciones, uniéndose con la respiración, sincronizándose hasta que ambos (respiración y corazón) se movieron en uno solo, como si fueran lo mismo. Debía de sentir la presencia de Naoya Zenin, presentir por donde se movía. Todas las personas tenían Ki, si era cierto lo que había estudiado sobre ello. No podía estar muy seguro, pero estaba apostando a una moneda. Ahora que no tenía energía maldita...¡pero no se había quedado sin herramientas!

Un chasquido lo hizo saltar hacia la derecha. Un segundo después, el suelo estalló en algunos pedazos de tierra que se elevaron. Otro chasquido lo hizo agachar el cuerpo y una ráfaga de aire agitó su cabello ferozmente, lo que le dio a entender que Naoya pasó por encima suya como un feroz proyectil dispuesto a matarlo.

"Está usando su técnica innata, por lo que veo. Pero puedo adelantarme por el Ki que está desprendiendo. ¡Comprendo sus intenciones mejor que nadie! ¡Aún puedo luchar!"

Colocando las manos en el suelo y flexionando las piernas, Naruto saltó hacia arriba con todas sus fuerzas, evadiendo a Naoya en su forma de proyectil, lo que hizo que el hechicero maldito girara sobre sí mismo y mirara al estudiante de hechicero. Si su rostro hubiera tenido ojos o cejas, estos habrían formado una expresión molesta y desagradable, pero como solo había una cara cadavérica con cuencas vacías, simplemente fue una cara de calavera mirando al estudiante de Toji Fushiguro en el aire, lo que era una oportunidad.

Si hubiera podido sonreír, Naoya lo habría hecho. Retrajo las extremidades, se convirtió en un proyectil y salió disparado hacia Naruto con la intención de golpearlo, de partirlo en dos. Estando en el aire, el chico no podía hacer nada por evitar el golpe directo, lo que sería fatal para el muchacho, pero no era algo que le preocupara.

―¡Primera Etapa: Puño de la Tortuga Negra!

Naruto había tenido otros pensamientos contrarios a Naoya. Mientras que el hechicero maldito esperaba que estuviera completamente desprotegido, vendido en el aire, el estudiante de Toji Fushiguro no había perdido el tiempo. Manteniendo los ojos cerrados, los oídos agudizados y el cuerpo en tensión mínima, se preparó para golpear la figura invisible del hechicero maldito con un golpe directo. Y cuando Naoya salió disparado en su contra, descargo el "Puño de la Tortuga Negra" contra su enemigo que venía a por él, lo que ocasionó un estallido de aire que, después de desvanecerse, generó un cráter en el cementerio, haciendo que muchas lápidas se hundieran.

Naruto había golpeado la forma invisible de Naoya Zenin superando su técnica innata.

―¡Gha!

―No deberías subestimarme―el chico cayó sobre sus pies. La mano que había usado para golpear el duro cuerpo de Naoya Zenin en su forma maldita, se presentaba hinchada y ligeramente desgarrada, con la sangre goteando de ella. No había controlado su fuerza y, sumado a la velocidad de Naoya, desató un golpe más fuerte de lo que había esperado en un principio―. Al subestimar a una persona, pasan estás cosas.

―Debía verlo venir. Siendo el perro de esa zorra―Naoya se irguió completamente. Mientras vapor salía de su cuerpo fragmentado, este había comenzado a regenerarse―. Pero no vas a poder detenerme mocoso. No tienes el poder para hacerlo, ¿sabes? No puedes detener a alguien como yo, siendo como eres tú.

El ego había salido en las palabras de Naoya envolviendo sus palabras. Lentamente, Naruto se quitó la camiseta que había tenido sobre la camisa de manga corta. Cerrando los puños y relajando los músculos, el Uzumaki se preparó para pelear contra Naoya Zenin en aquella segunda ronda, con los ojos cerrados.

―Ya he superado tu técnica una vez, incluso con esa forma maldita que has tomado―una extraña aura comenzó a rodear al adolescente. Esta era negra, como si su sombra hubiera comenzado a envolverlo―. ¡No vas a vencerme!

―Eso es a lo que te estás sugestionando, chico―Naoya salió disparado hacia Naruto a una enorme velocidad. Una milésima de segundo después, el adolescente rubio estaba encajado en el suelo, escupiendo sangre, con un crujido oyéndose incluso fuera de su cuerpo―. ¡No puedes vencerme, mocoso!

Una velocidad de Mach 3. Naoya en su forma maldita era capaz de igualar y superar dicha velocidad. Lo demostró en su pelea con Maki hace veinte años y ahora había demostrado lo mismo contra Naruto en aquel enfrentamiento, sintiéndose igual de decepcionado que cuando peleó contra su prima. Pero había algo en el ambiente, algo en el adolescente...que no le gustaba a Naoya. Sentía la urgencia de matarlo en aquel momento.

―*Cough*―lentamente, Naruto se levantó. La sangre escurría por su mentón, manchando su camiseta blanca y volviéndola rosada. Probablemente un golpe a Mach 3 debería haberlo matado...si fuera un humano normal. Su cuerpo, aunque sin energía maldita, seguía siendo más resistente que el de un hechicero promedio y su fuerza estaba por encima de muchos, incluyendo algunos seres sobrenaturales―. Eso ha sido un buen golpe en el estómago. Creo que he echado toda la comida del día. ¿No podrías haber golpeado la cara o la espalda? ¡En serio que ahora tendré que cenar de nuevo! ¡Y me cenaré a tu prima!

―Tu mente...¿tu estás demente?

Naruto saltó hacia adelante. Retrajo el brazo derecho hacia atrás, como si estuviera cargando un golpe demoledor. Naoya miró esto y desapareció, reapareciendo a la espalda del adolescente; pero el Uzumaki ya no avanzaba. Se había quedado en el medio del cementerio, con el brazo derecho retraído, como si estuviera cargando algo. Nuevamente, su sombra cobró vida.

―¡Por si no lo sabías, todos los grado especial tenemos una mente demasiado caótica!

―¡Ni siquiera te iguales a ellos, mocoso de mierda! ¡SIMPLEMENTE MUERE!

Naoya se lanzó hacia adelante. Naruto dejó que el aire escapara de su boca entreabierta, formando una leve nube de vaho que lo hizo ver como una bestia hambrienta.

Kyokushin Karate―las sombras convergieron en el puño derecho del adolescente―. Arte Secreto de los Cuatro Dioses Guardianes―el aire convergió en el puño, atraído por la esfera negra―. ¡Primera Etapa: El Puño de la Tortuga Negra!

"El Puño de la Tortuga Negra" era la primera postura del estilo de Kyokushin Karate que Naruto conocía, que le había sido enseñado desde que su maestro en Estados Unidos aceptó enseñarle. Conocía todo sobre el movimiento, por eso sintió y supo que aquel golpe era distinto, que tenía algo extraño. Y, cuando conectó golpe contra la figura invisible del hechicero maldito, todo se volvió lento por un segundo, tomando una extraña forma negra con bordes rojos. Después, un flash estalló y la figura de Naoya Zenin salió disparada hacia atrás, destruyendo todos los árboles de bambú que encontró en su camino, desapareciendo de la vista del aprendiz de hechicero, que permaneció allí de pie.

―Eso ha sido...¿un "Black Flash"?

La voz de Mai Zenin sacó del trance al aprendiz de hechicero. Naruto miró el puño con el que había golpeado a Naoya Zenin, observando el tono rojizo de su piel. Había restos de sangre, algunos trozos de piel levantados. Pero no dolía. Si que estaba algo más...caliente, pero no sentía dolor por la mano despellejada o los huesos rotos. Incluso se sentía mejor.

―No sé que es eso―cerró la mano con fuerza por unos momentos y la abrió, sintiendo como los tendones de la mano respondían al movimiento de los dedos―. Solo le he golpeado con toda la fuerza que tenía. No he hecho nada más.

Los espectros del cementerio habían comenzado a aparecer, saliendo de sus escondites. Naruto era el tema de su conversación, de lo que hablarían mientras se reunían en las noches como aquella o en cualquier otro momento. Los había salvado y el chico podía ver los rostros agradecidos de todos ellos.

―Es mejor que te marches―Mai Zenin dio sentenciada aquella reunión con un tono serio―. Has luchado contra el idiota de Naoya, y eso puede haber despertado otras cosas. Márchate...Naruto.

Naruto parpadeó ante el cambio de tono en la voz de Mai, pero no lo reprochó. Miró su mano por unos segundos antes de asentir y girarse para irse.

―Y―la voz de Mai lo detuvo―; ydile a Maki que la quiero.

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