Capítulo 10: El interminable desierto de los yalukamas
Violeta parpadeó, el bioma había cambiado, ahora el sol la cegaba demasiado fuerte y sentía un inmenso calor.
Estaba en la arena, estaba en el desierto de los yalukamas.
Vió un cactus y más y más arena que iba hasta el final del desierto.
De repente algo la agarró por la espalda y la hizo levantarse "será Jonás" pensó Violeta rogándole a Dios que fuera él, pero los milagros no siempre se cumplen, Violeta se dió la vuelta y vió a Nandis.
-Violeta, ¿y Jonás?- Preguntó sin entender.
Violeta se levantó y se alejó rápidamente de Nandis.
-¡Eres un egoísta!, ¡¡solo piensas en tí!!, ¡él!, ¡¡él!!, ¡NO SÉ DONDE ESTÁ! pero ¡¡ES TÚ CULPA!!-Dijo Violeta aún aturdida.
-¿¡Mi culpa!?- Dijo sin alzar la voz pero sin entender
-Tú cogiste el 1º transportador, si no hubieras sido tan rápido podría haberse salvado.
-No ves Violeta que no necesitas un sabelotodo, necesitas un luchador, Jonás, la vida de Jonás, ¡importa menos que la mía!- Dijo Nandis gritando
-¡Pero serás egoísta!, ¡¡TE SALVÓ LA VIDA!!- Dijo Violeta enfadada, "¿dónde estaría?"
-Lo, lo siento Violeta- Dijo entendiendo Nandis-Yo no quería haber dicho...
-Pues lo has dicho- Dijo enfadada.
...
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En cuanto Violeta se había ido los elfos entraron en la casa rápidamente y cogieron a Jonás por los brazos y él no opuso resistencia, si quería sobrevivir debía de hacerles caso.
Entonces millones y millones de elfos a la vez pusieron el teletransportador al castillo de Elferion.
Un elfo se lo colocó a Jonás y todos a la vez clicando el botón rojo.
Cuando Jonás abrió los ojos estaba dentro de un despacho con dos elfos agarrándolo.
En el despacho había papel rojo en la pared con pintas doradas, una vidriera y una ventana.
El suelo era de madera de roble como el techo.
A la derecha había una enorme chimenea de piedra y delante un sofá larguísimo y de color crema que parecía tener un tacto muy agradable.
Delante de él había una mesa amplia de escritorio con un papel y una pluma con la punta de oro y tinta de color de oro.
Delante de la mesa había una silla enorme negra acolchada y lo peor en la silla había un señor con una capucha negra con pintas de oro.
Jonás lo miró con odio, reconocía quién era, el rey de Elferion.
...
-Violeta espera, voy a intentar leer la mente de Jonás.- Dijo Nandis.
...
-Llevarlo a la celda de tortura- Dijo el rey de Elferion- Me vas a contar todo sobre Violeta por las buenas o... Por las malas
Entonces Jonás activó a Yarula y pensó que era por las malas.
...
-Dijo que lo va a llevar a una celda de tortura para contar todo lo que sabe de tí por las buenas o por la malas y acaba de activar a Yarula- Dijo Nandis
-No fastidies, ¿con quién habla? y, ¿dónde?
-Con mi padre adoptivo, el rey de Elferion y... en su castillo.
-¡Mira ahora que pasa!- Dijo Violeta y él negó rápidamente con la cabeza.
-Ha activado a Yarula.
-Pues vayamos a rescatarlo y luego mataremos a tu padre- Dijo Violeta y Nandis asintió.
-Por Jonás
-Por Jonás
...
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...
...
Cuando Jonás despertó la cabeza le daba vueltas.
Se llevó la mano a la cabeza para intentar calmarse pero era casi imposible.
"He muerto" pensó "esa es la única explicación"
Empezó a preocuparse, no daba asimilado nada "286 x 36, ¡vamos Jonás!, ¡antes hacías las cosas más rápidas"
Después notó que el tacto no funcionaba nada bien, igual que el olfato y ya no podía pensar razonablemente.
Sus ojos veían nublado, no veía absolutamente nada definido.
Tiempo después le costaba respirar y vió una silueta naranja y blanca y otra negra.
Entonces la silueta blanca sacó algo blanco y lo presionó contra su brazo.
Jonás parpadeó rápidamente. "10296, 286 x 36 =10296" pensó rápidamente, su tacto, su olfato, su vista, todo volvía y pudo ver, tanto el rey de Elferion como a el doctor, salir.
Se levantó, recordaba todo, tenía la misma ropa que el otro día bueno, si es que había pasado un día porque no sabía cuánto tiempo llevaba inconsciente.
Estaba en una cámara con enormes cristales transparentes y con una puerta de metal.
El suelo era de baldosas y delante de su cabina había otra cabina.
La puerta estaba semiabierta y Jonás intentó correr pero descubrió que tenía una cadena de metal en su tobillo, intentó quitársela rápidamente y algo sonó:
-Descarga por infracción- Dijo una voz metálica proveniente de su nuca y de repente Jonás entendió lo que significaba.
Tuvo una descarga proveniente de la nuca que lo obligó a gritar de dolor, retorcerse y caerse al suelo.
Jonás se tocó la nuca y encontró el mecanismo que le habían puesto y la voz sonó:
-Descarga por infracción- Dijo la voz
-No, por favor, no- Suplicó Jonás pero sus deseos no fueron para nada ordenes y se llevó una descarga mayor que la anterior.
Se desplazó por el cristal y sus últimos pensamientos de ese momento fueron para Violeta.
...
Bajo el más caluroso sol caminaban dos niños, un elfo y una elférica-humana.
Caminar no era fácil por la arena sobretodo sus zapatos que se llenaban de arena todo el rato y era imposible quitársela.
Como no había cuevas solían dormir en el suelo y era muy molesto.
Para Violeta había sido difícil y para Nandis también pero menos.
Nandis hablaba con ella del tema de vez en cuando pero tampoco mucho porque no quería cansarla.
-Este desierto es muy peligroso, ¿sabías?- Dijo Nandis
-¿En serio?- Dijo con curiosidad Violeta sonriendo
-Sí, es el desierto de las ilusiones o el desierto interminable. Dicen que a viajeros que están mucho tiempo en él comienzan a ver un desierto interminable o oasis que no existen... Cosas así, pero tranquila, no nos pasará.- Dijo mirándola de reojo
-Si estuviera Jonás aquí habría dicho que es una locura y que no es lógico- Dijo riéndo Violeta.
-Pensé, la verdad, que te sentaría peor que se había ido Jonás, no sé, que llorarías más- Dijo Nandis
-Llorar solo me hará detenerme y no me permitirá proseguir y tampoco me devolverá a Jonás como entenderás- Dijo sonriendo- Además que no llore no significa que no lo eche de menos...Lo quiero muchísimo, ¿sabes?-Preguntó y él asintió.
-Lo sé, leo tu mente, ¿recuerdas?, pero, aunque no lo quiera admitir, Jonás te quiere más- Dijo Nandis.
Pensar en eso le recordó a la otra tarde y Violeta se culpó por no haberle puesto ella el teletransportador a él.
Seguramente ahora no sería torturado, asique decidió rápidamente cambiar de tema
-Una pregunta: ¿Por qué en el paso del Sur no estaban los trasgos?-Preguntó Violeta
-Los trasgos solo viven en el norte en esta parte- Dijo señalando en el mapa la parte donde estarían las hojas de un árbol y Violeta asintió- Odian el frío y en los días de invierno desaparecen y en días de verano aparecen
-¿Por?
-Porque si pensamos que el mundo de Elferion es un árbol y ellos están en las hojas en invierno las hojas se desprenden por eso día aparecen, día desaparecen y cuando aparecen todo es normal.
-Sí, Jonás ahora mismo pediría que le pellizcaran
Y los dos se rieron
"¿Dónde andaría Jonás?"
Y más importante
"¿Qué estaría haciendo Jonás?"
...
...
...
...
-Te lo repitiré una vez más Jonás, "desactiva a Yarula"
Jonás estaba sentado en el suelo de la misma habitación de antes, nunca se había sentido tan mal.
Tenía todo el labio roto y un moratón enorme en el ojo, por no hablar de las 20 bofetadas que le habían dejado la cara roja.
Jonás negó con la cabeza y recibió a cambio otra torta en toda la cara más fuerte que las anteriores.
-Auch- Dijo quejándose Jonás, estaba ante el mismísimo rey de Elferion que vestía hoy una capucha azul marina.- Por favor, pare- Suplicó ya dolorido al rey más déspota del mundo.
-Vale, no quiero penetrar en tu sucia y asquerosa mente, mejor, díme tú lo que busco, ¿qué debilidad tiene Violeta?
-¿Por qué tendría que decírtelo?- Dijo Jonás
-¿En serio quieres saber por qué tendrías que decírmelo?- Preguntó el rey de Elferion.
-No gracias- Dijo Jonás con miedo-Pero no pienso decírselo- Dijo Jonás con más seguridad.
-A ver si cambias de opinión- Entonces el señor apretó un botón y el chip de Jonás sonó:
-Descarga por infracción-Sonó
-¿¡Por qué me hacen eso!?- Preguntó Jonás antes de la descarga y después se retorció por la descarga que era mayor que la anterior descarga.
-Jonás...¿qué debilidad tiene Violeta?- Preguntó otra vez el rey de Elferion y como no se escuchó nada aproximó su dedo a el botón rojo lentamente
-¡No!, no, es que no lo sé, no tiene punto débil, es simplemente invencible.-Dijo Jonás
-Eso no es una respuesta- Dijo apretando el botón y mientras se retorcía Jonás de dolor apareció un doctor.
-Adelante doctor- Dijo mientras el doctor sacaba una enorme y puntiaguda jeringuilla
Entonces Jonás retrocedió
-¡Qué es eso!- Gritó Jonás
-Tu dame el brazo y lo averiguarás- Dijo malicioso el doctor
Claramente Jonás no se lo dejó pero el rey de Elferion cogió su brazo y se lo acercó a el doctor
El doctor inyectó la jeringuilla
-Es para que te duermas, es el anterior tratamiento
-¿El de que no veo ni toco nada?- Dijo cansado sin entender apenas lo que decía y el doctor asintió y Jonás apoyó la cabeza cansado sobre la enorme ventana.
...
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Días después Violeta y Nandis andaban por el desierto como siempre. Violeta y Nandis no paraban, sobretodo Violeta que no dejaba de andar hasta las 23:59 que era cuando Nandis podría intentar matarla a las 00:00.
Nandis siempre se quejaba y Violeta decía que aunque fuera un minuto era un minuto que más cerca estaban de la libertad de Elferion y de la de Jonás.
Habían pasado días y en un momento mientras caminaban vieron una silueta con pantalones vaqueros, camisa y un jersey.
Con los ojos marrones y el pelo castaño revuelto.
Alto como una cabeza más que Violeta y con una sonrisa.
Los ojos de Violeta se llenaron de lágrimas como los de Nandis, ¡Jonás estaba vivo!, corrieron hacia él rápidamente.
Pero cada vez que Violeta y Nandis corrían hacia él era como si él se alejara pero ellos seguían corriendo infinitamente.
"Es infinito el desierto que nos separa" pensó Violeta pero siguió corriendo.
Entonces algo los agarró por la cintura, bueno, alguien y los desplazó para el suelo
Entonces cuando Violeta miró para adelante vió que ya no estaba Jonás, ¿qué había pasado?
-¡INCONSCIENTES!, ¡NO SABÉIS QUE ESTE ES EL DESIERTO DE LAS ILUSIONES!-Dijo gritando un yalukama.
-Tranquilícese- Dijo levantándose Nandis y los 3 se levantaron, habían encontrado a un yalukama- Somos Nandis y Violeta y solo perseguiamos a nuestro amigo.
-Eso, eso que visteis es una maldita ilusión de este maldito desierto- Dijo nervioso el yalukama.-¡Os podría haber arrastrado hasta el principio de desierto!, ¡todo lo que habéis avanzado estos días lo habéis retrocedido!- Dijo el yalukama
-Eso es mentira.-Dijo Nandis- No hemos avanzado menos, si no más- Dijo excusándose.
-Observe pues, que vé a su izquierda- Dijo el yalukama tranquilizandose y Nandis vió una enorme torre de ladrillos con un pico gris y entendió que estaba ocupado
-¿Esa es la torre de prisión?- Preguntó sin apenas entender y el yalukama asintió- Violeta, estamos aquí- Dijo señalando la torre en el mapa.
-Necesitamos ayuda señor yalukama para cruzar el desierto, no sobreviviremos- Dijo Nandis.
-Lo comprendo, ¿qué me daréis a cambio?-Preguntó el yalukama con interés.
-Usted odia el desierto, ¿no?-Preguntó Nandis
-Correcto.
-Pues cuando yo, Nandis El verdín, gobierne Elferion mandaré a millones de elfos hacer que el desierto sea un enorme bosque- Dijo Nandis.
-Cuidado con las dunas, adelante- Dijo el yalukama muy contento y agarrando su palo.
...
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Jonás sintió lo mismo que cada mañana, dificultad para respirar, dolor, falta de oído, tacto, olfato y sobretodo vista.
Su cabeza daba vueltas y estaba harto, todos los días igual, preguntando lo mismo "¿qué debilidad tiene Violeta?" ¡¡y él qué sabía!!, esa chica nunca había tenido ninguna debilidad.
Apareció el doctor de siempre y le inyectó la cura de lo que le había metido y apareció como no... el maldito rey de este maldito mundo que Jonás odiaba.
-¿Qué tal Jonás?- Le preguntó mientras entraba
-Igual que ayer y que anteayer y que anteanteayer, igual que desde hace varias semanas, horrible.-Dijo confuso.-No pueden dejarme salir de aquí, por favor...-Suplicó-No tengo más que decir de verdad, ya se lo he dicho, la única vez que la ví con debilidad fué cuando mi padre la obligaba a hacer 20 animales, no sé cuantas vajillas y no sé cuántas plantas exóticas. Créame.-Suplicó.
-Precioso discurso ahora dígame Jonás, ¿qué debilidad tiene Violeta?- Dijo el rey de Elferion.
-¡No tiene!,¡no lo sé!,¡¡déjeme en paz!!,¡¡por favor!!-Gritó suplicando Jonás
-Va a ser que no. Hoy ha venido a visitarte alguien, bueno, dos personas.-Dijo maligno el rey
-¿Más doctores?-Preguntó sin ánimo
-No, no. -Dijo el rey y se fué.
Tiempo después Jonás observó a las dos personas que más valoraba entrar por la puerta, Violeta y Nandis, creaciones irreales del rey.
Eran como hologramas pero se podían tocar y tenían el tacto de un humano normal.
Jonás abrió mucho los ojos, se levantó e intentó correr hacia ellos pero la cadena no se lo permitía.
-Hola Jonás-Dijo el holograma Violeta- ¿Qué tal?
Jonás no podía responder porque seguía con lágrimas en los ojos, Violeta y Nandis
-Bie.., Bien... Bien, ahora me encuentro bien.-Dijo respondiendo Jonás con lágrimas.- Y vosotros, ¿qué tal?
-Bien- Dijo Nandis- Te echabamos de menos
-Y yo, ¿Podéis acercaros para que os abrace?
-No.-Respondió cortante Violeta y Jonás se extrañó
-¿Cuántos días llevo aquí?
-Sobre unos 38 -dijo Nandis
-Bueno, no sabemos que sean exactamente 38 porque aquí funciona diferente el mundo- Dijo Jonás para saber si de verdad eran reales o eran unos avanzados hologramas.
-Cierto.Ya nos vamos-Dijo sonriendo Violeta
-Pensé que...que me llevaríais con vosotros-Dijo Jonás
-¿Por qué haríamos eso?-Dijo Violeta- Aquí es donde debes de estar y...,-Dijo mirando a Jonás y cogiéndole de la mano a el holograma de Nandis-Estamos mejor sin tí.
Los dos hologramas salieron de la sala y el rey de Elferion entró dispuesto a sonsacar algo.
-No te valora, no eres nada para ella, dime pues, cuál es su debilidad- Dijo el rey.
-No se lo pienso decir, a lo mejor piensa que me voy a creer que esas cosas parecidas a hologramas pero más reales son ellos pero...va a ser que no. Ella es diferente, no es así, nunca contestaría así, me dirá que "soy un rayado" o algo así pero no "Cierto". No es ella y Nandis tampoco. Asique deje de jugar con la estúpida psicología que no funciona.- Dijo Jonás
-Menos mal, el comité me obligó a probar con la psicología pero a mí también me parece una tontería, es verdad que pienso que es mucho mejor torturarte con mamporros.
"Jonás para una vez que abres la maldita boca la cagas, dios mío que vuelva la psicología"
-Bueno la psicología no está nada mal-Dijo intentando arreglarlo Jonás de la mejor manera posible.
-Tarde- Dijo presionando el botón rojo
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-¡Violeta no seas pesada!
-Lo soy, seguir andando- Dijo Violeta reprochándole a Nandis
Los 3 habían parado para comer pero Violeta insistía en que siguieran andando mientras comían.
-¡Estamos cansados!-Dijo Nandis
-Ya descansaremos a la noche, ¡a caminar!- Dijo caminando rápido Violeta sin perder ni un segundo.
Violeta ya iba mucho más adelante que ellos cuando el yalukama se acercó hacia el elfo.
-¿Qué le ocurre a tu amiga?-Preguntó el yalukama
-Nada, quiere recuperar al novio- Dijo entornando los ojos Nandis hacia el yalukama
-¡No es mi novio!- Gritó desde lejos Violeta
-Anda, sigue andando Violeta y calla.-Dijo Nandis- ¿Entiendes?-Preguntó al yalukama.
-Entiendo pero que le paso, ¿la dejó?
-¡Nadie me dejó porque no tengo novio!-Gritó Violeta
-¡Sigue andando Violeta!-Dijo mirándola y luego miró al yalukama- no, lo que pasa es que teníamos dos teletransportadores para salir de el paso del Sur y bueno éramos 3 y pues eso y ahora está en una celda de tortura en el palacio y pues ella se culpa por no haberle dado un teletransportador a él.
-Comprendo, pobrecilla.
Violeta iba a rechistar pero lo que vió le heló la sangre
-¿¡Chicos!?, ¡qué es esto!-preguntó gritando Violeta
Delante de ellos como 3 veces la altura de Violeta había un enorme ser vivo de arena maciza
-¡Es un golem de arena! -Dijo el yalukama gritando
Nandis y Violeta se elevaron en el aire y Violeta heló el golem y quedó un enorme cubo de hielo y se bajó.
-¡Pero tú estás tonta!-Le gritó el yalukama a Violeta-¡Deshielalo ya!- Dijo gritando
Violeta con miedo chasqueó los dedos entonces el yalukama corrió y abrazó la compacta y dura pierna de arena de el golum y Violeta y Nandis no entendieron nada.
Entonces el golum se bajó y el yalukama subió por su brazo hasta su hombro
-¿¡Qué os vais a quedar ahí!?-Preguntó riendo el yalukama y tanto Nandis como ella subieron rápidamente.
Cuando el golum se levantó Violeta y Jonás se tuvieron que agarrar a lo que pudieron pero mereció la pena porque las vistas desde un golum de arena eran impresionantes, ¿quién lo habría dicho?
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-No, ¡no!, ¡esa cosa no!-Gritó Jonás, un doctor con ganas de fastidiarle la vida se aproximaba.
El doctor sacó su arma, en este caso en vez de una pistola, una jeringuilla.
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Una humana-elférica montada en un desierto en un golem de arena, ironico, ¿no?, sus ojos violetas brillaban y su melena negra volaba con el viento.
El sol reflectía en la arena, todo tan hermoso.
Por una vez desde hacía ya un mes se sentía realmente feliz, no completamente feliz pero sí un poco.
Ver todo ese mundo mágico, amaba la magia, amaba Elferion, amaba todo.
Pero puede que en su corazón o puede que es su cerebro o simplemente en todo su cuerpo prometió que llevaría a toda esta tierra a la libertad.
Por otro lado un yalukama miraba asqueado el paisaje, desierto, qué asco.
-Odio el desierto- Dijo de repente
-¿Y eso?-Preguntó Violeta
-Nada crece, hace demasiado calor... es horrible.
-Pues salga de aquí o haga crecer árboles con su gente, tengo entendido que los yalukamas son los mejores con los poderes tanto sobre la naturaleza como sobre las cabezas de otros.-dijo Nandis intrigado.
-Ojalá, pero no puedo salir, tú padre no nos deja salir, solo unos pocos que viven en el paso del Sur salieron con vida. No podemos tampoco crear árboles ni plantas ni vida ni nada porque resulta que tenemos implantado un chip como el que seguramente le hayan puesto a tu novio-Dijo mirando a Violeta
-¡Qué no es mi novio!
-Pero tampoco es tú amigo...-Dijo mirándola Nandis
-Anda, sigue yalukama-Dijo sin hacerle caso Violeta
-Bueno como iba diciendo, y si realizamos magia el dispositivo dá una descarga terrible.-Dijo el yalukama con miedo
-Pero mi novio...-Dijo Violeta y después se dió cuenta-Perdón, Jonás-Dijo y se rió Nandis
-¡Incluso tú lo dices que es tu novio!
-¡Es que me estais liando todo el rato!-Se excusó Violeta
-Claro, claro, será por eso-Dijo Nandis dijo sarcásticamente
-Venga bebés, no discutais-Dijo el yalukama un poco harto pero riendo por lo bajo.
-Como iba diciendo-Dijo mirando mal Violeta a Nandis- Jonás no sabe magia por lo que el chip no le puede hacer daño.
-Pero lo pueden ajustar para otra cosa por ejemplo, si intenta saltar una descarga, cosas así o, por ejemplo, si se intenta quitar el chip o no quiere responder a las preguntas ¡descarga!-Dijo malicioso el yalukama-Pero lo peor es sin dudarlo que el poder de las descargas aumentan hasta que te matan- Dijo el yalukama tocándose la nuca y hablando con miedo y tras esto Violeta ahogó un grito- No te preocupes Jonás estará bien-Dijo tranquilizando a Violeta pero desgraciadamente no lo suficiente
-Eso espero-Dijo Violeta
Entonces pasó un ángel* (expresión que significa que todos se callaron) hasta que Nandis rápidamente habló
-¿¡Eso es Yakulia!?-Dijo feliz observando y señalando un enorme pueblo y Violeta no entendió nada.
-Sí, hemos llegado a Yakulia, reino de los yalukamas-Dijo feliz el yalukama- No suele aparecer en los mapas.-Violeta y Nandis rápidamente asintieron.
-Impresionante-Dijo Violeta y el golem se fué acercando-Tengo una pregunta yalukama, ¿no tienes nombre?
-No, la mayoría de yalukamas de aquí no solemos tener nombres solo los tienes los del paso del Sur.-Violeta asintió- Pero me podéis llamar Yal.-Dijo feliz
-Perfecto Yal-Dijo sonriendo Violeta.
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Los tres: Violeta, Nandis y Yal iban andando por Yakulia lentamente, era impresionante ver a tantísimas familias con capuchas, niños, adultos, ancianos, todos con ellas y a Violeta le daba un poco de vergüenza ser la única que se dejara ver la cara.
Por un momento una duda graciosa le asaltó y no puedo esperar más por lo que se lo preguntó a su amigo Yal.
-Yal, tengo una pregunta, cómo...¿cómo se enamoran los yalukamas?, ¿cómo se besan? es que si no se pueden ver las caras...
Entonces el yalukama rió
-Como las personas normales-Dijo riendo- La cosa es que entre nosotros nuestras caras no son tan horribles.
-Entonces...¿por qué lleváis aquí capuchas?-Preguntó Nandis que se había metido en la conversación.
-Piensa Nandis, por si hay extranjeros como vosotros- Dijo Yal- A este paso no saldréis del desierto hasta 2 meses y Jonás morirá, por no hablar de que seguramente no se cumpla la profecía.-Dijo Yal asique acompañarme a mi casa que tengo algo para vosotros-Dijo avanzando rápido el paso.
Entonces entraron los 3 en una casa
-Bienvenidos a mi casa, ¡yalukama!-Dijo Yal gritó apareció una diminuta persona.
Si ya era más pequeño que ellos Yal la otra era aún más pequeña
-Esta es mi mujer yalukama.-Dijo Yal y Violeta pensó "maldita locura" y Yal se giró a la yalukama- Se deben de ir. Dáselos.-Dijo serio.
Entonces la señora trajo unos teletransportadores.
-¡Pero esa es vuestra salida para salir de este desierto!-Dijo Violeta tensa
-Los compré para ir al paso del Sur pero nos llevan al reino de los gnomos y allí simplemente lo que nos harían sería volver a echarnos para allá. Los del paso del Sur se han agotado.
-Muchas gracias Yal y yalukama-Dijo cogiéndolo Violeta y pasándole uno a Nandis-No lo olvidaremos.
Nandis clicó y en 30 segundos desapareció rápidamente.
Y Violeta hizo lo mismo
-Muchas gracias Yal, espero volverte a ver pronto- Dijo abrazándolo-Y a usted señora yalukama
-Puedes llamarme Ukama-Dijo la yalukama
-Pues adiós Ukama-Dijo abrazándola
Y desapareció
-¿Confías en ellos yalukama?-preguntó Ukama
-Plenamente-Dijo Yal
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