Capítulo 40.-Una razón para vivir
Gotas de sangre caen de los brazos de Zavebe quién jadea constantemente mientras observa apenas consciente a Geurá.
—¿No eres demasiado débil? —pregunta la mujer demonio.
Zavebe escupe sangre a un lado mientras dos cuchillas aparecen en sus manos.
—Lo siento, pero, si dejo ir a Lucifer esto se pondrá cada vez peor —dice la albina.
—¿Y qu-
Geurá abre lo ojos al sentir su vientre cortado por la mitad.
—No tengo tiempo para lidiar con ustedes —comenta mientras termina de masticar algo.
—T-Tu —reclama "La justicia".
En ese instante Zavebe se agacha y alista nuevamente sus cuchillas mientras mira seria a Geurá.
—No seré ni la pizca de lo que fui en el pasado, pero, aún puedo luchar —dice Zavebe.
Geurá choca sus puños mientras aprieta su puño y arroja una píldora a su boca.
Al hacerlo su herida cierra, su piel se vuelve roja, le crecen cuernos y alas.
—Pensar que la usaría tan pronto —comenta Geurá.
La mujer lanza un golpe que debido a su fuerza, con sólo la brisa hace retroceder a Zavebe.
Más la albina sonríe y corre hacia el frente.
—¿No eres muy descuidada? —pregunta lanzando su puñetazo al rostro de Zavebe.
La albina lo desvía fácilmente con su mano para sorpresa de Geurá.
Más no tenía tiempo de distraerse una cuchilla se dirigía a su garganta por lo que con su gran fuerza trata de golpear a Zavebe quién se cubre con ambas manos.
La albina parecía estar pasándolo realmente mal por lo que Geurá entendió que aún poseía una buena oportunidad de ganar.
La mujer no se permitiría perder.
Golpea el aire y lo lanza contra la pequeña que los desvía todos con gran habilidad pero Geurá aprovecha para intentar conectar un golpe.
Dicha ofensiva fue inmediatamente esquivada, más la potencia del mismo le hizo retroceder varios metros.
La albina extiende toda el aura roja a su cuerpo mientras salta contra Geurá.
La mujer lanzó otro golpe que fue detenido en seco por la albina, quién propinó un cabezazo seguido de una patada.
Geurá sangro para su sorpresa además de haber sido obligada a retroceder.
No sólo su defensa era buena gracias a su aparente habilidad sino que su ataque era mortífero.
No era normal, la existencia de alguien cuya presencia rivalizara con la de Lucifer.
Más no podía retroceder, si lo hacía todo por lo que ha luchado sería destruido.
Pues en el reino de los demonios alrededor del 90% son no combatientes.
—Eres aterradoramente fuerte —comenta Geurá limpiándose la sangre.
Zavebe inhala y exhala para luego mirar decidida hacia el frente.
—Ah, realmente me he oxidado —comenta mientras realiza estiramientos.
Geurá la mira furiosa y lanza un golpe contra la albina que traga otra pastilla y bloquea el golpe con ambas manos.
—¿Qué demonios? —cuestiona la mujer demonio.
Zavebe se apoya en el suelo y golpea la quijada de Geurá enviandola por los aires.
"Definitivamente no es normal" piensa mientras cae al suelo.
Observa a la pequeña que le mira, ella estaba prácticamente sin heridas. Teniendo curadas algunas de las que le provocó.
"Quizás si puedan lograrlo"
Geurá cerró los ojos y lo aceptó, no había forma en la que pudiera obtener la victoria.
Unas cadenas aparecieron para llevarse a la demonio frente a la mirada de una curiosa Zavebe.
—.....
La albina parecía frustrada y sentirse culpable, mientras se da la vuelta para continuar.
"Seguramente ustedes logren lo que nosotros no, ser los héroes que los demonios llevamos tanto tiempo buscando" piensa por última vez Geurá.
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Todos pudieron notar lo evidente, los demonios eran realmente débiles en comparación a la que imponían antes.
No sólo eso, su propia fuerza se veía drenada cada vez más mientras pisaran el suelo.
Adren miró a un abatido Gregorio, que colapsó al poco tiempo de iniciar su encuentro.
—¿Qué es lo que está pasando? —cuestiona Adren.
—Ja, al menos yo no soy idiota —Se dice Gregorio—. Humano, si lo que quieres es llegar con Lucifer continúa por este camino.
—¿Qué pretendes? —pregunta el humano.
—¿No puedes verlo? Él sólo nos está utilizando. Seguramente los demás ya se habrán percatado —dice el demonio—. Salgamos victoriosos o no, igualmente nos asesinará.
Adren le miró inconforme.
—Yo ya he probado su fuerza, por lo que tan sólo me quedaré a esperar lo inevitable —dice el demonio—. Ustedes, ¿Realmente planean enfrentarlo?
Adren asiente.
—Será mejor que se apuren, pueden sentirlo ¿Verdad? El planeta está muriendo —dice Gregorio.
Adren le mira desconfiado.
—¿Qué es lo que planean lo tuyos? —cuestiona apuntado con su mano a Gregorio.
—Nada —responde tranquilamente el demonio—. Como te dije antes, ya me he rendido, y no sólo yo, todos nosotros.
El humano no aparta la mirada bajo ningún momento.
—El es el poder personificado no hay forma de vencerlo y por ende no podemos pararlo a pesar de saber que nos está usando —dice la "lujuria"—. Ustedes son la última esperanza ¿Por qué los frenariamos? Si realmente pueden ser nuestra luz, demuestrenlo, ¡Muestren la esperanza con la que lucharon durante todo este tiempo!
Adren se traga sus palabras mientras aprieta su puño.
—¿Esperanza? Cierto, esta es nuestra espranza. La de nosotros los humanos, la raza más débil ¿Cierto? —pregunta Adren.
—¿Qué te ocurre? —pregunta el demonio.
—........
Adren sigue su camino sin decir nada mientras Jessed le observa desde la rama de un árbol.
—¿Y que opinas? —cuestiona el Sephirot.
—No lo sé. Pero ¿Cómo crees que reaccionarán los demás? —pregunta Gregorio.
—Ni idea —responde Jessed—. Todos son tan incomprensibles que ni siquiera puedo pensar en un escenario donde todo termine bien ¿Sabes?
Ambos asiente silenciosamente.
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Elías retrocede mientras se aferra al suelo con sus pies, sus brazos cruzados frente a su rostro se encuentra echando humo.
—Olvídate de Lucifer por ahora —declara Luxeuil—. ¡Ahora sólo estamos tú y yo!
Elías se reincorpora e impulsa lanzando un puñetazo que conecta al rostro de Luxeuil, quién sonríe y responde con otro puñetazo que a pesar de ser bloqueado por la pelinegra es enviada por lo aires.
—Vamos, tienes toda la ventaja ahora que no puedo usar magia —declara el demonio.
Elías lanza una patada que Luxeuil bloquea con su pierna derecha y agarra la cabeza de Elías, aplastandola con fuerza.
—Lo siento, olvidé decirte que soy el segundo pecado más poderoso —comenta la "gula".
Elías se reincorpora y lanza un puñetazo que el demonio intercepta con otro puñetazo, más Elías sintió estremecer todo su brazo por el impacto.
Ambos hacen lo mismo con el otro brazo, y la pelinegra trata de repetir lo mismo más su puño es detenido con extrema facilidad.
—¡¿Dónde está tu supuesta luz?! —exclama Luxeuil dando un rodillazo al abdomen de Elías.
La ahora chica logra caer de pie más al levantar la mirada Luxeuil ya está ahí, la pelinegra recibe un puñetazo que la hunde en el suelo.
—¡¿Dónde demonios están tus esperanzas?!
—Ven —dice un joven demonio dándole la mano a un Luxeuil ligeramente más joven.
"Tu eras mi razón de vivir"
Aquél que me sacó de aquella terrible oscuridad.
—Están muertos —dice un niño con los ojos llorosos.
—¡Ahora sigue el pequeño! —exclama una multitud de humanos.
Elías se levanta mientras choca sus puños y tratas de conectar uno más es fácilmente esquivado.
Recibiendo un potente puñetazo en el rostro.
Un niño se encuentra comiendo desesperado desperdicios que encuentra entre la basura.
—No somos muy diferentes ¿Cierto? —dice un pequeño humano.
Más las cosas empeoraron cuando esté fue asesinado frente a sus ojos y fue perseguir durante varios días.
—Mama, papá ¿Qué fue lo que hice mal? —Se pregunta entre sollozos.
Luego de eso fue sellado junto al resto de su especie.
—¡Aquí mismo! —exclama Elías mientras su cuerpo parece estar temblando.
—¿Y que puedes hacer? —pregunta Luxeuil—. Si ni siquiera eres capaz de vencerme ¿Qué podrás hacer contra Lucifer? ¿Eh? Héroe.
—En ese caso.... ¡Te voy a vencer! —exclama Elías.
Luxeuil no pudo evitar sonreír.
—¡De cualquier forma te asesinare! —exclama el demonio.
To be continued.....
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