Extra 3

Muchos aplausos inundaron el enorme teatro donde todos los graduados sonreían grande a los flashes de las cámaras que les apuntaban.

Entre ellos, el recién graduado pelinegro que al reconocer esos cabellos ahora cortos color rosado hizo ensanchar su sonrisa remarcando más ambos hoyuelos que traía en las mejillas.

De un salto bajó del escenario y corrió hacia los brazos abiertos de su pequeño novio quien lo recibió gustoso en un fuerte abrazo. Félix tomó su rostro entre sus suaves y delgadas manos sólo para repartirle varios besitos alrededor; en su frente, nariz, párpados, cachetes, hoyuelos y un piquito en sus labios, saboreando el brillo sabor cereza que usaba el peli-rosa.

- ¡Felicidades mi vida, lo lograste! - sonriente se abalanzó contra él, rodeando su cuello y su torso entre sus piernas como un pequeño koala. Félix plasmó otro beso en su mejilla, demostrando estar orgulloso - sabía que lo harías, serás un médico excelente. Mi novio va a ser el mejor doctor de todos.

- Gracias bebé - rió cuando su pareja pareció restregarse como un gato contra él, haciendo que sus rosados cabellos le dieran cosquillas.

- Tu mamá está muy orgullosa Jinie. Todos lo estamos.

- Lo sé - le mostró un ramo de flores - me dio aproximadamente ocho de estos. Y en mi apartamento hay más por parte de mi hermano mayor Jin - negó con una sonrisa mientras Félix se bajaba de su torso y le acomodaba el abrigo, escuchándolo - no sé cuántos floreros deberé conseguir.

- Déjame eso a mí. Traeré todos los que mi madre no usa.

- Sería un gran favor mi cielo.

- ¿Nos vamos?

- Sí.

Ambos caminaron con las manos entrelazadas, riendo al recordar la adorable exageración de la progenitora de Hyunjin que después de una pequeña ceremonia en la casa de los Hwang, se quedó llorando con todo un paquete de pañuelos y un gran bote de helado, sosteniendo una foto de Hyunjin bebé y diciendo "Oh no, otro que se va a ir de mi humilde nido" seguido de eso tomó al menor de los hermanos para empezar otro drama.

- Pobrecito Kai - dijo Félix - tu mamá debió abrazarlo todo el rato que nos fuimos.

- Kai puede manejarlo. Es el más consentido por ser el menor de nosotros así que - se encogió de hombros - no hay de qué preocuparse. Seguramente de ese llanto le saque un bono a mi madre para su mesada e irse a comprar ese horrendo peluche que da miedo y me mostró el otro día en compras en línea - perturbado sacó una tarjeta especial y abrió la puerta de su apartamento.

- Hyunjin, Totoro no da miedo.

Una vez adentro el pelinegro le miró indignado causando que el peli-rosa riera por la exageración que usó. De tal palo tal astilla, era idéntico a su madre, cree saber ahora de dónde sacó también lo melodramático.

- ¡Por supuesto que da miedo! ¿Has visto esa sonrisa cínica de esa esponjosa cara? No quiero despertar y ver eso en mi habitación, primero muero antes de tener eso cerca de mí.

- Bebé chillón - canturreó.

- Ya déjame en paz - hizo un puchero.

- No bebé, eso es imposible - le guiñó un ojo retirando su abrigo y poniéndolo en el perchero - hasta el último día de nuestras vidas te molestaré. Sabes que te amo mucho gordito - le dio una palmada en el trasero.

Hyunjin lo copió colocando también su abrigo largo color beige en el perchero de la entrada quitándose los zapatos blancos que traía Junto a los de Félix, situando ambos pares en una pequeña repisa. Rió por aquella nalgada que le dieron y que ya era una costumbre.

En eso el peli-rosa rió haciendo confundir a su pareja que ladeó la cabeza pero no se quejó pues escuchar esa risa de las cuerdas vocales de Félix era música para sus oídos.

- ¿Pasa algo?

- Nada sólo que...- mordió sus labios reteniendo otra risa -, no me esperaba que un apuesto hombre como tú, vestido tan decente con esa camisa blanca y combinado con un estupendo abrigo que yo mismo elegí - se halagó - esté usando bajo esos zapatos fashionistas calcetines de Mickey Mouse.

Las mejillas se le sonrojaron y Félix sólo dejó escapar otra escandalosa risa que abarcó todo el interior de las paredes.

- Oiga usted bonito humano no se ría de mí. Además Mickey Mouse está siempre de moda.

- Awww - de puntitas estiró cariñosamente ambas mejillas del pelinegro que tenía su ceño fruncido - hasta enojado eres tierno mi vida.

- Tú eres un enano muy bonito y malvado a quien amo con todo el corazón.

- ¡No soy tan bajito! Pero tienes razón, sí soy un poquito malo pero es porque te amo - le lanzó un beso volador que hizo reír a Hyunjin - ¿Lo sabes verdad?

- Lo sé gordito.

Los dos se dieron un besito en los labios con unas sonrisas tontas de por medio.

Así era su relación desde que decidieron vivir Juntos en un mismo apartamento hace ya unos seis meses atrás, no había día en que no se estuvieran molestando como niños pequeños o como los amigos que aún eran, agregando algunas travesuras que cometían en complicidad puesto que ya no sólo eran "mejores amigos" también eran amantes pasionales.

- Oye Hyunjin - lo abrazó dejando caer su mejilla contra el pecho del nombrado, aspirando ese aroma varonil que desprendían las prendas de vestir y sonrojándose levemente - hum...bueno verás...- mordió su labio inferior y murmuró - quiero hacerlo.

- ¿Cómo? No escuché.

- ¡Claro que lo hiciste! - chilló.

- Está bien, está bien. Lo hice, pero es divertido hacer como que no.

- Tonto.

- Así me amas.

- Mucho.

Ya estaba acostumbrado a esto así que tomó el mentón de Félix para mirarlo con coqueteo - ¿Qué parte del apartamento desordenamos hoy?

Félix amaba tanto esa actitud infantil pero seductora de Hyunjin, la confianza que al principio no tenían por ser tímidos y porque apenas iniciaron su noviazgo. Ahora era una confianza tan plena y grande que, los unía más de lo que una vez fueron unidos.

- Tengo una idea en mente.

Sonrió de medio lado, jaló la corbata del pelinegro para deshacerla y una vez hecho empezó a abrir esa camisa botón por botón.

Se paró de puntillas para alcanzar y lamer la piel canela del cuello del pelinegro dejando como siempre la marca de un beso allí, siguiendo con su tarea de terminar de abrir por completo la prenda de ropa.

Hyunjin abrió los ojos, su pecho y abdomen quedaron expuestos. Félix paseó juguetón sus ágiles manos por su estómago marcado, sabía que el peli-rosa amaba sentir su cuerpo ejercitado y eso lo ponía orgulloso y aumentaba por obviedad su ego sin llegar a ser extremo.

- Me sigo preguntando ¿porqué siempre soy yo quien tiene que desnudarse primero? - rió divertido al ver su camisa tirada en el suelo siguiendo al peli-rosa que tomó su mano llevándolo al lugar que quería.

- No creo que necesites ropa en este momento.

- Tienes toda la razón.

Llegaron al cuarto de lavado y después entraron al baño. El pelinegro ya se hacía una idea de lo que Félix quería pero no se imaginó que fuera empujado hasta la regadera.

- ¿Nos vamos a bañar primero?

- Algo así.

Fue retirándose el buzo que llevaba. Bajó de manera sensual los pantalones pegados de sus piernas captando toda la atención de Hyunjin de inmediato, hizo a un lado su ropa con el pie y entró completamente desnudo Junto al pelinegro.

- Supongo que tendré que bañarme con agua caliente ¿verdad? - conocía al peli-rosa de pies a cabeza. Amaba bañarse con el agua caliente o tibia mientras a él le gustaba el agua fría o "helada" como decía Félix cada que compartían duchas.

- Sabes que me gusta el agua tibia.

Su espalda fue acorralada contra los mosaicos del baño, la regadera se prendió mojando sus cuerpos de inmediato. Hyunjin no entendía lo que Félix hacía ¿no iban a tomar una ducha primero y hacerlo en el cuarto de lavado? ¿O cómo?

- Cariño... ¿qué haces?

- ¿No es obvio? Quiero hacerlo mientras estamos en la ducha - contestó simple.

Ah.

Espera.

- ¡¿E-En la ducha?! ¿E-Eso no es peligroso? Digo, podemos resbalar y rompernos la cabeza-

- Shhh... Intentemos esto ¿sí? - Acercó el rostro del pelinegro para poder besarlo - es la única parte de nuestro apartamento que no hemos probado hasta ahora.

Movió sus labios hasta que le correspondió, Félix rodeó con sus brazos su cuello y el pelinegro lo apretó con sus fornidos brazos por la cintura para pegarlos cuerpo a cuerpo. Dejando al peli-rosa después de un rato contra la pared a espaldas suyas.

El sonido de la lluvia artificial caer se empezaba a mezclar con los jadeos y gemidos de Félix siendo ocasionados por las caricias de Hyunjin en su entrada sensible. Sus lenguas se enredaban, el aire se extinguió un poco obligándolos a separarse y recuperarlo, el vapor del agua caliente se fusionó con el choque de sus alientos, elevando la temperatura aún más.

- Ah...ahí, Hyunjin.

Las manos de Félix pararon arriba de su cabeza, mientras gemía y Hyunjin lo besaba por atrás en un recorrido de besos. Apretó sus puños, separándose levemente de la pared al sentir la extensión de su novio entrar lentamente en su interior, yendo tan profundo hasta llenarlo por completo.

- ¡Ah, Hyunjin!

Hwang suelta un jadeo de satisfacción, las paredes mojadas de su chico se acoplaron bien a su polla gruesa y grande sin dificultad - ¿duele? - preguntó, dejando un beso en la nuca de su pareja y luego otro en su hombro.

- No, no duele - sonríe ante los mimos que les son otorgados a su cara. Ríe risueño pues su novio está siendo meloso con él y le encantaba - ya puedes moverte Hyunjinie.

Con un beso de amor puro entre ambos. Hyunjin comienza a mover lentamente sus caderas haciendo a Félix separarse y gemir alto ante la profundidad de cada embestida, sus pezones erectos hicieron fricciones contra los mosaicos, aumentando su placer, creando sonidos húmedos de sus pieles.

El brazo de Hyunjin se tensa, marcando cada vena en ella por hacer fuerza en sujetar las muñecas de Félix, manteniéndolas como soporte en la pared. Mientras su otra mano aprieta la piel de esas piernas como para dejar la marca de sus dedos, el interior de su querido amante era el paraíso, tan caliente y húmedo, mojándose cada que entraba y salía.

Gimiendo su nombre en alto con energía y necesidad, arañando los resbaladizos mosaicos con sus cortas uñas, empujándose contra su miembro, haciendo que rebotara con cada choque. Incendiando su corazón con fuego de placer y lujuria, haciéndole caer rendido de estampar su palma y marcar la carne de ese voluptuoso trasero.

- ¡AH HYUNJIN!

Era un hombre, con una debilidad que llevaba por nombre Hwang Félix.

- Eres mío - susurró a su oído jadeante sin detenerse - mío, sólo mío - mordió el lóbulo de su oreja.

- ¡Ah... sí... sí mi amor, sólo tuyo!

Hyunjin tomó al peli-rosa de la cintura dándole la vuelta, tomó ambas piernas que se enredaron inmediatamente en sus caderas, apretándolo exquisitamente sin escape.

Félix hizo los cabellos mojados de Hyunjin para atrás, besando con hambre esos labios carnosos que tenía el pelinegro. Las manos de este apretaron sus glúteos ocasionando que gimiera entre el beso, abrió la puerta del baño y salieron, ocasionando que la regadera se apagara por si sola al ya no detectar nada bajo ella.

Sin despegar sus labios entraron en la habitación que compartían, la única con una cama grande para ambos.

No importó que sus cuerpos tuvieran gotas de agua y mojaran las sábanas. Hyunjin acostó a Félix sobre ellas poniéndose entre sus piernas abiertas, recorriendo el cuerpo del peli-rosa con sus dedos, devorando su boca a besos calientes con mordiscos, yendo para abajo lentamente a ese cuello de deleite para su lengua y bajando cada vez más.

- Oh... ¡Oh! - elevó su cuerpo de la cama, tirando con fuerza de las sábanas a sus costados. Con sus ojos cerrados, cejas fruncidas de placer en cada rasgo de su rostro, acarició la cabellera de su pareja con una mano mientras le follaba su entrada con brusquedad - ¡Ah, mierda sí! - Metió aire a sus pulmones, se hundió en el colchón y sacó ese gemido que no pudo evitar retener Junto al nombre de su amado - ¡Ahhh...! Hyunjin!

Hyunjin puso una pierna en su hombro, no paró el movimiento de su lengua y el cuerpo de Félix tembló por los espasmos de su próximo orgasmo.

- ¡OH DIOS...OH DIOS HYUNJIN!

Con ferocidad, Hyunjin sujetó la cintura de Félix quien ya rogaba por tenerlo dentro. Con calma para no lastimarlo fue ingresando, amando la forma en que el peli-rosa parecía derretirse por su intromisión en sus paredes. Deformando ese bello rostro en muecas de satisfacción.

- Bésame.

- Como digas.

Lo fue besando aún si Félix tiraba su cabeza atrás por el torbellino de placer que lo consumía con cada embestida que daba.

- Ha-hazme venir... ¡ah!... sí, sí.

- ¿Quieres que te haga un caos cariño?

- ¡SÍ!

- Ya lo estoy haciendo dulzura - Félix gritaba más fuerte, su estómago tenía cosquilleos y sus ojos eran víctimas de lágrimas por el placer.

- S-Hyunjin... ¡Ah! Q-Quiero que pongas tus manos sobre mi cuello, por favor.

- ¿Así?

Ambas manos grandes, venosas y fuertes se mantuvieron con un agarre firme sobre el cuello de Félix quien sintió el mismo cielo en tierra, ser ahorcado por esas manos mientras ese grueso pene salía y entraba de él duramente. Era delicioso.

- ¡AHHH!

- M-Maldición.

Félix respiró profundamente cuando las manos de Hyunjin dejaron de apretarlo, cayendo más que agotado por su orgasmo, tratando de regular su respiración como su pareja que sudaba por completo encima de él. Era una vista caliente desde abajo.

- ¿Segunda ronda? Tenemos toda la noche, doctor Hwang - retó y Hyunjin dio su respuesta con una sonrisa lasciva, elevando su cintura posesivamente del colchón para golpearlo contra su erección, erizando su piel pero no retroceder - ¿Es un sí?

- Es un rotundo sí.

Esa noche iba a ser muy larga y movida.

••••

- ¿Félix hyung? ¿Está bien?

El mayor de esa mesa dejó su bebida a un lado y asintió con una sonrisa. Reteniendo una mueca por el pinchazo de su parte baja y caderas. Joder, era un martirio pero, como lo disfrutó tanto es que no estaba para nada arrepentido de no poder sentarse correctamente o caminar.

Fue la gloria para él anoche.

- Estoy perfecto, no te preocupes Jisung - pinchó la fruta picada y la metió a su boca - sólo me caí de las escaleras pero nada grave.

- Es que como vi que caminabas un poco raro, pensé que te dolía el estómago - comió otra gomita de su raspado de chamoy - pero ya que dices que no es nada. Entonces ya no voy a preocuparme.

- Sí hyung, deberías tener más cuidado al bajarte de las escaleras - dijo Kai comiendo sus hotcakes con frutillas - puede ser peligroso y mortal.

Oh claro que fue mortal, pensó Félix mientras revolvía con su popote su batido y sonreía por lo bajo.

- No logré conseguir las golosinas que querías Sung pero si logramos conseguir las hamburguesas que querías, así que todo bien - Minho informó a su novio quien dijo que no importaba, dándole un beso en la mejilla y haciéndose a un lado para darle espacio, asentando el alimento dicho en la mesa.

Llegando Junto a Hyunjin que después de darle a Kai una barrita de proteína y no de chocolate como le pidió se fue a sentar a lado de Félix, abriendo la boca para recibir el pedazo de manzana que su novio le ofrecía.

- ¿No quieres que te lleve en mi espalda? De verdad creo que me pasé un poco, perdón - Félix rió pero negó, entrelazando sus dedos con los de Hyunjin - ¿Seguro que no quieres? No tengo problema en llevarte así hasta el apartamento.

- Estoy bien amor, no caminaremos tanto y tomaremos el metro. No te preocupes - besó su mejilla - además debemos ser discretos, hay menores con nosotros.

- Cierto - miró al par de adolescentes viendo a los mobiliarios de ropa por el cristal con Minho cuidándolos por atrás.

- Y...no me importaría hacerlo de nuevo llegando a casa - susurró.

- ¿Quieres quedarte sin trasero? - bromeó pero Félix sólo se encogió de hombros.

- No me importaría no caminar una semana más si eso implica que me vuelvas a tomar como anoche. Dios, ayer fuiste una completa bestia y cumpliste con todos mis caprichos - lo abrazó fuertemente, riendo tiernamente para el pelinegro que besó su cabeza y pasó su brazo por su cintura - no puedo describir lo mucho que me encantas mi Hyunjinie. Te amo.

- Yo también, te amo Félix.

- ¿Y...lo haremos?

Hyunjin lo pensó, vio el puchero en los labios de Félix y con un suspiro se rindió.

- Lo que tú quieras lo haré pero eso sí, no voy a entrar en ti hasta que te recuperes ¿De acuerdo?

- De acuerdo - aceptó la propuesta y recostó su cabeza en el hombro de su novio, respirando su perfume y sonriendo como un tonto.

Sinceramente Félix jamás iba a cambiar esa actitud de calenturiento por Hyunjin. Si no lo hizo las primeras semanas que compraron su apartamento, duda que lo hago los siguientes años.

Amaba mucho a Hyunjin como para resistirse. Y no sólo hablaba del deseo sexual.

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Todos los créditos a la autora original @Songjae_Choi

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