Capítulo 13
Sus ojos me estudian y da un paso adelante, sus manos viajaron hasta mí y se anidaron en mi cuello, las aparto y sigo caminando.
-Melina.
-Déjame en paz.
-Espera por favor.
-Acaba con esta farsa.
-¿Cuál farsa? -se adelanta varios pasos y se plata delante de mi, retrocedo con una mano en el pecho.
-Con la apuesta, con toda esa mierda.
-¡No hay apuesta! ¿cuántas veces tengo que repetírtelo? -sostiene mi rostro en sus largas manos y me eleva esta quedar alineado con el suyo. Sus ojos me estudian como si tratara de descifrarme mientras en mi interior se esta produciendo miles de chipas recorriendo cada rincón.
-¿Qué has visto en mi para atraerte? - arrugo la cara confusa, detallando cada parte de él.
Sonríe dulce de medio lado y cepilla mis mejillas mojadas.
-Si te menciono la lista jamás acabaría.
-Es que tú no me conoces, no sabes nada de mi.
Aparto sus manos de mi con suavidad y me limpio las lagrimas.
-Si no me dejas entrar ¿cómo pretendes que te conozca? -humedezco mis labios, su mano aparta una lagrima mi mentón.
-¡Es que mirarme! - sollozo - . Solo mírame y...
Sostiene mis hombros.
-Lo hago Melina y lo he estado haciendo desde mucho tiempo.
-Tu nunca te fijarias en mi.
Niega.
-Te equivocas - me interrumpe y sonrisa se dibuja en sus labios hasta acercarse a mi rostro, rompiendo el acuerdo -. Yo si me fijaría en alguien como tú, lo físico no me importa, lo que realmente vale la pena es lo que somos por dentro.
¿Quién se fijaría en una gorda como tú?
¿Acaso pensaste que yo me enamoraría de alguien tan asqueroso?
Niego volviendo en sí y trato de apartar sus manos de mis hombros.
-No, es mentira.
-Melina -mis ojos se humedecen.
-Te lo suplico para con esto.
- ¿Tú piensas que si hubiese sido una apuesta estaría aquí? -pregunta y no puedo responder -. Si estoy aquí es porque primero me interesas y segundo para demostrarte que no miento.
Niego.
-Estoy a toda tu disposición, puedes pedirme lo que sea, lo que quieras, cuando quieras, a la hora que quieras, con tal que me creas me voy hasta el fin del mundo.
-Deberías actuar para la rosa de Guadalupe.
-¿Es un cumplido o es un insulto? -ladeo la cabeza.
-¿Tú qué piensas?
-Auch -rio y siento un vacío en el estómago cuando me arrastra hasta él, mi cuerpo se tensa alrededor de sus brazos.
-Confía en mi Ángel -susurra apoyado sobre mi cabeza -. ¿Paso por ti a las seis?
-Bien -asisto con la cabeza pegada a su pecho y me aparto impulsándome desde su pecho, me aleje como dos palmos más de su cercanía y respiro hondo -. No es un metro, pero estoy alejado.
Suelto una risita carente de gracia y paso mis manos por mis brazos disimuladamente.
-¿Ya perdí?
-Casi -digo ignorando otra vez ignorando las sensaciones dentro de mi.
-Me salvé - me rio y justo en ese momento llegan mis padres.
Jack confiesa de repente que debe irse y se despide de nosotros haciendo ademanes mientras esculpe una sonrisa de lado a lado. Creí que haría solo eso y me extraño que no se despidiera ya saben que su típico saludo, ¿pero adivinen que? solo se devolvió para despedirse de esa manera y marcharse muy feliz.
Es un idiota.
Mis se miraron uno al otro curiosos y se cuestionaron entre si, sin embargo no lo hicieron. Mi padre le pareció divertido y mi madre mas encantada que nunca.
Lo odio.
Cierro la puerta de mi habitación con seguro cuando llego casa y me saco los zapatos en el trayecto hacia mi cama. Estiro los brazos y antes de tumbarme sobre mi cama prendo mi estéreo y reproduzco cualquier canción de Shawn Mendes, hoy no tengo elección, que suene la que sea, igual todas me gustan.
Solo necesito escuchar su voz y que me ayude a canalizar todo lo que estoy viviendo.
Me lanzo sobre la cama y me coloco en brazos de morfeo soltando un profundo suspiro, contemplo el anillo y los lentes que dejé sobre mi mesita de noche, estiro el brazo y lo agarro.
Niego cuando lo llevo hasta la nariz y aspiro su aroma.
Si te menciono la lista jamás acabaría.
Yo si me fijaría en alguien como tú, lo físico no me importa, lo que realmente vale la pena es lo que somos por dentro.
Mis parpados pesados se cierran y llevo la cobija hasta los hombros para cubrirme del frio, de un momento a otro la temperatura había disminuido, las nubes cubrieron el cielo, y el hermoso paisaje se tornó gris.
****
Escucho los pasos de mi mamá cerca y me cubro la cara con las sabanas. Desperté hace minutos, no sé qué horas eran, pero todo estaba más oscuro, soñé con Jack y en el sueño él me abrazaba, me repetía que no estaba jugando conmigo, me decía cosas lindas y perversas que me hacían reír, no había tenido este tipo de sueños desde hace años y la verdad es que me da miedo.
Ese abrazo lo sentí igual que en la vida real, como sucedió en la iglesia, su calidez quedó muy marcada, como su beso, de los cuales ha pasado tiempo aún siguen allí y cada vez que lo recuerdo, mis entrañas se alborotan.
Tengo tanto miedo.
-Melina, cariño -miro hacia la puerta -. Hija.
-Pasa mamá.
-Iré con tu papá a cenar -avisa -. Supongo que tú vas a salir con Jack -menciona ingresando a la habitación con un lindo vestido negro de lentejuelas.
Asisto tallándome los ojos y me incorporo sobre el respaldo de la cama.
-Te ves preciosa mamá.
-Gracias mi linda.
-Disfruten ¿eh? -ella asiste subiendo ambos pulgares y abandona mi habitación, papá se despide de mi con un beso en la frente y le digo lo mismo que a mi madre, él también se veía atractivo.
Dormí por media hora más y luego me fui a duchar, me coloqué ropa para estar en casa y dirigí a la cocina por una manzana, la piqué en trocitos y me senté en el mueble de la casa a esperar al inepto.
Benji ladra y subo la vista, estiro mis piernas y me dirijo a la puerta comiéndome el ultimo trocito de manzana que tenía en la boca, limpio mis manos ansiosamente sobre la tela de mi mono pantalón. Estaba nerviosa e inquieta, moría por ver su reacción cuando le diga que no iremos al cine.
-Hol... -su saludo se corta en el momento nos encontramos frente a frente, su rostro fue de entera sorpresa, sus ojos me estudiaron de arriba abajo como preguntándose que hago vestida de esta manera.
-Pensé que estabas lista.
Mis ojos viajan al ramo de flores que sostiene sus manos.
-Lista ¿Para qué?
-Para irnos al cine, como planeamos ¿Recuerdas?
-Ah -finjo caer en cuenta y llevo mi mirada hasta él -. ¿No te llegó mi mensaje?
-¿Cuál mensaje? -ladea la cabeza perdido.
-Donde te decía que no iba a poder ir al cine -frunce las cejas.
-No me llegó nada.
-De hecho, te mande dos -niega, Benji aparece en medio de los dos olfateando nuestros pies -. Lamento que no te hayan llegado.
-No, no pasa nada -dice serenamente -. Son para ti.
Detallo el lindo presente e internamente sonrío con malicia.
-Soy alérgica a las flores -cubro el puente mi nariz para dramatizar -. Por favor aléjalas de mí.
-¿Es enserio Ángel? -pregunta casi burlándose.
-Si, por favor sácalas.
-Mierda, no tenía idea -tapo mi boca con ambas manos cuando se dirige rápidamente hacia su auto para guardar las flores.
Prenso los labios para no echarme a reír y arruinar el plan.
-Gracias, me salvaste la vida -exagero amortiguando una sonrisa.
-¿Y qué hacemos?
-Irte a tu casa.
-¿A mi casa? -repite.
-No tengo ganas de salir, no me siento bien.
-¿Qué sientes?
-Pesadez, cansancio, ganas de dormir -arrugo la cara con desgano -. Enserio no quiero salir.
-¿Y si vemos una película en Netflix? - sugiere -. Solo una y te prometo que me voy apenas termine. ¿Qué dices?
Hago una mueca.
-Oh vamos Ángel.
-Quiero echarme a dormir.
-Me ofrezco como voluntario.
-¿Para qué?
-Para verte dormir.
Pongo una mueca.
-Ronco muy feo.
-Seré digno de esos ronquidos -se lleva una mano al pecho, hundo mis labios para no reír - . ¿Vemos una película?
-Bien, bien -accedo malhumorada y me hago un lado para dejarlo pasar.
-Como tú quieras.
-¡Alto! -me mira desorientado con mi grito repentino.
-Tus zapatos.
-¿Te gustan? -sonríe como un angelito.
-Quítatelos por favor.
Parpadea.
-¿Q-qué me los quite?
-Es costumbre de esta casa quitarse los zapatos antes de entrar.
Arruga las cejas y dibuja una sonrisa incrédula.
-¿Me estas jodiendo?
Si.
-¿Y tú me ves cara de bromista? Por favor quítatelos -hablo en tono serio -. ¿No sabes que la mala energía se lleva en los pies?
Ja, yo tampoco lo sabía solo lo había visto en novelas turcas.
-No sabía eso.
-Ahora lo sabes.
-Me gusta saber cosas y más si vienen de ti, eres muy inteligente -ignoro sus halagos y lo presiono para que quite los zapatos, pero de todos modos me hizo sentir orgullosa.
Los deja cerca de la entrada y se gira cuando se estira sobre sus piernas. Me alejo de inmediato calculando los cien centímetros de distancia.
-¿Qué otra deseas cosa que me quite? -insinúa dibujando una sonrisa perversa -. ¿La camisa o los pantalones que prefieres?
-Que te largues del planeta.
-Oye - reclama herido, muerdo mi mejilla para no reír -. ¿Y qué vamos a ver?
Suspiro rascando mi cabeza, no tenía idea, me había quedado dormida.
-¿Has visto el milagro de la celda 7? -sugiero.
-Me la han recomendado muchísimo, pero no me llama la atención.
-Vamos a ver esa.
-¿Y si vemos IT capítulo 2? -propone.
-Mi casa mis reglas -demando -. Además, tú dijiste que sería lo que yo quisiera.
-No he dicho que no, solo estaba viendo otras posibles películas que podríamos ver.
-Ajá.
-¿Y que hay de comer? - se toca el estómago.
-Yo no voy a cocinar -advierto y hace una mueca triste.
-¿Y que va a comer tu querido futuro esposo?
-Aire.
Se ríe y niega mirándome divertido.
-¿Te gusta el cereal?
-¿A quién no le gusta?
-Hay Fruit loops.
-Me encantan.
-Vale, esa será la cena.
Me dirijo a la cocina rápidamente y saco del estante dos tazas de vidrio de color blanco, las coloco en el mesón de la cocina, vacío el cereal y Yogurt de fresa, también saco dos cucharas para ponérselas a las tazas.
Cuando tengo todo listo me doy vuelta sobre mis pies para dirigirme a la sala, pego un salto al verlo debajo del umbral. Tuve que aferrarme con fuerza de las tazas para no dejarlas caer.
¿Desde cuándo ha estado ahí?
-Te ayudo -se acerca con pasos firmes. Agarra las tazas sin esperar una aprobación -. Es la primera vez que veré una película comiendo de esta manera -comenta mientras nos dirigimos a la sala.
-Es lo mejor -tomo el mando del televisor que reposa sobre la mesa del centro y me alejo lo más que puedo de su anatomía.
Jack se deja caer en el sofá y siento su mirada en mi cuello.
Busco la película haciéndome la disimulada y cuando tomo asiento, colocándome alejada.
-Aquí tienes Ángel -me pasa la taza y evito evitó tener contacto -. ¿Y qué tal es la película?
-Silencio está empezando.
-Está bien -dice a regañadientes usando un tono de voz suave, respiro de alivio cuando ya no siento sus orbes sobre mí.
****
Sollozando en silencio me pareció oírlo a él también lo hacía.
Volteo a mi izquierda y me encuentro con la imagen del inepto empapado en lágrimas. Grandes gotas descendían por sus ojos verdes y su nariz perfilada estaba más roja que un tomate.
Su atención estaba centrada en la pantalla del televisor, no se percataba que lo he estado mirando. Tenía abrazado unos de los cojines del sofá y de vez en cuando se limpiaba el rostro.
Su rostro lleno lagrimas acompañado de un estado vulnerable indiscutible, me recuerdan las palabras que un día me dijo mi abuela.
Una persona que llora viendo películas tristes, son las personas más sensibles y vulnerables, aunque no lo demuestren.
Me lo dijo por mi hermano cuándo lo vi llorar por mufasa el papá de simba cuando murió.
¿Él será así? o ¿Simplemente está fingiendo todo?
Espero que les haya gustado chammmas <3
Ya somos Mil leídas mil gracias
Las amoo
<3
Ustedes son lo máximo.
Les mando abrazos psicológicos <3
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