Relato navideño
Violet & Park.
Park
Las manos me sudan al bajar del taxi, el frío de diciembre en la Ciudad de México es diferente al de Londres. Enseguida siento recorrerme un escalofrío por todo el cuerpo al quedar frente a la casa de los padres de Violet.
—¿Preparado para la mejor noche?
Me pregunta ella. Sus orbes destellan con diversión mientras trata de resguardarse debajo de su abrigo afelpado que la hace parecer un oso polar.
Mi mano sujeta la suya para entrelazarlos. Es la primera noche buena que la pasaré lejos de mi país, pero todo es por una buena razón que ha quedado bajo secreto con mi novia.
—No te lo negaré, estoy nervioso y tengo terror de no agradarle al resto de su familia.
Anteriormente me ha advertido que su familia es grande y siempre pasan las fiestas juntos para luego terminar ocasionando un desmadre, como ella les dice a las celebraciones descontroladas.
La melena rubia de Violet se mece a causa de la brisa fría. Extraño su cabello rosita, pero ella ama su nuevo tinte y yo estoy feliz con eso. Hemos estado viviendo juntos por tres años y 2 meses hasta el día de hoy, la amo.
Como todas las parejas del mundo, también pasamos por buenos y malos ratos, sin embargo, eso no significa que por simples malentendidos decidamos terminar.
—Ten calma, les vas a agradar, de verdad han pedido conocerte desde muchos, así que prepárate para muchas preguntas, pero, si no sientes cómodo, por favor, dilo, Park. —Asiento con la cabeza. Me acerco para darle un beso en la frente —te amo.
—Te amo —le contesto.
Tras devolverle una sonrisa, nos abrimos camino a la fachada adornada de luces coloridas y masetas con flores de noche buena. La música a alto volumen se escucha del otro lado de la puerta.
Tengo entendido que las fiestas mexicanas duran hasta que el gallo canta, te encuentras con bebidas y demasiada comida.
Violet saca de su bolsillo una llave plateada. Al abrir, empuja la puerta y una ventisca cálida nos invade una vez que pisamos el interior.
—Deben estar en el patio —me informa.
Echo un vistazo a lo que hay a mi alrededor en la sala. Los sillones son tapizados con tela de gamuza color blanco, de las paredes cuelgan fotografías familiares, una repisa donde guardan la vajilla y no entiendo el porqué, otra cosa que me llama la atención es una fotografía rectangular donde aparecen varias caritas de una misma niña, pero con diferentes momentos.
Sonrío al darme cuenta que es Violet.
Los adornos navideños no pueden faltar. El árbol envuelto en luces coloridas está situado frente a la ventana con vista a la calle, por debajo, se resguardan los regalos de diferentes formas y tamaños.
—La casa es muy bonita —le hago saber a mi novia.
—Gracias. ¿Sabes? Quiero mostrarte la casa, ¿te gustaría antes de reunirse con los demás?
Asiento.
—No puedo creer que conoceré tu habitación —murmuro cerca de su oído haciéndola estremecer —me emociona.
—Te llevaras una gran decepción, cariño. Ya no hay nada mío en esa habitación, todas las cosas de cuando era pequeña pedí que las guardaran en cajas para usarla como habitación de invitados —me dedica una pequeña sonrisa. Me guía hacia las escaleras de madera, hay más fotografías colgando de la pared y entre ellos aparece un chico que no me cabe duda que es Charlie —la primera era de mi hermano, también sus cosas fueron donadas.
Lo dice con un hilo de voz.
—¿Podemos verla?
—Solo verás posters, nada de otro mundo, tampoco es como si quisiera ver, puedes ir tú —sus orbes se cristalizan.
—No era mi intención hacerte sentir mal —le susurro al abrazarla —perdón.
—E-Estoy bien, Park, en serio. Estoy muy feliz que en esta ocasión podamos pasar las fiestas con mi familia —se aleja de mí para tirar de mi mano.
Las paredes son del mismo color que el de la planta baja, hay cuatro puertas en el corredor y una de ellas lleva un póster de un cohete espacial rasgado. Violet trata de no mirar al pasar frente a ella, pero yo me detengo porque mi curiosidad ha salido a flote.
—¿Park?
—Mmm.
—Tengo que contarte algo.
Frunzo el ceño al verla con la expresión temerosa. La alcanzo cuando llegamos a lo que alguna vez fue su habitación. Hay una cama matrimonial con sábanas coloridas, una estantería vacía y una ventana con vista al patio del otro vecindario. Es una lástima no poder ver como era antes.
—¿Qué sucede, Violet?
Ella se pasea por la habitación con la mirada recorriendo cada rincón. Apoyo mi espalda sobre el marco de la puerta mientras la aprecio.
—Siento que esta navidad será la mejor de todas, aunque me ha gustado las anteriores, sin embargo, está será inolvidable cuando... es muy difícil soltarlo y me aterra ver ru reacción.
—Ya me asustaste, suéltalo —la voz me tiembla.
Violet se acerca hasta romper la distancia llevando sus manos sobre mi pecho, sus ojos me inspeccionan con lentitud hasta detenerse en mis labios. Amo cuando lo hace, su lado sensual siempre logra embelesarme.
—Te amo, Park Winston y no puedo creer que tú y yo vamos a casarnos. Mi familia pegará de gritos cuando les demos la noticia, pero eso no es todo —se detiene y a mí me va a dar algo con tanta intriga.
—¿Te ganaste la lotería?
—Nop.
—¿Nos iremos de luna de miel a Hawái? —su risa se vuelve música para mis oídos e imito su acción —Violet, no seas malo conmigo y dime que tanto escondes.
Acomodo varios mechones de su cabello rubio tras su oreja.
—De acuerdo. B-Bueno hace unas semanas me pasó algo mientras estaba trabajando y me asusté, no te lo comenté porque quería asegurarme que mis sospechas fueran inciertas, así que no tuve más remedio que ir al hospital con Rowan y hacerme unos análisis.
—¿Estás enferma?
Mis ojos amenazan con cristalizarse. Siento el corazón latirme de manera desenfrenada.
—No, bobo —me da un golpe suave en el pecho —a lo que quiero llegar con esto, es que vamos a tener un bebé.
—¿Un... bebé? —titubeo.
—Sí, Park.
—¿E-Estás embarazada? —mis cejas se disparan hacia arriba.
¡¿Voy a ser papá?!
—Tengo tres semanas —su sonrisa se ensancha y me abraza con fuerza —¿no estás feliz?
—¿Uh? L-Lo siento, es que estoy analizando lo que acabas de decirme, no me lo creo, es decir, sí, porque tú y yo hemos tenido varias noches desenfrenadas y...
—¡No digas eso así de la nada!
—¡Pero sí es la verdad y lo disfrutas!
—¡No lo grites!
—¡Pero tú estás gritando también! —ambos nos retamos con la mirada. De la nada comenzamos a reírnos como si no hubiera un mañana hasta que me duelen las costillas —es la mejor noticia que he tenido, Violet, no será fácil, pero juntos podemos criar a ese pequeño o pequeña que pronto estará con nosotros. El único problema es que cuando tu padre se entere, va a matarme con esa carabina.
—No dejare que lo haga, ¿okey?
Es inevitable no sonreír como el guasón. Abrazo con fuerza a mi novia, muchos sentimientos me invaden en este instante, primero la boda y ahora el bebé.
Antes de bajar, nos limpiamos las lágrimas para que los demás no sospechen. Al salir al patio su familia comienza a pegar de brincos cuando caemos en su presencia, Elizabeth y Sebastien no pueden creer que estemos aquí, por ahora la sorpresa está yendo de maravilla.
La cena navideña transcurre entre risas, música y un poco de pirotecnia con bengalas. De vez en cuando intercambio miradas con Violet esperando el momento adecuado para soltar la noticia.
—¿Quién se lo dirá a tus padres? ¿Tu o yo?
La miro de soslayo. Me muevo de la silla un tanto nervioso, ya estoy empezando a sentir las palmas sudorosas y el rostro hirviendo.
—Rayos, en eso no falto ponernos de acuerdo. Está bien, ¿te parece si tu comentas sobre la boda y yo del bebé? —presiona mi brazo asegurando que todo va a estar bien —en caso que las cosas se salgan de control y tengas que correr.
¿Qué?
—¿Por qué correría?
—Mmm, por si mi padre quiere aniquilarte, o sea, no lo hará, pero hay que prevenir.
Me enseña una sonrisa inocente.
Llega un momento en que el señor Neeson se pone de pie sujetando su copa para tocarlo con un tenedor y llamar la atención de los presentes. Mi estómago se revuelve cuando escucho a hablar a cada uno.
—Chicos, ¿les gustaría decir algunas palabras? —nos pregunta una de las tías Rodríguez.
Violet hunde su codo en mi brazo animándome a ponerme de pie. Respiro hondo y no tengo otro remedio a pesar de que las piernas me flanquean.
—No hay manera de agradecerles el recibimiento que me han dado junto a Violet, tengo que reconocer que en este momento estoy nervioso, sin embargo, quiero decirles que esta es una fiesta maravillosa llena de alegría y diversión, momento que pocas veces he vivido en Londres —las miradas caen ante mí y prosigo —esta noche no solo quiero desearles una feliz noche buena y navidad, es un momento en el que junto a Violet hemos estado planeando decirles y es que...
La voz se me entrecorta, aplano los labios resistiendo las ganas de volverme un mar de lágrimas. Violet se pone de pie abrazándose a mi brazo.
—Violet es una mujer maravillosa que todos los días me sorprende con su ingenio y ver la vida con otra perspectiva, me dije que no quería dejar ir esas sensaciones que son más que amor. Juntos hemos aprendido como sobrevivir en la vida de adultos y, aunque hemos tenido buenos y malos episodios, eso no nos ha detenido a seguir con nuestra relación, es por eso que en su nombre y el mío queremos decirles que nos hemos comprometido y...
No logro finalizar, porque la familia estalla a vítores provocando que de un salto del susto junto a Violet.
—E-Eso no es todo —interrumpe ella. Me mira de manera fugaz antes de seguir hablando —también tengo otra noticia que darles y espero que no armen un alboroto, pues las cosas pasan por alguna razón.
—¿La boda será el próximo año? —interrumpe su madre.
—¿Se casarán aquí o en Londres? —le sigue su padre —no importa, los ayudaré en lo que necesiten.
—Oh, gracias por la ayuda, pero no es acerca de los preparativos de la boda, papá —ella suelta una risita y se remueve de su lugar —nos hemos adelantado en algo que no teníamos planeado tan pronto, dejaré los rodeos. Familia, estoy embarazada, Park y yo seremos papás.
Un silencio inunda el jardín, me estoy preparando para salir corriendo. Aunque las circunstancias toman un giro inesperado, el padre de Violet se queda de piedra y de la nada se desploma en el suelo, todos corren a socorrerlo.
—Pff, feliz navidad Park, sabía que algo así pasaría.
Me dice Violet dejándose caer en la silla.
—¿Qué no vas a ayudar a tu papá?
—Uh, media familia ya lo está atendiendo —encoge los hombros. Wow —la peor parte vendrá cuando se despierte.
Rayos.
Feliz noche buena y feliz navidad 2020 y prospero año 2021. Sabemos que este año ha sido una batalla para todos, sin embargo, con todo mi cariño espero poder levantarles el ánimo.
Con amor y cariño, Khyl Anderson. ❤❤
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