Capítulo 17.
Después de que salí de la emisora, me dirigí al bloque de oficinas de Stella. Ella me había enviado la dirección anteriormente para que fuera por ella. No pasó mucho tiempo cuando estacioné mi jeep frente al edificio, pero no bajé de él, sabía que su oficina estaba en el piso dos pero me parecía de mal gusto aparecer por allá, por lo que saqué mi móvil y la llamé diciéndole que estaba abajo.
Mientras esperaba que saliera empecé a pesar sobre lo que había sucedido, el maldito Víctor Williams vuelve a aparecer para de nuevo molestar en mi vida. A él nunca le caí bien, de hecho creo que en eso era en lo único que estábamos de acuerdo porque yo tampoco lo soportaba, siempre ha sido un idiota. La principal razón de porqué discutíamos siempre fue Alana, la trataba como una basura y compensaba esos malos momentos regalándole cosas totalmente costosas, pero eso no era nada para ella. Hubo noches en las que Alana se quedaba en mi apartamento, llorando, gracias a su padre. La otra razón es que simple y llanamente él pensaba que la locución era un trabajo de mediocres y que el mundo radial no duraría demasiado. Siempre me menospreciaba, al igual que a su hija, por estar en el mundo de la radio.
Cuando Stella salió del edificio, portaba su usual ceño fruncido pero este sorpresivamente se esfumó cuando sus ojos se posaron en los míos dando paso a una hermosa sonrisa que brillaba mucho más que el mismísimo sol. Es increíble como esa mujer puede calmar un poco esa tormenta que está pasando actualmente en mi interior arrasando con absolutamente todo.
Ahora nos encontramos caminado en el Central Park mientras comemos de una bolsa de palomitas de maíz que le compramos a un señor en su carrito de golosinas.
—Estás muy silencioso, Bam Bam.
Y efectivamente lo estoy, aunque en ningún momento ese silencio ha sido incómodo de mi parte.
—Es raro considerando que me escribiste diciendo que querías hablar con alguien—insiste ella. Observo como toma unas palomitas de maíz y las introduce en su boca, mientras ella me mira, mastica y traga con la misma lentitud—. ¿Qué pasó?
No muy lejos veo una banca por lo que nos dirijo hasta allí, nos sentamos y empiezo a contarle lo que ha pasado.
—Esta mañana cuando llegué a la emisora me informaron que estaría en la reunión trimestral de los benefactores de la emisora, algo extraño ya que nunca había sido llamado a alguna, en realidad ningún empleado ha sido invitado a estas reuniones.
—¿Para qué te llamaron?
—Richard, mi jefe, fue quien lo solicitó. Cuando entré a su oficina, su socio me dijo que todo fue cuestión de que Richard lo pidió según porque él me aprecia mucho. Luego me contaron la historia, la emisora está en números rojos.
—¿Cómo es eso posible?—inquiere sorprendida.
—No lo sé, según por mal manejo del dinero. El punto no es ese, al parecer el tercer accionista vendió su parte sin haberle comentado nada a los demás. Hubo un comprador anónimo y hoy tuve un desafortunado encuentro con él. Por un momento pensé que la emisora iba a estar bien cuando dijeron que el nuevo accionista ayudaría con el problema monetario, pero mi alivio se esfumó cuando Víctor Williams entró en la oficina. Víctor Williams es el maldito padre de Alana Williams, la chica que me rompió el corazón en medio de una transmisión—finalizo.
Stella por su parte endurece su rostro el cual pierde el color dejándolo muy pálido, casi como si hubiese visto un fantasma. Sabía que se iba a sorprender, pero, ¿reaccionar de esa manera? Es demasiado extraño de su parte.
—¿Stella?
—¿Dijiste Víctor Williams?
—Si—confirmo. A lo que pregunto—: ¿Lo conoces?
Esa pregunta al parecer la vuelve en si porque relaja todo su cuerpo como si nada hubiese pasado.
—Algo así, creo que está en la bolsa de valores—Aún la observo confundido por su actitud—. No me prestes mucha atención. Entonces, ¿ese señor te dijo o hizo algo?
No soy tonto, sé que algo pasa, pero al ver cómo trata de cambiar de conversación decido seguirle la corriente, no quiero presionarla.
—Solo me dijo que estaba sorprendido de verme. Una total mentira, aunque ya no esté ejerciendo como locutor, todo el maldito mundo sabe que trabajo ahí.
Suspiro con frustración, no puedo creer que estas cosas estén pasando.
—Debes relajarte, estresándote no conseguirás nada.
—Odio a ese hombre.
Ella masculla en voz baja y yo no logro entenderlo.
—¿Cómo?
—Nada, Bam Bam. ¿Qué piensas hacer?
Buena pregunta, muy buena, tanto así que aún no le consigo respuesta. Me encojo de hombros mientras me recuesto en el espaldar de la banca.
—Tal vez lo evite a toda costa, lo más seguro es que tampoco pase mucho tiempo en la emisora, Richard sigue siendo el principal por consiguiente es el representante de los tres. Víctor no tiene más nada que hacer ahí.
—Realmente no lo creo—la miro pidiéndole una explicación—. Blake, ese hombre ahora también es tu jefe, solo mantén tus ojos abiertos, no sabes lo que pueda ocurrir.
—Richard nunca permitiría que me despidieran—menciono firmemente adivinando lo que ella está pensando.
—Tal vez sea así, pero recuerda esto, tú le das un buen dinero como productor, pero ellos harían una fortuna contigo siendo un locutor. Lo has rechazado miles de veces y en algún momento se van a cansar, tanto así que puede llegar al punto que no te necesiten más.
—Richard sabe que no puedo ser un locutor en este momento.
—No Blake, tu puedes serlo, lo que pasa en es que no quieres hacerlo. El poder y el querer, cosas totalmente diferentes.
Palabras que me dejan totalmente pensativo, el querer y el poder, palabras que están ligeramente separadas por una pequeña línea imaginaria.
Al pasar la hora de almuerzo de Stella, la llevo nuevamente a su oficina, cuando nos despedimos ella solo me da un suave beso en mi mejilla y me lanza una mueca que está muy lejos de ser una sonrisa real. Ha estado rara desde que dije el nombre de Víctor y la única conclusión que puedo sacar es que ella lo conoce... y tal vez demasiado bien. Tomo nota para preguntárselo luego.
Sujeto el volante y acelero rumbo a la emisora, no pasa mucho tiempo cuando estoy estacionando el jeep y bajo de él dirigiéndome a la entrada de la emisora. Hubiese deseado haberme quedado en casa, pero hoy tendría el programa nocturno junto a Liam. Afortunadamente las pistas de música estaban listas en su carpeta, tan solo faltaban alguno que otro arreglo para Liam en el momento de animar el programa.
Mientras camino a la cabina de It's better with music, saludo a mucho de mis colegas, los cuales obviamente me miran con intriga. A estas alturas ya todos sabrán que estuve en una reunión con los tres accionistas de la emisora, aquí los chismes vuelan rápido... demasiado diría yo, pero me hago el desentendido con aquellas miradas.
Finalmente cuando llego a la cabina, sorpresivamente me encuentro con Iris en su ordenador, con su mirada fija en la pantalla como si ésta la absorbiera por completo. Me siento en la silla libre que está a su lado pero parece que aún no se percata de mi presencia, a lo que decido aclarar mi garganta para ver si llamo su atención.
—Supe que estabas aquí desde que abriste esa puerta, Bam Bam.
—¿Qué haces aquí?
—Estoy estudiando, tengo la entrada vetada de la cabina de GMNY luego de que el programa termina. Reglas de Thomas.
—Hablaré con él—digo rodando mis ojos.
En esa oportunidad, Iris me da una ojeada para luego enfocarse nuevamente en la computadora.
—¿Por qué presiento que solo no estás haciendo tareas?
Finalmente ella aleja su atención de la pantalla para mírame fijamente.
—Estuve haciendo una investigación para ti.
—¿Una investigación? ¿Para mí?
—Estuve pensando las razones de por qué Víctor Williams compró esas acciones. Muchas teorías rondaron por mi cabeza, una de ellas es que él solo se aburrió de la bolsa de valores y quiso invertir en algo nuevo e innovador, la otra teoría es que él tendrá mucho más dinero luego de que ponga las garras en la emisora, aunque no la veo tan posible. Pero está una tercera teoría en la cual he pensado mucho.
—¿De qué se trata?—pregunto interesado.
—Una vez me dijiste que Víctor Williams trataba muy mal a su hija y siempre le hacía regalos caros para compensarle, ¿no?
—Todo el tiempo lo hacía. Era su manera retorcida de quererla—le explico—, pero a Alana solo le hacía daño que hiciera eso.
—¿Y qué tal si Alana esta vez aprovecho esa debilidad de su padre y le pidió que comprara parte de la emisora en la que tu trabajas?
Esperen...
—¿De qué estás hablando?
—¿Blake, sabías que Alana está en Nueva York desde hace una semana? ¡Qué casualidad! Hace una semana las acciones de la emisora fueron tomadas por el papá de ella.
—¿Y por qué coño querría Alana esa parte de la emisora?
—Eso es lo que todavía no me cuadra.
Cansado de este tema, sujeto con fuerza el puente de mi nariz y después suspiro con exasperación.
—Dejemos este tema hasta aquí, no quiero seguir hablando sobre los Williams—Iris toma mi mano acercándome a ella, me abraza y por último se levanta no sin antes besar mi mejilla.
—Es mejor que me vaya. Cuídate.
—Tú también.
Al quedarme solo no dejo de pensar en cómo esa familia aún sigue atormentándome luego de tantos años, no puedo creer que Alana siga siendo ese muro que me impide pasar al otro lado. Poso mi mirada en frente, justamente en esa silla y el micrófono tan anhelado. Recuerdo las palabras de Stella, el poder y el querer. No sé en qué momento me levanté de la silla y entré a la cabina de transmisiones. Toco la mesa de madera color caoba con las yemas de mis dedos sin dejar de sonreír, el tacto se siente tan bien, con mi mano libre palpo el espaldar de la silla arrastrándola hacia atrás para finalmente sentarme en ella.
Tenía tiempo sin estar tan lejos del panel, sin estar detrás de un micrófono. Desde aquí se ve tan hermoso, como brilla el dorado con las luces encendidas.
—Oye, te ves muy bien ahí, Bam Bam—se escucha por los altavoces la voz de Liam. Me levanto rápidamente saliendo de ahí.
Cuando me encuentro frente a Liam le digo—: Pues no te acostumbres, ahora siéntate, debemos trabajar.
Las palabras que suelto son una cosa, pero esos sentimientos que se arremolinan a mi alrededor son... impresionantes y como deseo que siempre estén ahí.
¡Hola! Por fin estamos por aquí.
Para que sepan, ya no actualizaré los viernes sino semanalmente,es decir, cada semana tendrán un capítulo, puede ser cualquier día. Esto es porque últimamente no tengo tiempo y para mi es más fácil actualizar un día random :)
Así que... ¿Qué tal? ¿Les va gustando la historia? Si, todavía falta mucho para llegar a ese clímax pero creo que hasta ahora los altibajos que ha tenido cada capítulo van muy bien, preparadolos para ese momento xD
Capítulo dedicado a -heyimmitzy :) Espero que te haya gustado <3 Recuerden que dedico capítulos a los que comenten :)
Sin más que decir, nos estamos leyendo <3
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