Capítulo IX


Asolas, antes de dormir, abro ese enigmático sobre, poso en la mesa de libros el contenido de su interior y era una carta escrita por ella

"Mi dulce pequeño: Si estás leyendo esta carta es porque ya no estoy con ustedes, sé que dentro de ti aguarda mucho dolor, perdóname si mi decisión no fue justa para ti pero pido una gota de tu compresión, pues era la más favorable para ustedes dos, lo que hice fue por el profundo amor que siento por ustedes. Quisiera que al recordarme pienses en los buenos momentos que hemos vivido, olvidando los tristes, enserio estoy orgullosa por el joven que te has convertidos y el futuro hombre en que te transformarás, confió que cumplirás tu promesa pues tu hermana más te necesita. De ahora en adelante inicia tu nueva lucha, no olvides lo que te enseñó tu abuelo y tampoco te dejes vencer por la frustración pero sobre todo y lo más importante no pierdas la esperanza pues es lo único que nos motiva en seguir viviendo y disfrutar de lo maravilloso que puede ofrecer esta vida como también luchar para cumplir nuestros sueños, tampoco dejes de amar pues el amor es el principio fundamental que le da sentido a nuestras vidas a pesar que vivimos en un mundo donde se carece de ella y nunca te olvides de Dios ya que es su fuente inagotable. No te rindas y sigue amando como los amé a ustedes.

Los amo con toda mi vida mi querido Nini"

—Yo ta.ta.también te.te amo ma.mamá— digo con la voz quebrada y me restriego los ojos. Ahora me doy cuenta que detrás de esa carta hay otra hoja escrita a mano más un pequeño sobre pero en ella se daban unas instrucciones:

Mi pequeño: Antes de la operación le envié una carta a mi hermana, a pesar de que tenemos años si estar comunicadas, aceptó en recibirlos si no sobrevivo, ella esa una señora amable y tiene a una encantadora pequeña que me imagino que ya es toda una adolescente un poco mayor que tú, además dentro del sobre hay otro más pequeño con todos nuestros ahorros, úsalos con suma perspicacia. Los amo...

Más abajo leí la dirección, queda muy lejos pero se puede llegar en tren, eso me alivia. Luego abro el pequeño sobre y están todos el efectivo de nuestros ahorros, cansado guardo todo adentro de su sitio y por fin me echo a mi sueño pero mis pensamientos no me dejaron tranquilos por esa noche.

Al otro día después, Mabel Esperanza y yo no hallábamos en el tren de vapor rumbo a Nuevo Estado, la pequeña se veía más ansiosa y observaba el hermoso paisaje que transitaba sobre nosotros, admirando el colorido de las montañas y el azul del cielo más el radiante lago que reflejaba el paisaje como un espejo —Mira Nini— estira de mi manga señalándome cada árbol que se teñía de otro color que no fuera verde —Si Esperanza ¡es.es.es bo.bonito!— digo un tanto fastidiado pues lo que quería era dormir un rato —¡MIRA MIRA!— insiste una vez más a punto de cerrar mis ojos pero no veo algo diferente —¿Qué?— exhalo con un tono serio como severo y la miro a ella —No nada— se ruboriza y se sienta cohibida en su puesto abrazando a su acompañante de algodón y tela.

Hago un profundo suspiro y recuesto mi cabeza sobre el espaldar cerrando mis ojos hasta que escucho —Nini...—Po.po.por favor Ma.mabel ¡Dé.dejame descan.can.cansar!—Pero...— ¡MA.MABEL BASTA!—me recuesto girando a la derecha dándole la espalda.

Pasan unos minutos hasta que siento en mi nariz una entrometida mosca que me arrojó la brisa, me golpeo la cara como si mi mano respondiera de forma automática, me enderezo sobre el espaldar bostezando profundamente, estirando de mis extremidades y pestañando cada vez menos hasta que noto que falta algo — ¿Mabel?—entrecierro mis cejo sin captar todavía la situación hasta que me despego de un sobresalto de mi asiento girando en varias direcciones — ¡Ma.mabel!—exclamo en voz alta buscándola en cada rincón de su asiento —¡MA.MABEL ¿EN DON.DONDE ESTAS?— grito molesto mientras me agachaba en los pies de los pasajeros haciendo que la gente me mire raro y algunas mujeres cuchicheaban <<Al parecer se extravió una niña>> <<¡Oh... PERO QUE DESCUIDADO!>>

— ¡MA.MABEL!— seguí gritando mientras transcurría por todo el vagón y me encuentro con el boletero que me decía —Niño quédese en su asiento— Pe.pero señor—dije—Mi.mi.mi hermana se.se.se per.perdió y la.la ando bus.buscando ¿No la.la.la ha visto?

— ¿Cómo es ella?

—Es una pe.pe.pequeña de este ta.tamaño— bajo mi palma a la altura de mi cintura—de ca.ca.cabello negro liso que.que.que le llega al cu.cuello, ojos ma.marrones y pi.piel blanca de rostro re.redondo ¡Haa! Y con.con.con un vestidito azul ci.cielo más un go.go.gorrito blanco

—Bien jovencito, no debe andar muy lejos, cuando la encontremos le aviso pero por favor quédese en su puesto...

—Pe.pe.pero...

— ¡Por favor! La encontraremos pero debe cooperar con nosotros— me señala afuera. Con un profundo suspiro asiento no muy a gusto y me devuelvo de donde vine. Pero paso de largo porque quería ir al baño, cuando llego a la pequeña cabina abro la puerta y mi mayor sorpresa — ¡MA.MABEL!— la veo a ella con su faldita levantada terminando de orinar — ¡NINI!—exclama avergonzada— ¿Mamá no te enseño a tocar? ¡Malo!—agita su dedo índice

—MA.MA.MAABEEEEL— suelto entre dientes cerrando mis puños con ganas de... hasta que escucho un grito y los golpes de unas pisadas que pasaban al lado de nosotros cerrando nuestra puerta— ¿Qué sucede?—pienso con desconcierto.

— ¿Qué pasa?—inquiere ella curiosa.

Sssshhhhh...

Escucho por detrás de la puerta a alguien decir <<Damas y caballeros lamentamos este inoportuno en su viaje pero ya saben lo que viene, así que quédense tranquilos y cooperen con nosotros si desean llegar vivos a sus destinos>> enseguida la gente murmura muy sobresaltado del presente robo <<Ooohh... ¡no puede ser!>>

— ¡Ma.maldición!— chito con la lengua exaltado golpeando levemente la puertilla pues en nuestro puesto se halla el bolso con el sobre de nuestros ahorros y si lo llevan será nuestra mayor perdición— ¿Qué sucede?— interviene Esperanza

—Ssssshhhh... ¡Ca.callate!— le asevero

Debo conseguir ese bolso y esconderlo pero ¿Cómo? ¡Piensa!... Piensa, piensa, piensa... Creo que tengo una idea—Espe.peranza—vuelvo hacia ella— ¿Qui.quieres jugar a.a.a las escondi.didas?

—Sí, sí quiero— exclama ella con un brinco de ánimo

—Bi.bien, qui.quiero que.que te.te quedes aquí y no sa.sa.salgas sino hasta que.que yo te lo di.di.diga ¿de acuerdo?

—Pero si me quedo tú vas a saber que estoy acá

—Si lo.lo.lo sé pe.pe.pero quiero que.que te.te mantengas escondida de to.todos hasta que yo regrese, es un nu.nuevo juego ¿Esta bi.bien?

—Si

—Ok pe.pe.pero no dejes que.que.que na.nadie te.te vea o si no pi.pi.pierdes—le señalo y cierro la puerta. Me echo al suelo escabulléndome por debajo de los asientos pasando por los pies de cada pasajero, algunos notaron mi presencia mientras que otros andaban tan aterrados que ni se daban la molestia de ver lo que hay por debajo de sus pies

—Pero señor—escucho—este collar me lo dio mi difunto esposo por favor no me lo quite.

— ¡Escúcheme VIEJA! si todavía no quiere reencontrarse con su difunto esposo entonces ¡deme el collar!— a punta de lágrimas y sollozos se lo entrega.

Sigo arrastrándome en el suelo recibiendo algunas pisadas y pequeñas patadas en la cara hasta que me detengo pues un señor se puso de pie a punto de que pasara.

—Oigan caballeros—dice el elegante hombre—Por favor este no es la solución para sus problemas, si se llevan nuestras cosas lo perseguirán y será peor para ustedes ¿A caso no se lo han preguntado?

De repente llega el líder de los ladrones y le golpea sin vacilar la cara, haciendo que el caiga de espalda contra la ventana —Y ¿A caso no te has preguntado qué será de ti si no mantienes tu boca cerrada?— le señala con el cañón de su pistola mientras los otros reían a carcajadas y aquel hombre se limpia la sangre de su boca y se sienta en su puesto entregándole su reloj de oro más otras pertenecías de valor —Ahora si estas actuando como hombre inteligente—sonríe el maleante y sigue de paso.

Faltaba otro asiento más para llegar y para mi fortuna estaban detrás de mí esperando a que llenen sus bolsas, cuando por fin llego veo por arriba mi bolso que no ha sido tocado, excelente, hasta que de forma inesperada aparece un tercero —Oye Jefe— era un hombre robusto, grande y pesado pero no muy inteligente. Como si fuera una cucaracha escondiéndose al encender la luz me arrastro a la oscuridad de abajo—Mira aquí no hay nadie ¿Qué hago?— inquiere observando los puestos vacíos

—Revisa el bolso IDIOTA a ver si consigues algo de valor— ordena el jefe sin nada de simpatía como si aquella pregunta no lo sorprendiera.

—Jejeje...—ríe de manera lenta como si ese insulto fuese una gracia para él—Si jefe— asiente.

Mientras revisa mi bolso, saca todas mis prendas de vestir más el de mi hermana arrojándolo al suelo. Por favor que no abra el sobre ¡Por favor! cuando saca por fin lo que anhelaba tener, pierde interés en él y lo coloca en el asiento encima de mí, ¡Oh... genial!

Enseguida cuando intento estirar mi mano a milímetros de tocarlo con mis dedos me lo arrebata otra persona — ¡Idiota!— exclama el jefe— ¡Te dije que lo revisaras todo!— regaña con ardor

—Pero eso hice jefe y no hay nada

— ¡Te faltó esto!— sacude el sobre en medio de su cara

—Pero eso es un sobre

—Deoooz pero que bruto—le golpetea la frente— ¡YA LO SÉ! pero revisa lo de adentro— cuando lo abre ve la faja de billetes—Algunos les dan por guardar efectivos en ellos ¡ESTÁ CLARO!

—Si señor

¡Diablos! Y ahora qué hago. Enseguida me doy cuenta que aquél grandulón guardó el sobre por detrás de su bolcillo, creo que tengo otra oportunidad pero ¿Cómo se lo quito? ¡Piensa!

—Oye Jacobo— llama el grandulón

— ¡QUE NO ME LLAMES POR MI NOMBRE BRUTO ¿NO VES QUE ESTAMOS EN UN ROBO?—declara con fiereza su compañero con la cara cubierta excepto los ojos.

—Oh... Lo siento

— ¡¿Qué quieres?!

— ¿Puedo ir al baño?

— ¡Y para eso me llamas! pedazo de elefante con cerebro de maíz

—Es que tengo ganas—contesta el troglodita brincando como niño pequeño.

—Ahs... ve antes de que te agujeree los pantalones

—Si señor

Oh... Demonios ¡Esperanza! Aquel gigantón pasa por todo el vagón sonando sus prominentes pasos medio tambaleando al pasar hasta llegar al baño. Dios MIO, mi hermana, tengo que llegar allá, me arrastro lo más rápido que puedo por debajo de los asientos y algunas personas se sobresaltaban murmurando aquel movimiento entre sus pies, espero que no la vea ¡Por favor!

Volteo hacia atrás y los ladrones todavía no han notado mi presencia, entro por detrás de las cortinas de un cuarto en frente del baño donde guardan algunos platos y utensilios de cocina, me echo abajo esperando con sumo desespero y enseguida noto por debajo de la abertura de la puerta hacia el suelo el reflejo de Mabel diciéndole algo al señor soplando su dedo, aquel asiente y hace la misma señal cosa que irradia los ojos de la niña.

Cuando por fin sale aún tenía mi sobre en su bolsillo trasero alejándose de mí — ¿Conseguiste algo de valor en el baño?— inquiere su compañero.

—Eeehh... NO, no vi a nadie digo Nada si nada. No vi nada y a nadie.

Aquel sujeto lo mira con extrañeza pero vuelve a su asunto. Me alivié pues no confesó la presencia de mi hermana ¿Cómo lo habrá convencido? Enseguida Entro al baño y cierro la puerta colocando el seguro, tratando de tranquilizarme un poco recostándome en ella.

—Nini—exclama mi hermana saliendo por la pequeña puertilla del lavamanos—Volviste—me abraza la cintura.

—Ma.mabel—me deslizo al suelo— ¡E.e.ese hombre te.te vio!

— ¿Cómo lo supiste?— inquiere la niña con preocupación

— ¿No te.te.te hizo na.na.nada?— revisé cada parte de sus brazos y espalda—No, nada— dice ella

— ¡Na.nada!

—No—menea la cabeza

—Pe.pe.pero ¿Có.como?

—Buueeenooo— murmura ella con sumo lamento como si confesara alguna travesura—Le dije que no dijera que me vio a cambio de una galleta para no perder pero ¿Perdí?—Baja la cabeza con tristeza

—No herma.manita, todavía si.si.sigues jugando—exhalo más aliviado

— ¡Enserio!— se le iluminan sus ojos uniendo sus manos

—Si pe.pe.pero ahora qui.quiero que.que te que.quedes allí adentro y.y.y no sa.sa.salgas hasta que.que.que yo te.te.te diga ¿Esta claro?

—Y ¿Cuál es el premio?

— ¿Pre.premio?

—Si, en todo juego debe haber un premio tal como decía mamá

—Está bi.bi.bien, está. Bi.bi.bien. Si na.na.nadie logra ve.ve.verte hasta que.que yo lle.llegue te.te voy a.a.a comprar una bo.bolsa gra.grande de.de ga.galletas de co.coco

— ¿Para mi solita?

—Si—asiento— pa.pa.para ti so.solita

— ¡SIIIIIIIIIIIII...!— brinca aplaudiendo

—Ssssshhhh...—le tapó la boca

—Oh perdón. Siiiiiii...—ahora celebra en voz súper baja.

Cuando salgo del baño me echo al suelo hasta que de forma inoportuna veo unos botines en frente de mi — ¡Miren a quien tenemos aquí!— subo con sumo nervio los ojos y veo el jefe de los ladrones con una mirada perversa—Creo que ya tenemos a nuestro boleto de salida— estira más de su asquerosa y amarillenta sonrisa, regocijando las miradas de sus compañeros— ¿No lo creen?...


Continuará...

Buenas noche, días o tarde mis apreciados lectores, espero que haya podido disfrutar de este capítulo. Que susto para Cody en ser atrapado por esos maleantes, siguiente intriga: ¿Qué le van hacer? ¿Cómo hará para librarse de ellos? ¿Esperanza se dará cuenta que su hermano está en peligro? ¿Podrá recuperar ese sobre con todos sus ahorros? Todo eso lo sabrán en los siguientes capítulos, un SALUDO...

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