Capítulo 25
Aquel caballero de ojos represivos y estremecedores que pareciera escanear el interior de la caja, nos observa con aire de sospecha —Primera vez que los veo—dice examinándonos de pie a cabeza como si fuera una máquina de seguridad—Sus rostros me parecen familiares pero siento que no los he visto por aquí ¿Cómo se llaman?
—Eh... bu.bu.bueno... yo... b.b.b.cc..oo..Aa—balbuceo hundiéndome en el fondo de mi tartamudez, ni yo mismo me entendía hasta que intercede Venencia en mi rescate—Nini— dice con una voz masculina — se llama Nini y yo soy Claudio. Somos nuevo y lo más seguro es que nos haya visto llevar las cajas al almacén pero nunca tuvimos el gusto de conocerlo. Así que es un placer encontrarnos con nuestro jefe y vea en primera fila los servicios que le damos por nuestra ardua labor.
—Es un gusto conocerlo Joven— dice el señor Salvatore un tanto más tranquilo ante sus sospechas —Lo más seguro es que si, nunca olvido un rostro y de mis empleados menos pero ahora se el fondo ante tal inquietud pero ¿Qué llevan allí?—intenta acercar su curiosa nariz entre la tapa de la caja—Es una torta de chocolate— dice el joven Castro esquivando su curiosidad—Pero estamos apurado pues el pedido se tiene que entregar en diez minutos— expresa con soltura y una voz ronca fingida.
—Ha bueno, no lo hagan esperar—sugiere el señor Francisco con parsimonia— la Duquesa es la dama del tiempo justo y queremos preservar esa reputación hasta en la punta de su gorra pero quisiera ayudarlos pues jóvenes tan trabajadores como ustedes merecen un transporte más seguro que una vieja bicicleta, aparte esa torta se ve muy delicada, primera vez que veo una de chocolate pesar tanto, vengan conmigo—nos empuja a otra habitación.
—No se preocupe—dice Venencia nerviosa—Para nada—insiste el caballero con tan intimidante hospitalidad— me gusta ayudar a los nuevos, hacerlos sentir parte de la familia es todo un honor para mí—abre la puerta y nos guía adentro—Pero a veces siento que algunos hijos de la Duquesa hacen cosas malas, cosas que no deben hacer ¿Verdad?
Enseguida notamos que no estamos en un estacionamiento si no en un cuarto sombrío y espacioso que olía a encierro y sufrimiento, lo suficiente como para encarcelar a alguien y no saber más nada de él— ¡Nos descubrió!— pensé y escuché que seguía diciendo
—Como dije, nunca olvido un rostro y menos el de los Vítales—le quita el bigote de la nariz al igual que la gorra desenmascarando su disfraz — ¡Espera cuando todo el mundo se entere de lo que haces!— exclama Venencia con coraje y un poco de miedo —Ya nadie querrá comer en la Duquesa ¡Estas acabado!— le señala
Enseguida el señor Salvatore ríe con suma gracia lo suficiente como para que sus carcajadas se extiendan por todo el eco de la habitación y reboten de regreso —Acabado dices— vuelve a reír con placer en su mirada—Y cómo puedo estar acabado si los únicos que saben el secreto de la Duquesa están a pasos de desaparecer—sonríe con ojos maliciosos—Eres una niña muy tonta pero bueno... ahora este nuevo error te costara la vida misma ¡Felicidades!—aplaude con sarcasmo
Venencia se le paraliza el rostro ante tal ultimátum, indignada y aterrada — ¡No puedes hacernos eso!— exclama ansiosa— Te encerraran hasta ver tu muerte.
— ¡Claro que puedo!— suelta Francisco en tono desafiante abriendo la puerta—Mírame como te encierro— de un solo golpe cierra la puerta sellando el seguro y dejándonos en medio de la penumbrosa oscuridad.
— ¡Auxilio!— golpea con fuerza como si reventara la puerta —QUE ALGUIEN NO SAQUE DE AQUÍ— vuelve a gritar —Por favor AYUDAAAA...—sigue golpeando con desesperación.
—Ve.venencia— dije tocando sus hombros temblorosos— ¡Que!—expresa con sus ojos bañados de lágrimas y miedo—Tra.tra.tranquila, si gritas empeoraras las co.cosas, ese hombre habla enserio
— ¿Y qué pretendes que haga?—extiende sus manos en un gesto de indignación y pánico— ¡Que esperemos a que nos remate!—añade
—No pero...—bajo mi mirada—nada haces co.co.con golpear y gri.gritar
—Cody y ¿Qué vamos hacer?— inquiere con desesperación a punto de romper en llantos
—No lo sé— suspiro tratando de contener todo el miedo que aguardo
Venencia se sienta en el suelo y se encorva a llorar deseando volver a ver a su familia—Nini— dice mi hermana llamando mi atención, vuelvo mis ojos hacia ella, entre un manto de penumbras la veo un tanto temblorosa como cachorro recién bañado diciendo —Tengo frío— entrecierro mi cejo al igual que mis ojos suspirando en pensamiento— ¿frío?— veo hacia arriba de mí y observo una ventanilla de ventilación — ¡Oh... hermanita me distes una idea!— exclamo con una sonrisa dibujándose en mi cara.
Minutos más tardes andaba golpeándolo con una silla hasta romper esa rejilla —Listo—afirmo —Bien Cody— exclama Venencia en un brinco de triunfo —Ahora lo.lo.lo segundo— indico bajándome de la silla— ¿Qué vas hacer?— inquiere mi hermana—De.debemos...—empujo un estante lleno de platos de cerámica fina—Ganar más ti.ti.tiempo— sigo empujando y se une la Vítale en mi ayuda. Seguimos empujándola hasta sellar la puerta —Bien— digo sacudiendo mis manos.
Cuando logramos subir, sequiamos gateando pasando por todos las piezas de la tienda, desde la zona de pasteles de bodas hasta encima de la fuente de chocolate y leche condensada, entre la rejilla Mabel sacaba la lengua a ver si alguna gota lograba salpicarla —Mabel ¿Qué.que haces?— me tropiezo de frente con sus piernas — ¿Crees que esa fuente este hecha de la cosa que vimos en la cocina?— inquiere con preocupación como si fuera algo serio —No lo sé ¿Po.po.por qué?
—Porque me tome como cuatro vasos en la inauguración—dice con un tono verdoso en la piel y sus ojos enmarcaba que no se sentía bien—Oye espe.pe.pera ¿Qué haces?
—Creo que no me siento bien— dice en tono vomitivo a punto de detonar en mi cara, pero antes de que esa descarga ocurra, intercedo diciendo —Espera Mabel, me.me.me.me acuerdo que es de chocolate
— ¿Estás seguro?— inquiere aún verdosa— ¡SI!—asiento—estoy se.seguro—enseguida ella se traga todas esas asquerosas municiones dejándolos donde pertenece, volviendo a su color natural—Ok— sigue adelante.
Suspiré por fin aliviado —Casi
Enseguida nos tropezamos con Venencia ya que era la primera en la fila, estaba tan concentrada observando lo que hay entre las rejillas que no nos sintió— ¿Por qué te.te.te detuviste?— digo impaciente—Ssshhh... cállate y escucha— señala
—Oh... sea usted bienvenido señor alcalde— dice el señor Salvatore de forma solemne como si tratara con un rey—No esperaba su visita ante mi humilde pastelería— sonríe encorvándose con respeto y etiqueta.
—No se preocupe señor Salvatore—expresa aquel joven gallardo con elegancia y orgullo de líder— he escuchado que su tan popular franquicia ha pisado este pueblo y quisiera probar lo mejor de ella y degustar con mi propia lengua las maravillas que le han dado su fama, debo reconocer que todo el pueblo habla muy bien de ella.
— ¡Oh mi señor!— se medió inclina como si de una adoración se tratara—Es todo un honor para esta pastelería en complacer sus más refinados gustos, le traeré lo mejor, el platillo más exquisito de todo mi reparto, téngalo por seguro— enseguida chasca sus dedos con la barbilla levantada y aparece de forma instantánea un mesonero de traje pulcro con una libreta igual de impecable.
— ¡Lo tenemos!— exclama la chica con un brillo en sus ojos— ¿Qué.que.que sucede?—inquiero sin comprender la situación — ¿A caso no te distes cuenta?—expresa aun emocionada— Si el alcalde se entera de la verdad, la Duquesa por fin será historia.
— ¡¿Qué?!— Suelto amargamente sorprendido—Pe.pe.pero ¿no se lo íbamos a.a.a.a contar a tu papá?
—Quizás no nos crea o peor aún ¡quizás nadie nos crea!
—Pero... no.no.no lo sé— veo hacia abajo—se ve muy co.co.complicado—giro a ver sus ojos
—Cody por favor— suplica agarrando mi mano cosa que me hace sonrojar—es la única salida que le queda a mi familia ¡Por favor!— acerca su rostro hacia a mi besándome los labios con solo su aliento.
—Está bi.bi.bien lo haré— digo vencido como acalorado ante sus encantos —Siiiiiiii— exclama de la emoción abrazándome con mi hermana en el medio regalándome un beso en la mejilla—Eres un sol Cody, gracias— vuelve a sonreír
—De nada— digo con una mirada boba y perdida ante tal beso. Ella sigue adelante y cuando estuve a punto de dar el siguiente paso escuché a mi hermana murmurar entre risitas—Te gusta, te gusta, te gusta
—Cállate, cállate, cállate— digo en silencio a punto de sembrarle otro coquito en la cabeza hasta que soy interrumpido —No se queden atrás— ordena Venencia
— ¡Ya vamos!— digo soltando a mi fastidiosa hermana—Hay el amor— suspira Mabel de forma burlona.
En la cocina estábamos llenando un plato con una supuesta torta de chocolate a medio de hornearse, revisamos que su interior aun conserve el color desagradable que escondía —Perfecto—afirma Venencia retirando el cuchillo. Salí a revisar de reojo los interiores de la tienda detrás de la puerta por si volvemos a tener otro inoportuno encuentro con Salvatore, al parecer el señor Francisco le llego otro visitante pero aquel voluptuoso hombre me era muy familiar, demasiado diría yo —¿En dónde está?— inquiere Venecia muy a la expectativa
—Cre.creo que está hablando co.co.co.con tu papá— suelto sin perderlos de vista — ¿Enserio? Déjame ver—intercede a mi lado pegando su mejilla contra la mía, recostándose en mi hombro, me sentía un tanto nervioso por sentirla muy cerca de mí — ¿En dónde? ¡HA! Ya los vi— dice. Enseguida vemos como Francisco se lleva al señor Vítale a su oficina privada, al parecer...— ¿Sabrá que.que.que estamos aquí?— inquiero un tanto inquieto, la chica niega con la cabeza—No, hoy comienza a trabajar acá— cuando por fin cierran la puerta —Es nuestra oportunidad— advierte la Vítale—Bien— asiento un poco ansioso pero lo digo en el sentido más incómodo de la palabra.
Mientras íbamos saliendo, llevando la bandeja de la verdadera torta de la Duquesa a pasos de ver el rostro del alcalde, aparece un hombre delgado de piel pálida, ojos claros, cabello bien peinado, mirada desdeñosa y traje más pulcro que un jabón blanco recién mojado, nos mira enrarecido como si tuviera algún sentido arácnido, me detiene extendiendo su palma derecha, diciendo —Y Ustedes jóvenes ¿A dónde van con eso?
—Eehhh... nosotros va.va.vamos a.a.a...— de repente escucho unos gritos histéricos de alguna niña, volteo hacia atrás y era — ¿Mabel?—pienso —MI MAMAAAA—grita en lágrimas—Mi mamaaaaaaaa...— sigue llorando y pataleando, parecía más un berrinche que un estado de miedo. Enseguida el joven pierde su interés en nosotros y acude en hablar con mi hermana que yacía tirada en el suelo revolcándose en su charquito de lágrimas (Vaya que si es exagerada) —Ya tranquila—dice—Encontraremos a tu mamá...
—Bien hecho pequeña— musita con impresión Venencia y me empuja para seguir con nuestra misión— ¡Vamos!— cuando por fin vemos de frente al alcalde que se mantenía distraído observando de forma superficial los titulares del diario, Venencia dice —Buenos días señor
—Oh buenos días— expresa con una sonrisa de comercial como si de un poster a candidatura se tratara— ¿Qué me ofrece la Duquesa el día de hoy?— añade con un gesto entusiasta en su rostro —Créame que hoy vera algo que nunca se imaginará— dice Venencia a punto de picar la torta hasta que de forma inesperada escuchamos una voz muy familiar — ¡Venencia!
— ¡PAPÁ!— exclama amargamente anonadada— ¿Qué estás haciendo?— inquiere su padre muy confundido — ¡TÚ!— señala con desprecio el señor Francisco—Señor alcalde no lo pruebe, esta niña—señala— vino a sabotearnos, es una delincuente— alega con asco en sus ojos
— ¡Eso no es cierto!— responde la Vítale —Señor alcalde, ese hombre ha estado estafando a las personas desde que inauguro su tienda—aquella respuesta conmocionó a todo aquel que haya podido escuchar — ¡Mentira!— exclama Francisco con voz gruesa y potente reafirmando su posición— Esta delincuente desea desprestigiar la reputación de la Duquesa, la primera vez vino a traer cucarachas en su inauguración ¿Verdad Budy?— inquiere observando a su padre
—Es cierto— suspira el pobre señor Vítale hundiéndose en la vergüenza
— ¡Pero esta vez no es así!—intercede Venencia— Corte de la torta y veras con sus propios ojos que digo la verdad
—Señor alcalde—intercede Federico de frente— no le haga caso a esa niña chiflada, es más llamaré a la policía— expresa observando a Budy y aquel hombre se estremece.
— ¡Por favor hágalo!— suplica entregándole el cuchillo. Enseguida aquel hombre se queda pensando sin saber qué hacer, observa a la pequeña y luego al señor Salvatore negándole con la mirada — ¡Por favor llévense esa torta!— advierte chasqueando sus dedos mientras iba llamando a la policía, pero antes de que llegaran se atreve a picar un pedazo y por fin se derrama la esencia espantosa de la Duquesa, algunos se sobresaltaron a igual que Budy —Me podría decir ¿Qué significa esto?— inquiere el alcalde con indignación en su rostro
— ¡Es más que obvio!—alega Salvatore sin remordimiento— ¡Esa niña!—señala— si fue capaz de traer cucarachas, también es capaz de preparar algo como eso y decir que fuimos nosotros—Si policía...
—Señor alcalde— atiende Venencia agarrando su mano—Venga conmigo, allí adentro vera más de esas cosas— señala
—Por favor señor alcalde— vuelve a interceder Francisco en plena llamada— No pierda su importante tiempo en seguir las huellas de una mentira. Lamento que tenga que pasar por todo esto pero lo vamos a solucionar —Si, es en la calle San Felix cerca de la...
Enseguida escucho que su padre me preguntaba en susurro—Lo que dice mi hija ¿es cierto?
—Si señor— asiento
—Bien
—Señor Alcalde— se acerca Budy y enseguida aquel se impresiona como niño observando a un hombre disfrazado de superhéroe — ¡Espere! ¿Es usted Budy Vítale?
—Si señor
— ¡Oh mi esposa admira mucho su trabajo!—sonríe— disfruta cada vez que compra sus tortas de chocolate con fresas y tres leche al igual que a mí, es un honor conocerlo en persona— le estrecha la mano
—Oh es un honor para mí conocerlo también— sonríe —Y Señor alcalde, si me permite quisiera pedirle un favor si no le molesta
— ¡Claro! es un gusto complacer a un buen ciudadano y uno de los mejores pasteleros de toda la región y ¿Cuál es el favor?
—Que le conceda a esta jovencita demostrar su única prueba
Por un momento el alcalde se queda pensando por unos segundos, vacilando en su mirada, hasta que por fin responde —Bha... no pierdo nada. ¡Vamos a ver!
Mientras estaban de camino a la cocina son intercedido por Francisco —Por favor señor alcalde no siga en esta tontería. La Duquesa es muy intachable, le garantiza la fidelidad como la higiene de todas sus instalaciones, como puede observar— señala una pared bañada de diplomas dorados—Somos los más reconocidos en todos los aspectos culinarios y de salubridad, es prueba suficiente para usted y para todos sus enemigos.
—Entiendo señor Salvatore— declara el joven alcalde—Entonces más a su favor que no le debe preocupar en que revise su tan gloriosa reputación con mis propios ojos ¿Verdad?
—No señor— se encorva Francisco rendido antes sus palabras —Pero si hay algo extraño—señala a Venencia — ¡Esa joven es la responsable!
—Ya lo veremos—pone sus manos sobre las dos puertillas— todo se demostrara detrás de esta puerta, si es producto de la Duquesa o un simple vandalismo
Cuando por fin entra queda conmocionado ante tal cuadro que se desenvolvían en sus ojos. Bultos grises y viscosos transitando en una cinta procesadora, siendo maquillados con colores de sabores para que al final sean orneadas y remojada por algunos químicos baratos para que tal bulto pase desapercibido al ojo y gusto humano, aquello era una artimaña muy bien elaborada que si no se descubre lo que hay detrás escondido, ni el más crítico lograría notarlo con sus entrenados sentidos.
—Y dígame señor Francisco— vuelve su mirada hacia él— ¿A caso esto es obra de un vandalismo?
Aquel señor queda pálido más de lo que es, temblando como una gelatina chorreando sudor frío a través de su sien, no sabía que responder, su voz se quebraba y tartamudeaba más que yo, nunca vi a un hombre ahogado en el mar de sus trampas, expuesto fatalmente ante los ojos de todos. Enseguida aparecen dos oficiales —Alguien nos llamó ¿En dónde está el vándalo?— observan al señor Francisco tieso y pálido como una estatua, aún no podía creer la realidad de su pesadilla—¡Allí!— señala el alcalde —Esta el responsable. Llévenselo
—Si señor—afirman los agentes, le ponen los ganchos y se lo llevan sin resistencia.
Venencia brinca de la alegría abrazando a mi hermana y a mí —Lo logramos ¡SI! ¡LO LOGRAMOS!— sonríe de la felicidad y Esperanza brinca con ella como si anduvieran danzando, celebrando y celebrando.
—Felicidades— declara el alcalde—Han salvado al pueblo de ese estafador y eso merece una recompensa. Más tarde el alcalde nos dio una medalla y recomendó con sus propias palabras a la prensa que la pastelería Vítale es la mejor que haya tenido el pueblo, que todos deben visitarla y sentir el sabor a dulce hogar como también declaró que no existe ni lujos ni riquezas que venza la calidad y la pasión de aquellos que aman haciendo lo que hacen, en regalar muchas sonrisas y sobre todos manteniéndose unidos como la familia Vítale.
Venencia nunca había visto la pastelería tan cargadas de visitante que hacían cola hasta terminal la cuadra como el día de hoy y también a su padre tan feliz, nunca le había dicho lo orgulloso que estaba hasta en ese día. Ahora este era un nuevo renacer para la familia Vítale.
Al día siguiente me estaba despidiendo de ellos, le conté que no podía seguir quedándome pues por fin tengo a un padre que nos espera, el señor Vítale me dijo—Hijo vuelve cuando quieras y serás recibido como si fueras de nuestra familia, este es tu otro hogar, nunca lo olvides
—Muchas gra.gracias señor
Enseguida Venencia me abraza y me regala un profundo beso en la mejilla —Muchas gracias Cody, sin ti no hubiese tenido ninguna esperanza— me puse más rojo que un tomate cosa que hizo sonreír a Venencia —Espero que nos visites algún día— añade acariciando mi barbilla
—Si— advierto con una mirada perdida —Yo ta.ta.también espe.pe.pero verte
—Es un trato— me pica el ojo agitando sus manos—Adiós Cody
—Adiós
—Adios Cody— dice la señora Bianca
—Adiós
—felice viaggio—(Feliz viaje)
—Grazie— (Gracias en Italiano)
—Addio
—Adiós— grita Esperanza hasta que por fin lo perdemos en la distancia y la multitud al pasar.
Mientras seguíamos caminando Mabel me despierta de mi embobamiento diciendo —Oh Cody mi sol, mi esperanza, espero volverte a ver Muuuuuuuuack (beso) — fingiendo la voz de Venencia entre resistas. Ahora me despierto y digo — ¡Ven pa.pa.para acá fastidiosa!— corro detrás de ella—No— exhala entre risas esa niña burlona y se despega corriendo con Roble adelante — ¡MABEEEEEL...!— Hahahaha... ¡A que no me atrapas!
Continuará...
Buenos noches mi estimados lectores, por fin de regreso en este nuevo año 2018. Espero que la hayan pasado bien en sus vacaciones con sus familiares o amigos. Por fin buenas noticias para Cody y sobre todo para la familia Vítale, ese señor Francisco esta donde se merece.Por fin un final feliz por ahora, se lo ganaron. Siguiente intriga: ¿Ahora que nuevas aventura les espera a Cody y Esperanza? ¿Cuándo verán a su padre? Lo sabrán en el siguiente capítulo. Un saludo!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top