Capítulo 26 - Sanar.


You YuMo suspiró de manera imperceptible mientras observaba el exterior.

Era normal estar agobiado en su estado actual, los recuerdos de esa fatídica noche lo atormentaban, tenía que soportar las secuelas de no haber hablado de algo que se lo inculpaba, sobre unas piedras de las que no tenía idea. La incertidumbre sobre un montón de temas, incluyendo la situación de sus compañeros de la academia, lo preocupaban, ¿cómo no estar así de decaído? Asimilar toda esa información no era sencillo. En ese instante, You YuMo pensó que solo quería recomponerse de una vez y ser útil, sintió que su corazón se hundía y enfriaba. ¿Cómo los iba a apoyar? ¿Cuánto tardaría sanar sus piernas?

No era únicamente eso, por alguna razón, no paraba de darle vueltas al asunto pasado, esa situación incómoda de antes, la que Yi Hen había ocasionado por solo unas pocas preguntas y comentarios. Amantes. Una palabra tan seria como esa, ¿por qué decirla tan a la ligera? ¿Qué opinaba Wen ShanShui sobre eso? ¿Estaba bien querer saber qué opinaba su maestro? Si no preguntaba, sentía que su pensamiento de "seguro le molesta que lo vean así" nunca desaparecería. ¿Por qué era tan importante para él querer saberlo?

«Odio estar así de callado cuando podría hablar con él libremente, ¿por qué es tan difícil siquiera decir algo? Tengo mucho que contar y no puedo abrir la boca», rabió en su interior.

Solía pegarse a su maestro todo el tiempo, había tomado esa costumbre de acompañarlo a donde sea, o al menos cuando podían verse. Lo molestaba hablando tonterías y siempre tenía miles de cuentos de las tantas veces que fue perseguido por viejos y bestias. Le comentaba lo aburridas que eran las clases de historia y lo divertido que era empuñar la espada, pedía consejos o solo rondaba por su cercanía sin mucho que hacer o que decir, ¡nunca se había sentido así de incómodo! Hasta se había interesado en los sellos y talismanes mágicos avanzados, tema que Wen ShanShui estaba dispuesto a enseñarle.

Por otro lado, Wen ShanShui notó el rostro complicado del joven, era evidente para él que todo en su mente debía ser un caos, él también estaba confundido después de todo. Aparte de sentirse extrañado por el repentino cambio de humor de You YuMo, no parecía estar con ánimos para nada. Con verlo, podía decir que su energía espiritual aún estaba en un nivel muy bajo.

Quería contarle lo que sucedió luego de que se lo llevó del palacio, lo que vio en esa cueva, el estado de He Ping, todo. Deseaba hablarle y contarle muchas cosas. Sintió como si los papeles de ambos se hubiesen invertido, como si ahora fuera él el que no quería despegarse de You YuMo.

La tarde llegó sin previo aviso, y Wen ShanShui decidió cortar la tensa atmósfera que quedó entre ellos dos.

—You YuMo —se animó a comenzar—. ¿Qué sucede? Estás demasiado callado. Si te molesta o duele algo, solo dilo.

You YuMo ya no estaba recostado en la pared, se había vuelto a acostar, estaba de espaldas a Wen ShanShui. Intentaba dormirse, mas, al escuchar la voz suave, se sobresaltó.

—N–no es nada... Estoy bien.

—Si quieres... Puedes contarme lo que sea, no será una molestia, ¿no quieres hablar?

—No es nada, Wen ShanShui. Es que quiero volver a caminar, ir a cazar bestias, pasear en algún bosque, olvidarme de los problemas y... Nada más quiero vivir en paz, volver a sentirme fuerte. Soy... muy débil ahora mismo.

Wen ShanShui entrecerró sus ojos, sin dejar de observar la delgada y entrenada espalda.

—Volverán los tiempos de paz, los contratiempos son escalones para el crecimiento. Si te sientes débil, recuerda que lo débil puede vencer a lo fuerte. El camino a la inmortalidad estará siempre repleto de pruebas y desafíos, esto es una etapa que hay que superar, sé que lo conseguirás —intentó animar el maestro—. Recuerda, después de la tormenta, siempre viene el arcoíris. Si no atravesamos esa tormenta, ¿cómo se supone que llegaremos a verlo? Sé que es difícil, y hay mucha información nueva para asimilar. Tus amigos y yo estamos aquí para apoyarte, no estás solo, nunca te dejaremos solo.

You YuMo se acurrucó, su corazón se enterneció, unas grandes ganas de llorar lo invadieron. Wen ShanShui siempre era así, tan confiable, tan amable, ¿cómo no iba a quererlo? ¿Cómo no iba a querer ser especial para él?

—Yo... soy inútil. Apenas hay energía en mí, incluso mis meridianos están rotos, y si dijeran que mi núcleo ha sido destrozado, me lo creería. ¿Podría continuar a su lado siendo un mortal corriente? ¿Hasta qué punto? —susurró.

—Aun si lo fueras, nunca serías alguien inútil, nunca te dejaría solo, You YuMo. Tu maestro no te dejará.

—Antes dijiste que... Dijiste que en algún momento... yo... de la academia... —Su voz frenó, luego cambió sus palabras—. Wen ShanShui.

—¿Qué sucede?

—Gracias.

Wen ShanShui dejó salir un suspiro, sin dudas You YuMo estaba ocultando más cosas en su corazón.

No iba a forzarlo a seguir, mas tampoco se iba a rendir:

—¿Hay algo más que te preocupe?

—No hay nada, ya has dicho lo que necesitaba oír.

Antes de que Wen ShanShui pudiera continuar, Yi Hen entró por la puerta como si de su casa se tratara.

—Permiso... —solicitó él.

You YuMo miró hacia la entrada, disimulando que sus hombros hicieron un tic al escucharlo, pues no quería que el de ojos dorados se diera cuenta de sus sentimientos.

—Yi Hen, ¿terminaste? —consultó Wen ShanShui de inmediato.

—Sí, el rey está aliviado, sobre todo por tener a otro maestro entre los suyos. —Miró a Wen ShanShui —. Esperan mucho de ti, ShanShui, no los decepciones.

—No des ideas raras a la gente, haré lo que pueda.

—No lo hago, no lo hago. Es que se nota de lejos que eres bueno.

—No es para tanto, exageran —contestó, desviando la mirada.

—Como digas, como digas. —Yi Hen volvió su mirada hacia You YuMo—. Es hora de recuperar tus lindas piernitas.

Tras decir esto, se acercó al muchacho y le sacó las sábanas de un solo movimiento, tirándola a propósito sobre Wen ShanShui.

—¿Eh? —preguntó You YuMo, confundido, que había quedado al descubierto.

Wen ShanShui se sacó las sabanas de un único movimiento, la tela pareció cortar el aire a causa del sonido que produjo y, al siguiente segundo, arrugó su ceño.

—¿Qué haces, Yi Hen? Estás pasando los límites.

Yi Hen se rio con ganas por ver esa escena, incluso dio suaves golpecitos en el suelo mientras lo hacía.

—Ah, lo siento, lo siento —dijo, intentando detenerse.

Viendo que You YuMo estaba con una expresión confusa y una sonrisa congelada, se detuvo. Podía ser alguien bromista, pero sabía muy bien cuándo parar. Inhaló aire y comenzó a tocar las piernas del joven. Subió con lentitud su pantalón blanco para dormir, miró con cuidado cada detalle de su piel, analizó con su energía espiritual los daños internos, rozó su mano en la suave y pálida piel ajena, como si fuera una figura de jade que solo con mirarla se podría romper.

Wen ShanShui hizo un tic con una ceja, las cuales se contrajeron involuntariamente. Su sangre hervía, su corazón se aceleraba. No era normal sentirse así de amenazado, incluso si sabía que su hermano estaba bromeando para molestarlo mientras analizaba a su discípulo, sentía que los nudillos de sus manos iban a reventar.

Solo Yi Hen notó todas esas expresiones, era divertido ver a su pequeño hermano así de ansioso por otro hombre.

—Escucha, You YuMo —empezó a hablar luego de elevar las comisuras de sus labios—. Usaré mis mejores habilidades curativas contigo. Es una lástima que Yue Jin no esté, pero no te preocupes, yo puedo hacerlo. Será bastante rápido... Bueno, quizás no tanto, pero te puedo asegurar que dolerá mucho. Tus nervios, meridianos, algunos huesos y tu energía espiritual en general han sido dañados. Arreglarlos me costará una buena cantidad de energía. —Volteó hacia Wen ShanShui—. ShanShui, tápate los oídos, no será agradable de escuchar. You YuMo, agarra esta almohada y sujétala con fuerza. Muerde fuerte, no vayas a romperte los dientes.

You YuMo se sentó en una posición más cómoda con la ayuda del maestro de lanza. ¿Cómo no iba a estar asustado después de escuchar semejante discurso? No le quedaba más que soportar, colocó la almohada en su regazo y la sujetó con fuerza.

—¿No estás exagerando? ¿En serio dolerá mucho?

Yi Hen no le contestó. Si decía más, sembraría más miedos en el joven, y tampoco quería demorarse en dar explicaciones médicas. Elevó dos dedos a la altura del pecho, comenzó a recitar un hechizo y dejó en el suelo un talismán que había sacado desde el interior de sus mangas. En ese momento, con su mano repleta de energía espiritual, agarró las piernas de You YuMo con el talismán activado al mismo tiempo.

You YuMo sintió un intenso dolor, gritó y forcejeó con el fuerte agarre del hombre para que se detuviera. Era un dolor insoportable, sentía como si cada fibra muscular le fuera arrancada, como si sus huesos fueran jalados con fuerza desde su interior. Si era curación, ¿por qué demonios tenía que doler tanto? No tenía sentido y tampoco podía pensar con claridad como para buscarlo. En aquella ocasión, en la montaña Jiazhi, Wen ShanShui usó una medicina que, bien que se acordaba, dolía muchísimo también, mas esto no se comparaba con aquello.

Wen ShanShui no pudo evitar acercarse, afligido, movió sus manos, inseguro de si tocarlo o no. You YuMo apretaba sus manos contra la almohada y la mordía por el dolor ocasionado. Pronto comenzó a sacudirla para golpear el suelo repetidas veces, y en uno de esos fuertes golpes, la almohada se le soltó de sus manos.

—¡Duele demasiado! ¡Ya no soporto esto! ¡Detente!

El talismán de Yi Hen aún brillaba con intensidad y no parecía querer frenar.

—¿Quieres que pare? ¿De verdad? —preguntó, muy serio y frío en sus palabras.

You YuMo sacudió su cabeza con mucha fuerza y velocidad para después abrazarla y negar.

—¡No! ¡Maldita sea, necesito volver a caminar! ¡Mierda!

El brillo daba la impresión de incendiar la habitación, Yi Hen sentía poco a poco cómo volvía la energía a las delgadas piernas de You YuMo y, en consecuencia, cómo se le era arrebatada de su cuerpo. Los meridianos volvían a dejar fluir la energía, todo volvía a un punto estabilizado, no recuperado, pero de allí en más podía recuperarse y volver a estar como antes.

El joven, desesperado del dolor y aguantando como mejor podía, apretaba sus manos y dientes, ya no tenía a qué aferrarse para soportar la agonía. Al ver eso, Wen ShanShui no dudó y se acercó, lo incorporó hacia él para abrazarlo y sostenerlo.

—Ya pasará, soporta un poco más —le susurró.

Al sentir esa protección, You YuMo devolvió el abrazo con fuerza y, al igual que en aquella ocasión en la montaña Jiazhi, mordió las ropas de Wen ShanShui, aguantando los gritos de dolor, apretado contra él.

You YuMo no había llorado hasta el momento, mas el hecho de que ese hombre se acercara, le permitiera abrazarlo y lo consolara con palmaditas en su espalda, logró que sus lágrimas corrieran por sus mejillas. No podía controlar sus sentimientos, quería ser abrazado aún más fuerte, sentirse seguro, ¿por qué todo era tan complicado? ¿Por qué era tan cobarde? Pensaba esas preguntas más que angustiado, solo quería que Wen ShanShui lo abrazara así por siempre.

Las manos de Yi Hen dejaron de brillar apenas You YuMo cayó inconsciente en los brazos de su maestro. Era como si su alma hubiese sido absorbida por la tierra.

—Listo, aguantó muy bien. Algunos no lo toleran y entran en coma sin esperar a que el hechizo termine —se burló.

—Estará bien, ¿cierto?

—Claro que sí, ¿no confías en mí?

—Gracias, Yi Hen —agradeció desde el fondo de su corazón, abrazando al joven recostado en su pecho.

—Sí, no es para tanto. La magia curativa se me da muy bien —alardeó en tono burlón—. Volveré en algún rato con algo de cenar, cuida a tu discípulo como te parezca mientras tanto, él... te aprecia mucho, ShanShui.

Wen ShanShui asintió, sus brazos temblaban, era como si pudiera sentir el dolor de You YuMo en su propio cuerpo, por eso lo abrazó todavía más contra él.

—En verdad se te dan bien los hechizos —dijo luego de suspirar. Recostó a You YuMo en la cama y añadió—. ¿Despertará pronto?

—Lo dudo, pero quién sabe. Si está contigo, estará bien.

—¿Tú estás bien? —preguntó al notar que su hermano actuaba algo extraño.

La energía que había gastado para curar a You YuMo de seguro había sido una enorme cantidad. A pesar de que Yi Hen fuera un prodigio de la curación, también debía tener sus límites. Reparar huesos, fibras musculares, nervios, entre muchas cosas más, en tan solo cinco minutos, destruiría enérgica y físicamente a cualquiera, pero él mantenía su sonrisa despreocupada y una postura firme.

—Estoy bien, ya no te preocupes. Los dejo a solas, tengo algunas cosas que hacer, y Feng Baoshi seguro vendrá por mí si no voy yo. Ahora cuídalo, te necesita, en serio él te necesita. —Sonrió.

Antes de salir del cuarto, Yi Hen frenó sobre sus pies y miró hacia Wen ShanShui.

—ShanShui, ¿él estaba en esa cueva en aquel momento?

El joven negó con la cabeza mientras cepillaba el cabello que ocultaba el rostro de su discípulo.

—No, él estaba en el calabozo del palacio. Por lo visto, fue interrogado y... golpeado hasta este punto. Estaba atado con cadenas de retención y absorción espiritual, no puedo ni imaginar por la agonía que tuvo que pasar.

—Me preocupa que, si saben que él está vivo, vuelvan a buscarlo. Si He Ping lo delató, Tian Huo quizá piense que él sabe dónde están los trozos de su piedra. No lo dejarán en paz si se enteran. ShanShui, deben tener cuidado, debes cuidarlo y advertirle.

Las curvas de los labios del joven maestro bajaron al recordar el estado de He Ping. El hombre había mantenido su cuerpo en una especie de escudo bajo la cueva. No sabía si llamarlo fantasma, eso quizás no era del todo adecuado.

Wen ShanShui exhaló.

—Aquella noche, cuando entré en la cueva, vi al líder de su aldea.

—¡¿Q-qué?! ¿Él en verdad estaba allí? ¿Todavía? Entonces esa cartade verdad no fue escrita hace tanto — reflexionó Yi Hen.

—Estaba sentado en el suelo, en una posición muy extraña. Intenté tocarlo, aunque, como era de esperarse, no pude. Algo quemó mi mano, y su rostro... —Se detuvo por un segundo y cerró sus ojos con fuerza, intentando no recordar—. Había muchísimos cuerpos quemados también.

—¿Ya le dijiste?

—Aún no, no sé cómo debería hacerlo.

—Es mejor que no esperes más, seguro es muy importante para él.

—Sí, tienes razón.

Yi Hen se retiró del salón dejando a Wen ShanShui pensativo.Con sus ojos grises decaídos volteó a You YuMo. Dormía, parecía estar sufriendo o teniendo una pesadilla, y es que sus cejas estaban fruncidas y sus labios apretados. Wen ShanShui apartó más el cabello que cubría su rostro y limpió algunas lágrimas que todavía caían por las mejillas.

—You YuMo... ¿Estás despierto? ¿Te duele mucho todavía? ¿Puedes hablarme?

No hubo respuesta, y, por lógica, no la habría. Sin embargo, de todos modos lo intentó, como si quisiera asegurarse de que no lo escuchaba, de que sus acciones no corrían peligro. Lo miró, indeciso, sus manos temblaron como hojas, el calor que sentía recorrer su cuerpo era algo que jamás había sentido. El pensamiento de que en cualquier segundo podía perderlo, que él mismo podía desaparecer, que todo era incierto y desventajoso, lo hacía desesperar. Por eso temblaba, por eso tenía tanto miedo de separarse de él. Su respiración estaba algo cortada, aunque, de todos modos, acercó su rostro hacia el muchacho y juntó sus frentes. En esa posición, todo en su cabeza se convirtió en un lío, deseaba decir tanto, pero el miedo a desaparecer o de perderlo era mayor.

Al estar tan cerca, percibir su suave aroma, sentir el calor de su respiración y ver con tanta claridad sus largas pestañas, su corazón se calentó y palpitó a más velocidad. Su nuez de adán subió y bajó nerviosa, no obstante, incluso si se prometió no hacer nada más que eso, que jamás lo tocaría sin su consentimiento, su sangre hirviente le provocó actuar de forma indebida.

Sabía que estaba mal, sabía que no era justo, se estaba aprovechando de esa situación para hacer lo que anhelaba, sin embargo, sin poder controlar sus impulsos. Wen ShanShui besó con ternura los labios de You YuMo, quedando unidos un par de segundos.

Separó sus labios con lentitud y notó que el rostro de You YuMo se había suavizado, quizás por el estímulo, o quizás por pura coincidencia. Aun así, no importaba si nunca le correspondiera sus sentimientos, Wen ShanShui quería abrazarlo, esconderlo lejos para que nadie le hiciera daño, cuidarlo en propiedad y mantenerlo fuera de cualquier peligro.

Juntó sus frentes una vez más con los ojos cerrados, ahuecó las suaves mejillas y suspiró.

—Lo siento, soy una pésima persona, ni siquiera merezco tu confianza.

Sin despegar su mirada, se reincorporó. Acarició las pintadas mejillas, lo cubrió y acomodó en el lugar, luego volvió a su propio colchón.

Pasaron un largo rato para que You YuMo volviera en sí. La noche ya había llegado para ese momento, y estaba aún adolorido. No obstante, sin duda, se sentía mucho mejor que antes. «Las medicinas que duelen sí funcionan», pensó el joven rubio.

Wen ShanShui lo miró al percatarse de que se movía.

—¡You YuMo! ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?

You YuMo apenas abrió sus ojos, vio nublado por un corto momento, no obstante, escuchaba con claridad la voz del hombre.

—Wen ShanShui... Yo...

Wen ShanShui se destapó con prisa y se acercó a él.

—Sí, estoy aquí, ¿duele algo? ¿Me escuchas bien?

—Fue terrible, creí que moriría. Tú y tu hermano son violentos al curar a las personas —se burló, haciendo pucheros.

Wen ShanShui sonrió, ese puchero lo consiguió calmar, y es que, si You YuMo bromeaba, era un buen indicio.

—Sí, lo siento, lo siento. Somos muy violentos como dices.

—Sí... Aun así, ambos son increíbles.

El maestro miró hacia los pies de You YuMo, estaban elevados, señalando al techo. Los subía y bajaba con rapidez, como si nunca hubieran estado rotos ni hubieran dolido. Aquello significaba que la magia de curación y traspaso de energía espiritual de Yi Hen había funcionado con éxito, ¡era extraordinario!

—En serio son increíbles —agregó el discípulo—. Debo agradecerle como se debe más tarde.

—¡Funcionó! —Los labios de Wen ShanShui se curvaron hacia arriba mientras que sus ojos brillaron por la emoción—. ¿Quieres intentar ponerte de pie? Te ayudaré a hacerlo.

—Sí, lo intentaré, creo que puedo intentarlo.

You YuMo se sentó en el colchón por sí solo, se arrodilló y se puso de pie. Aunque tenía la fuerza para pararse y moverse, sus músculos fallaron por un breve instante. Wen ShanShui se percató de ese movimiento, por lo que lo sujetó por la espalda y cintura antes de que cayera. Estaba muy atento a todo lo que el otro hacía.

You YuMo mostró una mueca graciosa.

—Gracias, lo siento. —Sonrió.

Wen ShanShui sacudió su cabeza devolviendo el gesto.

—No tienes que agradecerme nada.

El hombre dejó que You YuMo se apoyara en su brazo para caminar juntos hacia la puerta, la abrió de par en par. La hermosa y clara luz de la luna ingresó en su cuarto.

Fuera de ese cuarto de madera había un hermoso jardín, los pétalos rosas volaban por el aire, el aroma de las flores los invadía, la suave brisa les cepilló el cabello, haciéndoselos revolotear. Wen ShanShui caminó aun sujetando al muchacho, ese agarre era tan firme, transmitía tanta confianza que You YuMo incluso quería dejarse caer para ser cargado en esos grandes brazos. En un silencio que parecía ser imperturbable, juntos vieron el espectáculo de las hojas rosas, caían y danzaban, como si fuera un baile de bienvenida por su parte.

Por alguna razón, en ese instante, todo era aún más hermoso, no querían que se terminara.

—Esos árboles son espectaculares.

—Sí, lo son. —Wen ShanShui observó a donde su discípulo señalaba—. Muy hermosos.

—Esa persona es... —You YuMo entrecerró y fijó sus ojos en alguien que se acercaba.

No muy lejos se aproximaba Yi Hen con la cena en manos, al verlos a ambos de pie sonrió y aceleró su paso.

—Oh, el valiente ha despertado. ¿Cómo te sientes, You YuMo?

—¡Yi Hen! Muchas gracias, siento mis piernas incluso mejor que antes de habérmelas roto. Eres increíble.

—Lo sé, lo sé, muchas gracias, ya lo sabía —bromeó, revelando una sonrisa.

—Gracias por todo. —Wen ShanShui observó a su hermano—. ¿Tú cómo te sientes?

—Estoy muy bien, ya te lo había dicho. No te preocupes por mí, algo como esto puedo manejarlo. Acelerar la curación, aliviar dolores y tratar lesiones son mi segundo pasatiempo, bueno, últimamente —aclaró, dejando la comida en una mesa ratona—. Les dejaré esto por aquí, coman como se debe, llenen esos estómagos y recuperen las fuerzas.

—Sí, gracias —contestaron al unísono.


Fin capítulo 26.


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¡Buenas!

En este capítulo hay algunas cositas para contar (no es mucho xD)

Wen ShanShui dice: "lo débil puede vencer a lo fuerte", esto hace referencia a uno de los textos atribuidos a Laozi (o Lao Tse), el antiguo filósofo chino y presunto autor del "Dào Dé Jīng".

Aquí la traducción que me pareció más acertada:

Nada hay en el mundo más blando y débil que el agua. Sin embargo, solo ella puede moldear la roca más dura y fuerte. En eso es irremplazable. Lo débil puede vencer a lo fuerte. Lo blando puede vencer a lo duro. Todo el mundo lo sabe pero nadie es capaz de ponerlo en práctica. Por eso el sabio dice: «Quien carga sobre sus espaldas las miserias del imperio es digno de ofrendar los sacrificios a los dioses. Quien carga sobre sus espaldas las desgracias de la humanidad merece ser el rey del universo». Aunque parezcan paradójicas, estas palabras expresan la verdad.

天下莫柔弱于水,而攻坚强者莫之能胜,以其无以易之。弱之胜强,柔之胜刚,天下莫不知,莫能行。是以圣人云:受国之垢,是谓社稷主;受国不祥,是为天下王。正言若反。

Explicación/Interpretación: No hay nada en el mundo que sea más blando que el agua, pero el agua blanda puede penetrar las rocas duras. El agua puede parecer débil en la superficie, pero tiene un poder que ningún objeto sólido puede resistir. Esto muestra claramente que la debilidad de la que habla Laozi no es la debilidad de la que la gente suele hablar, sino la idea de humildad en el trato con los demás.

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Por otro lado... Wen ShanShui le dio un besito a Yōu YúMò >//<, eso no se hace, maestrooo~  ᕕ( ᐛ )ᕗ, pero bueno, ambos se queiren mucho, así que no pasa náh (creo?) Lástima que Yōu YúMò todavía no se quiere dar del todo cuenta jeje, él es así que le vamos a hacer...

Por cierto, también les dejo por aquí una referencia del lugar en el que están (para dar una idea namás):

Este tipo de casas chinas son muy típicas de los hutong en Beijing y otras zonas del norte de China.

Los Siheyuan son pequeños conjuntos de viviendas que incluyen un patio interior. De esta manera, el patio queda rodeado por cuatro muros o paredes, uno por cada casa dentro del conjunto de viviendas. En la antigüedad, los Siheyuan eran una demostración de poder y autoridad en sus pueblos, ya que estaban habitados por grandes familias.

La traducción literal de la palabra siheyuan es "patio rodeado por construcciones".

Los siheyuan se caracterizan por su ornamentación, que incluye motivos auspiciosos en el borde del alero, la cumbrera del techo, los pilares de piedra de la puerta, las ventanas de madera y las baldosas del piso.

Los siheyuan son una parte importante de la arquitectura tradicional china y se pueden encontrar en ciudades como Pekín, Hangzhou y Yunnan. En la vieja Beijing, los siheyuan eran viviendas aisladas que se orientaban al sur y tenían la puerta de entrada en la esquina sureste.

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