🎧 You need to calm down 🎧

Tenía días sin dormir, y la cara moreteada de Jeongyeon no ayudaba mucho a despejar mi mente.

—¿Que te pasó? —pregunté mientras comía un chocolate, la maestra aún no llegaba así que no había problema.

—A mi padre se le ocurrió que era buena idea llegar borracho a casa. —respondió sin ganas.

Suspiré, no quería intentar tener una conversación con Jeong después de pelear con su padre.
Miré a la puerta y encontré a Nayeon buscando con la mirada a alguien, cuando nos miramos sonrió, me acosté en mi mesa para dejar que viera a Jeong quién estaba detrás mío.

Nayeon entró, se dirigió a la mesa de Jeong y puso una cajita azul en la mesa.

—Puedes chuparme un zapato, no tengo ganas de rechazarte —Jeongyeon habló sin mirar a la persona que tenía a su lado.

—Lamento decirte que es a mí a quien le besan los pies —la castaña jugó un poco con ella, mi amiga giró la cabeza para verla y vió la cajita.

—¿Que quieres? —preguntó abriendo la cajita.

—Una cita, un beso, un Bugatti entre otras cosas. —se recostó ena mesa de Jeong.

Se miraron a los ojos y sentí que sobraba así que fuí hacia el puesto de la Chaeyoung alta.

—¿Que tal? —me senté en el puesto frente a ella.

—Todo bien, llevo media hora viendo a la chica que te gusta mirarte por la ventana —señaló la ventana que compartíamos con el curso de al lado y efectivamente Sana me estaba mirando.

—Quiero hablarle, pero me da pena —hundí mi cabeza entre mis brazos.

—Pena debería darte matarte de hambre —me regañó mientras sacaba un paquete de galletitas de su mochila. —Ve y háblale —movió el vidrio de la ventana abriendola, después de todo esa ventana sirvió para algo.

Jisoo, quién estaba en el puesto al lado de la ventana me miró apenas metí la cabeza por la ventana.

—¿Que se supone que estás haciendo? —susurró para que no se dieran cuenta de que estaba ahí.

—Quiero hablar con Sana —respondí en el mismo tono.

Jisoo me miró, miró a la maestra y se levantó de su asiento en silencio, se agachó y caminó así hasta el puesto de Sana, llamó su atención y me señaló, dijo un par de cosas y cambió de puesto con Sana.

—¿Por qué me quieres besar? —preguntó en un tono alto y todaa clase volteó a vernos incluso la maestra. Entré en pánico y mi cara seguramente estaba roja

—Y-yo yo...

—Jisoo dijo que querías besarme ¿Me quieres besar? —giró si cabeza como un perrito.

—¡No! —un sonido de "ushhhh" se escuchó en ambos salones. —Q-quiero d-decir, si pero no, yo- —Sana me dió un besito en la mejilla antes de terminar de hablar.

—Papá dice que así se expresa el amor. —lo dijo con una cara tan seria que casi no lo creo.

—Cierra la boca que se te van a meter las moscas. —Chaeyoung alta me jaló de la ventana y la cerró.

—Ella...

—Si, te besó y no fué una alucinación. —metió una papita en mi boca y siguió comiendo.

Pov. Jeongyeon

La palabra dignidad es algo que no tengo, estaba enojada si, pero eso no evitó que apenas Nayeon dijera: “¿Me acompañas a casa?” y yo estuviera detrás suyo cargando su mochila y viéndola hablar sobre una banda llamada One direction.
Y tampoco evitó que metiera mi mano debajo de su falda mientras nos besábamos en su cama con Titanic reproduciendose de fondo en el televisor de su cuarto.

El sonido de nuestros labios separándose en un sonoro chasquido me hizo retomar aire.
Su rostro sonrojado, los labios inchados, rojizos y entre abiertos y los ojos brillantes me hicieron volver a besarla.

—A la mierda mi hermano. —su voz jadeante tras el beso me hipnotizó, tomó el  borde de su camisa y la levantó, la pasó por su cabeza y tiró al piso.

—A la mierda tu hermano. —besé el valle de sus senos, cuando iba a poner mi mano en uno de sus pechos la puerta se abrió.

—Oye Nay, papá pregunta si quieres pollo frito o pollo picante para la ce- —la hermana menor de Nayeon, Yuna, se quedó congelada en la puerta con la mano en la perilla, su rostro se tornó rojo y cerró con fuerza la puerta. —¡Le diré que quieres pollo picante! —gritó y se le salió un gallito.

Nayeon se escondió en mi cuello y soltó una risita.

—¿Por qué siempre nos pasan estas cosas? —dijo aún escondida en mi cuello.

—Tal vez por no era el momento... —dije desanimada, era una perfecta oportunidad de volver a ser novias y su torpe hermana lo arruinó.

Unas fuertes pisadas se escucharon por la casa, alguien subiendo la escalera enojado y unos pasos más suaves pero apresurados se escuchaban detrás de ellos, una charla inentendible acercándose a la puerta y luego está siendo abierta bruscamente.

—¡Junho! —Yuna habló fuerte tomándolo por uno de sus brazos para detenerlo, lo cual fue en vano, Junho media 1.80 y pesaba 110 kilos de puro músculo, una adolescente de 1.65 y delgada como Yuna no podía detener a su hermano por más que quisiera.

—¡Te dije que no te quería ver más por aquí! —Junho prácticamente gritó.

Tomé el borde de mi hoodie y lo quité para cubrir a Nayeon, realmente no me importaba lo que dijera Junho.

—Junho... No quiero pelear —dije en un tono tranquilo.

—¿Que necesidad tienes de buscar a mi hermana? déjala en paz ella no quiere saber de ti —escupió con furia y se acarició en seño.

—Por eso la invito a casa y estaban besandose —Yuna obvió la situación y rodó los ojos.

—Nayeon...

—Jodete —Nayeon se acomodó mi hoodie y se paro frente a su hermano. —Es mi puta vida, yo decido que hacer con ella —golpeó repetidas veces el pecho de su hermano con su dedo.

—Nay, solo estás confundida —habló suave y tomó sus manos delicadamente.

—¡No estoy confundida! ¡Me gustan las jodidas mujeres! ¡Me gusta Jeongyeon! —gritó y Junho la miró con asco.

—Solo estás confundida, es anti-natural —me miró con desprecio mientras hablaba.

—¿Que es anti-natural? —una voz masculina se escuchó, era el padre de Nayeon, un hombre alto y de cabello negro, vestía ropa de diseñador, traía una caja de pollo picante en su mano, lo había visto un par de veces en fotos.

—Lo que sea que Nayeon tenga con eso. —me señaló mientras se dirigía a su padre.

—No soy un eso, idiota. —mascullé aún en la cama y detrás de Nayeon.

—Correcto, ella no es un "eso" —el padre de Nayeon me dió la razón.—Es la novia de tu hermana, merece respeto.

—Pero papá- —nuevamente el señor Im habló.

—Deja de ser tan homofóbico. —la voz del señor Im cambió a un tono más chillón dejando la voz gruesa e intimidante de lado. —No es como si yo fuera lo mas hetero del mundo —rodó los ojos de forma graciosa y abrazó a Nay.

—Y bien cariño ¿No me vas a presentar a está lindura? —apretó sus mejillas y ambos sonrieron mostrando unos dientes de conejito.

—Papá ella es Jeongyeon, es mi... Ex novia casi novia, Junho hizo que terminaramos hace dos semanas —Nayeon explicó y su padre le dió un zape a Junho.

Las siguientes horas en la casa de Nayeon fueron hablar con su papá, descubrí que se llama Jinyoung, que trabaja como accionista, está divorciado y es bisexual, regañó a Junho y lo hizo disculparse.
Vimos películas y al final de la tarde estaba en la puerta de su casa despidiendome.

—Bueno... Fue un buen día —me rasqué la nuca con nerviosismo.

—Si... ¿No te quieres quedar a dormir? —soltó rápidamente con la cara roja.

—N-no creo que a tu papá le guste, aceptó nuestra relación pero no creo que le guste que me quede más tiempo del necesario —miré el piso y jugué con mis pies.

Nayeon me cerró la puerta en la cara y luego volvió.

—No te muevas de aquí, voy y vuelvo —avisó antes de volver a cerrar la puerta.

Pasaron unos minutos y sentía a ansiedad recorrer mi cuerpo, me giré en dirección contraria a la puerta y cuando iba a dar un paso la puerta se abrió.

—¿A donde crees que vas? —Nayeon apareció por la puerta y enmarcó su ceja.

—Y-yo yo y-ya me iba —me encogí de hombros.

—Te dije que te quedaras aquí —molesta, tomó mi mano y me llevó dentro de la casa.

—Te vas a quedar aquí, vas a dormir conmigo y vamos a ir mañana a la escuela juntas ¿De acuerdo? —me miró de manera amenazante.

—Si señora —respondí poniendo mi mano en mi frente en un saludo militar.

Ambas reímos y nos dirigimos a su habitación, el señor Im me saludó mientras Junho planeaba mil maneras para matarme mientras dormía.
Yuna simplemente me saludó y se fué a dormir.

Finalmente estábamos solas, ella estaba en el rincón de la cama, me miraba con estrellas en sus ojos, me sonrió y se acercó a mí.

—¿Molestamos un poco a mí hermano?

Y vaya que lo molestamos, a la mañana siguiente estaba enfurecido, me lanzó un tenedor apenas pisé la cocina, Nay lo gritó y abofeteó con un pancake.
Fuimos a la escuela juntas y Jennie intentó sacar la mayor información posible, cosa que logró.


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