Tu Pirata Soy Yo
Pareja:ZaphirixKrest
Advertencia:Ninguna
Créditos al autor de la imagén
Dedicado a Mabesagittarius24
Siempre le gustaba navegar en él mar junto con su tripulación, era feliz poder sentir la brisa chocar con su rostro, el olor a salado que desprendía este.
Su barco en la proa llevaba el nombre de Ganímedes no era un gran navío pero para él eso no importaba, todas las velas estaban extendidas para poder llegar al puerto cerca del atardecer del día viernes y el viento al parecer les favorecía ir más rápido.
Su mano derecha un pelirojo de larga melena atado en una coleta baja daba indicaciones a los demás hombres en sus labores, su barco era usado para transportar mercancía que enviaban comerciantes del extranjero a la ciudad dónde residían ya que dejaba grandes ganancias.
- Alguien me dio la noticia que se vio un barco con velas negras cerca de éstas aguas profundas que roba y mata a todos los tripulantes, debemos estar alertas Krest. Decía el pelirojo mientras veía el horizonte era el medio día se encontraba al lado de su mejor amigo y capitán.
- No te preocupes Lugonis yo como el capitán de éste barco haré lo posible porque no les pase nada, esos miserables ladrones llamados piratas morderan el suelo. Decía con enojo el castaño apretando el timón, no les temía a ellos y lo que mas odiaba esque fueran unos vil ladrones sin ganarse la vida con su esfuerzo el pelirojo asintió con su cabeza.
- Iré a descanzar un rato te veo después. Y se retiró del lugar para ir a sus aposentos.
Toda la tarde transcurrió normal y en la lejanía se veia el sol ocultándose lentamente para darle paso a la luna menguante que ahora salía a acompañar el manto estrellado en la oscuridad de la noche.
La cena como siempre deliciosa por parte del chef que era ni más ni menos que Lugonis y esque preparaba deliciosas comidas.
Todos se fueron a descanzar excepto el que vigilaba desde lo más alto del mástil ya que si ocurria algo éste daba alerta pero todo fue relativamente tránquilo.
Pero esa tranquilidad no era para nada bueno apenas empezaron los primeros rayos de sol iluminar el cielo un barco enorme con velas negras y su bandera con una calavera no era un buen augurio, en la proa el nombre de Antares se podía leer, el hombre que vigilaba se quedó dormido cuándo amanecia grave error ya que el navío se puso a la par del Ganímedes y poner tablas de madera para caminar por ella hasta que 10 hombres pisaron el barco sin hacer ruido alguno esperando que su capitán diera la orden.
-Maten a todos y tomen el motín. Habló una voz grave que apenas pisaba el suelo del barco.
- Ya escucharón al capitán andando. Dijo un rubio de ojos azules con caútela caminarón hasta bajar por las escaleras que conducían abajo dónde se guardaba la mercancía y dormían los tripulantes para poder matarlos con sigilo.
El pirata caminaba con pasos seguros como si fuera su propio navío merodeando en los alrededores del exterior.
Había unas escaleras que conducían al timón al lado de éstas se encontraba una puerta blanca de seguro era el camarote del capitán ya que era muy obvio como si una fuerza mayor lo llamará dirigió sus pasos allá y abrió la puerta asomando primero su cabeza no podía distinguir bien la persona que se encontraba dormida por la oscuridad pero eso se arreglaba, abrió la puerta hasta que se topó con la pared de madera y con la luz solar iluminó todo el espacio, se acercó a pasos lentos hasta llegar a un metro de la cama donde reposaba un apacible castaño sus cabellos desordenados, una piel tan blanca que parecía que el sol no lograba cambiar su color y unos finos labios rosados, el pirata se vislumbró un poco ya que no había visto a un hombre con una belleza que se comparara.
La piel de ese hombre lo llamaba a tocarlo con la yema de sus dedos se acercó unos pasos más pero la madera que tocó su pierna izquierda crugió fuerte alertando a la persona dormida que de inmediato abrió sus ojos mirando para todos lados incórporandose hasta enfocarse en una silueta que no reconocía.
El pirata vio unos ojos verdes y se quedó sin aliento un momento, el castaño miró sorprendido a un hombre alto y musculoso que estaba cerca de él de cabello negro como la noche, piel morena y unos ojos cafés claro vestido de una camisa blanca manga larga,pantalón negro y un cinturón rojo donde estaba su espada, en el cabello llevaba enfrente unas trenzas dónde colgaban al final una moneda de oro por su ropa dedujo rápidamente que se trataba de un pirata.
- Quien eres y que haces pisando mi barco sucio pirata?. Escupió las palabras con odio y en su mesita de noche tomó su espada, no le importaba ahora como estaba vestido lo único que deseaba era sacar a patadas a ese ladrón.
- Tranquilo encanto no me conoces y ya me llamas sucio pirata? No seas un capitán maleducado, mi nombre es Zaphiri y el dia de hoy tomaré todo lo que me interese de éste barco incluyendote a ti belleza además un lider jamás baja la guardia durmiendo ya que podrían atacar. Le decia en tono burlón el pelinegro y se escuchaba de fondo la pelea de sus marineros con los piratas.
Algunos les cortaron la garganta mientras dormían pero Lugonis solia tener la costumbre de despertar temprano para preparar el desayuno y entonces desde la cocina escuchó una voz que no reconocía a la mente se le vino la advertencia de piratas, con todo el sigilo desenfundó su espada caminando por el pasillo e ir dónde los demás hombres dormían pero para la desgracia de él la mitad ya estaban muertos en sus hamacas vio que iban a quitarle la vida a un joven que era noble y gritó para distraerlos con eso ganó unos segundos dónde los restantes se encontraban alertas saliendo del sueño, teniendo espadas en mano para enfrentarse a 10 les ganaban en numero pero eso no los doblegaría.
La batalla empezó y los ruidos de el chocar de espadas con el adversario se oía hasta el camarote del capitán que se reprochaba por no saber proteger a su gente se lo había dicho a Lugonis y falló en su labor.
La punta de la espada apuntaba directo al corazón del pirata que no borraba de su rostro una sonrisa triunfante.
- No permitiré que tú un pirata maté a mi gente aunque muera en el intento yo haré que beses el suelo y mi espada traerá la victoria.
Estaba furioso y con agilidad estaba a punto de clavarle la punta metálica en el pecho pero él otro todo un experto pirata con movimiento rápido de mano desenfundó la suya contrarestando el ataque que estuvo a punto de clavarsele al corazón, vaya que tenía agallas esa belleza pensaba el pelinegro sin duda le perdonaría la vida con tal de pisotear su orgullo de capitán teniendolo en su amado barco.
La pelea de ambos avanzó afuera dónde sus demás hombres peleaban a muerte con el contrincante de reojo vio a Lugonis con un rubio enfrentandose pero sabía que su amigo era alguién pacifíco que no gustaba de la violencia le pidió a los dioses que intercedieran por el y su tripulación el choque de metal contra metal se oía por toda la cubierta sin cesar.
- No deberías distraerte belleza ya que eso te puede costar la vida. El pirata se burlaba de él y eso irritaba más al castaño que lo atacó con todas sus fuerzas pero el factor cansancio se presentaba en él aminorando los ataques, la ágilidad se fue perdiendo en sus piernas y brazos como ese maldito no se cansaba formulaba esa pregunta Krest en su cabeza.
Un movimiento en falso por parte del capitán del Ganímedes su espada voló en el aire y lo atrapó su enemigo, cayó de rodillas al suelo jadeando ningun marino quedó vivo salvo el pelirojo que se rindió ante el rubio que lo convenció de unirseles ya que era otro que odiaba la violencia y le dio esa opción.
El pelinegro acercó la afilada arma al cuello del castaño. - Mátame de una vez maldito. ¿Qué esperas?
- Oh creeme belleza que ganas no me faltan pero yo soy un pirata piadoso que hoy no te quitará la vida al contrario te daré una oportunidad ya que serás un invitado especial en mi precioso Antares ¿Que dices aceptas?. Bajó las espadas y le tendió la mano al castaño que hizo puños sus manos.
- ¡Yo no quiero nada de ti sucio pirata!. Con lo último de sus fuerzas se levantó y le propinó un golpe en la mandíbula del pelinegro que apenas lo hizo mover de su lugar.
Al carajo ser amable con ese enano sin duda disfrutará tenerlo como su prisionero favorito le haría sufrir una vez esté en su barco y domar a esa pequeña fiera.
Le devolvió el golpe al castaño el doble de fuerte noqueándolo, lo cargó como si se tratara de una princesa caminando por la borda hasta llegar a su nave no sin antes dar órdenes a sus hombres de quemar el barco llevarse el motín y dar la bienvenida a sus dos nuevos tripulantes a bordo.
A los demás les extrañó ver a un castaño en brazos de su capitán ya que él no solía dejar a nadie con vida sin duda ese hombre dormido tenía algo de especial para perdonarsela, en una habitación lo dejó recostado admirando de nuevo esa belleza que poseía peinando con sus manos la castaña cabellera que era suave y esponjosa, en su pecho sintió una cálidez inexplicable que lo asustó ya que nunca había sentido algo así.
Salió del camarote rápidamente a cubierta para que el viento soplara en su rostro despejando su mente, sus hombres cada quien en sus labores se encontraba y el pelirojo recibía nuevas órdenes.
- Porque le perdonaste la vida a ese hombre Zaphiri?. Le custionaba el rubio a su amigo y capitán.
- No lo sé Ilias no me lo explico tal vez porque demostró tener agallas al enfrentarse conmigo o porque quiero humillarlo por decirme sucio pirata la verdad es que no me lo explico. Decia resignado el pelinegro ya que no tenía una respuesta concreta en ese momento.
- O es porque te gustó admito que tiene una belleza atrayente ¿será soltero o casado? Porque es realmente hermoso que me gustaría conquistarlo. Con voz calma hablaba el rubio.
- Ni se te ocurra Ilias él es mío yo juré que le haría la vida imposible en mi barco. Además ¿tu porque le perdonaste la vida a ese pelirojo? Yo di la orden de que acabaran con todos. Su enojo aumentó cuando su amigo dijo de conquistar al dormido castaño, eso si que no él era suyo ¿suyo? Pero ni se conocían y ya decia que era de su propiedad sin duda el sol le estaba afectando su cabeza.
- Sabes que yo soy alguien pacífico que no le gusta matar aunque sepa defenderme bien hablé con él y le dije que se rindiera si es que en verdad valoraba su vida uniendose a nuestra tripulación aceptó sin dudar. Y tú también desobedeciste tu orden ya que tienes al noqueado capitán durmiendo en tu camarote. Chasqueó su lengüa ya que era verdad desviando la mirada y su amigo con una sonrisa triunfante sabiendo que tenía razón.
- Debo retirarme a preparar todo para la cena si me disculpa mi capitán.
Se fue sin recibir respuesta y esque el rubio podía jurar que no había visto a su amigo así por alguien sin duda la llegada del castaño sería un buen augurio ya que el pelinegro se hundía en una amargura interminable.
El pelirojo fue al camarote donde dormía su amigo pudo llevarse un poco de su ropa antes que el barco se consumiera por las llamas con ayuda de Ilias y el diario que celosamente guardaba Krest pero solo ellos dos sabían de su existencia lo dejó entre sus pertenencias y se aseguró que todo estuviera bien.
Cerca de las 9 de la noche se despertaba aturdido Krest sabía que ese no era su barco y tampoco su cama ya que ésta era más grande que la de él.
Se levantó de inmediato y miró para todos lados entonces divisó sentado en una silla cruzado de piernas el más detestable de las personas.
Ese pirata que con una sonrisa le miraba como burlándose de él, ese que lo golpeó y dolía su mandíbula, sus manos hechas puños dispuesto a abalanzarse sobre él para golpearlo de nuevo; el otro presintiendo su acción sacó su pistola apuntandole desde su asiento.
- Ni se te ocurra cariño es mejor que te portes bien si no quieres morir, en la mesita de noche hay comida recien hecha que preparó mi chef y el tuyo si que son buenos cocinando debo admitirlo, es mejor llevar la fiesta en paz. El otro no quedándole opción obedeció sin decir palabra alguna.
Volvió a sentarse en la cama tomó el plato de comida que consistía en un caldo de pescado con camarones y alguna especia que le daba un delicioso aroma con solo olerlo su estómago rugió.
Su cara fue de satisfacción pura y el otro miraba con ojos brillosos cada gesto que el castaño hacía, era una joya del mar que se les escapó.
Terminó rápido su comida estaba tan deliciosa dejando el plato vació en la mesita y miraba sus pies descalzos aún traía su pijama puesta no deseaba entablar conversación con ese ya que ni su nombre recordaba pero no era necesario hacer algo así, el silencio reinaba en la habitación pero para el azabache eso no le gustaba.
- Como te llamas bello capitán?. Odiaba el silencio así que prefirió romperlo.
- No soy bello deja de decir tonterias mi nombre es Krest capitán del Ganímedes o eso fue antes de que tú atacaras mi preciado barco!. Con sólo oír su voz se irritaba demasiado no había una persona que llegara a hacerlo y éste es el primero que lo logra.
- Tránquilizate cariño que yo aquí soy el que manda, tu barco dejó de existir y te encuentras en el mío así que ten mas respeto eres un tripulante más de éste navío además que estás en mi cama aunque sabes no me molestaría compartir mi lecho contigo cada noche. Rojo de la vergüenza y coraje contenido estaba Krest mientras Zaphiri se levantó de la silla para acomodarse al otro lado de la cama y acostarse.
El castaño se levantó de inmediato de la cama para alejarse de ahí no quería estar cerca de ese osado pirata que era un sin vergüenza, vulgar, estúpido y terriblemente sexy.
Sacudió su cabeza en negativa y en una esquina se quedó parado viendo fríamente al hombre acostado que lo miraba retadoramente sin duda el pelinegro se divertiría con ese castaño sería divertido para él humillarlo aparte de avergonzarlo.
- Ni loco compartiría la cama contigo estúpido, preferiría dormir en el suelo! Se sentó en el frio suelo de madera no le daría el gusto a ese idiota.
- Como quieras encanto pero dejame decirte que ese no es un lugar para nada cómodo que mi cama así que puedes venir y dormir conmigo ya dije que no hay problema. El azabache cerró sus ojos así vestido con botas y ropa sin duda no era para nada elegante pensó el castaño.
Trataría de dormir aunque el otro tuviera razón no era cómodo que la cama pero su orgullo no le permitía reconocerlo tal era su cansancio que se quedó dormido recargado en la pared.
El azabache abrió sus ojos fingió estar dormido y fijó sus orbes cafés dónde yacía un dormido Krest que temblaba ligeramente; por las noches en el mar hacía frio y el castaño llevaba la ligera pijama azul que usaba.
Se aseguró que estuviera 100% dormido y lo cargó para depositarlo en su cama tapandolo con el cobertor le dio un pequeño beso en su frente y de nuevo sintió esa pequeña cálidez se quedó admirandolo hasta que sus párpados pesarón cayendo dormido profundamente al lado de el que sería su capitán del amor.
Los días en el mar pasaban tan rápido en el Antares, dos meses desde la llegada de Krest y las peleas de todos los días con Zaphiri porque aunque no deseaba pronunciar su nombre se le quedó grabado muy dentro de su mente.
Al principio Krest no podía adaptarse a que le dieran órdenes y menos de ese pirata que era el capitán, le hacía la vida imposible humillándolo de una u otra forma pero él que no se dejaba, ya que si le tocaba limpiar el piso éste pasaba ahí y con su bota de cuero pateaba el balde de agua salpicando la cara del castaño éste enojado tomaba otro para mojarlo por completo a él, parecían niños los dos aunque fueran unos adultos.
En su diario plasmaba en las líneas su día a día en el barco Antares y el como se sentía cerca del moreno guardándolo en un lugar dónde solo él supiera su escondite.
Los tripulantes veían la escena asombrados ya que su capitán era alguien serio y con la llegada de él castaño cambió ya que reia seguido ya sea en burla por el otro pero sus ojos tenían un brillo que no explicaban en esos dos meses se acostumbraron a los gritos, peleas e insultos por parte de ambos ya nada les sorprendía.
Krest seguía durmiendo en el camarote de Zaphiri ya que no había desocupados por el momento, Ilias compartía con Lugonis éstos se volvieron cercanos ya que compartían cosas en común, el castaño cómo siempre se negaba a dormir con él así que prefería el suelo pero cuándo caia en los brazos de Morfeo no sentía ni como llegaba a la cama del azabache, despertaba solo en el lecho presentía que era Zaphiri el que lo llevaba hasta ahí.
Ese tonto pirata iba ganando terreno en su corazón sin que él lo supiera y él otro no estaba excento de lo mismo desde que lo vio dormido lo dejó cautivado pero era tan menso que prefería ignorarlo.
Una tarde su pelea fue más fuerte de lo normal la razón es desconocida para los demás el pelinegro no le dirigía la palabra y el otro tampoco sus orgullos eran tan grandes como lo testarudos que eran.
Ilias se acercó a Krest que miraba el horizonte dónde el sol aún no se ocultaba poniendo su mano en el hombro izquierdo y éste volteó a verlo dándole una cálida sonrisa.
Ésto no pasó desapercibido por unos ojos café claro en el timón sabía que ellos eran amigos ya que el rubio era amable con él pero ver que le sonreía a Ilias lo enfurecía más y cómo conversaban amenamente sus celos incrementaban ni siquiera a él le regalaba una de esas sonrisas.
La escena que vio hizo que dudara sobre su amistad y que apretara el timón con fuerza hasta dejar blanca sus manos Krest recostó su cabeza en el hombro contrario no daría un espectáculo ahí mismo, cuándo tuviera una oportunidad le haría unas preguntas a su amigo o mejor dicho enemigo.
Para Krest Ilias le traía una enorme paz un hombre de luz interior, hablar con él era más fácil, los abrazos que le daba eran reconfortantes para su alma sin saber que alguien lo malinterpretaba.
Hablaron trivialidades riendo hasta que el rubio le lanzó la pregunta del porqué estaban enojados sin hablarse en lo mínimo.
Suspiró y le contó que por la mañana Zaphiri lo quería obligar a tener intimidad con él pero se negó hasta que su pelea de gritos pasarón a insultos y con una cachetada muy merecida en el pelinegro que salió furioso del camarote.
Abrió su corazón al rubio y dijo que lo quería mucho pero no podía permitir que lo utilizara como un juguete porque así se sentía sin saber que al pelinegro le costaba admitir que amaba a ese enano y por su torpeza cometía estúpideces.
Ilias le dio otro abrazo y en el oído le susurró que su amigo lo amaba lo conocía tan bien que se lo aseguraba.
Se despidió de él con una cálida sonrisa y fue el momento perfecto para el azabache de interceptarlo en las escaleras tomándolo del brazo en un tirón brusco.
- A que juegas amigo mío? Creí que te gustaba el pelirojo. Escupió las palabras en celos que no pasarón desapercibidos por el otro que sacaría provecho para ver si realmente amaba a su amigo Krest.
- Y si me gustan los dos a ti que más te da?. Que yo sepa a ti no te gusta mi precioso Krest y él esta soltero tendría a los dos solo para mí. Exageraba en su actitud arrogante pero era por un bien mayor y que se diera cuenta de sus sentimientos.
Su enojo pasó a otro nivel tomó bruscamente de la camisa roja a Ilias y lo acercó a su rostro que estaba rojo de la furia.
- Escucha imbécil por muy amigo mio que seas no te da el derecho de jugar con ninguno de los dos, Krest es alguien especial para mí aunque sea un berrinchudo así me encanta yo lo quiero como no tienes idea y no permitiré que juegues con él.
- Vez que no era tan dificil admitir tus sentimientos hacia Krest. Ahora ¿porque no vas y se lo dices a él?.
- ¿Pero que?. Zaphiri estaba desconcertado soltando su agarre.
- Desde el principio lo noté ese hombre te atrajo cuándo lo viste por primera vez, el más sádico y temido de los piratas enamorado de un capitán si que no me lo esperaba el "Escorpión Escarlata" fue capturado en las redes del amor pero sabes el sentimiento es mutuo porque hoy me lo dijo ahora ve y confiesa tu amor yo sólo he sido un buen amigo para él, al que amo es a mi precioso rubí Lugonis somos pareja desde hace una semana pero nos hemos dado cuenta como mirabas a Krest y nos dimos a la tarea de darte celos conmigo ya que te molestabas cada que me acercaba a él tarde o temprano me terminarías reclamando ya que eres impulsivo. Soltó una risita ya que lo conocía lo suficientemente bien.
- Hijo de... cortó la palabra ya que tenía razón. - Gracias a ti pude darme cuenta cuánto lo amo pero antes debo ir por algo a mi camarote.
- Una cosa más Zaphiri no seas un imprudente insinuándote a él ya que piensa que lo quieres para una noche.
- Prometo ya no hacerlo gracias. Un rápido abrazo y se fue corriendo a sus aposentos para buscar algo que necesitaba.
En su andar apresurado por cubierta divisó a ese que amaba como loco admirando el firmamento estrellado su cabello castaño se revolvía por el aire dejó de admirar a esa belleza para buscar esa guitarra que tenía guardado en un baúl y cantarle una canción que sería su mudo testigo del amor que esa noche nacería.
Cuándo la encontró agradeció a los dioses que estuviera limpia e intacta ya que no la usaba en años, nervioso como nunca se dirigió a dónde se encontraba Krest que admiraba las estrellas en especial la constelación de Escorpio.
Estando de espalda no miraba como el pelinegro nervioso se quedaba a escasos pasos de él.
El primer acorde sonaba tranquilo la melodía era calmada que el viento se lo llevaba para que llegara al cielo y lo escucharan los dioses viendo una escena romántica entre los mortales la voz de Zaphiri empezó a cantar.
<<Quizás somos dos locos incurables tal vez somos dos chispas en la oscuridad, quizás es que lo nuestro no quisiera tratar de comprender nuestra mejor verdad y no importa la distancia de tu puerto que pongan siete mares entre tu y yo, no importa soportar las tempestades mi faro es tu mirada y tu amor mi paz.
Tu pirata soy yo y mi mar es tu corazón, mi bandera tu libertad, mi tesoro poderte amar.
Tu pirata soy yo, tu querido ladrón de amor en mi proa tu nombre va.
Tu pirata soy yo.
Porque no han entendido que no hay edad, color, razón ni condición ni tiempo para el amor.
Eternamente amor navegaremos completamente unidos sin mirar atrás pérdidamente amándonos al viento sin nudos en la mente y con la cara al mar, la rueda del timón abrazaremos con rumbo a aquella estrella que te prometí volando en un velero por la espuma, flotando entre la brisa de la súplica.
Tu pirata soy yo y mi mar es tu corazón, mi bandera tu libertad, mi tesoro poderte amar.
Tu pirata soy yo, tu querido ladrón de amor en mi proa tu nombre va.
Tu pirata soy yo>>
El pelinegro en toda la canción no despegó su mirada de los iris verdes que miraban con miles de emociones al otro que en cuanto escuchó esa voz volteó para encontrarse con su amor que tocaba la guitarra.
Su corazón latía a mil por la canción que encajaba perfecta a ellos la voz de Zaphiri era tan melodiosa, la última estrofa de la letra y terminó de tocar el instrumento.
- Krest no puedo más te amo, sé que en la mañana me porté como un idiota pero eso ya lo sabes tú. Aunque tuve un poco de ayuda para darme cuenta de mis sentimientos hacia ti, ésta canción te la dedico ya que encaja perfecto mi hermoso capitán perdóname te amo más que mi barco y todas las riquezas del mundo.
El castaño soltó una risita, era lo más hermoso que le había pasado en su vida, tan romántico que creia estar en un sueño pero era realidad se acercó a ese tonto pirata dueño de su corazón.
- Te perdono Zaphiri y si eres un verdadero idiota pero sabes mi amor por ti es más extenso que el mar, tú un osado pirata lograste enamorarme con tus idioteces y tu forma infantil, cada berrinche me enamoraba y creo que ahora ya no podré negarme a dormir contigo en la cama, ya que somos pareja ¿verdad?. Rodeó con sus brazos el cuello del pelinegro pero la diferencia de altura era algo considerable obligándolo a bajar un poco.
- Por supuesto que si capitán de mi vida de ahora en adelante navegaras el timón de mi corazón. Juntarón sus frentes demostrándose su cariño.
- Oh mi sucio pirata que se ha robado mi corazón sin darme cuenta. Unierón sus labios en un tierno beso que sellaría su amor.
Porque como dice la canción Tu querido ladrón de amor se refería a como se conocierón cuando robó el motín del capitán y no sólo eso se llevó sino a Krest también.
En mi proa tu nombre va da entender que es dónde lleva tatuado en lo más profundo de su ser el amor hacia el castaño.
Tu Pirata Soy Yo el único dueño de todo su ser el capitán que se convirtió en un pirata robandose el corazón de alguien temido y sádico en el oceáno llamado el Escorpión Escarlata.
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Hola mis amores esperó que les haya gustado este one-shot ya que la canción de Chayanne me inspiró a escribir algo romántico por eso lleva el título espero no tener problema con derechos de autor de la letra.
Mi querida Mabeline tenias razón ya que logró inspirarme demasiado y por eso te dedico esta historia.
Eres una gran persona y las conversaciones que tenemos son interesantes.
Me despido con mucho amor
Atte. Skarlet Antares 🦂❄💙
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