Atsushi despertaba con pesadez, sus ojos estaban tan hinchados de tanto llorar, y su cabeza le dolía en grande. Podía sentir un firme palpitar en ella. Salió de su cama con un terrible dolor de huesos, sus músculos le estaban matando. Simple y sencillo, se puso sus pantuflas y fue por algo de leche a la cocina, estando allí pudo escuchar bullicio, su dolor no lo quería dejar ir y aun así se acercó, se asomó hacia la sala escucho a sus padres discutir. Su novio estaba allí también.

- Si, hablamos con él... - dijo Dazai – le dije quien fue mi amante y por qué, Atsushi lo sabe todo

- Aay por dios Osamu – se quejó Chuuya - ¿Cómo puedes hacer eso dos años después? Ya quedo en el pasado, te perdone y él no se había enterado

- Chuuya, debíamos hacerlo porque... mi amante, mi amante...

- Yo fui su amante – dijo claro y serio Ryunosuke.

Chuuya se quedo impactado, incluso Osamu al verlo tan decidido al decirlo.

- Yo, Akutagawa Ryunosuke fui su amante, yo mismo lo seduje y me acosté con él, yo fui quien le causo tanto daño a usted Chuuya. Y ahora a Atsushi

Akutagawa se quedo con cabeza baja, Atsushi estaba allí asomado sorprendido, Osamu no sabía que hacer, pero Chuuya se levantó, apretaba sus labios, alzo su mano y aunque tembló de hacerlo, lo hizo. Le dio una cachetada a Ryunosuke, se lo esperaba, pero no tan fuerte, no regreso la cabeza, mucho menos la mirada. Chuuya comenzó a llorar

Ahora todo tenía sentido, porque Osamu se negó rotundamente cuando lo vio, por que las constantes peleas entre ellos dos, los desprecios, Chuuya sabia que Ryunosuke era un chico excepcional, quería que se casara con su hijo y ahora, simplemente no sabia nada. Sus pensamientos seguían atormentándolo hasta que escucho a su pequeño hijo – Papi

Chuuya abrió sus ojos, volteo a ver a su pequeño, estaba tímido y con sus ojos llorosos. Osamu y Ryunosuke también lo habían visto. Fue corriendo a abrazar al pequeño Atsushi – perdóname, cariño – dijo Chuuya – todo esto es mi culpa...

- ¿de que hablas papi? Nada de esto es tu culpa

Chuuya siguió llorando, miro el rostro de Atsushi y limpio sus lágrimas – me siento tan culpable, por darte un padre tan... estúpido, ambos teóricamente – Atsushi comenzó a reír, abrazo fuerte a Chuuya

- Te amo papi...

Estuvieron abrazados alrededor de cinco minutos, Chuuya por fin limpio sus lagrimas respiro profundo y miro a ambos alfas, suspiro nuevamente ahora más profundo y los miro – y bien ¿ustedes dos que pretenden?

- Haré lo que Atsushi diga – dijo Ryunosuke

- Yo, no sé que es lo que necesites Chuuya, como dijiste, lo que paso fue hace dos años, pero ahora con esto. No sé que decisión querrás tomar

Chuuya se sentó, esta vez lejos de Osamu – bien, ¿Por qué ustedes dos se acostaron? – cuestiono molesto Chuuya – ambos son alfas ¿Qué iban a conseguir?

- Atención – respondieron ambos al mismo tiempo

- Es temeroso ser un alfa, perfecto y dadivoso, el concepto de tener que ser exitoso me tenia aterrado y, bien, Dazai-san llego a la escuela a decir cosas como que no era necesario y no pude evitar ir por él, me sentía seguro y sin necesidad de ser exitoso – explico Ryunosuke a Chuuya

- Yo simplemente fui egoísta, Chuuya eras tan demandante por que querías que Atsushi estudiará en el extranjero y te centraste tanto en el trabajo, y yo teniendo el mío, no nos veíamos, y casi siempre estaban pendiente de Atsushi. estaba volviéndome loco, y Ryunosuke me puso la atención de más, caí. Caímos...

Chuuya los miro y suspiro – no puedo evitar estar molesto – explico – pero es cierto que tu y yo fuimos a terapia de pareja y acordamos perdonar aquel suceso, simplemente que es un impacto esto – añadió. Miro a su hijo – Atsushi ¿tu que quieres?

Atsushi suspiro – por ahora, quisiera dormir como 3 días seguidos – explico – pero no puedo.

Chuuya comenzó a reír - ¿quieres ir con un psicólogo para procesar esto? Iremos los cuatro si tu lo deseas

Atsushi los miro, sus caras angustiadas, lo sabía, estaban totalmente angustiados, preocupados y desesperados. Se sentía mal por ellos, pero él también se sentía mal. Bien decían que el pasado quedaba atrás y lo importante era el presente. Aun sin saber que su novio se acostó con su padre. Ryunosuke le había explicado a detalles por que estuvo con un profesor y sobre sus sentimientos en ese momento, ahora con él era algo diferente. Sabia que el chico y él se querían de verdad y que tenia la suficiente responsabilidad para aceptar lo que paso y enfrentarlo.

Atsushi suspiro profundo y miro a Chuuya – papi, quiero ir a terapia, por favor

- De acuerdo – menciono sonriente

Atsushi los volteo a ver de nuevo – entiendo que ustedes dos tuvieron un pasado, así que, como dijo papi, es pasado, pero necesito un tiempo para entender todo esto, así que con la terapia quiero mejorar esto. Por el momento, Ryunosuke

- ¿sí?

- Tu y yo... Terminamos

- Si lo entiendo – respondió desanimado

- Aun así, espero que vayas a terapia conmigo, y lo resolvamos. No quiero sentirme presionado siendo tu novio, y que después sienta que hice algo malo. Entenderé si quieres irte

Ryunosuke se acercó, tomo las manos de Atsushi, ambos se miraron, el azabache lo miraba con total tristeza en sus ojos, pero con una pequeña sonrisa – Atsushi, esperaré por ti, así tenga que esperar renacer y buscarte, cuantas veces sean necesarias

Atsushi sonrió ligeramente. – de acuerdo.

2 años después

Era la graduación de Atsushi, por fin terminaba su carrera, cuando lo vio llegar con un enorme ramo de flores, gardenias en realidad eran, 50 de ellas. Atsushi sonrió con ternura al verlo, pero sus padres lo interceptaron en un enorme y fuerte abrazo - ¡Cariño lo hiciste! – grito Chuuya

- Estamos orgulloso de ti – dijo Osamu

- Gracias

Chuuya tomo una fotografía tipo selfie para presumirlo a sus compañeros de trabajo, Atsushi se acerco a Ryunosuke llamando la atención de sus padres. Ryunosuke le sonrió y extendió el ramo de gardenias – felicidades Atsushi.

- Gracias Ryu – dijo sonriente el menor - ¿vienes a comer?

- Me encantaría.

La terapia había dado sus frutos, los cuatro o mas bien, los cinco por la madre de Ryunosuke, convivían muy bien, Atsushi y Ryunosuke seguían sin volver, pero el azabache no había abandonado al menor. Estaba dispuesto a todo, y se había vuelto un seguro en la familia, pues si sabían que algo pasaba, Ryunosuke lo encontraría.

Tuvieron altibajos, claro, muchos alfas se acercaron a Atsushi, pero el joven albino los rechazo a todos, cuando el azabache recordó lo difícil que era conquistarlo se calmo pero jamás bajo la guardia.

Ryunosuke fue a terapia con Atsushi, y ambos entendieron que sus errores pasados no debían afectar su presente. Así como dejar de pensar en Osamu como "el padre de mi novio" y hablan de el como si fuese un maestro que tuvo una aventura. Aquello ayudo bastante.

Llegando al restaurante, los cuatro terminaron platicando mientras llegaba la comida, Atsushi moría por una pizza de doble queso y verduras.

Osamu y Chuuya estaban tomando un café tranquilamente mientras platicaban con Akutagawa, si, todos se llevaban bien, no se sentían incomodos, pero repitiendo, Atsushi y él no habían regresado. Atsushi se había levantado al baño, entonces, ambos adultos miraron al azabache – ¿y bien?

- ¿y bien? – pregunto Akutagawa confundido

- Aay vamos chico, tu y mi hijo, ¿Cuándo regresarán a ser novios?

- Ah – Akutagawa se había puesto totalmente rojo – Aun no me siento seguro de que él quiera volver y, bueno...

- Vamos, pasan todo el tiempo juntos – se quejó Dazai – que cobarde eres Ryunosuke

- Ya se que mi hijo es algo duro – menciono Chuuya apenado – pero estoy seguro de que, si lo pides, no perderás nada.

Akutagawa suspiro, les sonrió a ambos – gracias por el apoyo

Un par de días después, Atsushi estaba relajado, había conseguido trabajo antes de su graduación, pero aún no entraba, pues al ser estudiante tenia tramites que terminar, así que ese día sin tener mucho que hacer, termino relajándose en una cafetería. Más específicamente, con un agua de limón y pepino. Claro, era mediados de primavera, los cerezos andaban revoloteando, y el calor comenzaba.

Entonces, se sorprendió, al ver al azabache entrar a la tienda con un compañero, se veía lindo, tierno, claramente parecía un omega. Atsushi se quedó callado observando, habían pedido varios cafés, imagino que era para sus compañeros, pero ese chico no dejaba de sonreírle y querer tocarlo, aunque claro, Ryunosuke no le gustaba tanto el contacto.

Su corazón latía rápidamente, molesto. Tomo una fotografía discretamente, entonces, los vio irse.

Por la tarde noche, Ryunosuke y el salieron a ver una película, Atsushi miraba al azabache de arriba abajo, no olía diferente, ni tampoco tenia alguna marca, el mismo vio como lo evitaba, pero se sentía molesto. Lo volteo a ver por fin, sorprendiendo al azabache – Jinko ¿Qué pasa?

- ¿Quién es ese omega?

- ¿eh?

Atsushi saco su celular mostro su foto – este – dijo exigente.

- Ah, es un nuevo chico, es parte de la recepción

- ¿y por que fuiste por café con él?

- ¿me vigilabas?

- No, es que estaba por allí

- ¿y por que no me hablaste? Te hubiera presentado

- Ryunosuke contéstame

- Es un chico apenas, esta haciendo su curso de verano como recepcionista, solo tiene 16 años

- Es muy bonito, cabello rubio, sus ojos son ese tono amarillo dorado y

- Los únicos ojos amarillos que adoro son los tuyos

Atsushi se sonrojo, Ryunosuke le sonrió tiernamente – Atsushi

- ¿mmm?

- ¿Por qué actúas así?

- Porque – se quedo callado, lo miro – por que sí, quiero saber

El mayor no pudo evitarlo, abrazo a Atsushi por la espalda dejándolo totalmente rojo, recargo su barbilla en su hombro y se miraron ligeramente – Atsushi

- ¿qu-que quieres? ¿Por qué me agarras así?

Ryunosuke lo apretó, Atsushi se quejo ligeramente pero el azabache no lo soltó, podía sentir su calidez – Atsushi, ¿puedo volver a ser tu novio?

Atsushi se había puesto totalmente rojo. - ¿vas a salir con ese chico rubio?

Ryunosuke sonrió, soltó ligeramente a Atsushi y lo volteo, seguían abrazándose – lo ayude por que es un chico pequeño y hoy no tenia mucho trabajo, no puedo evitar ser una persona amable, por que el amor de mi vida me hizo sentirlo

Atsushi podía verlo directamente a los ojos, se sentía avergonzado, subió sus brazos a su cuello para abrazarlo – tienes que prometerme que serás siempre mío

- Siempre he sido tuyo.

- Esta bien, seremos novios – dijo como si fuese un capricho – pero

- ¿pero?

- Tenemos que planear muchas cosas

- ¿Cómo qué?

- Viajes de pareja, fotografías de pareja, quiero unas playeras iguales y

- ¿anillos iguales? – pregunto sonriente

Atsushi le sonrió devuelta – sí, quiero anillos

- Perfecto.

Unos días después, Atsushi conoció a los compañeros cercanos de Akutagawa, incluyendo al chico, su nombre era Kenji y aunque era un omega, no estaba coqueteando, simplemente era nuevo en la ciudad y temía perderse.

Unas semanas después, les dieron la noticia a sus padres y estos celebraron en grande haciendo una fiesta sorpresa en casa para ambos, solo algunos amigos y sus padres. Esa noche, Dazai se acerco con dos vasos de whisky a Ryunosuke – Dazai-san

- Akutagawa, te diré una cosa

- ¿sí?

- Siempre has sido perfecto para mi pequeño

- Ya no lo diga – se quejó – a veces me da asco

Dazai se puso a reír, y luego lo miro - ¿planean casarse?

- Mencionamos anillos, pero no fecha o algo. Atsushi entra a trabajar el lunes así que tomaré algo de tiempo para que todo siga fluyendo

- Me gusta tu idea, perfecto. Que fluya

Alzo su vaso y Akutagawa le siguió, las chocaron mientras Dazai sonrió – por que siga fluyendo

- Por que siga fluyendo

Atsushi estaba jugando con una de sus amigas, miro a ambos y se acercó – papá ¿Qué le haces a Ryu?

- Brindo con él

- Ah, tonterías – dijo el albino tomando el brazo del azabache – ven acá

Dazai comenzó a reír de verlos marcharse, pero a su lado llego su esposo – Chuuya

- ¿sí?

- Son muy lindos juntos

- Si, así es. – le sonrió a Dazai – no lo arruines

- ¿y yo por que lo haría? – se quejó, pero Chuuya solo reía de ello.

Eventualmente, al año siguiente se casaron, fue una ceremonia pequeña, divertida, solo amistades y familia cercana, Gin estaba feliz por tener a Atsushi como su nuevo yerno, y claro, no paraba de preguntar por nietos, pero ambos pidieron tiempo.

La luna de miel solo duro una semana, pues ambos trabajaban, a veces no tenían mucho tiempo para verse por lo que el poco tiempo lo aprovechaban pasándola bien, y si, hubo peleas, pero cosa pequeña.

Al final del día, ellos estaban entrelazados. 

...

Aquí llego al final, tengo planeado extras cortos y divertidos, espérenlos 

¡Gracias por leer!