Frustración

Antes no le hubiera importado observar de lejos. Es más, habría pasado de ello y seguido con su vida. Sin embargo, ahora las ganas de besarla frente a toda la clase y reclamarla como suya no faltaban en el ruedo.

—Izubroh. —Llamó Kirishima—. ¿Estás bien?

—Ah, sí. ¿Kirishima-San? —Volvió a sus sentidos.

—Perdón si te molesto, pero pareces enojado con Todoroki. ¿Te hizo algo malo?

—Ah, no, no, para nada. —Negó, aunque era obvio que mentía.

Volvió a mirar al frente, encontrando a la vicepresidenta de la clase hablando con Shoto, quien empezó a mostrar pequeños rastros de felicidad en su rostro, a pesar de su genuina inexpresidad. Esto molestaba a grandes razgos al pecoso y deseó con todo su ser que una tetera con agua hirviendo cayera del cielo, olvidando que Todoroki era su amigo.

—Entonces... ¿Es por Yaoyorozu-san? —Volvió a preguntar, poniendo un poco incómodo a Izuku. El pelirrojo se dio cuenta, así que la actitud entrometido que Mina había inculcado en él hizo presencia—. Parece que ella y tú estén en algo serio, como en una relación. Últimamente dan esa sensación por lo unidos que se han vuelto.

—¿Eso es lo que piensas?

—¿Eso es verdad?

—Entrometerse no es de hombres. —Contraatacó.

—Ouh, bueno, lo siento mucho, Izubroh, si te incomodé. —Se lamentó al olvidarse de sus propios principios.

—No te preocupes. —Lo tranquilizó—. Sé que te preocupas por mí y lo agradezco, solo te recomiendo que no te dejes influenciar mucho por Ashido. —Agachó los hombros—. Sé que es tu novia, pero eso de entrometerse en la vida de otros no es muy bueno a veces.

—Có-o-cómo sabes-. —Fue interrumpido.

—No son muy discretos. —Respondió, ganándose una risa nerviosa de Eijiro.

Izuku notó como Momo y Todoroki iban saliendo del salón con rumbo a quien sabe donde. Se alarmó y sin importarle la presencia de su amigo rojo, guardó sus cosas y decidió seguirlos.

—Oh, ya entiendo. —Kirishima dijo para sí mismo viendo la actitud de Izuku—. Ve por tu chica, tigre.

Este no le tomó importancia a lo dicho anteriormente, ya que había salido a toda velocidad del salón dispuesto a llevarse, incluso si necesitaba cargarla, a Momo del lado del bicolor.

—Deku-kun. —Sin embargo, hoy no era su día—. ¿Podemos hablar por unos minutos?

Al ver que tanto Yaoyorozu y Shoto ya no estaban a la vista, suspiró en señal de rendición. Había evitado hacer algún tipo de contacto con Ochako, ya que si lo hacía, significaba tocar un tema que para él no sería importante para su futuro. No obstante, Momo tenía razón, si quería empezar una relación con ella, primero tenía que botar afuera todo lo que sintió al ser rechazado por Uraraka, así poder estar en paz consigo mismo y no albergar cualquier sentimiento ajeno a lo que siente por Momo.

—Vamos al gimnasio, ahí podemos hablar tranquilos. —Cerrando los ojos, empezó a caminar.

Lo único que quería era terminar de hablar con Uraraka e ir con Momo, para hablar y, después, comérsela a besos. Bueno, lo que pase primero.

—Podemos volver a ser amigos.

Después de una larga charla, donde palabras guardadas desde hace mucho eran soltadas. Aunque la situación se había tornado un poco extraña, Izuku hacía lo posible por irse de allí.

—Deku-kun, terminé mi relación con Bakugo. —Izuku no era tonto, sabía lo que venía y no iba a gustarle.

—Me alegro por ti. Kacchan es un idiota. —Sonrió—. Si es todo lo que tienes que decir, me voy.

—Te-tengo... Tengo algo que decirte.

Uraraka no lo iba a permitir. Admitía que se equivocó al rechazarlo en primera instancia, pero estaba ciega al creer que Bakugo era lindo a su manera, ignorando la luz que Deku irradiaba cada vez que sonreía. Ella más que nadie sabe qué él se merece a alguien mejor, pero no quería dejarlo ir, no ahora cuando estaba decidida a afrontar sus sentimientos reales.

—S-sé que es tonto hablarlo ahora, pero... —Sujetó la manga de la camisa de Izuku, evitando que se fuera—. Me gustas, Deku-kun, sal conmigo.

La vida de vueltas: la persona que lo rechazó antes, ahora estaba declarando su amor. Un acto hipócrita si se habla de sentimientos, pero, ¿desde cuando ellos se mantienen fieles a sí mismos? Izuku lo tiene bien en claro, el pasó de estar enamorado de la castaña a morirse por estar al lado de Momo.

No podía culparla por su declaración, aunque tampoco podía corresponderla.

—Lo siento mucho, Uraraka-san. —El mundo de la futura heroina comenzó a fragmentarse—. Me gusta otra persona.

Izuku sonrió, recordando a Momo, teniéndola siempre en mente. Tenía que admitirlo, estaba muy enamorado de ella y esperaba verla pronto.

—¿E-es Yaomomo? —Lamentaba su propia estupidez, de haber dejado ir como si nada a Izuku y ahora tratar de recuperar su amor.

—Sí.

Uraraka lo sabía, su amiga e Izuku se volvieron demasiado cercanos, hasta el punto de pasar noches juntos. No tenía derecho alguno de llorar, ya que el corazón que rompió fue arreglado y aceptado por otra persona. Tenía que estar feliz por él, por Izuku, pero sus lágrimas demostraban lo contrario.

—Y-yo... —Mordía su labio, aguantando el dolor emocional del momento—. N-no hay nin-guna esperanza para m-mí, ¿verdad?

—Amo a Momo, Uraraka-san. —Volvió a sonreír, seguro de su afirmación—. Eso no va a cambiar.

No le dolió ser rechazada, sino, recordar por enésima vez que ella pudo estar en el lugar de la pelinegra si hubiera hecho las cosas bien. Trató de imitar la sonrisa del pecoso, tenía que demostrar que era fuerte y que no le afectaba tanto. Además, sabía que el dolor iba a ser pasajero, que aquí en unos años recordaría esta situación con nostalgia y alegría. Sin embargo, las lágrimas y pequeños gritos desgarradores no paraban de ser emitidos por la misma Ochako. Aunque tapara la boca con sus manos, el desastroso semblante se notaba a leguas.

—¿Uraraka-san? —Él más que nadie sabe lo que se siente ser rechazado, aun así, no estaba seguro de que hacer.

Anteriormente, Izuku se encerró en su habitación por las noches y el resto del día la pasaba entrenando para sobrellevar el rechazo.

—L-lo siento mu-mucho. —Era desolador verla en ese estado, bueno, ver a cualquiera sufrir. Por lo que Izuku la rodeó con sus brazos, tratando de darle algún tipo de consuelo.

Uraraka no podía más, había perdido a Izuku para siempre y ese abrazo solo significaba la redención de él con ella, no más. Midoriya encontró la paz en otra mujer y debía de apoyarlo de ahora en adelante. Pero en ese momento de debilidad que tenía, no pudo quitarse de la cabeza la idea de estar cerca de él, que tal vez no todo estaba perdido y tenía que seguir luchando. Miró a sus ojos con decisión y decidió acercarse a su rostro con el valor que carecía.

Al parecer, el contacto terminó en menos de lo que comenzó, confirmando de una vez los límites de una ilusión.

Tanto el peliverde como la castaña lo entendieron; sin embargo, la persona que Deku quiso que jamás viera lo ocurrido, no lo hizo.

—¿I-Izuku?

Sin haberlo previsto, Momo había aparecido detrás de ellos. El nombrado volteó a verla con temor y no se equivocaba, ella vio todo.

—Momo. —Susurró, alejándose de Uraraka.

—¡Er-eres un imbecil! —Después de decir aquello, empezó a correr.

—E-Espera. —Izuku hizo lo obvio: correr tras ella.

La persecución pasó de ser del gimnasio a los dormitorios, donde cada persona que los veía, pensaban que algo malo pasó entre ellos y que Midoriya tenía que ver con gran parte de la culpa. Si no, ¿por qué Yaoyorozu estaría llorando e Izuku desesperado por hablar con ella?

—Momo, escúchame.

—¡No te quiero oír! —Gritó sin dar la cara.

—Por favor, puedo explicarlo.

Puso su mano en el hombro de ella tratando de detener su andar. Aunque se arrepintió luego de unos segundos, al ver su rostro inundando de lágrimas. Su garganta, de pronto, ya no era capaz de emitir algún sonido, es más, hasta su cuerpo quedó en un estado de quietud.

—¡Sueltame! —Dio una bofetada a la mano de Izuku para seguir con su camino.

—¡Momo, espera!

Reaccionó con un grito, aunque no sirvió de nada, ya que la pelinegra había cerrado con llave la puerta de su cuarto.

Fue ahí donde entendió la crudeza de la vida y la forma en la que se ríe de uno sin piedad. Todo lo que construyó por varios meses, fue destruido en unos minutos por él mismo. Se sentía culpable al no haberlo evitado, de haber defraudado a la persona que lo rescató de la inmensa soledad. Peor aún, haber roto su corazón.

Hola, soy DekuSama y quiero decir que falta un capítulo para que esta historia termine o eso es lo que planeo xd

La cosa es que necesito que digan que historia quieren que haga. Tengo 4 opciones y espero que voten para saber cual les gustaría.

Aclaro que Toga y Nejire tienen 3 votos por las anteriores encuestas que hice. Además que Nejire tiene 1 punto por voto mío, ya que ya la empecé a escribir. Pero al final ustedes escogen.

Opción 1:

Opción 2:

Opción 3:

Opción 4:


Si preguntan por qué cada historia mía empieza por Entre, la respuesta es fácil:

Iba a hacer una saga de historias lineales. ¿A qué me refiero? Pues, tuve la idea de que Izuku estuviera en varias relaciones en su estancia en la UA, empezando por Uraraka, luego por Mei, Momo, Kendo, Mirko, Toga y Nejire. Aclaro, no iba a ser harem, tenía la idea de que esas relaciones terminasen e Izuku aprendiera algo de ellas. Pero al final no salió como esperaba y bueno, se me ocurrieron otras cosas, así que decidí cancelar la idea.

Bueno, si ustedes quieren puedo hacer algo así en una sola historia, ustedes deciden.

Sin más que decir, muchas gracias xd.

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