—¿Lo que quiera?

Se me olvidó por completo lo que iba a decir antes, y a cambio, me perdí en sus profundos ojos y balbuceé alguna incoherencia.

—Soy un hombre de palabra, me puedes preguntar y pedir lo que sea, siempre y cuando no vaya contra la ley.

—Ehhh... —Jungkook sonrió, mostrándome una hilera de perfectos y blancos dientes.

Dios, qué sonrisa.

Sus ojos se hicieron una línea y sentí que mi corazón se saltó un latido, o de plano se paró por completo.

Fui a mi casa, —el pequeño apartamento que había rentado días atrás cuando terminé de sacar mis cosas del dormitorio universitario— pensando en aquellos hermosos ojos, mirándome, y en la reacción de mi polla palpitando, necesitando el contacto. No podía ser de otra manera, me masturbé, pensando en él y cada maldita gota de semen que derramé, fue gimiendo su nombre.

» Regresé por la tarde para instalarme. Jungkook me había entregado un juego de llaves así que entré sin inconvenientes. Ingresé a la habitación que me había indicado sería la mía y lo primero que veo es que la puerta del baño estaba abierta, y se escuchaba el agua de la regadera caer y dar contra las baldosas.

Me acerqué silenciosamente ¿acaso había alguien en la casa? Me asomé a la puerta de cristal empañado, no era completamente transparente, pero tampoco dejaba nada a la imaginación.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ