El día es perfecto

Tranquilo, el día empezaba bien, nuestros héroes disfrutan de su tiempo libre. Sin preocupaciones ni ataques a los ciudadanos, ni siquiera Eggman a la vista.

— Tails ¿por qué mejor no descansas un rato? ¡disfrútalo!, pocas veces tenemos la oportunidad de descansar - dice Sonic, acostado sobre una hamaca mientras contempla el trabajo de su compañero.

— Aunque quisiera dejar el trabajo de lado no puedo, la gente necesita esta preciosidad - contesta con cierto cansancio, realmente le gustaría descansar un poco pero, prefiere terminarlo lo más rápido posible.

— No deberías exigirte tanto - Interrumpe Cream al taller con una bandeja y un plato lleno de frutas frescas y cortadas, acompañados de una limonada fresca con hielo y vasos para sus amigos — Sonic tiene razón, deberías descansar aunque sea un poco.

— Tal vez... - Tails no quiere ser grosero e ignorar la preocupación de sus amigos, así que se une al pequeño almuerzo preparado con cariño.

Ambos se acercan tomando un vaso de limonada de la bandeja, ¡es rica y refrescante para un día un tanto caluroso!.

- Gracias por el detalle Cream - Guiña Sonic con una sonrisa, la pequeña coneja asiente contenta, adora llegar con meriendas al taller. Le encanta preparar comida para sus amigos.

- No es nada chicos, ¿dónde está Amy? - confundida, revisa con la mirada por el taller pero no hay señales de ella.

- He tratado de contactarme con ella esta mañana para que me ayudara con mi invento - Señala la caja de comunicaciones desarmada - Pero me dijo que estaría ocupada todo el día.

- Pues se está volviendo una costumbre no verla por aquí - Argumenta el erizo con cierto tono irritado, pues los tres saben perfectamente donde se encuentra.

Es normal no encontrarla en su hogar, o verla llegar al taller como antes junto con Cream para almorzar todos juntos. Desde que Shadow dejó de trabajar para Eggman, se ha vuelto algo incómodo.

Rouge y él trabajan en el equipo pero, tenerlos cerca hace las cosas difíciles, aún no logran acostumbrarse a la presencia de dos nuevos integrantes, mucho menos cuando fueron tus enemigos.

- Ya veo... - Responde afligida, bajando ambas orejas con tristeza, extraña mucho la compañía de su mejor amiga.

— ¡Por todos los cielos!, eres realmente desesperante - Dijo Shadow con total desesperación, Amelia no lograba nada.

Su control con las esmeraldas era terrible, tanto tiempo tratando de perfeccionarlo no lograba sacar ni pequeño destello. Tenía que ser paciente, pero Shadow parece no conocer la palabra.

- ¡Es difícil concentrarme!, hago lo que puedo, ¡¿de acuerdo?! - Arrepentida por haberle pedido ayuda al azabache, ahora ya no podía rechazarlo, temía que creyera que era debil e inutil.

No quería que esa imagen se mantuviera, quería dar lo mejor de si pero cuando se esforzaba, parecía echar a perder las cosas.

Shadow no luce calmado, mucho peor, su rostro indica molestia y no parece tener remedio, todo se torna peor cuando Amelia parece guardar silencio y concentrarse.

Pero nada funciona y entonces, el día comenzó a apagarse y el sol a ocultarse. Ella está tan cansada y su energía no daba para más. Está muy, muy decepcionada.

Cabizbaja, se acerca al árbol donde el azabache reposa sobre una de sus ramas.

- ¿Lo lograste? - Con cierta burla en su tono de voz, musita al abrir sus ojos y bajar de la rama con facilidad, cogiendo la esmeralda de las manos de la eriza para después, guardarla en sus púas.

- No entiendo por qué no logro hacerlo, aprender el Chaos Control significa mucho para mi - suspira con decepción, ignorando la burla del vetado, no tiene el humor para contestarle.

Dudoso de decirle, no sabe si lo correcto sea que aprenda algo tan complicado, le falta demasiado para aprender, pero verla molesta le causa gracia y... ciertamente es más interesante que permanecer solo en su casa.

- Te hace falta concentración, cuando la tengas, lo habrás conseguido - Y justo como un destello, desapareció dejándola sola en el parque.

Amelia acomoda sus púas al notar la brisa, debe volver a casa antes de que se oscurezca. Las luces del parque se encuentran dañadas y no podrá ver entre la oscuridad, así que, a paso veloz, se aproxima a su hogar.

Tal vez, debería seguir los consejos de Shadow, después de todo tiene más conocimiento que yo sobre las esmeraldas.

Aunque, debería preguntarle a Knuckles también, estoy segura de que puedo conseguir algo de ayuda.

Aprender la técnica puede fortalecer mi fuerza y agilidad, mis dones en peleas cuerpo a cuerpo serán excelentes y así, puedo proteger a los que quiero. Batallas donde Eggman no quiera secuestrarme y mis amigos no tengan que pasar por el dolor.

De pronto, la luz de mi comunicador se enciende y un pitido empieza a escucharse, aprieto uno de los pequeños botones de la pantalla y contesto a la llamada.

- ¿Alo? - Bromeo cuando veo el contacto, Sonic parece más preocupado cada día que no aparezco en el taller, extraño pero a la vez me emociona.

- ¿Dónde estás?, ¿estás bien? - Parece preocupado, relajo mi caminar cuando puedo divisar mi casa a unas cuantas cuadras.

- Perfecta como todos los días - Recuerdo con tranquilidad, limpiando el sudor de mi frente con mi brazo derecho - ¿Cómo les va?, estoy a punto de llegar a mi casa.

- Estamos bien, estas no son horas para estar en la calle Amy, si Eggman aparece no sé que voy a...

- Si Eggman apareciera, estaría bien por que le patearía el trasero con facilidad - Interrumpo con algo de molestia, no me parece correcto, tiene que empezar a verme diferente y que entienda, que a pesar de saber que él siempre va a cuidar de mi, puedo protegerme y pelear por mi cuenta.

- Lo sé, ¿acaso está mal que me preocupe por ti? - Musita como si fuera la víctima, abro la pequeña reja de jardín de la entrada de mi casa y tras cerrarla y pasar mi hermoso cultivo de flores amarillas, respondo.

- Estás siendo sobreprotector, prometo que mañana entrenaremos todos juntos, ¿qué te parece? - Espero a que conteste y parece más animado cuando lo digo.

Aceptó con gusto, y quedamos de vernos en la mañana para correr juntos y luego, almorzar con Tails y Cream en el taller como antes.

Cuelgo la llamada cuando nos despedimos y entro a la casa, pequeña pero con lo necesario.

Hace un año, Eggman atacó con robots muy grandes y poderosos la ciudad, peleamos y rouge y Shadow se vieron obligados a ayudarnos a detenerlo.

Estaba loco, era muy diferente al doctor que conocíamos y tenía intenciones muy fuertes de querer destruir nuestro mundo. Pero como siempre, lo logramos y luego, no ha vuelto a aparecer.

Algunos medios especulan que él cambió y ahora se mantiene en su guarida viviendo tranquilamente alejado de los problemas.

Pero nosotros seguimos a la espera de su próximo ataque. subo las escaleras, sigo hasta llegar a mi habitación, quito el comunicador de mi muñeca y luego, entro al baño quitándome la ropa para darme una ducha y relajar los músculos antes de dormir.

El agua va a tranquilizarme, a tirar el estrés y dejarme dormir para mañana, tener toda la energía que perdí en el entrenamiento.

Cuando salí del baño, ya estaba lista para dormir incluso con mi pijama puesta y mis púas secas con la ayuda de la secadora.

Puse el despertador a las ocho y apagué las luces del cuarto, necesito dormir y solo puedo pensar en mi cama.

Me dejé caer sobre la cama revolviendo las almohadas y cubriendome con la manta de color negro, es tan suave que siento que estoy en las nubes.

Sin percatarme de cómo o cuándo sucedió, mi cuerpo se relajó tan rápido que apenas cerré los ojos todo se volvió oscuro y quedé profundamente dormida.

Pero la calma no me duró demasiado, me desperté al escuchar algunos ruidos en la sala, parece que alguien ha entrado y no sabe con quién se está metiendo.

Rápidamente me despojo de las cobijas y almohadas a mi alrededor, me levanto y aún descalza, me aproximo a la puerta girando la perilla con suavidad.

Mi agilidad va a otorgarme ventaja esta vez; con cautela y siendo extremadamente callada, sigo escuchando los sonidos provenientes de la cocina, escucho la tetera y alguien buscando entre cajones.

Puede que sea Sonic o Tails pero... ellos jamás entrarían sin avisarme primero. menos que algo haya pasado.

Cuando estoy al final de las escaleras, invoco mi martillo y tras una marometa aparezco en el centro de la sala sujetando fuertemente le mango de este, y al llegar, puedo ver a un erizo muy similar a Shadow.

Sus púas son entre verdes y azules al igual que sus ojos, está sirviendo dos tazas de café y no parece asustado ni preocupado por mi presencia, eso me hace enfadar.

- ¿Quién eres y qué es lo que quieres? - Pregunto cortante, arrugando la frente mostrando mi molestia y apuntando con el martillo.

Parece dudar de contestarme o no, pero tras darle un trago al café en una de las tazas grandes que uso para té, su mirada se clava en mi, puedo jurar que está viendo en mi interior.

No me agrada, el ambiente se torna frío y siento escalofríos por todo el cuerpo. No debo confiarme.

- ¿Amelia, cierto? - Musita con suavidad mientras deja la taza sobre la barra de desayunos - He venido en busca de tu ayuda.

- No has contestado mis preguntas, ¡¿Cómo conoces mi nombre?!, ¡dímelo ahora o voy a romperte una pierna! - Amenazo, en realidad no quisiera hacerlo pero, no puedo dejar que él me vea como una presa fácil.

- Que agresiva - Susurra sorprendido - El como te conozco no es importante, si no el porqué - Se aproxima y muevo el martillo hacía él lo que ocasiona que se detenga de golpe.

- Quédate ahí - Advierto y a él parece divertirle la situación.

- El mundo se encuentra amenazado por cosas que desconocen - dice - Nosotros somos los únicos con la inteligencia y la habilidad para detener el mal que se aproxima, y tú, podrás ayudarnos.

Quedo perpleja ante sus palabras, comienza a preocuparme y no veo mentira ni falsedad, ¿Cómo sé que dice lo correcto?.

- ¿Y por qué yo?.

- Si quieres respuestas, tendrás que buscarme mañana en el centro de comunicaciones de ésta ciudad, no queda mucho tiempo - Su cuerpo parece desmoronarse por una cortina de humo, no comprendo y estoy comenzando a asustarme.

- ¡Espera! - Suelto el martillo y trato de tocarlo o acercarme pero es tarde, desaparece como si fuera polvo, el centro de la sala se torna oscuro hasta formar un hoyo negro e inevitablemente, caigo dentro sumergiéndome en una profunda oscuridad.



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