Capítulo 38: De Amigos a Algo Más
Knuckles conducía hablando con emoción y naturalidad con Rouge, generando en él cierta envidia ante las risas y las caricias sutiles pero afectuosas que tenía la murciélago con su amigo, a las cuales él respondía con un rápido beso en la mano de que ella que a veces se aventuraba traviesa para tocar la rodilla del equidna o su hombro según mantenían la vista sobre la carretera; mientras que él por su lado, yacía pegado del lado de la puertecilla en el asiento de atrás al igual que Amy del lado opuesto.
Entre más tiempo pasaba, más imposible parecía que algo entre ellos pudiera funcionar, es decir, ni siquiera podía armarse de valor para poder encararla. Sonic vio de reojo a Amy, quien acomodaba su cabello con gracia mientras sus ojos yacían perdidos en el cristal. Su mirada se iluminaba con las luces de las calles que dejaban atrás, robándole el aliento la imagen frente a sus ojos, pues se le miraba realmente hermosa. Sonic desvió su mirada velozmente a sus manos, maldiciéndose por los adentros, pues no podía dejar de sentir lo que sentía; antes ver a Amy de esa forma no ocasionaba nada en él, si es que se percataba en lo absoluto y ahora, ahora lo único que quería hacer era poder derribar aquella barrera invisible que existía entre ellos y darse el permiso de sentirla cerca a él una vez más; pero no sabía cómo demonios hacerlo.
Amy escuchó a Sonic soltar un pesado suspiro para darle un vistazo rápido y regresar su vista al frente, viéndose a sí misma una vez más en el reflejo del cristal frente a ella y arreglar por septuagésima vez su cabello con nerviosismo ¿se miraba bien? ¿A lo mejor la pantaloneta era demasiado corta o el escote en su blusa muy revelador? De nuevo acomodó su cabello como una manía inevitable, sintiendo que no podía respirar.
Rouge la había vestido para esa salida, esta vez ella no había objetado ante la blusa escotada blanca, los pantaloncillos cortos que exhibían sus piernas bajo unas calcetas negras altas hasta sus muslos, combinados con unas botas color café para combinar el atuendo con un abrigo del mismo color y una bufanda rojiza. Se preguntaba a sí misma si se miraba bien o no, y quiso preguntarle a él muchas veces por su opinión, pero una parte de ella sentía que era incorrecto, que le daría una vaga respuesta o que le desviaría la mirada, incómodo, como las cientos de veces cuando eran unos adolescentes.
Amy soltó el aire retenido, con cierta decepción. Tal vez salir juntos era una mala idea, a lo mejor... Un cruce inesperado por parte de Knuckles hizo que todos en el vehículo exclamaran un grito ahogado y que ella saliera volando de su asiento para así ser atrapada por Sonic del otro extremo.
–¡¿QUÉ DEMONIOS TE SUCEDE?!– vociferó Sonic para ver al equidna de manera iracunda.
–¡Lo siento, lo siento! – se disculpó Knuckles velozmente –¡Pero si esa anciana no se quita del camino lo haré yo! – dijo para ver con molestia el vehículo que acaba de rebasar.
–Juro que si nos matas al llegar al más allá yo mismo me encargaré de llevar tu trasero al inframundo – chasqueó Sonic molesto, para escuchar de nuevo otra disculpa por parte del equidna, restándole importancia. –Hey ¿estás bien? – le susurró a la eriza que yacía aún en sus brazos.
–¡Ah, sí, sí! – respondió Amy para tomar distancia de él velozmente o eso intentó cuando de nuevo otra vuelta brusca la hizo caer sobre el pecho de él. –¡Lo sien...– Intentó tomar distancia, pero el abrazo de él se lo impidió.
Amy vio de reojo al erizo azul, quien tenía un pequeño rubor en sus mejillas intensificando un poco más el abrazo ¿Él la quería a su lado? Sintió un golpe de calor y una sensación abrasante en sus mejillas para así ocultar aquella mirada nerviosa en su flequillo.
–¡Amy ponte el cinturón que este maniaco piensa matarnos! – habló Rouge molesta para voltear a ver a su amiga.
–¡S-Sí! – chilló para que Sonic la soltar al acto y ella se posicionara en el asiento del medio y buscara con torpeza el cinturón –¡Listo! – habló con una voz aguada riendo nerviosa.
Rouge devolvió su vista al frente para regañar a Knuckles, diciendo que ella conduciría de regreso. Ambos soltaron un suspiro de alivio, quedando a la par uno del otro. Amy vio la mano de Sonic a la par de donde yacía la suya, tan cerca que si solo movía su dedo meñique podría tocarla, pero las reglas establecían que no podía hacerlo a menos que estuvieran a solas. Fijó su mirada al frente en donde Rouge continuaba su sermón hacia Knuckles por su imprudencia y de nuevo regresó su mirada a Sonic, quien escuchaba atentamente los argumentos de Rouge para asentir de tanto en tanto.
Admiró al erizo azul en silencio, su semblante era gentil y serio, uno que ya llevaba tiempo robándole el aliento y alentando otro tipo de pensamientos en ella. Bajó su mirada un poco más enfocándose en su vestimenta; Sonic vestía una chaqueta de cuero negro que se entallaba perfectamente a su cuerpo, junto con un par de jeans azul oscuro; mientras el olor a su loción de lavanda y pino la embriagó con su fragancia, haciéndola tragar pesado. Sonic se miraba tan guapo.
Sus mejillas se iluminaron ante ese último pensamiento ¿Cuántas veces ese pensamiento había atravesado su mente y ella se había obligado a ahogarlo con cualquier otro? ¿Cuántas veces había anhelado el mínimo de sus roces? Amy tragó pesado ante ese pensamiento y de nuevo dirigir su mirada a su mano, una que yacía tan cerca. Elevó de manera temblorosa su meñique acercándolo a él; sólo quería sentirlo un poco más, sabía que no debía, pues la reglas dictaban que no... De nuevo el golpe de adrenalina la invadió por completo, haciéndola estremecer, el mismo que venía con la simple idea de romper las reglas. Sintió un escalofrío recorrerla para que la idea se situara en su mente como un maldito impulso incontrolable. No debía... no tenía qué... pero deseaba tanto sentir...
–¡Miren! – la voz de Rouge la alarmó –¡Casino Park! – soltó con emoción para voltear a verla, ocasionado que colocara sus manos sobre sus piernas de manera instintiva –¡Vamos por el premio gordo! – dijo la murciélago animada.
Amy asintió con la cabeza, avergonzada por sus pensamientos previos. ¡No, no podía pensar eso! La eriza vio con desánimo la palma de su mano, vacía. Formó un puño con la misma soltando un suspiro imperceptible. Quería realmente hacer algo diferente, pero no podía, ¿por qué parecía imposible sacudirse esas barreras? ¿Por qué, aunque él estando a su lado, se miraba más inalcanzable que nunca?
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Recorrieron el lugar de luces estrambóticas, música y por sobre todo juegos de mesa y montañas rusas a los alrededores.
–¡Asombroso! – dijeron Sonic y Amy al unísono para voltearse a ver al acto y sonreírse con timidez.
–Sí, sí, vamos a jugar – dijo Rouge obviando los alrededores.
–No, no, prometiste las montañas rusas primero – se negó Knuckles.
–¡Pero eso no...
–¿Qué tal si nos separamos? – sugirió Sonic al notar la disputa –Yo iré con Knuckles y Amy y tú pueden ir a las mesas, nos juntaremos aquí en media hora – dijo el erizo azul.
Amy lo vio con cierta decepción, se suponía que ellos también estaban en una cita ¿por qué pedía que se separaran?
–Suena perfecto – apoyó Rouge –Amy, vamos – dijo para tomarla del brazo y arrastrarla fuera del punto de reunión –¡Nos vemos en media hora!
Sonic sonrió forzado para notar la mirada de Amy sobre él, desviándole la misma. Sabía lo que ella estaba pensando, pero aún no estaba listo. No quería pasar su primera cita con ella en un silencio incómodo sin saber qué decir o hacer, necesitaba un poco de tiempo.
–¡Bien, entonces vamos! – ordenó Knuckles con emoción para ver la primera montaña rusa frente a ellos.
Sonic accedió para seguir al equidna quien se formó en la fila con emoción, una que él no podía contagiarse.
–Hey Knuckles – llamó Sonic con aquella expresión pensativa en su rostro –Dime, siempre he tenido curiosidad...
–No pienso hablar de mi vida sexual con Rouge – interrumpió el equidna para ver a Sonic de manera severa.
–¡N-No es eso! – exclamó Sonic frunciéndole el ceño con molestia –Es sobre... más bien, quería saber si no habían tenido problemas cuando decidieron pasar, ya sabes... de amigos a algo más– preguntó sin poder encararlo.
–¿Uh? Que extraño que preguntes eso – dijo sospechoso.
–¿Eso crees? – rio forzado –Sólo intento hacer conversación, además tú eres el que siempre dice nunca te pregunto de cosas serias.
–Jamás he dicho eso– espetó –, pero si tienes que saberlo – empezó para rememorar pensativo –Al principio, no fue fácil. Ya sabes como es Rouge, es impulsiva, directa y muy decidida... si tiene que ver con algo sexual – carraspeó con un dejo de vergüenza en su voz –, pero si tiene que ver con romance, las cosas cambian para ella y entonces se vuelve más... ¿Cómo decirlo? Tímida, supongo – explicó para que Sonic lo viera muy atento y asintiera con la cabeza –Lo que ha funcionado para nosotros es que cuando se trata de romance, como planear citas y cosas así, yo tomo el mando y cuando es... sobre otras cuestionas, ya sabes – se sonrojó ante esas palabras –Ella es quien tiende a tomar la iniciativa – admitió avergonzado –Es sólo de aprender a balancear la relación con las fortalezas y debilidades de cada uno – concluyó.
–Oh... claro, claro – asintió Sonic; aunque era una respuesta no era la que estaba buscando –, pero...– retomó el erizo azul –Qué pasa si... quiero decir ¿Qué harías si ella nunca tomara la iniciativa... en nada? – preguntó lo más casual que pudo –Ya sabes, y en el caso hipotético que tú tampoco lo hicieras porque sientes que hay algo que te impide hacerlo, después de todo era tu amiga y siempre prometiste que mantendrías una distancia sana, sin importar cuando desearás algo más, ¡siempre alejado! – se desahogó.
–Espera, espera, espera – dijo Knuckles viéndolo extrañado –¿A qué te refieres? ¿De quién estamos hablando?
–¡Amm! – exclamó palideciendo ante su pregunta, tal vez había hablado demasiado –Y-Ya sabes de... de... ¡Silver! – soltó repentinamente –¿R-Recuerdas a... a... ¡¿Blaze?! – ideó con una sonrisa nerviosa, para que Knuckles asintiera con la cabeza, totalmente sumergido en su mentira. Bingo. –Sabes, yo sinceramente creo que hay algo entre ellos dos – mintió –En la playa estuvieron juntos aquella noche y desde entonces actúan diferente – habló para crear sospecha.
–¡¿En serio lo crees?! – soltó Knuckles asombrado.
–¡Ajá! – respondió energético. –Pero ya sabes como es Silver, siempre guardando las apariencias, quiero decir, es el perfecto caballero a diferencia de...
–¿De ti que te tirarías a alguna chica si tienes la oportunidad? – bromeó divertido.
–... Uno pensaría– masculló Sonic inaudible, irritado por su comentario, captando la atención del equidna por el balbuceo –¡D-Digo! Sí, sí, Silver no es así. Es muy tímido, extremadamente tímido, al punto que no está seguro si tomar su mano o besarla ¡o básicamente cómo hablarle ahora! – expresó dejando que la ansiedad se presentara como su vieja amiga –Y Blaze parece tener el mismo conflicto – soltó desganado. Sonic observó la mirada curiosa de su amigo, era obvio que se estaba saliendo demasiado del papel –¡Ya sabes que yo sólo quiero ayudar! – retomó con una sonrisa forzada –Sin embargo, no sé qué decirle a Silver en algo como eso, quiero decir, jamás he salido con una amiga – dijo alzando sus hombros en señal de desinterés –Muy seguramente jamás lo haga, ya sabes como soy – rio forzado –Así que... ¿qué le dirías tú? – preguntó para verlo con unos ojos suplicantes.
–¡¿Silver fue primero contigo que conmigo?! – se quejó Knuckles sulfuroso.
–En serio Knuckles, estás perdiendo el punto – espetó Sonic viéndolo seriamente.
–Hmph, ¿por qué iría contigo primero? ¡Quiero decir ni siquiera tienes novia!
–Ok, primero que todo, ouch – se quejó el erizo –Y segundo, Silver y yo...– pausó pensando cómo justificar su mentira, nunca pensó que Knuckles fuera a pensar demasiado en ella –Silver y yo tenemos historia, es todo. Así como tú y yo, por algo estoy aquí como un mal chaperón ¿no es cierto?
Knuckles bufó molesto, pero parecía que sus palabras habían tranquilizado al equidna de la gran mentira en la cual acababa de meter al erizo plateado.
–Bueno, primero que nada, si ninguno de los dos tiene las agallas suficientes para dar el primer paso...
–No es que no tengan las agallas, es sólo que quieren hacer bien las cosas – masculló el erizo azul cruzando sus brazos sobre su pecho, a la defensiva.
–¿Entonces ambos saben que se gustan? – preguntó Knuckles, ocasionando que Sonic le respondiera con un sí silencioso –Pues si ambos se gustan, no veo realmente el problema. Quiero decir, es momento de hacer todo aquello que te has retenido por hacer.
–¡Pero ese es el problema! – soltó Sonic frustrado –¡Cada que Silver intenta acercársele su cuerpo se congela! – reveló soltando un pesado suspiro –Es como si algo en él le dijera: ¡Es tu amiga! ¡Hazte para atrás! – dramatizó.
–Eso es porque aún no se admite sinceramente lo que siente.
–¿Cómo dices?
–¿Sabes quién se confeso con quien? – preguntó Knuckles para empezar a caminar en la fila.
–Ammm... fue Blaze – respondió.
–¡Ajá! Te apuesto que Blaze quiere hacer algún movimiento, pero ve que él se detiene de hacerlo y eso es porque él no se lo ha dicho ¿o me equivoco?
¿Desde cuando Knuckles era tan bueno para eso de las relaciones? Sonic se quedó pensativo, admitiendo amargamente que el equidna tenía razón, jamás le había dicho a Amy que gustaba de ella, sólo lo había dado a entender.
–Dices que... ¿él tiene que decírselo de regreso?
–No lo sé, es una teoría, quiero decir ¿cómo lo hiciste tú con Fiona?
–Bueno – silenció pensativo, rememorando ese hecho –Fiona se me declaró, pero ella siempre tomó la iniciativa en todo, creo que nunca le dije nada hasta después de... – calló de golpe.
¡No pensaba decirle a Amy que le gustaba después de tener sexo con ella! Ni siquiera podía lograr besarla, mucho menos pensar en dar un paso diferente a ese. Sonic se sonrojó intensamente.
–No me digas que eres de esos románticos que lo dice durante el sexo – se mofó el equidna ante el obvio sonroje del erizo.
–¡N-No puedes pedirle a Silver que haga algo como eso! – balbuceó con nerviosismo.
–Supongo que tienes razón, conociéndolo esperara hasta el matrimonio para tener sexo – apoyó el equidna –Para este punto lo único que queda es hablarlo entre ambos, ya sabes, sincerarse de cómo se sienten con el otro. Uno de los dos debe de hacerlo– dijo viendo como su turno seguía en la fila –Eso es lo que está reteniéndolos a dar el siguiente paso, siguen tratándose como amigos, y mientras eso no cambie, pues... no habrá acción ¿me entiendes? – codeó juguetón al erizo azul.
Sonic vio como el vagón del juego llegaba a ellos para que su amigo saltara con emoción dentro del mismo, terminando con el tema. Soltó un suspiro pensativo; Knuckles le estaba pidiendo que hiciera exactamente en lo que era del asco para hacer. Hablar de lo que sentía.
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Todos aplaudieron su décima victoria consecutiva. Amy estaba barriendo con la mesa de Black Jack. Rouge la vitoreo emocionada, pues no jugaba en contra de ella, de hecho, sólo se había dedicado a observar. No era tan tonta como para apostar contra Amy en un juego de cartas.
–¿Qué tal si vamos a esas máquinas? – sugirió Amy tomando sus fichas de las mesas –Así tú también puedes jugar.
Rouge apoyó su sugerencia para correr emocionada a las tragamonedas, y así la eriza por fin tendría un descanso. Amy se sentó a su lado para compartir con ella su cubeta de fichas a lo cual la murciélago no objeto.
–¡Le dije a Knuckles que esto era divertido! – exclamó Rouge con emoción –, pero supongo que al final hizo que todo resultara favorecedor para ambos.
–Realmente se llevan tan bien, son un gran equipo – habló la eriza con un dejo de envidia.
–Claro, nadie me conoce mejor que él, ni siquiera Shadow – dijo Rouge con su vista en la máquina frente a ella.
–¿Y no fue difícil? – soltó la eriza –Quiero decir, tú nunca has sido romántica o nada por el estilo ¿no te costó empezar esta relación?
–Bastante – admitió sin tapujos –A veces tenía el impulso de querer hacer algo tan sencillo como un abrazo, pero la verdad es que no sé darlos... o pedirlos – confesó con una triste sonrisa. –, pero Knuckles sabe leerme muy bien. Soy muy afortunada – dijo cálidamente.
Amy entristeció su mirada. Ella sabía que no tenía eso con Sonic, es muy posible que pocos tuvieran ese tipo de conexión con su pareja.
–¿Qué pasa si no tienes esa conexión? ¿Eso significa que es mejor dejarlo ahí? – preguntó Amy con tristeza.
–¿Bromeas, cierto? – soltó Rouge volteándolo a ver con una mueca burlesca –Eso se trabaja, no pasó de la noche a la mañana para nosotros.
–¿Y cómo trabajas algo así? – curioseó la eriza.
–Dos formas – dijo bajando la palanca una vez más –O se lo dices o lo haces tú.
–¿Eh? – exclamó Amy ladeando la cabeza.
–¿Crees que Knuckles hacía algo cuando quería tener sexo con él? ¿O qué podía leer incluso la más notoria de las insinuaciones? – rememoró para colocar sus ojos en blanco.
Amy se ruborizó tenumente ante esas palabras. No podía tomar la mano de Sonic, no se imaginaba tener algo más íntimo... un momento ¡¿Acaso él esperaba algo más íntimo?! ¡¿Acaso ella lo deseaba?! Ese pensamiento hizo que todo su rostro enrojeciera, pues el recuerdo de Sonic acariciando su cuerpo vino a ella ¡No, no, no! No era el momento de pensar en eso, un problema a la vez.
–¿Y qué hiciste? – se atrevió Amy a preguntar, en un intento de obviar aquellos pensamientos cada vez más persistentes.
–Tome la iniciativa – explicó Rouge viéndola de reojo –No puedes esperar que siempre él sea quien tome la iniciativa, a veces debes de tomarla en tus manos.
"–Debes de entender algo de los hombres– habló Sonic para tomar otra gomita – Si no haces nada, nada pasará. Debes de crear situaciones que te favorezcan-."
Sonic se lo había dicho antes, pero esa vez había sido para ayudarla a estar con Shadow. Amy se quedó pensativa; realmente Rouge tenía razón, pues la razón que ella estuviera ahora saliendo con Sonic había sido exclusivamente porque ella había tomado la iniciativa de robarle aquel beso. Era obvio que Sonic no tomaría la iniciativa, o no lo haría si ella no hacía algo para que pasara. El único problema es que ella era de lo peor para generar situaciones así.
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Se juntaron en el punto acordado. Rouge le enseñó a Knuckles todo el dinero que había logrado ganar mientras que Knuckles le hablaba sobre las montañas rusas que se había subido. Sonic y Amy los vieron en la distancia para así verse de reojo y desviarse la mirada al acto.
–¡Mira, es eso un espectáculo sírquense en la plaza central! – dijo Rouge con emoción para señalar el lugar –¡Ven, tenemos que ir! – pidió Rouge para tomar la mano del equidna y sin dejarle decir nada más, llevárselo a rastras.
Ambos se quedaron de pie viéndolos marcharse y perderse en la multitud. El tiempo de pensar había terminando. Sonic volteó a ver a la eriza, quien le sonrió con nerviosismo.
–Realmente parece que están hechos el uno para el otro ¿no es cierto? – soltó Sonic con una sonrisa galante.
–Lo sé, es casi envidiable – dijo Amy con su mirada en el camino que ella había tomado –Lo hacen ver tan sencillo – soltó sin pensar.
Sonic alzó sus orejas ante sus palabras para borrar su sonrisa previa y voltearla a ver. Amy se tensó, había hablado demás. Abrió su boca lista para corregir sus palabras cuando él se le adelantó.
–Rayos, pensé que era sólo yo que pensaba eso – habló Sonic aliviado para reír suavemente –Ven, quiero llevarte a un lugar.
–Amm... sí, claro – accedió la eriza para seguirlo por el casino.
Amy lo siguió en silencio para ver como cada vez se alejaban de la multitud de los juegos, todo lodo y así detenerse frente a uno de los edificios que conformaba el casino. Ella vio a los alrededores, no había nada qué hacer ahí, no entendía por qué... Amy sintió como Sonic la tomaba suavemente entre sus brazos para cargarla entre los mismo y así sonreírle divertido.
–Sujétate fuerte– pidió con aquella sonrisa que siempre le robó el aliento.
Amy asintió con la cabeza para agarrarse de su cuello y así sentir como él saltaba del suelo y empezaban a ascender, saltando de cornisa en cornisa hasta llegar al techo de lugar. Sonic la soltó suavemente para que ella tomara distancia, avergonzada, sentimiento que no duró mucho cuando vio el paisaje frente a ella.
Se podía apreciar todo Casino Park, la gente, los juegos, las mesas de apostar ¡Todo!
–Vi que este era el punto más alto desde una de las montañas rusas y pensé que sería un excelente lugar para estar a solas – habló Sonic con una sonrisa que se desvanecía –Y hablar – completó.
–Oh...– soltó la eriza con pesar.
Sonic se sentó a una distancia prudente del bordillo provocando que ella lo imitara, sentándose a varios pasos de distancia de él. Sabía hacia dónde iba esa conversación.
–Quieres hablar sobre... ¿nosotros? – se atrevió a preguntar ella, con su vista fija en el casino. Sonic asintió con la cabeza.
Amy soltó un suspiro para así abrazar sus piernas del frío. Era obvio que él también había notado lo fuera de lugar que se miraba ese intento fallido de relación. No lograban cruzar ni dos palabras pues uno de los dos terminaba callando de forma abrupta y no se hable de intentar algo tan sencillo como tomar su mano. Soltó un suspiro de decepción.
–Sabes... siempre pensé que cuando por fin pasara, sería todo como un cuento de hadas – empezó ella con un dejo de tristeza en su voz –Ya sabes, cuando estábamos en secundaria, siempre imagine que si terminábamos juntos todo iba a fluir tan natural, como si estuviéramos destinados a estar juntos por el mismo universo.
–...Pero no se siente así ¿verdad? – soltó Sonic con tristeza.
–No...– negó suavemente con la cabeza. –No es nada como imagine – admitió amargamente para así ver el cielo sobre sus cabezas. Al menos esa noche no estaba lloviendo.
–Sí...– asintió Sonic –Y creo que es por mi culpa – reconoció incómodo.
–No, no es culpa de nadie– negó Amy tristemente sintiendo una punzada de dolor. Eso había terminado antes de siquiera empezar –Es decir, para eso se supone que uno sale con otros ¿no es verdad? Para conocerse y ver si funciona.
De nuevo el silencio, pesado, sórdido, abrumador. Amy soltó sus piernas, para así ver de reojo al erizo, quien tenía esa expresión indescifrable. Sonrió suavemente. Eso estaba bien, al menos esta vez la rechazaban apropiadamente, al menos esta vez había tenido siquiera la oportunidad de intentarlo.
–Knuckles me dijo que...– habló Sonic con su vista perdida en el casino frente a ellos –Entre Rouge y él existía algo como un balance, ya sabes, él es el romántico y ella la pervertida o algo así.
Amy se soltó a reír divertida por el comentario, captando la atención del erizo azul por su risa contagiosa.
–Eso suena a Rouge– concordó Amy.
–Y también dijo otras cosas, que me dejaron en pensando en mí... en nosotros – murmuró Sonic, ocasionando que Amy borrara aquella mueca de felicidad y una más seria se pintara sobre su rostro –Yo... la verdad es que yo... – intentó decir, de nuevo, aquellas palabras se estancaban en su garganta. Soltó un pesado suspiro, frustrado consigo mismo. –No lo sé, Ames – habló con pesar, para así voltearla a ver –...Sé lo que siento por ti– musitó con un tenue sonroje.
Amy abrió sus ojos de par en par, ante el mohín de vergüenza y bochorno que ahora se pintaba sobre el erizo, quien ahora mantenía sus ojos tan lejos de ella como era posible. La eriza se acercó sutilmente un poco más a él, cortando la distancia entre ambos.
–Es sólo que...– continuó Sonic con dificultad –Soy un asco para decir lo que siento y lo sabes – se excusó para verla apenado por aquella patética excusa –¡Y-Y no es que no quiera!... pero cada vez que lo intento – soltó ahogado, atragantándose nuevamente.
–Creo que...– habló ella para sonreírle dulcemente –Te he dejado demasiada presión sobre qué hacer o no hacer con esto... con nosotros– admitió avergonzada –Pero siempre te ves tan seguro de ti y...
–¡Para competencias y esas cosas! – se defendió –No para... esto– reveló abochornado –Fiona ha sido la única pareja que he tenido formal y generalmente era ella quien estipulaba qué debía y cómo debían de hacer las cosas.
–Entiendo eso– admitió Amy un suspiro de frustración –Infinite era igual, yo sólo debía de esperar la siguiente instrucción.
–Pero ya no quiero eso, no es sano– se dijo endureciendo sus facciones.
–Concuerdo – asintió la eriza con la cabeza.
–Entonces...– Sonic dirigió su mirada a ella, para que una sonrisa ladeada se pintara sobre sus labios –Podemos intentar algo nuevo – se ánimo a decir al fin, para que ella le sonriera por igual –, pero debo de ser honesto, seguramente cometeré muchos errores – anticipó bajando sus orejas –Incluso si así no lo quiera, puede que haga cosas que... no lo sé, te hagan molestar o... lastimen– soltó en susurro sintiéndose culpable.
No podía evitar pensar eso, después de todo Fiona le había hecho saber durante toda su relación sobre lo insensible que era y como sus acciones o palabras terminaban siempre haciéndola llorar; llanto que sólo se detenía si él accedía a pagar por algo.
–Pero...– retomó, suavizando su mirada. Sonic tomó su mano con delicadeza, alertándola por el gesto, haciéndola sonrojar intensamente para así entrelazar sus dedos entre los de ella –Si no puedo decirlo, prometo demostrarte cómo me siento... de una manera u otra.
Sus ojos se quedaron prendidas en la mano de él, la cual ahora tomaba afectuosamente la suya, era la primera vez. Amy subió su mirada sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas, no quería llorar, pero realmente sentía una felicidad tan desbordante que no sabía cómo evitarlo.
Amy asintió con la cabeza para así apretar su mano con fuerza.
–¡Y-Y yo prometo siempre decirte como me siento! – aseguró ella para verlo con decisión –No soy muy buena para demostrar afecto... ya no– admitió con amargura –, pero conforme pasa el tiempo eso tiende a cambiar, mientras tanto... mientras eso pasa te diré como siento, si eso hace que sea más fácil para ti...– se sonrojó intensamente ante esas últimas palabras –Realmente soy mala para tomar la iniciativa... usualmente – murmuró –, pero...
–No lo parecía cuando me besaste – bromeó el erizo azul divertido.
–Eso fue porque... – sus mejillas se prendieron de un rojo incandescente –Porque quería besarte desde hace tanto...– admitió ahogada en vergüenza, ocasionando que él la viera con sorpresa por su sinceridad. Tal vez estaba siendo demasiado sincera –¡L-Lo siento, tal vez...
–Deja de disculparte por todo lo que sientes – pidió Sonic cual regaño, mientras un rubor se mantenía en sus mejillas y un absurdo sentimiento de felicidad por esas palabras lo invadían. –Realmente creo que podemos hacer que esto funcione Ames.
Amy asintió tímidamente. Ella lo creía también. Sonic la vio fijamente y notó de nuevo en él aquel impulso de acercarse a ella un poco más, o así era hasta que de nuevo algo parecía detenerlo de completar aquello que ella se moría por que completara; esta vez no callaría.
–No te retengas – pidió ella, ocasionando que Sonic la viera con sorpresa –No seas tímido en hacer... cosas– musitó apenada por el amplio contexto –Me gusta cuando las haces – confesó sintiendo su rostro tornarse tan rojo como un rubí.
Sonic le sonrió confiado para así colocar con suavidad su mano libre tras la cabeza de la eriza y atraerla así a él y por fin robar aquel beso que había necesitado de forma tan desesperada. Sintió sus labios sobre los suyos fundirse en lo que era la experiencia más inusual y a su vez más maravillosa. Sus labios eran tan suaves y tersos, y probarlos una vez más era una sensación que lo recorría por todo el cuerpo, casi tan bueno como la sensación de ganar.
Se separó de ella lentamente para que unos ojos cristalinos y mejillas sonrosadas lo observaran expectantes.
–¿Cosas como estas? – preguntó Sonic para alejarse suavemente de ella.
–En especial como esas – admitió con una sonrisa y tenue rubor en sus mejillas.
Pequeñas explosiones llamaron su atención para ver luces pintar el cielo nocturno. Amy sonrió con emoción ante el espectáculo de luces, y gracias a Sonic tenían el mejor asiento de la casa. La eriza se recostó sobre el hombro de él admirando los fuegos artificiales y como acto seguido él la envolvió en un abrazo para posicionarla sobre su pecho y recostar su mentón sobre su cabeza de manera afectuosa.
Amy se acomodó suavemente para dejarse llevar por la felicidad que ahora la abrazaba. Todo parecía un sueño y si lo era, no quería despertar.
¡Dosis extra de Sonamy, check! Como le dije esta semana tenemos capítulo doble (no sé si la siguiente será igual, pero es una gran posibilidad; dependerá de qué tanto avance en la historia). Para aquellos que me pidieron un beso entre Sonic y Amy en el capítulo anterior aquí está con un extra de dulzura.
Bien mis queridos lectores, hoy sin mucho que decir (porque no han pasado ni 24 horas desde el último capítulo) su autora se despide. Kat fuera.
Existe un extraño ambiente en el departamento, sus compañeros no parecen actuar como de costumbre, pero es algo a lo que intenta no prestarle atención o no lo hacía hasta que un reclamo por una confesión jamás hecha sale a la luz; confesión que se llevará a malos entendidos con ella... con la mujer que le ha dado vuelta a su vida. Capítulo 39: La Celebración.
Gracias a La_Rola por este hermoso fan art del inicio y final del capítulo!!! Simplemente me enamore de éste!!!
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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