Capítulo 2
Ya era lunes y el pelirrojo se despertó en la madrugada, específicamente las 5:30 de la mañana ¿La razón? Después de lo que le dijo Ravel la noche anterior, decidió entrenar, no iba a permitir que esos caídos se metan con él o con su familia.
Kenichi: Bien, comencemos. – sale de la casa y comienza a correr.
Si bien el Uzumaki aprendió a pelear de niño, había tenido varias peleas hasta que empezó su ciclo en la academia, oxidándose un poco, pero ahora lo usará para proteger a su familia, sin embargo, el Uzumaki no sabe que tenía una particularidad en su cuerpo, que lo hacía mejorar cada enfrentamiento que tenía. Una vez que el sol ya estaba saliendo, el Uzumaki había corrido una gran distancia, hizo abdominales y practicó cerca del río sus habilidades marciales y ahora estaba regresando a casa, al ingresar nota que su hermana estaba algo confundida y con sueño.
Ayumi: ¿Saliste hermano?
Kenichi: Sí, decidí iniciar una rutina de entrenamiento.
Ayumi: Mmmm está bien, supongo que tendré que hacer el desayuno más temprano, eso sí, no te esfuerces demasiado onii-chan.
Kenichi: Sí lo sé, estoy empezando poco a poco.
Ayumi: Muy bien, ahora ve a prepararte. – el pelirrojo asiente y procede a ducharse.
Minutos después, procede a tomar su desayuno mientras conversaban de cosas triviales.
Ayumi: Ojalá no me toque examen sorpresa.
Kenichi: Je, a ver si tienes suerte, por cierto, debes andar con cuidado y no hablar con nadie que no conozcas.
Ayumi: No te preocupes, yo no hablo con desconocidos cuando regreso a casa.
Kenichi: Lo sé, pero ahora me preocupo. – termina de comer. – Gracias por el desayuno. – Ayumi también termina y luego de lavar los servicios y asearse, proceden a salir.
Ayumi: ¿Y cuándo podría venir Ravel?
Kenichi: No lo sé pero le preguntaré.
Ayumi: Sí, nos divertimos ayer y quisiera que vuelva a visitarnos.
Kenichi: Está bien, le mandaré un mensaje.
Ayumi: ¡Si!
Kenichi: Bueno, nos vemos más tarde, cuídate.
Ayumi: Tu igual Onii-chan. – ingresa a su centro de estudios mientras que el Uzumaki se dirige a la academia.
Kenichi: *Moviendo su hombro* Bien, es hora de comenzar. – pero antes de ingresar, escucha un grito.
¡SENPAI! ¡SENPAI! – Da un salto y golpea al Uzumaki, pero logra sostenerse antes de caer por completo. - ¡Buenos días senpai!
Kenichi: Buenos días Uzuaki. – dijo mientras se sobaba la espalda. – Como siempre con tus saludos sorpresa.
Uzaki: Jejejeje, ¿Sorprendido senpai?
Kenichi: Si, claro. – desvía la mirada.
Uzaki: ¿Y qué hiciste el fin de semana? ¿Jugando toda la noche?
Kenichi: Seré un gamer, pero no me la paso amaneciendo jugando.
Uzaki: Si, te creo senpai. – respondió de forma burlona. – Lamento no visitarte pero tuve un viaje con mis padres.
Kenichi: Ya veo. – procede a ingresar a la academia.
Uzaki: ¡Hey, espera!
Después de haber terminado las primeras clases, el Uzumaki iba a comprar algo, pero sentía que alguien lo observaba.
Kenichi: ¿Quién está mirándome? – de forma inconsciente mueve su mano a su bolsillo pero se detiene. – No, aún no. – ve que 3 pervertidos estaban escapando del club de kendo, haciéndolo suspirar. – Estos no aprenden.
Uzaki: ¿Comemos juntos senpai? – dijo alegre mientras se sentaba frente a él.
Kenichi: Ya estás sentada así que supongo que no hay problema. / Oh, casi me olvido. – toma su celular y manda un mensaje.
Uzaki: ¿Eh? ¿Un mensaje a Ayumi-chan? – se acerca y abre los ojos. - ¡Espera! ¿Tienes una amiga? – Lo señala. - ¿Tú? ¿El reservado de la clase?
Kenichi: ¿Eh? Ah sí.
Uzaki: Vaya senpai, me tienes sorprendida, aunque ¿Una chica? – dijo desviando la mirada.
Kenichi: ¿Qué tiene de malo? – preguntaba curioso.
Uzaki: No, nada. – desvía la mirada con un puchero.
Kenichi: *Suspirando* Qué remedio. – se levanta bajo la atenta mirada de la chica y regresa en un par de minutos para luego entregarle un meronpan. – Aquí tienes.
Uzaki: *Lo toma y come con un puchero* Gra-gracias.
Kenichi: No sé por qué te enojas, si tanto me decías que hiciera amigos, aparte de los 2 que me comunico en el internet. – decía confundido.
Uzaki: Bu-bueno ... - dijo nerviosa pero el Uzumaki sólo da una risa.
Kenichi: Venga, vamos a comer. – le entrega una bebida y comen como si nada, pero de nuevo sintió que lo observaban. - Esto empieza a ser incómodo.
Después de un día "normal", el Uzumaki estaba regresando a su casa, pero pasó por un parque con una fuente, estaba tranquilo, hasta que siente que el cielo empezó a cambiar de color, dejándolo confundido hasta que escucha una voz.
https://youtu.be/S61sycap1Bc
Así que tú eres el que dejó plantado a Raynare, no pareces la gran cosa. – dijo un sujeto con una gabardina y un sombrero.
Kenichi: ¿Quién eres y quién es Raynare?
En primera, me llamo Donasheek y en segundo, Raynare es el nombre real de Yuuma Amano y estoy aquí para acabar lo que ella tenía que hacer. – procede a generar una lanza mientras que el Uzumaki apretaba los puños. – ¿Piensas defenderte?
Kenichi: ¿De verdad crees que dejaré que me mates?
Donasheek: Sólo eres un humano, no tienes ninguna posibilidad contra mí.
Kenichi: *Se coloca en posición defensiva* ¡Ven aquí que no tengo miedo!
El caído ataca primero, el pelirrojo estaba atento a donde iba la lanza y se mueve a un lado para evitar ser perforado y contrataca con un derechazo, siendo esquivado por el atacante.
Donasheek: ¿De verdad crees que...? – no termina de hablar ya que el pelirrojo le da una patada en toda la cara.
Kenichi: No estoy para escuchar tus palabras de grandeza. – se coloca en posición de defensa nuevamente mientras que el caído arroja la lanza, el Uzumaki da un salto hacia atrás para esquivarlo. - ¿Vas a estar peleando con puras lanzas? No eres más que un maldito cobarde.
Donasheek: Te arrepentirás de decir eso maldito humano. – Crea un par de lanzas y arroja una, siendo esquivada por el Uzumaki.
Kenichi: Desgraciado. – esquivaba la otra lanza, pero se ganaba unos cuantos cortes. – Esto no es nada bueno.
Donasheek: Debo admitirlo, tienes buenos reflejos, pero acabaré con esto antes de que te conviertas en una amenaza. – el Uzumaki se lanza al ataque y hace un golpe con la mano izquierda, el caído contrataca con su lanza, hiriendo un costado de su costilla. – Fue fá...
Pero no se esperó que le cayera un derechazo del Uzumaki, notando que el anterior ataque era una finta, a pesar de que saliera herido.
Donasheek: ¡Desgraciado! – furioso, trata de perforar su corazón pero el Uzumaki se hace a un lado y sujeta su brazo.
Kenichi: ¡No lo creo! – con su mano libre, le da un golpe a la altura del codo, haciendo que apunte al lado contrario.
Donasheek: ¡AHHHHH!
Kenichi: ¿Qué se siente que un "maldito humano" te fracture el brazo? – dijo con una sonrisa burlona, enojando al caído y le dé un puñetazo, mandándolo contra árboles y arbustos.
Donasheek: *Viendo su brazo roto* Juro que lo haré sufrir. – pero antes de que de un paso, una esfera de destrucción obstruye su paso. – Tsk.
Sugiero que lo dejes en paz. – el caído arroja su lanza pero es bloqueada por una chica de pelo blanco, todo era observado por el Uzumaki quien se había levantado.
Kenichi: Rías Gremory.... Tsk, ahora entiendo del por qué sentía que me observaban.
Ve que el caído nuevamente se lanza al ataque pero recibe un ataque de rayo, haciéndolo retroceder, la responsable fue una pelinegra con una sonrisa tierna, pero la mirada demostraba lo contrario.
Kenichi: Akeno Himejina...Koneko Toujou... - se sujeta la herida. – Mejor aprovecho en salir de aquí. – aguantando el dolor, procede a irse con sigilo de ahí.
Donasheek: Ese cabello rojo, así que eres un Gremory.
Rías: Soy Rías Gremory y te doy la bienvenida caído.
Donasheek: ¿Ese chico te pertenece?
Rías: Sólo te diré que si le haces algo, te arrepentirás.
Donasheek: Je, me disculpo y me retiraré. – Se acomoda el sombrero. – Sin embargo, no deberías descuidar tu siervo ya que alguien como yo lo podría matar accidentalmente.
Rías: Te doy gracias por tu consejo, aunque también te diré si vuelves a hacer eso, no me contendré para nada.
Donasheek: Yo te digo lo mismo. – procede a retirarse y el cielo vuelve a la normalidad.
Rías: Será mejor que lo ayudemos. – dijo mientras de su bolsillo mostraba una pieza.
Koneko: Siento su olor, está por allá. – señala el lugar donde fue el impacto y se dirigen hacia ahí.
Sin embargo, para su sorpresa, lo único que encontraron eran salpicaduras de sangre, no sólo en un árbol, en los arbustos, en el suelo, el olor era fuerte para despistarlos.
Akeno: Ara ara, ese chico es muy astuto.
Rías: Con esa herida estará a paso lento, hay que buscarlo.
Mientras tanto a una buena distancia, el Uzumaki estaba sentado mientras se sujetaba la herida, su estrategia funcionó y ahora presionaba su chaqueta contra el corte para evitar que caiga sangre.
Kenichi: Carajo, a este ritmo me encontrarán. – piensa un poco y suspira. – No me puedo creer que use ese pergamino para esto. – saca lo que le entregó Ravel el día anterior y sólo cierra los ojos.
Frente a él un círculo de fuego aparece y estaba la rubia algo confundida ya que no esperaba aparecer ahí.
Ravel: ¿Un callejón? – Voltea y ve al Uzumaki sujetándose la herida. - ¡Kenichi...!
Kenichi: *Coloca su dedo en los labios en señal que no haga bulla* Rías me está buscando, ayúdame por favor.
Ravel: ¿Quién te hizo esto?
Kenichi: Te lo diré después.... – estaba haciendo un esfuerzo en levantarse pero la rubia lo levanta del hombro.
Ravel: Sujétate bien. – con cuidado se lleva al Uzumaki hacia un lugar que ella conocía.
Unos minutos después ellos llegan a las zonas residenciales de Kuoh, Ravel toca el timbre de una mansión y alguien responde.
¿Sí?
Ravel: Soy Ravel, por favor, abre la puerta, es urgente.
Entendido. – hace que la puerta se abra y Ravel se dirige a la entrada de la residencia, siendo recibida por un peliblanco.
¿Prima? ¿Qué pasó? – Dijo el sujeto hasta que nota que ella cargaba al pelirrojo. - ¿Acaso él?
Ravel: No, está inconsciente. – el chico se acerca y levanta con cuidado al Uzumaki mientras una mujer se acercaba.
Morgiana, prepara una cama y trae una lágrima de Fénix. – dijo el peliblanco a una pelirroja.
Morgiana: Entendido maestro. – procede a retirarse mientras daba órdenes a 2 sirvientas de preparar la cama mientras que el sujeto avanzaba.
Ravel: Muchas gracias primo Ashura.
Ashura: No hay nada que agradecer. – le da una sonrisa amable. – Y así que él es el chico que me contaste. – la rubia sólo asiente.
El pelirrojo es colocado con cuidado en la cama de visitantes y Morgiana llega con un pequeño frasco.
Ashura: Primero limpiemos la sangre. – le retira su uniforme. – Que alguien lo arregle. – una sirvienta toma la ropa superior del Uzumaki y se retira.
Después de unos minutos, retiraron toda la mancha de sangre y colocaron la lágrima en la herida, haciendo que cierre a un buen ritmo.
Ashura: Sólo tiene que descansar un poco, será mejor avisar a su familia.
Ravel: Yo lo haré, ¿Puedo estar un rato a con él?
Ashura: Claro. – procede a retirarse mientras que la rubia se sienta al lado del Uzumaki.
Ravel: Sinceramente, no me esperé que estuviéramos en esta situación. – ve el torso desnudo y con algo de rubor coloca su mano. – Está marcado. Espera ¿Qué estoy haciendo? - aleja su mano de ahí pero esboza una sonrisa. – Leí tu mensaje y mi respuesta es sí, me gustaría visitarte nuevamente.
https://youtu.be/rV6O0XBbT1E
Una hora después, el Uzumaki se despierta y mira a su alrededor, notando a Ravel dormida al lado de él.
Kenichi: ¿Eh? ¿Dónde estoy? – recuerda lo que pasó y examina su herida, pero para su sorpresa estaba cerrada y limpia. Debido a su movimiento brusco, Ravel empezaba a despertar.
Ravel: ¿Hummm? – mira al pelirrojo despierto. - ¡Kenichi, finalmente despertaste! ¡Me diste un buen susto!
Kenichi: Jejeje, lo siento por preocuparte.
Ravel: Bu-bueno, yo... - en eso la conversación es interrumpida ya que la puerta se abre.
Ashura: Disculpa la intromisión pero... Oh, ya despertaste, sí que hiciste preocupar a Ravel.
Ravel: ¡ASHURA! – Reclamó avergonzada mientras que el peliblanco reía.
Kenichi: Ya veo. – se levanta y hace una reverencia. – Muchas gracias por ayudarme.
Ashura: No hay problema, Ravel me comentó de ti, Son Kenichi Uzumaki. – se acerca y extiende su mano. – Soy Ashura Kure, el primo de Ravel, mucho gusto.
Kenichi: El gusto es completamente mío y nuevamente gracias. – nota que no tenía prenda superior. – Por cierto ¿Dónde está mi uniforme?
Ashura: Lo mandé a que lo limpien y esté como nuevo, toma esto por mientras. – Le entrega un polo. – Aunque creo que a cierta persona le gusta la vista. – dijo burlón mientras veía a su prima con una gota de sangre saliendo de su nariz, hasta que se da cuenta y se avergüenza.
Ravel: ¡PRIMO! – dijo completamente roja haciendo reír a Ashura.
Kenichi: Bueno, si tardará un poco, será mejor que llame a mi hermana. – toma su celular y llama a Ayumi. - ¿Hola?
¡HERMANO! ¿SE PUEDE SABER EN DÓNDE ESTÁS? – El Uzumaki fue tomado por sorpresa y casi se le cae el celular.
Kenichi: Ho-Hola hermanita, lo siento por no llegar todavía, tuve un percance, pero adivina con quién estoy ahora. – le pasa a Ravel.
Ravel: Hola Ayumi ¿Cómo estás?
Ayumi: Oh, hola Ravel ¿Qué pasó con mi hermano?
Ravel: Me encontré en la salida y lo invité a pasar un rato conmigo, lo siento.
Ayumi: Mmmm, si vienes a visitarnos entonces te perdono. – la rubia ríe levemente.
Ravel: De acuerdo, iré a visitarlos pronto.
Ayumi: Bueno, supongo que tardará un poco, cuida a mi hermano, hasta luego.
Ravel: Hasta luego. – corta la llamada y le pasa al pelirrojo. – Hasta a Ayumi-chan le diste un buen susto.
Kenichi: Lo sé, lo compensaré después.
Ashura: Bueno, la cena estará lista dentro de un rato, les daré aviso. – se retira mientras que el Uzumaki se sienta en la cama.
Kenichi: Vaya, no me esperaba este día.
Ravel: Kenichi, creo que me debes una explicación
El Uzumaki sólo toma un respiro y procede a explicar lo que sucedió después de terminar su día en la academia, donde fue interceptado por un caído y a pesar que se defendió, terminó herido y finalmente la intervención de Rías y su séquito.
Ravel: *Enojada* Esa desgraciada, está tan desesperada que dejará morir a inocentes hasta encontrar a aquellos con potencial oculto. / Tranquilo, ahora estás a salvo. – toma su mano para reconfortarlo.
Kenichi: Gracias. – da un suspiro. – Tendré que intensificar mi entrenamiento para que no se metan conmigo. – Ella lo mira y le hace una pregunta.
Ravel: Kenichi...Si yo te dijera que podrías unirte a mi séquito ¿Aceptarías? – preguntó con timidez.
Kenichi: Si me lo dice Rías por ejemplo, diría que no. Pero, tú me has ayudado y si me ofreces eso, aceptaría. Por proteger a mi familia. – Ravel, con un leve rubor, da una pequeña sonrisa pero a la vez estaba triste.
Ravel: Me habría gustado que eso fuera verdad, lamentablemente aún no tengo mis piezas.
Kenichi: ¿Eh? Y a qué se debe eso?
Ashura: Es por mi estúpido y arrogante primo. – dijo con los brazos cruzados en la entrada. – Verás, él tiene sus pieza e hizo que su propia hermana formara parte de ellas, siendo el alfil.
Kenichi: No me jodan ¿A su propia hermana hizo eso? – el peliblanco asiente.
Ashura: Raiser Phoenix, es sólo un idiota con aires de grandeza por ser del clan Phoenix, además que en los rating game que ha participado, siempre ha ganado.
Kenichi: Con razón.
Ashura: ¿Tú formarías parte del séquito de Ravel si ella tuviera oportunidad de conseguirlo?
Kenichi: Sinceramente sí, ella me salvó y además, estoy siendo objetivo de esos desgraciados.
Ashura: Je, sí que conociste a un buen chico Ravel. – la rubia sólo baja la cabeza avergonzada. – Te has ganado mi respeto chico, por ahora, mis agentes estarán protegiendo tu hogar de los caídos.
Kenichi: ¿De verdad?
Ashura: Sí y además, te ayudaré con tu entrenamiento hasta que Ravel logre librarse del séquito del idiota de Raiser.
Kenichi: Está bien.
Ashura: Ahora que me acuerdo, la cena está lista y tu uniforme también.
Kenichi: Perfecto.
Después de haber cenado, el Uzumaki se coloca el uniforme de nuevo y estaba a punto de irse.
Ashura: Por cierto Kenichi, ten esto. – le entrega una carta. – Dale a Sona Sitri si te encuentras con ella, de paso quiero que uses esto en todo momento. – le entrega unas muñequeras y unas pesas de arena para las piernas.
Kenichi: Supongo. – procede a colocárselos cuando ve que Ashura extiende su mano y un círculo mágico aparece, haciendo que sus brazos empiecen a sentirse pesados, al igual que sus piernas. - ¡Ahhhh! ¿Qué rayos?
Ashura: Son pesas mágicas, con eso tu físico mejorará más rápido y no te preocupes, eso sólo afecta a tu cuerpo, esto será tu primer entrenamiento, si tienes tu propia rutina entonces mézclala.
Kenichi: Está algo pesado, pero daré mi mejor esfuerzo. – se levanta y ve que Ashura tenía su mano extendida.
Ashura: Pasaré a visitarte para ver tu desempeño y si necesitas ayuda o algo, ya sabes dónde estoy. - El Uzumaki asiente y corresponde el gesto.
Ravel: Acompañaré a Kenichi a su casa.
Ashura: Está bien, ten cuidado. – la rubia asiente y ambos se van a la salida bajo la atenta mirada del peliblanco quien esboza una sonrisa. – Je, sí que te ha llamado la atención ¿Eh prima?
Camino a casa, ambos estaban en un silencio incómodo pero la rubia decide romper el silencio.
Ravel: Mi primo es muy amable ¿No lo crees?
Kenichi: Sí, aunque algo estricto con su entrenamiento.
Ravel: Él ha sido así, espero que no te incomode.
Kenichi: Para nada, además que estoy agradecido tanto con él como contigo por ayudarme con esto.
Ravel: Aceptaré tu gratitud si uno de estos días me invitas un té con un pastel en casa. – dijo mirando a otro lado.
Kenichi: Je, está bien ¿Y qué te parece si hacemos un pastel juntos e impresionamos a Ayumi?
Ravel: ¿Qu-Qué cosas dices? – dijo ruborizada mientras jugaba con sus dedos. – Aunque... no me molestaría, si así... podemos comer juntos.
Kenichi: Je, bueno, cuando puedas entonces ven a mi casa a preparar un rico pastel. – Así siguieron hasta que llegaron a la casa del Uzumaki.
Ravel: Toma. – le entrega un par de panfletos. – Estaré en la casa de Ashura para así poder visitarlos.
Kenichi: Oh, de acuerdo, de paso te escribiré. – ella se sonroja llamando la curiosidad del pelirrojo. - ¿Ravel?
Ravel: Cierra los ojos. – el Uzumaki levanta una ceja confundido. - ¡Sólo hazlo!
Kenichi sólo cierra los ojos y siente unos labios tocando su mejilla, ella lo estaba besando pero su rostro era tan rojo que competía con su cabello.
Ravel: ¡Buenas noches! – se va corriendo de ahí mientras que el pelirrojo estaba rascándose la cabeza confundido.
Kenichi: ¿Qué acaba de pasar?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top