Capítulo 27. Complejos
Regresé de la tumba y vine para acabar con ese horrible hiatus. Sus maldiciones fueron bien recibidas. :'v Como siempre me he disculpado, esta no será la excepción, pues creo que se merecen explicaciones.
Siempre he demorado en actualizar pues realmente me tomo mi tiempo para que cada capítulo cumpla con sus expectativas y pueda ser de su agrado. No obstante los últimos que actualicé fueron bastante seguidos. Diferencias de dos semanas. El ritmo había mejorado. Hasta hace poco, mitad de mis vacaciones, que caí en una fuerte crisis depresiva. Siempre he sufrido de eso, pero esta vez fueron desgracias tras desgracias. Muchos problemas familiares, muchos seres queridos que partieron de esta vida, entre otros conflictos internos.
La verdad, tras todo eso, me sentí un punto insignificante más de este universo. Se me quitaron las ganas de tod: de comer, de dormir, de socializar, incluso de estudiar. Pensé en abandonar la carrera. Realmente toqué fondo. Todas mis musas se disiparon. No tenía cabeza para nada.
Ahora que me recuperé ya he comenzado el semestre, y aunque no tengo mucha inspiración, de lo que más carezco es tiempo. Este fin de semana me las ingenié para sacrificar todos mis trabajos de la universidad y terminar este capítulo.
Misión cumplida, así que... nuevamente espero que puedan perdonarme y disfruten este capítulo.
— ¿Por qué BaekHyun tiene tu chaqueta? —Inquirió Tao haciendo acto de presencia en la estancia.
Todos volteamos a verlo y notamos su incomodidad al respecto.
— Hm... no lo sé. La había extraviado hace mucho tiempo —miró a BaekHyun confundido—. ¿Cómo es que tú...?
Lo vi bajar la cabeza mientras jugaba con sus manos nervioso.
¡¿Qué!? ¡Se supone que yo era el único capaz de provocar eso en él!
— Baek... no me digas que... ¿Este es el chico...? —Señaló Tao sorprendido y Baek asintió demasiado avergonzado para mi gusto.
Bufé amargado y rodé los ojos. Así que todos estos se conocían desde hace tiempo y yo ni enterado del asunto. Aún peor... a Baek parecía gustarle mi amigo desde hacía un tiempo atrás.
No sabía qué hacer, que decir o cómo reaccionar en ese momento. Era bastante incómodo ¿saben? Estar en medio de miradas secuaces y llenas de sentimientos encontrados.
Pronto mi celular comenzó a sonar en el bolsillo y agradecí internamente por ello. Era la oportunidad perfecta para huir de ese ambiente. Aún si era alguna promotora de ventas igual le armaría plática con tal de alejarme por completo de todos ellos.
Cuando revisé el remitente, era Chen. Y lo amé demasiado en ese momento. Así que sin disculparme o algo, solo me fui directo a la cocina para responder la llamada.
—Gracias por llamar, Chen. No sabes cuánto te amo.
— Lo sé, malnacido, créeme. ¿¡Por eso me dejaste el otro día colgado con un niñito!?
— Tenía resaca y cosas que atender.
— ¿Y hoy que tienes?
— ¿Hoy? ...Hoy estoy sobrio.
— No es a lo que me refiero. Algo te ocurre.
—¿Cómo lo sabes?
— Porque jamás me dirías un "Te amo" y "Gracias por llamar" en la misma oración.
— Ah... solo... cosas... —Me llevé una mano a la nuca con desánimo.
— ¡Chan! ¡Hola! — Reconocí la voz de Kai al otro lado de la línea.
—¿Kai? ¿Qué haces en mi casa?
— Vino a joder ¿qué más, pues? —Respondió mi hermano.
— Estaba aburrido y la tía me invitó a almorzar aquí. ¡Deberías venir! —Prosiguió Kai a lo lejos.
— Sí. Mamá me pidió que te invitara esta tarde.
— Ah... no puedo. Tengo cosas que atender. A demás los niños...
— Tráelos. Mamá no tendrá ningún problema con eso.
— No lo sé...
— ¡Sí! ¡Trae a KyungSoo! ¡El bebé bonito de ojos gigantes!
Ante mi silencio, Chen trató de convencerme.
— Vamos, ChanYeol... ¿Hace cuánto no nos visitas? Ella te extraña. También quiere verte.
Suspiré derrotado. No podía negar que también extrañaba a mi madre y quería verla, platicar con ella. Así que finalmente acepté. Ya me las ingeniaría para ir con esa banda de niños.
— Iré pasado el mediodía.
Cuando regresé al living me sentía un poco más sereno. Debía mostrarme inexorable porque se supone que tenía que ser un profesional, como cualquier otro tutor. Cubriendo mis sentimientos con un manto de hielo fue que pude afrontarlos nuevamente.
Pero Tao y Sehun ya no estaban. Solo BaekHyun recostado en el sofá mientras abrazaba aquel gabán húmedo. Así que mi amigo se lo había dejado ¿no?
Cuando notó mi presencia, volteó a verme sorprendido, pero fui yo quien inflexible tomó la palabra.
— ¿Ya se fueron?
Pero le interrumpí rápidamente antes de que pudiese articular alguna respuesta.
— Ve a arreglarte. Cuando tus hermanos regresen de la escuela me acompañarán de visita a casa.
— ¿Estás... enojado? —Preguntó con un tono de voz prudente y quebrada.
— Noté cómo lo mirabas...
Fue lo único que dije y él bajó la cabeza. Sí. Sin decir nada. Como era de esperarse. Y su silencio fue capaz de otorgarme la más dolorosa amargura.
— Dame eso. Estás mojando todo el sofá.
Se lo quité de las manos con una frialdad palpable. No obstante la mirada de Baek era afligida en cuanto se percató de mi actitud.
Cuando los niños llegaron podridos a crayones, tierra y deberes, tuve la desesperante necesidad de empujar a cada uno hacia la ducha para que se lavaran y vistieran sin retrasos. Eventualmente almorzamos en silencio. En realidad eso no es algo posible para ellos, pero en lo que a BaekHyun y a mí respecta, estábamos ausentes. Cada quien parecía estar más concentrado en su comida y sus pensamientos, que en la plática de Xiumin y Lay, quienes discutían sobre la inmortalidad del cangrejo, siendo secundado por las fantasiosas opiniones de Luhan.
La segunda fase del reto fue tenerlos a todos vigilados en cuanto salíamos de casa para tomar el autobús. Los conté infinidad de veces pues viniendo de ellos cualquier travesura se les ocurriría en el camino.
Y no me equivocaba. En el trayecto de ida Xiumin le pegó calcomanías a un calvo en la nuca. Luhan derramó su batido sobre la falda de una mujer, y KyungSoo le robó a alguien un reloj de oro que pronto le fue arrebatado por Suho. Aunque esto despertó el llanto del bebé.
— Kyung, ¿de dónde sacaste ese reloj? —Reclamé cuando bajamos de la parada de autobús.
— Al parecer se lo robó a alguien sin que se dieran cuenta. —Rio Lay entretenido.
— ¿Deberíamos entregárselo a alguna autoridad? —Preguntó Xiumin.
— Hm... luego pasaremos por la comisaría para dejarlo en la caja de objetos perdidos, a ver si alguien lo reclama.
— Lo dudo... —Reflexionó Suho.
Yo, la verdad, no le presté mucha atención al asunto. Era imposible que KyungSoo hubiese arrebatado ese reloj de la muñeca de alguna persona sin que esta se diese cuenta. De seguro solo lo había conseguido en el asiento y, ¿qué harían esos niños con un viejo reloj de oro?
— Caminen.
Luhan iba de mi mano mientras yo con el brazo desocupado llevaba a KyungSoo.
— ChanYeol... ¿Quiénes viven en tu casa? —Inquirió Lay.
— ¿También tienes muchos hermanitos como nosotros? — Preguntó Luhan con entusiasmo. Probablemente emocionado con la idea de conocer a alguien de su edad para jugar.
— Pues... en su casa viven mi suegra y mi esposo. —Informó Xiumin con vehemencia.
Yo rodé los ojos y Luhan volteó a verlo sorprendido, haciendo una enorme 'o' con la boca.
— ¡¿Te casaste?!
— Pronto, Lú. Pronto sucumbirá ante mi encanto.
— No le hagas caso, Luhan. —Miré al gemelo de soslayo.
— Si, Chen ni si quiera lo soporta. —Rio Suho hasta que recibió una mirada fulminante de su hermano.
— ¿Chen? —El pequeño volvió a mirarlos—. ¡Así se llama mi amigo!
— Bueno, ¿recuerdas el chico con quien hablaste por celular? —Me miró asintiendo rápidamente con la cabeza—. Él es mi hermano menor. Chen.
— "Chen Chen Chen" —Canturreó Luhan divertido.
— Así hacen las cajas registradoras. —Participó Suho.
— ¡Chen es divertido! —Secundó Luhan.
— Y es tan hermoso... —Se quejó Xiumin estirando con frustración la piel de su rostro.
Todos soltamos una carcajada por la ocasión. A excepción de BaekHyun quien estaba tranquilo y en silencio solo siguiendo nuestros pasos. Me sentí realmente mal por ello, pues era el causante de su repentino aislamiento hacia nosotros. Sin embargo, al rememorar la escena de esa mañana, todo esceptismo regresaba a mí y, despojándome de mis dolorosos sentimientos hacia él, traté de ignorar el hecho.
Cuando por fin llegamos, el primero en recibirnos fue Kai, como si fuese el dueño de la casa. Pero en lugar de saludarme con la misma efusividad con la que abrió la puerta, lo primero que hizo fue quitarme a D.O de los brazos.
— ¡Hola, bonito!
El bebé ni si quiera reaccionó. Esperaba que escogiera a alguno de nosotros dos, pero solo se quedó tranquilo con el dedo en la boca mientras se dejaba tomar en brazos por aquel sujeto.
— ¡Te crecieron los ojos!
Trató de imitarlo abriendo los suyos como platos pero ante ello Kyung le metió sus dedos en los orbes. Otra vez. Parecía ser su ataque favorito. Kai se quejó pero pronto fue empujado por mi hermano.
— ¡Bienvenidos sean, plebeyos! —Posó Chen con divinidad.
— ¡Mi amor! —Interrumpió Xiumin hasta de un salto ir a colgarse de su brazo. Chen le miró asqueado. — Sabía que nos volveríamos a ver. Esto es obra del destino.
— ¡Chan! —Me miró enojado—. ¿¡Por qué trajiste a este mocoso!?
— Te recuerdo que es el mocoso que debo cuidar y me permitieron traerlos a todos.
— ¡Hola! ¡Yo soy Luhan! —Exclamó sonriente.
— Ah... tú —forzó un poco su sonrisa—. El niño parlanchín.
— ¿ChanYeol?
Una voz tras de Chen apaciguó el ambiente. Ella se asomó a su costado e inmediatamente su sonrisa se amplió con enormidad.
— Hola mamá.
— ¡Mi hijo! —Empujó a mi hermano y fue rápidamente hasta mí para fundirnos en un fuerte abrazo.
Chen frunció aún más el ceño.
— ¡Yo también soy tu hijo, mujer!
— ¿Cómo has estado? —Se separó de mí solo para mirarme con nostalgia mientras sostenía mi rostro con ambas manos—. Ah... mi bebé. Siento que ya eres todo un adulto.
Comió mi cara a besos. Me sentí demasiado incómodo y avergonzado por su trato.
— Mamá... No en frente de los niños... —Mascullé.
Pude oírlos reír bajito.
— ¿Estos son los hijos del doctor? —Les miró sorprendida—. No tenía idea de que fueran tantos. —Ellos parecieron intimidarse al principio.
— Ah, sí. —Sonreí algo nervioso porque no quería que mamá dijera alguna imprudencia respecto a su padre y la extravagante familia que poseía—. Ellos son BaekHyun, Lay, Suho, Xiumin, Luhan y... —Los señalé a cada uno hasta reparar en que faltaba uno—. Bueno, KyungSoo fue raptado por Kai.
— Es un placer. —Asintió Suho con respeto.
Lay y BaekHyun saludaron con su mano.
— Hola, niños. Bienvenidos. —Mi mamá correspondió dulcemente con el gesto.
Posterior a eso Xiumin se acercó hacia la mujer para sujetarla de la mano, cosa que le tomó por sorpresa. El niño se inclinó ligeramente—tampoco es como que fuese muy alto— para besar el dorso de su mano.
— Es un placer conocerla, madame. Puedo apreciar de donde heredó su hijo tanta belleza.
— Pff... ¿ChanYeol? —Se burló mi madre. Eso me hirió.
— ¡Ew! ¡No! —Se alteró el niño, pero pronto carraspeó para volver a recobrar su compostura—. Chen. El hombre más perfecto en la faz de la tierra y con quien PRONTO... contraeré matrimonio.
— No me digas. ¿Estoy invitada a su boda? —Se entusiasmó.
El chiquillo asintió y mi hermano puso los ojos en blanco.
— ¡Entonces perfecto! Ya era hora de que alguien se llevara a esta monja de aquí —todos reímos, a excepción del aludido—. Esto hay que celebrarlo. ¡Pasen adelante!
Por fin nos invitó a entrar y yo le sonreí a mi hermano con vehemencia antes de ingresar. Mamá era experta bajando a Chen de su nube de egocentrismo.
— ¿Lo ves, cariño? Todos aprueban nuestra unión. —Trató de tomar su mano pero rápidamente el mayor lo esquivó ingresando a la casa indignado.
Igual Xiumin fue tras de él como una colita. Aquella actitud de rechazo que tenía el mayor no era impedimento para el pequeñín, sino que resultaba incluso más excitante para él.
Entré tras de ellos cerrando la puerta. Observaban todo su alrededor, como los niños curiosos que eran.
— Es más pequeña de lo que imaginé —musitó Suho decepcionado—. Nuestra casa es mucho más grande... y lujosa.
— ¡Muñecas! —Corrió Luhan hacia la mesa auxiliar donde mamá coleccionaba muñecas de porcelana. Justo ahí, había una sentada en una mecedora, así que el pequeño con su dedo índice empujó suavemente la silla para, efectivamente, mecerla.
— ¡No toques eso! —Se apresuró Chen, logrando que el niño pegara un respingo asustado, separándose de inmediato y volteando a verlo, como quien no había hecho nada—. No las toques. Esas muñecas son malignas.
Por un momento Luhan le creyó, tragando fuertemente. Hasta que la mujer interrumpió.
— No le hagas caso, pequeño —tomó asiento invitándole con un ademán a acercarse a ella. Luhan obedeció en silencio—. Tiene una infancia frustrada. Siempre quiso que sus figuras de acción tuvieran una novia. Pero yo no dejaba que utilizara mis muñecas para jugar. Así que tras la frustración sexual de sus muñecos, todos acabaron siendo homosexuales.
— ¡MAMÁ! —Gritamos mi hermano y yo al unísono, preocupados por la integridad mental de los niños.
— Eso explica muchas cosas. —Musitó Xiumin acariciando el muslo de Chen, quien no demoró en golpear su mano.
— Mamá, por favor... —Supliqué con una mirada.
Ella siempre tan imprudente y desvergonzada. Era ese tipo de mujer que hablaba las cosas de frente, claro, crudo, y sin anestesia, porque no tenía tabúes. Y aunque nos crio de esa manera, creo que los hijos del doctor Byun son algo especiales. Debía tener mucho tacto cuando de ellos se trata.
A demás, necesitaba hablar urgentemente con ella para ponerla al tanto de todo.
Por otra parte, Luhan quedó igual de confundido que al inicio.
— No es esa la razón, Mamá —se defendió indignado—. Esas cosas son peligrosas. Asechan tu alma...
Dijo esto tratando de generar un ambiente sombrío, levantando las manos y moviendo sus dedos como si de un hechizo se tratase. Ante aquello, Luhan disimuladamente se acercó más a la fémina para tratar de esconderse tras su regordete brazo. Ella rio para sus adentros y le ayudó a protegerse.
— Tiene mucho sentido... —Musitó Lay para sí mismo.
— No le hagas caso, está tostado del casco. —Le hizo una cara graciosa al niño y movió su dedo de forma circular junto a su oreja. Él rio.
— Hm. Búrlense. —Se enfurruñó el muchacho cruzándose de brazos.
— ¡ChanYeol! ¡¿Este eres tú?! — Exclamó Suho llamando la atención de todos.
Al voltear me encontré con él y BaekHyun curioseando los retratos familiares de la cómoda. Este último se apenó notoriamente al ser descubierto. Y ciertamente, yo también me avergoncé de que viera esas fotografías.
— ¡Yo quiero ver! —Saltó Luhan y más atrás de él le siguieron los demás. Por supuesto, mi hermano no podía faltar, para aportar con algún comentario.
— Era un esperpento. —Rio socarrón.
Los demás no demoraron en reírse también y los comentarios 'bromistas' de todos no demoraron en hacer su acto de aparición.
Yo no era precisamente el niño bonito. Bueno, ni si quiera parecía humano precisamente. Era de contextura ancha, mi piel era áspera, usaba lentes y lo peor de ellos, era que me aplastaban las orejas hasta hacerme parecer un elfo. No de esos elfos buenotes de los videojuegos, uno cansado y dislocado.
Y si, era un blanco de Bullying, en el parvulario y toda primaria. Y no solo eso, sino que era un fiasco tratando de hacer amistades. Era un niño de gustos raros. Raros en todos los sentidos de la palabra. Andaba por todas partes con mi 'rata' en manos. ¡No es una rata! ¡Es un hurón! Era algo que les repetía siempre cuando huían gritando.
Sith, ese era su nombre, resultó ser mi único amigo entonces. Hasta que desapareció un día y no volví a verlo. Para mi suerte poco después entré a secundaria donde conocí a quienes son mis mejores amigos en la actualidad.
— ChanYeol ¿por qué eras tan feo? —Preguntó Lu con inocencia y curiosidad.
— Un adefesio... —Musitó Lay pensativo.
— No me sorprendería que fueses soltero hasta ahora. ¿A que tengo razón? —Se burló Xiumin volteando a verme.
— Xiumin, pobrecito, no tiene la culpa de nacer así. —Lo codeó Suho.
— Los estoy escuchando, mocosos. Sus opiniones están de más.
Gruñí tras la risa de mi madre quien parecía muy orgullosa de ello. BaekHyun sostenía entre sus manos un retrato de mi familia, donde estábamos los cuatro juntos. Así que se la arrebaté con cuidado, para devolverla a su sitio. Aún si sus manos continuaron persiguiéndola, no dejé que la alcanzara.
— No hay nada que ver aquí. ¡Shu! — Hice un ademán con la mano para espantarlos a todos.
Eventualmente observé al muchacho quien no me apartaba la mirada de encima. Esta vez más inquisidora y penetrante de lo que pude imaginar. Sin disimulo alguno, como si tratara de averiguar algo en mí.
Estuvimos inmersos por escasos segundos que parecieron eternos, hasta que Baek rompió la atmósfera con una de sus enternecedoras sonrisas que solo logró hacerme enrojecer hasta las orejas. Fruncí el ceño porque pensé que se burlaba de mí. Estaba un poco a la defensiva al revelar mi vergonzosa infancia, y más hacia él con quien esta mañana había tenido un mal roce. Así que bufé y traté de ignorarlo.
— ¡ChanYeol! ¡Me gustan tus orejas! —Añadió Luhan colocando sus dedos tras de las mismas para tratar de parecerse un poco a mí—. Eres como Dumbo.
Suspiré dándome por vencido.
— Gracias Lú. —Traté de tomar eso como un cumplido.
— A mí me gustaba tu hurón —participó Xiumin—. ¿Alguna vez podría adoptar uno? —Pidió tratando de aprovecharse de la ocasión.
— Las personas le temen a las cosas diferentes.
— ¿Me estás diciendo cosa? —Me sentí herido tras las palabras de Lay.
— Es por eso que temían aventurarse a ti. Creen que por tener un horrible aspecto serías alguien poco interesante. —Reparó, aunque no me parecieron palabras de aliento.
— Se nota que eras un niño especial. —Sonrió Suho.
Escuché el bufido de Chen y Xiumin reprimiendo una carcajada, así que los fulminé con la mirada.
— ¿Qué hay de ti, Baek? —Se acercó Luhan jalándolo de la camiseta—. ¿Te gustan las orejas de ChanYeol?
Preguntó esperando que su hermano mayor se uniera a su causa.
BaekHyun nos echó una ojeada a todos y luego volvió la vista a aquella fotografía que momentos antes le había arrebatado de las manos. Volvió a sonreírle a ese niño regordete de la imagen, así como me había sonreído a mí, momentos antes.
— Me gusta... lo valiente que era...
— ¿Valiente?
— ¿Cómo sabes si era valiente? —Xiumin se cruzó de brazos.
— No es algo que se pueda ver en una imagen. —Secundó su gemelo.
— ¡Sí! ¡ChanYeol es muy valiente! —Rebotó Luhan encantado con ese rasgo.
Me sentí confundido. No recuerdo haberlo sido. Y mucho menos comprendí las intenciones de BaekHyun.
— ¿Por qué dices eso, cariño?
Cuestionó la fémina acercándose a nosotros para alimentar sus recuerdos con esos retratos.
Fue evidente el posterior nerviosismo de BaekHyun quien jugaba con sus manos sin poder dejar de observar la fotografía.
— Él...
— Lo valiente es lo de menos —Interrumpió Kai saliendo de la cocina con KyungSoo en brazos quien comía de una galleta de chocolate. Una galleta incluso más grande que él—. Las niñas siempre lo dejaban en la zona de amigo porque, ¿de qué te sirve un niño valiente pero feo? Es como comer helado de caraotas.
Todo estaba bien hasta el momento en el que el negro abrió la boca.
— ¡Vuelve a la cocina, estúpido!
Exclamé destrozado. Estaban haciendo manguares con mis conflictos internos. Creí haberlos superado, pero luego de este tiroteo sentía que volvía a afectarme.
Gracias chicos.
— ¡Kai! ¿¡Te estás comiendo mis galletas!? —Reclamó mamá.
El aludido señaló pronto a KyungSoo quien volteó a verlo con rencor y la traición acumulada en sus cachetes.
Pronto todos estábamos sentados en el living, comiendo las especiales galletas que preparó mi mamá y contando todo tipo de anécdotas. Era una tarde amena, y a pesar que la estaban haciendo a costa de mis desgracias, poco a poco me sentí menos amenazado. Incluso pude reírme de mi propia suerte y presentarle a mis engendros. Así mamá los conocería mejor.
"Lay el soñador". "El dúo dinámico. Xiumin tan enérgico, y Suho tan sensato". "Luhan el curioso". "KyungSoo siempre tan serio". "BaekHyun es el chico más tímido".
Así fue como ella trató de identificarlos.
— Soy mala para los nombres, pero ya comienzo a acostumbrarme. —Cada uno parecía satisfecho con su individualización.
Una llamada entrante de Tao llamó mi intención tras vibrar en mi bolsillo. Dejando a los chicos bajo las fantásticas anécdotas entre las que colaboraban mamá, Chen y Kai, todos muy entretenidos, me separé del grupo para responder.
— ¡¿DÓNDE CARAJOS ESTÁN!?
— En mi casa. —Respondí inexorable.
Miré la hora del reloj de pared. A penas eran las cuatro y cuarto de la tarde.
— ¡¿Por qué no me avisaste!?
— No quería interrumpir tu cita.
Bufó molesto a través del auricular. Sentí como cubría el mismo para no oír bien su conversación, pero supe que le hablaba a Sehun.
— Iremos para allá.
La idea sinceramente no me agradó. ¿Sehun y Baek entre las mismas cuatro paredes? Mejor córtenme las bolas.
Sí, soy alguien extremista en cuanto a celos se trata.
— No es necesario. Pronto iremos de regreso.
Traté de mostrarme sereno, aunque... el que me colgara la llamada de esa forma no me fue de mucha ayuda.
Realmente no quería verle la cara a Sehun. No quería verle la cara a Baek mirando a Sehun. No quería verme la cara de tonto.
Luego de todo lo ocurrido el día de hoy, había vuelto a sentirme inseguro. Tal vez nada fue realmente intencional, pero la baja autoestima que me caracterizaba cuando pequeño, volvía a apoderarse de mi sistema. Volví a sentirme el chico ñoño, horrible, quien era considerado solo un paseo de desgracia y lastima. El niño poco interesante y solitario.
¿Qué tal si BaekHyun prefería a mi amigo antes que a mí? Claro, él era mucho más apuesto. ¿Y si yo realmente nunca le gusté? ¿Y si solo fui un simple capricho temporal...? ¿...Una confusión? ¿Nada fue real? Me siento tan, desplazado. Suena exagerado, pero para alguien que proviene de una autoestima inestable, es bastante prudente.
— ¿Quién quiere un tour por la habitación de ChanYeol? —Invitó Chen con vehemencia y majestuosidad.
— ¿Qué? — Me preocupé.
— Entradas gratis para todos.
Pero los pequeños no se mostraron demasiado interesados.
— ChanYeol tiene una habitación en nuestra casa.
— Ya lo conocemos.
— Si... pero esta habitación es diferente —añadió mi hermano cual maestro de ceremonias tratando de captar la atención de su público. Me parece que tenía una gran necesidad por dejarme en ridículo a toda costa y desnudar mis secretos frente a los demás—. Es la habitación más friki, ñoña, y... oculta grandes tesoros. A ver si pueden encontrarlos.
Los más pequeños saltaron de emoción ante su propuesta. Chen deseaba ver el mundo arder. Kai y yo nos miramos con preocupación, y sin más que ello, como si pudiéramos hablarnos por telepatía, se colocó de pie rápido para dirigirse hacia mi habitación.
Eso es Kai. Esconde mis revistas pornográficas. Yo los distraigo un rato.
— Mi habitación ha estado deshabitada por mucho tiempo. Debe estar un poco llena de polvo. No creo que quieran entrar.
— La limpié justo hoy. Por si deseabas pasar la noche aquí. —Habló mamá muy sonriente.
— A demás debe hacer un calor infernal.
— Encendimos el aire acondicionado para que refrescara un poco.
Malnacido Chen.
— Hay posters de tipos feos pegados a mi pared. No quiero que a los pequeños luego le den pesadillas.
— Ya vimos tus fotografías de niño. Ahora somos inmunes. —Aseguró Xiumin.
Mis excusas se acababan, y los niños ya se encaminaban hacia mi pieza junto con Chen quien les daba una breve descripción de lo que posiblemente encontrarían frente a sus ojos. Rogaba por que Kai hubiese hecho las cosas bien.
Para mi suerte, entremos cuando Kai iba de salida.
— Ah. Hola, chicos... bienvenidos.
¿De cuándo aquí esto se había convertido en una gira por el país de las maravillas?
Luego de ingresar comenzaron a dispersarse hacia diferentes áreas. Mi habitación estaba justo como la recordaba, y me embriagó cierta melancolía. Las paredes turquezas forradas de posters de Anime, bandas de rock, y autos. Xiumin fue directo hacia una vieja batería que estaba en la esquina de mi habitación. LuHan se acercó a mi repisa donde estaban mis figuras de acción coleccionables. Lay revisaba mis CD's de música y mis películas, mientras Suho agitaba un autobús que había descubierto siendo en realidad una alcancía. Un par de monedas viejas quizás debía tener.
— ¿Escondiste bien el paquete? —Susurré a Kai estando ambos en el marco de la puerta observando a esos engendros inspeccionar todo.
— Todo en orden capitán.
Chocamos los puños. Era bueno tener a quien cubriera tus espaldas.
— ¡Chan!
Lay y los gemelos se acercaron a mí con unas carátulas en manos.
— ¿Podemos ver esta película? —Me mostró Lay una de misterio llamada "The Others". Una de mis favoritas.
— Con permiso —Xiumin lo empujó con el hombro para colocarse en frente y mostrarme otra diferente—. Mi futuro esposo y yo veremos una película romántica.
— ¿Con el permiso de quién? — Protestó Chen en cuanto tomaban decisiones sin su consentimiento.
— ¿"Amigos con derechos"? Xiumin, no creo que esa película sea para alguien de tu edad.
— ¡Yo quiero ver esta! — Suho me entregó otra.
"Hotel Transilvania".
— Hm... una idea más sensata.
Los otros dos se miraron en desaprobación a la infantil idea de Suho. A Lay le gustaban las películas más realista y Xiumin, con su ceño notoriamente fruncido, deseaba algo con lo que pudiera conquistar a su amado.
— ¡Amo esa película! —La tomó Chen en manos, aflorando ese lado infantil y enternecedor que pocas veces podía ver en él.
— ¡Está decidido! — Xiumin levantó las manos al aire aprobando la moción. Su semblante había cambiado abruptamente.
Así los ayudamos a instalarse en la pieza. Mientras JongIn se encargaba de conectar el DVD y reproducir la película, Chen fue a por bebidas para todos y yo busqué unos puf para que se tiraran en el suelo cómodamente. Luhan me pidió permiso para sentarse con R2D2 y la Princesa Leiah a ver la película. No me gustaba que tomaran mis colecciones de La Guerra de las Galaxias pero por ser él, lo permitiría.
— Chan... —Luego de repartir las bebidas mi hermano se acercó a mí.
Ya habíamos apagado las luces y los chicos se entretenían con la película.
— Abajo está Sehun con tu 'amiguito'. —Hizo énfasis en esta última palabra pues bien sabíamos que Chen y Tao no se la llevaban bien.
Kai al oír esto volteó a vernos, confundido al ver mi expresión de pocos amigos. En realidad, pronto ambos me observaban con ojos inquisidores.
Recordé que BaekHyun se había quedado con mi mamá y KyungSoo ahí abajo y me sentí amenazado tras la llegada de mi compañero.
— ¿Ocurrió algo entre Sehun y tú? —Dedujo mi hermano con su intuición sobrehumana.
— No pasa nada. Vamos.
Le hice seña a JongIn para salir de ahí. Confundido miró a Chen, y luego nos retiramos dejándolo solo con los niños.
Efectivamente al bajar las escaleras estaban todos reunidos en el living. Mamá consintiendo a los dos nuevos invitados junto a BaekHyun quien oía la conversación en silencio con KyungSoo dormido en sus brazos.
Mi presencia interrumpió la amena conversación pues todos guardaron silencio y voltearon a vernos.
— Hey. —Saludó Sehun.
— Qué onda, hermano. —Correspondió Kai bajando las escaleras primero que yo para ir a saludar.
— ChanYeol, tu madre es increíble. —Me sonrió Tao.
La aludida se ruborizó por el comentario y se llevó las manos a sus mejillas esbozando una sonrisa bastante amplia.
— ¿Por qué nunca la visitamos antes?
— Deberían venir más seguido —interrumpió ella bastante emocionada—. Mi casa está llena de energía ahora con ustedes aquí.
— De haber sabido eso vendríamos con anterioridad. Es muy agradable la verdad...
— A veces... también se necesita de una figura maternal. —Completó BaekHyun en un bajo tono de voz.
— Claro que sí. Con gusto los recibiré en mi hogar —hizo una pequeña pausa—. Díganme algo —musitaba—. ¿ChanYeol se porta bien? ¿Es muy severo con ustedes?
Los dos hermanos voltearon a verme un instante. Luego fue Tao quien tomó la palabra.
— Es un gran hermano mayor. Aunque a veces muy extremista y tonto.
Baek se encogió de hombros para reprimir una pequeña risa.
— Un poco brusco. —Habló.
Deshonra.
Mamá entreabrió los labios con asombro y arrugó el puente de su nariz.
— No dejen que haga de las suyas. Es muy escéptico y mandón en ocasiones. Cuando sea así, hablen conmigo y le conecto esa nariz. —Les mostró su puño.
— No se preocupe por eso. Lo tengo amaestrado.
— Yeol... —para cuando me di cuenta, Sehun estaba a mi lado—. Vamos. Hay que hablar.
Estuve en total acuerdo con él, y dejando a aquellos platicando sobre sus métodos de domesticación, mi compañero y yo nos encaminamos a la cocina bajo la preocupada mirada de BaekHyun. Kai por supuesto, no podía quedarse atrás. Curioso por los hechos, nos siguió con prisa.
— ¡Oigan! ¿Ocurre algo que yo no sepa?
Gruñó Kai al sentirse tan excluido de la situación y ajeno a todo ese pesado ambiente entre nosotros dos.
Guardé las manos en mis bolsillos y recargué mi cadera en el mesón. Por otra parte Sehun se sentó sobre el mismo, pero a varios metros de mí, mientras que JongIn, de brazos cruzados nos retaba de pie frente a la puerta.
— ¿Y bien?... —Nos alentó a continuar.
— ChanYeol... —Sehun tomó la palabra—. Quería disculparme por ser tan entrometido...
Sus palabras me sorprendieron un poco. No esperaba una disculpa de su parte, sinceramente no. Y una de mis debilidades era esa; el hecho de estar enojado con alguien, y en lugar de luchar ambos, acabara yo siendo el victimario. Me hacía sentir realmente culpable. Así que relajé mi musculatura encogiéndome de hombros apenado. Por inercia llevando mi diestra a frotarme la nuca con incomodidad.
— A veces creo... que debería dejar de ser tan sexy... —Tanto a mí como a JongIn nos resaltó una vena en la sien—. Es agotador ¿sabes? Estar siempre captando la atención de las personas. Entiendo que te sientas opacado por mí. —El realmente estaba hablando en serio. Incluso se acomodó el flequillo con ímpetu.
— Agárrame que lo mato. —Coloqué la mano de Kai sobre mi antebrazo para asegurarme antes de perder mi cordura.
— Momento... —Nos calmó observándonos receloso—. Sehun, ¿a quién le robaste la novia esta vez?
— No es mi 'novia'.
— A ChanYeol.
— ¡Hijo de...! —Kai me detuvo nuevamente. Se pasó la yema de los dedos por sus párpados tomando paciencia antes de hablar.
— Chicos, ya estamos grandes para estas tonterías. Para empezar, Sehun, puedes quitarle la novia a quien quieras, pero no a tus amigos.
— Que no es mi novia.
— Y tu ChanYeol... ¿De qué te quejas si no es tu novia?
Mi rostro fue un poema. Creí que JongIn podría ser sensato por primera vez en su vida.
— Me explico... Sehun me arrebató a la persona que me gusta.
— Ahh ¡SEHUN! —Volvió a retarlo.
— Yo no te lo quité. Es decir, fue lo que sucedió, pero no fue a propósito. No es mi culpa que se interese en mí.
— ¿Y quién es esa persona de la que hablan?
Demoré un poco en responder.
— ...BaekHyun.
Abrió la boca con asombro tras mi afirmación. Sin disimulo alguno.
— ¿A penas te enteras, Kai? —Se burló Sehun.
— ¿Tu si lo sabías?
— Era algo demasiado obvio.
— ¡¿Entonces por qué le quitaste a su amado?!
Esta vez fui yo quien tuvo que detener a JongIn antes de que fuera a abofetear al muchacho.
— Todo por una estúpida chaqueta. —Rodé los ojos ya cansándome de ese asunto.
— ¿Qué chaqueta?
— Supuestamente en algún remoto momento de mi existencia se la presté a BaekHyun sin siquiera conocerlo. Por eso él la tenía, y creo que luego de conocer por fin al dueño de esta, se enamoró perdidamente.
Gruñí por sus palabras como perro callejero. Kai se mantuvo pensativo.
— Entonces comprendí lo que había sucedido con mi preciado abrigo favorito, y todo tuvo sentido nuevamente. Aunque realmente no recuerdo haberlo perdido de esa manera, pero ya saben que mi memoria tampoco es muy productiva.
— No suena a algo que Sehun haría... —Musitó Kai con desconfianza y luego lo señaló acusador—. Si en una situación hipotética encontraras a un desconocido en apuro, le darías una charla sobre lo que podría o no hacer, y luego le dejarías a la deriva para que resolviera sus problemas a como mejor le conviniera... ya que no es tu asunto. No te gusta inmiscuirte en los asuntos personales de otras personas.
— Claro que si. Soy psicólogo, mi trabajo es involucrarme...
— Difiero, mi pequeño saltamontes. Los psicólogos no se involucran sentimentalmente con los problemas de otros. Quizás sí, internamente, pero nunca lo demostrarían, pues no es ético. Y tu personalidad es exactamente igual fuera de tu campo laboral. Ayudas con palabras, pero nunca meterías las manos en el fuego por un desconocido. En cambio ChanYeol... —Cambió la señalización de su índice hacia mí, y me sentí acorralado bajo su severa mirada—. ChanYeol es un gigante idiota y sentimental, que se preocupa más por otros que por su propio bienestar. No me sorprendería que regalara toda su fortuna con el fin de hacer feliz a un desconocido. Ustedes dos... —levantó su otro dedo índice para señalar a Sehun simultáneamente— Son unos extremistas.
— ¿Entonces cómo explicas que mi abrigo quedara en manos de BaekHyun? Él mismo nos contó cómo ocurrió todo.
— ¿Qué no era tu abrigo favorito? —Sehun asintió—. ¿Por qué lo regalarías a un desconocido si era tan preciado para ti?
— Porque soy muy despistado y tengo mala memoria.
— Si, lo eres. Y precisamente por ser despistado le prestaste a ChanYeol tu abrigo, porque es algo que si harías por tu amigo.
— ¿Lo haría? — Preguntamos al unísono.
— ¿No recuerdan? —Carraspeó antes de dramatizar el momento—. "Sehun, préstame un abrigo. Está lloviendo mucho allá afuera, huehuehue" —Imitó una risa estúpida que desaprobé inmediatamente. Yo no me reía así—. "Agarra uno de mi armario" —dijo estirando sus labios y adormilando sus ojos para parecerse a Sehun. Era tan idéntico, que los recuerdos volvían a mí—. "¿Cuál sea? ¿Estás seguro?"... "Si, da igual". Entonces agarraste el primero que se te cruzó frente a los ojos y saliste corriendo de ahí. Días después Sehun montó un escándalo por haber perdido su abrigo y tú te lamentaste porque no sabías dónde lo habías dejado. ...Par de idiotas.
A esas alturas estábamos petrificados ambos. Sehun de seguro igual no recordaba absolutamente nada, pero a mí las imágenes me llegaron como un flash en mi cabeza. Esta vez, Kai había sido de ayuda.
— De nada. —Sonrió victorioso.
Si no me equivoco, había un estudiante bajo la lluvia esa tarde, parecía estar llorando. No observé bien su rostro y la lluvia no podía hacerme certificarlo, pero se veía muy triste. Si, lo hice, le entregué mi abrigo. ¿Compasión? Tal vez. Me vi reflejado en él.
Cuando estaba en primaria llegaba a casa empapado por haber estado ahogando mis penas bajo la lluvia al no querer llegar a casa y mostrarle mis lágrimas a mamá. Ya era demasiado para ella con el abandono de mi padre como para preocuparla por algo más. Decirle que sufría de bullying en la escuela, sería una sentencia, pues cambiar de instituto no era algo económicamente posible para nosotros en esos momentos. Tuve que enfrentar mis problemas y mis miedos yo solo, al igual como Chen también enfrentó los suyos propios, todo por el bien de nuestra madre, quien ya sufría bastante.
Eso fue todo en lo que pensé al ver a ese estudiante empapado. No pude evitarlo. En aquel entonces, a mí me hubiese gustado que alguien se preocupara por mí. Quien fuera.
La puerta de la cocina se abrió lentamente, asomándose el aludido con lentitud. El silencio reinaba en el lugar, todos con la mirada puesta sobre él. Y a este no le quedó de otra más que encogerse de hombros. Comenzaba a retractarse sobre si esbozar palabra alguna.
— ¡Miren quien llegó! —Se acercó JingIn, logrando intimidar más a BaekHyun—. La manzana de la discordia...
El chico se encogió más de hombros si es que le era posible. Pronto Sehun se acercó al moreno rodeando sus hombros con su brazo derecho para invitarlo a caminar.
— Mejor nos vamos.
Musitó con complicidad, arrastrando consigo a Kai el cual estuvo de acuerdo con ello. Aunque no se fueron sin antes guiñarle un ojo a BaekHyun. No podía sentirse más desorientado.
Aun cuando se fueron sembraron de nuevo la incomodidad, el pesado silencio y la inquietud palpable de ambos. Yo tan ensimismado en mis pensamientos, mayormente apenado por mi conducta. El chico igual mirando sus zapatillas, debatiéndose si cometer el error o la fortuna de hablarme, a sabiendas que estábamos en malos términos.
— BaekHyun...
— Chan...
Tomamos la palabra al mismo tiempo y eso nos descolocó un instante. Guardé silencio e hice un asentimiento para que continuara hablando. Aunque pareciera no querer hacerlo, prosiguió de todas maneras.
— Yo solo vine a decirte que... tu mamá nos invitó a cenar. Ella quiere que, compres pizza. —Se dio media vuelta para salir de la cocina—. Cuando estés desocupado, no hay prisa.
Me apresuré a detenerlo sujetándolo del brazo, y pude sentirlo temblar. Por inercia incluso colocó su mano sobre la mía en su intento por pedirme soltarlo, aunque no hizo más que mirarme sorprendido.
"Un poco brusco".
Sus palabras vinieron a mi mente, y entonces lo solté, acobardándome al instante.
Levanté la mirada. Ahora me observaba con temor. Un movimiento en falso y huiría como un conejo amenazado.
— Discúlpame —me apresuré a decir—. Por mi comportamiento. Estaba enojado... celoso... —para mí buena o mala suerte, no obtuve reacción de su parte—. Pensar que, por el hecho de que Sehun fuese el dueño de tu abrigo, lo escogerías a él primero que a mí, me hizo sentir desplazado. —Quería sincerarme con él en todo momento.
Tal vez, el hecho de que BaekHyun fuese mental y sentimentalmente tan inestable, me hacía desconfiar. No solo de él, sino de mí mismo, y mis capacidades.
— Es cierto que no tengo derecho a atarte a mí, así que perdóname. No pude controlarme en ese momento. Pero si a ti realmente te gusta Sehun, yo... lo entenderé.
Él se llevó ambas manos a cubrirse la boca y pude observar el atisbo de una sonrisa tras estas. ¿Se estaba burlando de mí? Parecía muy divertido ante la situación, pero no solo eso fue sorpresa para mí, sino el hecho de que se lanzó a abrazarme como si fuese su oso de felpa. Se notaba demasiado feliz, y aún desconocía la razón.
— Era eso... —Musitó suspirando. Levantó la mirada para observarme.— Estabas celoso.
El que me lo recordara me hizo enrojecer. Curiosamente me daba más vergüenza que esas palabras salieran de su boca, que haberlo admitido yo. Fruncí un poco el entrecejo y desvié la mirada.
— ChanYeol... —Habló quedito, ascendiendo su mano con parsimonia para a penas sostener mi mejilla y obligarme a mirarlo. Así lo hice, volteé, y noté en sus ojos preocupación. Tristeza tal vez, pero de forma más compasiva—. ¿Por qué?
Comprendí su pregunta por muy corta que fuese.
— Él fue el chico que tanto esperabas conocer.
Asintió. Me siento nuevamente inseguro tras su afirmación.
— ¿Y eso qué?... —Se separó de mí con cautela—. Estoy agradecido con él. Pero no es el chico que esperaba conocer.
— ¿Ah... no? —Titubeé.
Negó con energía y sus mejillas se coloraron.
— Tenía tantos deseos de que fueras tú —Abrí mis ojos como luna llena y reparé en aquella ocasión, cuando estaba tan entusiasmado por mostrármela. Me sentí realmente mal por haber dudado de él.
— Perdona... De verdad lamento haberme comportado de esa manera...
— Siempre estás disculpándote —interrumpió—. Haz las cosas bien.
Esas palabras me eran tan conocidas. Y no pude evitar reír al recordar de quien era aquella frase. Mi primer día en esa casa, en la habitación de BaekHyun...
— Es cierto, debería hacer las cosas bien.
Dicho esto no perdí tiempo. Mi diestra esquivó su rostro para sostenerlo de la nuca. Me acerqué decidido, y él no se inquietó esta vez. Mis labios persiguieron los suyos, mismos que buscaron cercanía para sellarlos en un beso de reconciliación. Cosa que hubiese sucedido de no ser por...
— ¡ChanYeol! — Kai abrió la puerta de golpe.
Yo soplaba el ojo de Baek mientras sostenía su cabeza.
— Listo, ¿salió? Debió ser una pestaña.
— Sí, creo que si... Ah... gracias. —Tartamudeaba nervioso dándose la vuelta mientras sostenía con dos dedos sus párpados para mantener su ojo abierto.
Muy buena actuación, Baek. Buena actuación.
— ¿Qué sucede?
— Ah... nada. Me dijeron que cenaremos Pizza. ¿Vamos? —Se entusiasmó.
[...]
La tarde y noche transcurrió amena. Por fin pude disfrutar de la compañía de todos, sin más resentimientos, y pudimos pasar tiempo en familia todos juntos. Jugando, bromeando, charlando, y comiendo hasta no poder más. Incluso mamá sacó todo dulce que encontrara en la alacena. Cuando Chen y yo éramos pequeños nos restringía el azúcar. Así fue como supe que sería una especie de abuela muy consentidora.
Se hicieron las ocho de la noche, y antes de irnos pasé un momento por mi habitación para empacar algo más de ropa entre otras cosas que creí necesitar. Siendo acompañado por mis dos amigos con los cuales iba platicando.
— Te digo que a mí no me gusta BaekHyun. Creo que... comienzo a interesarme por Tao. Así que tranquilo.
— ¿Tao? ¿En serio? —Cuestionó el otro interesado—. Parece alguien muy difícil.
— Lo es, por eso voy con cuidado. Solo salimos como amigos.
— ¿Cómo se conocieron?
— Hm... no lo recuerdo.
Era de esperarse.
Entrar a mi alcoba fue Un infarto fijo. Todo era un completo desastre. La cama desarropada, los CD's fuera de sus carátulas, mis películas y videojuegos regados por el suelo. Alguno que otros libros también mal puestos. Mis figuras de acción regadas. Esos niños eran un tornado.
JongIn silbó divertido al ver todo eso.
— Que cosas...
Suspiré adentrándome y tratando de recoger un poco. Por suerte los otros dos me ayudaron con eso. En la esquina de mi cama observé algo que llamó mi atención. Y al acercarme, me encontré con una de mis revistas pornográficas. ¡Algún niño la había encontrado!
Xiumin. Fue lo primero que pasó por mi mente.
— ¡JongIn! —Levanté en mi mano aquella revista—. ¿No lo escondiste?
— ¿Por qué?
— ¿No fue lo que viniste a hacer antes de que los mocosos subieran?
— Ahhh... ¿Era eso lo que debía esconder?
Me llevé una mano al rostro, arrepentido de haber confiado en él.
— ¿Qué escondiste entonces? —Preguntó Sehun con interés.
JongIn se colocó de pie y fue hacia mi armario. Abrió el cajón de mi ropa interior y sacó un grueso álbum.
— Creí que te referías a tus fotos de bebé.
A esas alturas ya de nada servía molestarme con él. Era lógico que sus pequeñas neuronas se quemaran pensando en eso. Así que me acerqué y se lo arrebaté de las manos para devolverlo al lugar donde pertenecía...
— Eres genial, negro. —Sehun reía divertido. Se acercó al muchacho rodeando su cuello con un brazo y frotando con insistencia su cabello
— Ámame. —Rio junto a él.
Por fin bajamos luego de unos largos minutos en los que estuvimos hablando de estupideces en mi pieza. Se hizo eterno empacar unas pocas cosas en mi mochila con tanto chiste.
— Visítennos pronto. ¿Sí? — Dijo mamá algo entristecida despidiéndose de nosotros en la puerta.
— Pero a la próxima pueden olvidarse de traerlo. —Empujó Chen al enano pegajoso, quien buscaba acercarse a mi hermano para abrazarlo conforme este se lo impedía sujetándolo de la cabeza.
— ¡Adiós! —Corrió Luhan a abrazar a mi mamá—. Gracias por las galletas.
Ella correspondió su abrazo.
— Vuelve pronto Lulú. Haremos muchas otras cosas divertidas.
El asintió con energía. Los gemelos también se acercaron para despedirse de ella.
— Hasta luego, mamá suegrita.
— Hasta luego, yerno. Gracias por la visita. —Soltó una risa cómplice.
Chen bufó fastidiado.
— Adiós. Gracias por todo.
— Gracias por recibirnos en su casa. Fue una velada estupenda. — Tao y BaekHyun se acercaban para despedirse también.
— Gracias a ustedes por venir. Espero volver a verlos pronto. ¿Sí?
Luego de despedirse cada uno, entraron al auto. Mamá me había convencido de llevármelo. Prefería que ella lo tuviera, para mayor comodidad cuando tuviese que desplazarse, pero insistió. Y al final cedí bajo mis necesidades.
Cuando todos estuvieron dentro del vehículo, me acerqué al último para despedirme. Ya Chen había entrado a la casa.
— Adiós mamá. Te quiero.
— Adiós, hijo.
La abracé, y ella hizo lo mismo. Pero no fue un abrazo usual, pues se afianzó con necesidad a mi cuerpo. Así que traté de hacer lo mismo para demostrarle cuanto la había extrañado todos estos meses.
Nos separamos por fin, pero ella seguía sujetándome de los hombros, con su mirada llena de añoranza.
— Eres un excelente padre.
— Mamá... no soy su padre...
— Si, lo sé —Sonrió con amplitud—. Estoy orgullosa de ti. Le he enseñado muy bien a mi hijo. Y espero que tú los eduques así como yo lo hice contigo. Que sean niños de bien...
— Ya te dije que no soy su...
— Shh. Lo sé, lo sé. Cállate ChanYeol, arruinas el momento conmovedor.
Asentí. Ella volvió a abrazarme.
— Te pareces mucho a tu padre.
Me encogí de hombros al recordarlo. Tenía vaga memoria de él pero aún era un trago amargo. Le di un beso en la frente y me alejé de ella.
— ChanYeol...
— ¿Si?
— Tal vez no seas su padre biológico. Pero ahora eres el pilar de esos niños. Si te derrumbas... ellos caen contigo.
Y si... por si las dudas. Chan nunca le reveló a BaekHyun que si había sido él quien le entregó el abrigo. Es un idiota ¿verdad? Veamos qué sucede.
Ya que mi creatividad está en cero, ¿quisieran ayudarme un poco? Pidan sus deseos: ¿Qué les gustaría que se revelara? ¿Alguna duda que quisieran que se aclare en los próximos capítulos? ¿Alguna situación que ansíen que ocurra? (Lejos de sus deseos pervertidos por ver al ChanBaek en pleno acto sexual) Así tal vez se me ocurra algo.
En fin... espero vernos pronto, si la universidad y la musa me lo permiten. Ahora mismo seré absorbida por mis deberes.
Se les quiere más que un hijo mongólico[¿?]
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