Capítulo 32. Celos
Jugar a escondernos con Luri es en verdad exitante, pero también arriesgado, en cualquier momento nos pueden descubrir...
Por eso tuve que poner un alto aunque quisiera más. Luego de ducharnos y volver a la fiesta me alejé un poco de él, porque estar cerca me quema desde adentro.
Ahora está con Juanjo y Gus, los tres están jugando con el celular quien sabe que, pero se los ve entretenidos.
—Iracema —llama mi suegro, volteo a verlo y me ofrece una copa de champán, lo acepto.
—Señor...
—¿Tu padre porqué no quiso venir al festejo de su yerno?
—Oh... no es que no quisiera, es que está con un montón de trabajo... ya sabe.
—La verdad sí, sostener varias empresas es mucho trabajo, recuerdo que me perdí muchos cumpleaños por ello. Pero luego de todo lo que hemos pasado aprendí a que no debo perder el tiempo.
—Sí... —digo un poco enojada, pero no con él, sino con papá. Cada fin de semana que tengo libre y vamos a juntar visitas en la casa de Luri él no viene.
Es más, casi no comparte tiempo conmigo hasta cuando estoy en casa, se pasa de salida en salida.
—Pero bueno, cada uno busca como lidiar con sus penas, quizás tu padre maneje así la pérdida de Irina.
—Quizás... pero no sabría decirle señor Gianti, mi padre casi no habla del tema.
—¿Y tú cómo estás Ira? Haz vivido tu duelo, o estás haciendo lo mismo que mi hijo.
—¿Cómo? —pregunto sin entender, el aprieta sus labios y parece estar arrepentido de la pregunta, pero al segundo me responde.
—Odio, rebeldía y ganas de vengarse.
—Hace unos años hubiera sido así, pero ahora no, ahora solo quiero encontrar y manejar el poder de las estrellas, dominar el ñe'e y vincularme al Tapekué para cuidar al enjambre.
>>Pero estoy lidiando con un bloqueo, no sé si Orkias te lo contó.
—No, la verdad no me dijo que estabas con un bloqueo ¿has identificado que tipo de magia es la causante?
—Aún no, pero estoy casi segura que viene de alguien que está en el enjambre, porque mis instintos están muy reducidos, el llamado del 4to me suena tenue, sus dones se me hacen lejanos...
—Sí, suena a paye, a un trabajo bien hecho con objetos personales ¿has perdido algo últimamente? ¿Se lo contaste a Luriel?
—Pues, no sé si he perdido algo y no, que va... no quiero aumentar carga en su mochila...
—¿Y esa es la misma razón por la que hace 2 años le ocultas que lo tienes protegido con tu magia?
Volteo hacia Mortel y lo miro con sorpresa, había escuchado que él era el mejor maestro de Batalla y magia ancestral, que con sólo ver un objeto o leer el lenguaje corporal podría distinguir si alguien está usando magia, pero no ha sido hasta ahora que eso haya tomado relevancia.
—¿él lo sabe?
—¿Luriel? No, no tiene idea, está muy metido en su vendeta.
—¿En serio? Yo por el contrario lo he notado distraído y distante...
—Bueno, supongo que tenemos percepciones diferentes.
Mortel bebe de su whisky y levanta la mano hacia Thalia quien lo está llamando para que vaya junto a ella.
—Seguro que Orkias ya te dio algunas indicaciones para zafar de el bloqueo... pero hay una técnica llamada Jeroky angagua... esa es infalible, quizás Anastasia te lo pueda mostrar, ya que los Ario lo inventaron, sirve para borrar la nube negra que nos ciega.
—Había intentado hablar con Cariem y Anastasia, pero mi padre tiene a todos los maestros ocupados... Orkias anda casi ausente en el internado y mamá anda con el consejo... yo sé que el tema del el bloqueo no es una tontería, pero no quería molestar a nadie, y eso que Mirena me insistió que lo viera con Cariem.
—Consejo, Ira, haz caso a lo que Mirena te diga siempre... y cuando creas que no quieres molestar a nadie, llámame a mi, a dónde sea y cómo sea yo te voy a ayudar, proteger y cuidar. Mi hijo te adora, y para mi ya eres como una hija más.
—Gracias Señor Gianti.
Mortel va junto a su hija, a quien le da un abrazo cuando llega junto a ella. Los observo y entiendo que ellos tienen una buena dinámica. Yo creía que mi padre y yo también teníamos ese nivel de entendimiento, pero últimamente está tan lejano, ya abstraído del mundo.
—¿Qué piensas? —pregunta Jose.
Por un segundo me sobre salta, le sonrío y caminamos juntas al sofá que Tenemos enfrente, cuando tomamos asiento vemos a Sabrina pasar delante nuestro y servir los bocadillos.
—¿Crees que es chica quiere algo con Luri? —pregunto
—¿Sabrina? Está loca por mi primo, pero no es atrevida, así que no te preocupes, no se le va a lanzar.
—La verdad eso no me preocupa... solo quiero saber que tan acertada está mi visión.
—10 de 10... hablando de eso ¿Qué opinas del plan de Luriel?
—Qué es arriesgado, pero es su cumpleaños y se que es una fecha crítica, estamos a días del aniversario de la muerte de Solei y de el cumpleaños de sus hermanos.
—Por eso pasaste la noche con él? Lo hiciste olvidar y sanar?
Intento no sonreír, pero termino cayendo en la picardía.
—Todo lo contrario, él se encargo de que la que quede con pensamientos en blanco sea yo. Es increíble. ¿Por qué te cuento esto?
—Porque me volví en tu mejor amiga... pero sabes, me alegro por ti, mi primera vez fue un asco... tu tienes suerte.
—¿Tú ya...?
—Sí, en verano. Me hice la loca en París y buaa fue horrible, debí esperar.
—Me parece bien, y dime, tu candidato para romper la espera es...
—Ya sabes quien es... en verdad quiero a Juanjo, pero me rechaza cada que puede, pero sé que le gusto.
—Es que lo pones en un dilema, sé lo que se siente... cuando era amiga de Yara y Luriel coqueteaba conmigo me sentía bajo un millar de toneladas de agua, no es fácil elegir entre la amistad y el corazón.
—Hora de intercambio de regalos... —dice Thalia.
Luriel se pone de pie y antes de que vayamos junto a él, procede a hablar.
—Papá... Orkias, quiero pedir mi regalo de cumpleaños, y se que será difícil pero en verdad mis amigos y yo queremos una noche de adolescentes...
—Queremos ir de fiesta Señor —habla Juanjo súper nervioso, yo no puedo evitar reír y más cuando Luri le ofrece una mirada casi asesina.
—No... —dice Thalia.
—Por si no escuchaste, hermanita dije: Papá y Orko...
—Mierda —susurro—. Vamos a ver una pelea familiar.
—No —me dice Josefina —. El tío Mortel lo soluciona en 5 segundo y de forma salomónica, mira.
—Ok, —habla el señor Gianti y su voz impone—. Irán, pero Thalia, Anastasia y Cariem los acompañan.
—Sí... estoy de acuerdo —dice Orkias y el pleito terminó. Luri se ve feliz y yo preocupada porque al fin y al cabo nos vamos a exponer con o sin protección.
—Bien... te lo dije —habla Jose mientras se recuesta sobre la mesa de vidrio y come con la mirada a Juanjo—. En fin, vamos que le tienes que dar el regalo que material a Luri... porque el otro regalo ya se lo diste.
—Basta Jose...
—No hay forma en que pare... anda, vamos, que ese anillo te costó meses de trabajo.
—Solo espero que le guste.
—Lo amará... al fin y al cabo lo importante es que está noche te va a devorar en la discoteca.
Jose y su delicadeza... sí, me cae bien la Ninfa.
—¿Y quienes irán a la noche a parte de nosotros? —escucho preguntar a Gus.
—Invité a Yara, a Vega y a Aline, por los viejos tiempos. —responde Luriel y mis piernas tiemblan al saber que Yara va a ir... no, ¿Por qué me molesta tanto?
Solo respiro e intento centrarme, no es momento de dejarme llevar por los celos... hoy no.
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