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«El destino decidió, no debemos continuar»

-¿¡Qué demonios hacen aquí!? -rugió Albert, cerrando la puerta que daba al balcón detrás de él- El rey viene atrás, como les vea acá...

-¿Alguien puede explicarme qué demonios hacemos acá? -Newt sintió el cuerpo de Thomas temblar a su lado, vio cómo las pocas plantas que habían en el balcón se iban encorvando y sus hojas cayendo, afectadas por el vozarrón del rey. Thomas parecía casi esas plantas, tan pequeño e insignificante al lado del rey. Y Newt entendía perfectamente el porqué de la reacción de Thomas, él también le temía al rey, lo suficiente para respetarlo pero no demasiado como para dejarse pisar por el gran señor.

-Intentando curar el trauma de Thomas -respondió seco. Sintió los pequeños y amarillos ojos de rata sobre él, como queriendo bajar sus gastados pantalones y darle varios azotes por su respuesta.

-Tú -señaló a Albert-. Llévatelos, encierra a Thomas en su habitación y a esa pequeña mierda en dondequiera que duerma, no me importa, pero sácalos de mi vista -Albert asintió y con tristeza muy bien oculta, tomó a Newt por el cuello, sin causarle daño pero a manera de que el rey creyera que sí, y a Thomas, sacándolos del balcón.

Caminaron por majestuosos pasillos, Newt pudiendo ver bien la decoración ahora que el sol acariciaba suavemente las paredes que conducían a la habitación de Thomas. Albert entró, dejándolo fuera y salió apenas un segundo después, cerrando la gran blanca puerta detrás de él. Hizo un gesto a Newt, para que le siguiera.

-Solo a ti se te ocurre desafiar al rey -murmuró, encaminándose hacia los patios traseros, donde el desorden de los patios hacía desaparecer la elegancia del castillo-. ¿En qué demonios estabas pensando?

-En Thomas -confesó Newt.

Mientras, Thomas estaba hecho bolita en una esquina del gran cuarto, llorando el silencio, temeroso de lo que podría pasarle a Newt. Conocía la furia de su padre, puesto que se había enfrentado a ella cuando aún era una criatura de pecho. Escuchó los pasos del rey y limpió las lágrimas y los rastros que habían dejado. Se levantó, limpió sus ropas y tomó un libro, fingiendo que había estado leyendo.

Mas los pasos no se detuvieron frente a su habitación, como Thomas esperaba. Siguieron de largo, probablemente hacia la habitación real. Thomas guardó el libro y siguió llorando. Lloró toda la tarde y se ausentó en el comedor a la hora de la cena, con el perdón de la reina, sabedora de todo lo que había pasado. Durmió, con los ojos rojos e hinchados de llorar toda la tarde, abrazado a un peluche que Euriclea y Newt habían hecho para él. Cayó dormido a las 5:30 de la tarde.

Al caer la noche, ya cuando el palacio estaba completamente dormido, una pequeña sombra se deslizó fuera de su pequeña habitación en los patios. Atravesó los patios y se metió a la cocina por una ventana, aterrizando sobre las puntas de los dedos de los pies. Salió de la cocina y emprendió su marcha hacia la habitación que tenía casi por obligación ir. Se mezcló con las amenazantes sombras de animales disecados y armaduras de caballero que adornaban el pasillo, avanzando con el sigilo digno de un cazador acechando a su presa. Al llegar a la habitación, tocó, sabiendo que la mezcla de golpes haría que Thomas abriera la puerta casi de inmediato. La puerta fue abierta casi de inmediato, dejando a la vista los hinchados ojos de Thomas. Este abrió los ojos sorprendido, puesto que estaba acostumbrado a ver a Newt y no a Sonya, como hoy.

-¿Sonya? -preguntó, extrañado.

-Te explicaré luego, déjame entrar -respondió la niña.

Sonya era un par de meses menor que Thomas y Newt. Rubia, de ojos miel verdosos (si eso siquiera era considerado color de ojos) y blanca como la leche. Era unos centímetros más bajita que Thomas y Newt pero increíblemente fuerte para alguien tan pequeño. Thomas la dejó pasar.

-¿Y Newt? -preguntó. Sonya era también hija adoptiva de Euriclea, así que se podría decir que ella y Newt eran hermanos. A diferencia de Thomas y Newt, Sonya no llegó al castillo una noche lluviosa. Euriclea encontró a la criatura en un basurero en el pueblo, llorando de hambre, frío y miedo. La dulce mujer la abrazó y la llevó al castillo, criándola como hija.

-Encerrado -respondió-. El rey ordenó a alguien encerrarlo.

-Pero fue a Albert y él es buena gente -replicó Thomas, no queriendo creer que Albert había encerrado a Newt.

-No, fue después. Newt está en los patios y me pidió que viniera por ti -Sonya le ofreció la mano a Thomas, quien la aceptó dudoso. La rubia sonrió de lado y salió del cuarto, llevando a Thomas con ella. Ambos se deslizaron por los pasillos y saltaron por la ventana de la cocina, llegando a donde Newt estaba encerrado. Era una pequeña habitación de madera, donde solo un niño podría caber.

-¿Newt? -preguntó Thomas. Un dedito, pequeño y delgado, asomó entre dos maderas medio separadas. Thomas, emocionado, apretó el dedito- Creo que mi padre nos quiere separar.

-No lo logrará -respondió firme Newt.

-¿Me lo prometes?

-Te lo prometo.

*•*
Quería llegar a las 1000 palabras pero ni 900 me han salido ;-;

Teorías acá
Cosas random acá
Mentadas de madre hacia algún personaje acá (el rey ejem)
Emoción por la aparición de Sonya acá

Llegamos a los 900 seguidores. Muchá, se mamaron, los amo

Me emociona ver que vamos por el capítulo 7 y no ha pasado nada malo. Mamá, lo estoy logrando, estoy siendo una Dashner :')

En fiiin, gracias por todo, en serio, me emociona mucho ver el apoyo que le dan a esta historia :') son los mejores, ¿lo saben? Jsjsjs

Juguitos multifrutas para ustedes, uuhh

Patata

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