CAPÍTULO 8: "Dudas"

La mañana del lunes fue la más extraña, encontrarse sola en la inmensa cama sin Matt, la hizo sentir abandonada, y no conseguía explicarse porqué.

Todo el día fue extraño, la casa en un silencio absoluto, los empleados susurrando entre ellos y Cami feliz mirando televisión en la habitación que ocupa desde el sábado. El señor había dado la orden de instalarla mientras ellos estaban en el apartamento de Sue, y la infinidad de programas para escoger, tenía a la pequeña atrapada en sus redes

-¿Victoria?

Le habló Kim desde la entrada, al verla tan concentrada frente al ventanal mirando al vacío.


-Si, ¿Que sucede? –preguntó sin apartar su mirada del hermoso jardín
-La Doctora Samantha Bennett esta al teléfono

Sin más aceptó el auricular que Kim le ofrecía y una vez sola, contestó

-El te ha pedido que llames, ¿Por qué? -exigió saber una calmada Victoria
-Me gustaría que nos viéramos, para hablar en persona
-¿Acerca de qué? –volvió a preguntar
-De todo, han pasado semanas
-Lo sé, y estoy muy bien
-¿Por qué estas triste?
-Estoy sensible, es uno de esos días previos, ya sabes -mintió
-Bueno ¿qué te parece si almorzamos? –sugirió no dispuesta a obtener una negativa
-No puedo salir, pero si quisieras venir...
-Por supuesto. Te veo en una hora

Finalizó Sam con entusiasmo, dejando a Victoria aun más pensativa.
Una hora más tarde Sam estaba en la casa, tan alegre como Victoria la recordaba, la saludó y de inmediato pasaron a la mesa, donde ya las esperaba Cami. Durante el almuerzo centraron su atención en ella y sus ocurrencias.

-Ahora que finalmente estamos a solas quiero saber ¿qué te tiene tan preocupada?
-Todo, la relación con Matt, no lo sé
-¿Va todo bien entre ustedes?
-Si, es que... no sé si deba seguir viviendo con él, mi papá por fin se está divorciado y va a necesitar ayuda con Cami, y cómo pudiste ver durante el almuerzo, ella es muy dependiente
-Deberían intentar una relación "normal", "común", vete unos días a casa de tu papá, ayúdalo a resolver su situación, ve donde te deja eso con Matt, como te sientes llevando una relación común y corriente -sugirió Sam intentando dejar a un lado su trabajo de psicóloga
-Vaya... me gusta cómo suena eso
-Cuando quieras, y no es necesario estar en una consulta
-Te lo agradezco
-¿Algo más en lo que te pueda ayudar?
-...si, necesito anticonceptivos, ni loca iré donde tu hermana, no después de conocer a la loca de tu sobrina
-Te llamo a tu celular
-No le digas nada a Matt –se apresuró a decir
-Lo prometo, son temas de chicas
-Gracias, Sam
-Puedes contar conmigo para lo que sea, y no lo digo porque tu novio sea mi jefe, me preocupo por ti
-Lo sé, pero estoy bien
-Te veo mejor que antes, pero no está todo bien
-Ya lo sé...
-Ya comprobé que estas bien, hora de regresar al trabajo –dijo a modo de despedida
-Gracias por pasar, pero espero que no sea la única vez
-Cuenta con ello

A pesar de tener algo en que pensar, seguía insegura con respecto a su relación con Matt, así que se pasó el resto del día en casa de Doris, mientras Cami seguía en su habitación viendo televisión junto a su tío Adam.

-¿Qué es lo que te preocupa, pequeña?
-¿Crees que está bien lo que estoy haciendo? -pregunta una confundida Victoria, sentada en el sofá junto a Doris
-¿Estas preocupada por el señor?
-Si... me siento... no sé, rara
-El esta.... le gustas de verdad, creí que las cosas entre ustedes estaba bien, después de como cuidó de ti el viernes ¿porqué de pronto tanta inseguridad? -quiso saber algo preocupada por este cambio de ánimo en ella
-Es mi naturaleza ser insegura Doris... además el ha vuelto a trabajar, no sé si será igual que antes, en traje y corbata es frío y calculador, no puedes negar eso
-Tienes miedo -concluye con ternura acariciando su mano
-Aún no me dices si crees que está bien o no tener esta "relación" con el
-En mi opinión, es lo que el señor necesitaba, no quiero que esté solo, y tú tampoco, no sabes cuánto me alegra que se hayan encontrado, no pienses tanto con la cabeza, pequeña
-Soy una cabeza dura, Doris –sonríe con pesar
-Ay que si lo sé -ríe con cariño
-¿Cómo sigue tu brazo?-cambia de tema con una media sonrisa en los labios, Doris siempre conseguía subirle el ánimo
-Esta sanando rápido, y me aburro sin hacer nada
-Estás loca, ¿por qué no aceptas las vacaciones que te dio Matt? Vete unos días
-No quiero dejarte sola
-Voy a estar bien, solo necesito que te recuperes pronto
-Lo voy a hacer –prometió Doris
-Genial, diviértete un poco
-Yo si me divierto -se defendió Doris

-Ay Doris, "trabajar" no es divertido

-Pero cuidar de una niña loca, lo es

-¡Gracias! –rió Victoria

-Adoro trabajar en esta casa desde que llegaste, aun que al comienzo fue difícil

-¿Cuándo lloraba como una estúpida día y noche?

-No digas eso, tenías tus motivos

-Eres tan buena, Doris

-Y tu también, ya es hora que te des cuenta

Guardó silencio ante esa última frase, no sabiendo que responder, decidió cambiar de tema.

-Ya es hora que regrese a ver su Cami se ha despegado del televisor

-Es exactamente igual a ti

-¡Claro que no! Espero que no

-Pequeña, necesitas descansar, tanto pensar te tiene hecha un lío, estás pálida

-Soy así –sonríe burlona para calmar su preocupación. –Soy una blancucha

-Cuida de ti, no me vengas con excusas -la regaña

-Vete de vacaciones, mujer

-Lo hablaré con Niko

-Si no lo haces, lo haré yo

-Si señora

Riendo se despidió de su querida Doris y con suma tranquilidad, caminó de regreso a la casa. Eran casi las 9 de la noche, cuando a su lado se detiene el que reconoció como el auto del señor Rothschild.

Armado con su perfecto traje, bajó del auto y con una sola mirada hacia su chofer, le ordenó que se marchara, dejándolo a solas a medio camino de la escalera principal

-Victoria –dijo para que se volteara a mirarlo

-Rothschild –susurra ella ante su presencia y su embriagador perfume

-No, di mi nombre –pidió tomando su rostro con ambas manos, exigiendo su mirada

-Matt...

Sin dejar pasar un solo segundo más, Matt la cargó en sus brazos, obligándola a rodearle la cintura con las piernas, mientras hacían el asenso por la gran escalera de la entrada principal.

-Ha sido el día más largo que haya tenido en la oficina.

Susurró a su oído antes de cruzar la sala a toda prisa y subir directamente a su habitación, su único objetivo, la cama, con sumo cuidado la depositó sobre el colchón y se acomodó junto a ella, abrazándola todo el tiempo

-Lo siento

-¿Porqué? –preguntó confundida

-Adam me llamó –le susurra al oído, sin dejar de acariciarla

-¿Y? –seguía sin entender a que se refiere

-Me dijo que has estado triste todo el día, y es mi culpa

-¿Por qué dices eso?

-Victoria, por favor, dime qué piensas, te recuerdo que no sé cómo llevar una relación

-Yo tampoco... pero... me he sentido extraña en esta casa todo el día, siento que... que volvemos al comienzo

-No, claro que no –dijo de inmediato

-Creo que deberíamos inten...

-¡No! -la corta- No sigas, no lo digas –pide mientras se incorpora sobre su codo izquierdo para poder verla a los ojos

-Pero no tiene sentido que siga aquí... -insiste Victoria con voz baja y triste

-Tiene todo el sentido del mundo, no quiero que te vayas, me niego a que lo hagas, por favor, ni siquiera lo tomes como una opción

-Es que Cami... -intentó explicarse, pero nuevamente la interrumpió

-Que se quede también, no me dejes –pidió angustiado

-Matt...

-No, dímelo, dime que no me vas a dejar

-¿Me vas a dejar hablar? ¿O para variar solo puedo hacer lo que tú dices? Eres mí... "novio" no mi papá

-Lo siento, lo siento, es que no quiero que te vayas

-¿Porqué?

-No quiero tener que encontrar un momento para verte, me reconforta saber que estas en mi casa, en mi... nuestra cama, me... -guarda un silencio para medir su reacción antes de continuar- Me fascina tu aroma en la almohada, es un alivio saber que cuando regrese luego de un maldito día en la oficina, tu estés aquí

-...creí que yo era la insegura –susurra sorprendida por su confesión

-Abrázame –pide de inmediato

-¿Qué ocurre? Me preocupas –suelta contra su pecho, mientras lo abraza con todas sus fuerzas

-Solo quiero sentirte cerca

-Estoy aquí

-No quiero que te alejen de mí...

Y con esa última confesión Victoria supo exactamente a lo que se refería Matt. Tenía metido en la cabeza que Alex la alejaría de él, después de todo fue su primer amor.

Obsesionado con la idea, ahora que había encontrado a alguien cuando no estaba buscando en absoluto una compañera con quien compartir su vida, ahora temía que la alejaran de él.

Había creído que conformarse con las frías y físicas relaciones casuales que lo ayudaban a liberar estrés, llenarían el vacío que dejó su madre, pensó que no podría volver a querer a alguien tan profundamente, hasta que apareció ella, ahora Victoria completa absolutamente ese vacío.

Durante años creyó que debía estar solo, y ahora lo último que quería era que la alejaran de él.

-Matt, tú me gustas mucho, créeme cuando te digo que lo último que quiero es alejarme de ti –confesó rompiendo el silencio que los rodeaba
-No te vayas –volvió a insistirle
-Bien, no me voy a ir ¿eso te deja tranquilo?
-No mucho, estas molesta
-No confías en mí, crees que apenas Alex me diga algo lindo correré a sus brazos –bufó triste
-Yo no...
-Cállate, no digas nada más

Se limitó a permanecer aferrada a él hasta que su respiración se calmó, entonces supo que se había quedado dormido. Con la cabeza hecha un lío permaneció junto a él, hasta que también se durmió

Un par de horas más tarde, una molestia en los brazos lo despertó, estaba todo a oscuras y en un silencio absoluto, algo confundido consiguió abrir del todo sus ojos, solo para encontrar el tranquilo rostro de Victoria, a unos centímetros del suyo, el solo hecho de tenerla entre sus brazos le alegró, con pequeños besos detrás del oído que descendían por su cuello, la despertó, con ternura y suavidad

-¿Qué hora es?

-No lo sé... vamos a cenar

-Prefiero quedarme aquí –protestó sin mucha convicción

-Ven conmigo, tengo hambre

-Ve solo... yo no me voy a mover

-Donde mis ojos te vean...

Depositando un suave beso sobre los labios de Victoria, se levantó de la cama, llevándola con él. Tomados de la mano bajaron las escaleras en dirección a la cocina.

-¿Qué haces? –preguntó confundida, al pasar de largo en dirección a la puerta principal

-Iremos a cenar

-La cocina esta para el otro lado

-Lo sé –sonríe divertido ante su confusión

-¡No sonrías! ¿Qué estas planeando? Dime

-Tendremos una cita, iremos a cenar fuera

-Pero... ni siquiera me he lavado la cara, acabamos de despertar
-Y estás hermosa –vuelve a sonreírle

-Veo un par de arrugas en tu perfecto y refinado traje

-Un par no representan problema, es de noche, ¿has acabado de buscar excusas?

-Estas... improvisando, vaya...

-Es nuevo para mí, pero se siente bien

-No puedo dejar a Cami sola

-Adam esta con ella, sigue con ella, de hecho

-Pero tiene que cenar, y lavar sus dientes

-Ya se encargó de eso –contesta igual de sorprendido que ella

-¿Cómo es posible que tu alocado hermano pueda cuidar de alguien?

-Sigo buscando una explicación –dice encogiéndose de hombros

-Bueno... me alegra tener un "Adam" en estos momentos –le sonríe

-Yo también

Con un pequeño beso terminaron la conversación, antes de subir al auto y marcharse a su espontánea cita.

Cerca de la media noche llegaron a un intimo restaurante italiano, el cual aun tenía mesas ocupadas, por supuesto el señor Rothschild conocía al dueño y no fue problema que los recibiera y los atendiera personalmente.

-De pronto estas de muy buen humor, ¿puedo saber el motivo?

-Victoria, tu eres el motivo, soy pésimo deduciendo lo que piensas, nunca acierto, esta noche me has dicho exactamente lo que te sucedía, si, entré en pánico, pero... cuando se trata de ti, nunca sé cómo reaccionar

-Me alegro, eso significa que sigues siendo un ser humano

-Adoro cuando me sonríes

-Matt, ¿Qué pasa contigo? ¿Está todo bien en el trabajo?

-No, absolutamente nada, he llegado tarde porque "alguien" ha golpeado a mi asistente cuando iba a su auto

-¿Qué? ¿Miles está bien? –chillo asustada

-David esta en el hospital, solo pro precaución, y con seguridad, este tema me está fastidiando, hay alguien metido en mi empresa intentando sacar información, David se lo negó y... ese fue el resultado

-Y... ¿sabes quién pudo ser?

-Por supuesto

-...Yo también

-¿Cómo dices? –el famoso ceño fruncido hizo su aparición

-Hay algo que tengo que contarte, sé que es una irresponsabilidad de mi parte no haberlo hecho antes, pero tú eres muy bueno distrayéndome y... lo siento

-Victoria, necesito que me digas eso que tienes para decir, luego vendrán las explicaciones

-Miller, el fue a buscar a Evan a California, mucho antes que tuviera que contarle lo del contrato a él y Sue. Miller le dijo todo, haciendo énfasis en que era ilegal y esa mierda legal...

-¡Maldición! ¿Dónde está tu hermano ahora?

-Mañana... quedó en pasar a despedirse mañana

-Necesito hablar con el

-Por supuesto, no te enojes

-No lo estoy, al menos no contigo

Besando a su novia, le aseguró que era así, calmando sus nervios, ese hombre nunca le agradó, y ahora se estaba metiendo en medio.

-Señor Rothschild, que sorpresa encontrarlo en esta situación, y en mi restaurante favorito.

De un salto Victoria regresó a su asiento, dando así una mirada al responsable de la interrupción

-Albert Kennedy –soltó molesto, Matt

-Que peculiar cita trae usted esta noche –dijo burlándose por la apariencia casual y nada refinada de Victoria

-Cuidado con el modo en que se está refiriendo a Victoria –saltó Matt de inmediato

-¿Victoria? Vaya, no la he reconocido vestida con esas... ropas, aun que... así me recuerdas a alguien, una ex novia de mi hijo, una tonta niñita insignificante

-¡Lo quiero fuera de aquí ahora! –soltó Matt poniéndose de pie

-Matt, tranquilo –dijo Victoria tomando su mano

-Este mundo es demasiado pequeño –rió Albert con malicia

-Escuche "señor Kennedy" el psicópata de su hijo no vale la pena, no haga el ridículo, usted mismo ha hecho saber que necesita a Matt para sus negocios, no intente defender a esa mierda –estaba furiosa

-No le hables así a mi hijo, no eres nadie...

-Se equivoca, le aconsejo que se aleje de nosotros, y que se lo haga saber a su hijito, son igual de soberbios

-Lo que ha dicho mi prometida, no se moleste en acercarse a nosotros si no quiere quedar en la calle, fuera de mi vista

-¿Eso ha sido una amenaza? –preguntó ofendido

-Una advertencia

-Papá, te dije que no los molestaras ¿en que estabas pensando?

-Eric, ¿puedes hacer el favor de controlar a tu familia?

-Lo siento Matt, Victoria, no te preocupes, yo lo resuelvo

-Matt, ¿podemos irnos? –pidió sin quitar la mirada de Eric y su padre

-Por supuesto.

Tomando su mano dejaron el restaurante y regresaron a casa.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top