8-Heridas profundas...

Nota: Capítulo un poco sangriento.

Enid estaba un poco nerviosa, sin saber muy bien como empezar. Quería decirle tantas cosas al chico que estaba hecha un lío. Miraba al joven quien aguardaba, pero también lo notaba igual a ella, pensando en como romper el hielo.

—Tn, yo...—tosió para aclararse la voz—. quiero pedirte perdón por lo sucedido, sé que estaba en celo...pero no es excusa.

—Enid, no tienes que preocuparte...solamente estaba...sorprendido...y...a pesar de dejarme con dolores...no me molestó.

La loba enseguida soltó una pequeña risa al recordar que él no pudo ir a clase por los dolores. Se acercó un poquito más a éste y le preguntó como se encontraba.

—Mucho mejor. Enid, quiero decirte que...me gustas—dijo finalmente—. sé que hace poco has salido de una relación y que el celo tuvo que ver y...—Enid se le acercó un poquito más y le dio un beso en los labios.

Disfrutaron un poquito más del beso, ella le acarició las mejillas y comenzó a notar un poco más de calor en el interior de su cuerpo. Pronto le mordió el labio, sentía que podía estar así todo el día. Al separarse, se miraron a los ojos.

—He estado pensando mucho en ello, pero quiero intentarlo, por favor...sal conmigo—estaba con cierto temor en su voz por si acaso Tn se tiraba para atrás.

—Si tú estás dispuesta a intentarlo...yo también—aquellas palabras fueron música para los oídos de la joven quien lo besó con pasión antes de caer ambos sobre la cama.

La nueva pareja formada por Tn y Enid estuvieron un rato besándose y abrazándose mientras se dijeron cosas románticas. El chico acariciaba el cabello de la loba, y luego le dio otros pocos besitos por toda la cara. La cursilería estuvo todo el rato que permanecieron dentro.

Mientras, Miércoles estaba pensando en su habitación. La máquina de escribir parecía estar esperando a que la pelinegra empezase con su novela. Pero los pensamientos de la joven esos días estaban con Tn quien poco a poco captaba su atención. Sabía que la loba estaba enamorada de él.

—Dios...no puedo...¡sal de mi mente!—pensaba agarrándose la cabeza.

Unos toques en la puerta la sacaron de su mente.  Al decir adelante, vio que Bianca entraba.

—Hola Miércoles—dijo—. ¿estás ocupada?.

—No mucho—respondió antes de preguntarle que deseaba.

—No te he visto por la clase de esgrima, estos días te he notado distinta—se cruzó de brazos—. ¿puedo preguntar que ocurre?.

Ella estuvo pensando unos segundos, suspiró y decidió consultar con ella. La relación de ambas había cambiado desde lo ocurrido con Crackstone. 

—Puede...que esté sintiendo de nuevo ese asqueroso sentimiento de amor...—no podía mirarla.

—¿Se trata de Tn cierto?—ella abrió los ojos—. es lógico, el chico es guapo y entiendo que te atraiga. Pero...

—Enid está saliendo con él...o eso pienso

—Entiendo como te sientes, ¿has olvidado que el imbécil de Xavier estuvo enamorado de ti mientras me dejaba de lado?.

La pelinegra estuvo un buen rato explicando como se sentía y Bianca la comprendió al momento, no había duda que los sentimientos por el joven habían empezado a crecer en su interior.

—Cometí un error, enamorarme de Tyler...ahora no quiero volver a caer en eso. Y...y...hacerle daño a Enid.

—Te entiendo, puedes guardar tus sentimientos...pero tarde o temprano...saldrán a la luz. Quizás debas hablarlo con Enid.

La pelinegra pensó en otra alternativa.

—O irme de aquí...así también se irá el acosador...o puede que aprovechase mi ausencia para atacaros y hacerme daño...—estaba molesta consigo misma.

Las dudas llenaban tanto la cabeza como el corazón de Miércoles quien tendría que escoger la forma en la cual afrontaría aquella situación.

Al cabo de unas horas, Enid estaba felizmente. Apareció en la habitación y comentó que oficialmente, el chico y ella eran pareja. Miércoles sintió una pequeña punzada de dolor, pero aguantó y no mostró ninguna clase de emoción.

—Enhorabuena—dijo en su tono frío y sin vida.

—Gracias roomie—le dio un abrazo.

El desarrollado olfato de la pelinegra le permitió oler a Tn impregnado en ella.

Enid se separó para ir a su lado de la habitación y escribir sobre los chismes. Mientras, la gótica le dio la espalda, quizás podría escribir un rato cuando sintió, o mejor dicho, escuchó un sonido que conocía muy bien, el de unos pasos distintos. Al voltear, vio allí parado al ser que los atacó la otra vez. 

—¡Enid!—alertó ella.

Cuando la loba miró, antes de poder horrorizarse, fue atrapada y luego estampada contra la pared a una gran velocidad. El enemigo aún la tenía sujeta por el cuello.

—Hueles muy bien...lobita...—decía con una gran sonrisa y lamiendo su mejilla—. está vez no podrás pararme.

Acto seguido le hundió una de sus garras en el costado provocando un gran dolor en la loba ante la mirada de Miércoles. La sangre no tardaría en brotar de la herida. Le gustaba la sangre...siempre que no fuese suya o de alguno de sus amigos.

—¡Suéltala escoria!—intentó acercarse sacando un cuchillo cuando la criatura se quitó de la loba y evitó a Miércoles.

Enid cayó al suelo sujetándose la herida y llorando, estaba muy mal.

—Miércoles...me encuentro muy débil—comentaba ella haciendo un poco de presión.

La puerta se abrió, Divina y las otras dos chicas del grupo escucharon los gritos de Enid, cuando se asombraron horrorizadas por lo que captaban sus ojos.

—¿Cómo demonios ha entrado aquí?—preguntó Yoko tomando por uno de los brazos a Enid.

—Estaba en el techo...y no se ha dado ni cuenta—respondió el ser mostrando los dientes antes de lamer la sangre de sus garras—. disfruta viendo morir a tu amiga y hundiéndote en la más absoluta miseria...—soltó una carcajada y arrojó unos polvos que provocaron un pequeño destello.

Al mirar, vieron que ya no estaba, había escapado por el pequeño balcón. Miércoles maldijo pero no tenía tiempo, junto al resto, llevó a Enid a la enfermería donde la atendieron enseguida.

La espera fue horrible y Miércoles casi se derrumba al ver a Tn llegar llorando y abrazándose a Bianca. Tuvo unos momentos donde quiso entrar a verla, pero no le dejaron, acabando en el suelo de rodillas.

—Tn—dijo haciendo voltear a éste—. saldrá...ella...es fuerte.

—Si, es una chica muy fuerte—apretó las manos después de juntarlas—. seguro que sale todo bien...

—¿No vas a echarme la culpa?

—Miércoles, tú no le has herido...ese monstruo...es el responsable. No te voy a culpar por nada

—Pero viene a por mí, soy su objetivo y...—él levantó la mano.

—Entiendo lo que quieres decir...pero por lo que sé...con tu llegada, todos están más unidos, solamente hay una sana rivalidad. 

Iba a responder cuando el médico salió y todos se acercaron.

—Se encuentra a salvo...pero está muy herida, mínimo una semana. La suerte es que su condición de licántropo hará que se recupere en ese tiempo...de lo contrario habría muerto—todos respiraron aliviados de saber que estaba con vida—. pero realmente está mal, era una herida muy fea, hecha para hacer daño.

La dirección había sido avisada y todos los alumnos se enteraron del ataque. 

Al entrar y verla con máquinas conectadas para respirar, Miércoles y Tn sintieron como su mundo se venía abajo. El chico se acercó, se sentó a su lado y le tomó de la mano.

—Hola, sé que no puedes escucharme pero...pero...—las lágrimas brotaron del joven—. quiero que sepas que estamos aquí y te quiero Enid Sinclair. Atraparemos al responsable para que no haga más daño. Y...tendremos citas, todas las que tú quieras—le dio un pequeño beso en la frente.

—Prometo que daré con ese ser—Miércoles tenía un nudo en la garganta—. recupérate...amiga, sin tu color...la vida solamente sería un negro y blanco...que al final resulta aburrido.

El resto incluidos Xavier y Eugene transmitieron sus sentimientos de amistad, deseándole una pronta recuperación. Aunque al estar sedada no se enteraría. Luego, tuvieron que marcharse para dejarla descansar. Tendría vigilancia, no tenía esa habitación una ventana y solamente podría entrar por la puerta.

Miércoles y Tn no acudieron a clase durante los siguientes días. La primera leía un libro afuera de la habitación montando guardia. No se alejaría de ese lugar, solamente para ir al baño y siempre y cuando Bianca y compañía estuvieran presentes.

Con Tn era otra cosa, no había ido a ver a Enid. Se la pasaba en su habitación y Kent le llevaba una bandeja de comida. Cuando era preguntado, decía que no le veía, que simplemente abría la puerta para tomar lo dejado porque él le pidió de eso.

—¿Qué dicen los profesores?—preguntó la sirena mirando a Divina.

—Nada, entienden que es complicado y como envía los ejercicios resueltos, se lo permiten.

En esos días nadie vio a Tn, querían saber como estaba y ayudarlo pero él decía que estaba bien y que no necesitaba salir. Contaba con una ducha en su habitación y también cuarto de baño, pero no quería ver a nadie por el momento.

Miércoles ojeaba el libro, pero siempre con sus sentidos en alerta. 

—¡Miércoles!—gritó de repente una voz, era Eugene—. ¡el ser ha aparecido en el patio!.

Ella enseguida se puso en pie.

—¿Estás seguro?

—Ajá...¡Bianca y compañía están allí pero no podrán retenerlo!.

Ambos echaron a correr hasta el patio donde Divina, Yoko, Kent y Bianca estaban tirados por el césped, tenían algunos arañazos, nada grave. Xavier se defendía ahora un poco con la espada, pero no podría aguantar demasiado.

—Patético—dijo dándole una patada y mandando a éste volar hasta caer cerca del resto de sus compañeros.

—Nos ha derrotado en apenas tiempo—Bianca intentó ponerse en pie pero su pierna estaba sangrando.

—He aprendido de mis errores y os he observado...ha sido sencillo—comentó la criatura abriendo los brazos—. ¡observa Miércoles,  tus amigos están heridos!.

La pelinegra se quitó el abrigo revelando tener una espada, montando guardia la había tenido oculta por si aparecía.

—Veamos a que sabe tu sangre—dijo la criatura sonriendo antes de atacar.

La joven se defendió de cada ataque, pero no sufría, simplemente veía como atacaba su contrincante y esperaba el momento oportuno. Sabía que cualquier paso en falso podría resultar fatal. 

—¡No lo haces nada mal!—gritaba continuando con los golpes.

—¡Ahora!—pensó antes de atacar aprovechando el momento y hundiendo la espada en éste.

Pero, ante su sorpresa, no mostró signos de estar adolorido. Con una patada, repitió lo mismo que con Xavier. En el suelo, Miércoles se puso enseguida en pie porque debía seguir luchando y vengar a Enid. A diferencia de otras veces, mantuvo la cabeza fría.

—Eres lamentable—se sacó la espada del cuerpo y la arrojó a los pies—. venga, seguro que puedes hacerlo mucho mejor.

Miércoles sacó un cuchillo y con un arma en cada mano, respiró para centrarse del todo y atacó con fuerza. Ahora era la criatura quien se defendía, notando como la dureza de los ataques de la joven aumentaba por momentos. Aunque su cara no lo mostraba, empezaba a preocuparse pues sentía que iba perdiendo terreno. Ninguno mostraba emociones, solo se miraban a los ojos. En cierto punto, los dos retrocedieron para recuperar un poco el aliento.

—Vas mejorando—pero para la pelinegra, esas palabras no significaban nada.

Ahora, el monstruo aumentó su velocidad, levantó su garra y atacó a la pelinegra quien se cubrió con ambas armas logrando detener el impacto pero cayó al suelo.

—Qué gusto da ver a todos los patéticos excluidos temblar de miedo—miró al resto quienes intentaban torpemente ponerse en pie. 

Pero el miedo y las heridas evitaban que lograsen su objetivo.

—Ahora te mataré delante de tus amigos—sonreía vilmente el ser acercándose muy despacio, saboreando la derrota de la joven quien ahora sentía que ese golpe le había provocado un mayor daño en sus brazos.

Una sombra apareció de golpe, el tronco de un árbol que golpeó a la criatura alejándola de todos. No tardó en volver a reincorporarse mientras de su boca salía un hilo de sangre.

—Creo que quizás no lo has entendido...así que te lo diré—dijo una voz.

Todos miraron en dirección a esa voz, era Tn quien descendía del cielo hasta estar a unos pocos metros del suelo. Allí, levitando delante de los presentes y el enemigo, le miraba de una forma tranquila. Todos se alegraron de verlo. Miércoles incluso sonreía de felicidad y le miraba sintiendo como su corazón latía con fuerza.

—Tú eres el retador aquí—esbozó una pequeña sonrisa confiada.

La gótica notó un cambio en el chico, se notaba que había estado encerrado para mejorar sus habilidades y poder vengar a Enid.

Mientras, en la habitación, la mano de Enid comenzó a moverse lentamente sobre la cama la cual descansaba.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo.

Nota: El próximo capítulo será el más sangriento que he escrito nunca.



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