32.-¿Dónde esta mi amor?

Hyunjin miro como las puertas se cerraban frente a él, ya no podía mirar a Felix, su cuerpo se quedó estático hasta que el sonido de la altavoz diciendo que aquel avión donde llevaba a su alma gemela había despegado, no escucho bien a qué ciudad, o quizá sí lo hizo pero su mente se sentía completamente perdida. Salió del aeropuerto y para su mal el cielo se nublo, siempre que el dolor comenzaba el cielo lo acompañaba con nubes grises y oscuras, miró su auto siendo remolcado por la grúa, pero realmente poco le importo. Decidió que era mejor caminar, si lo era, porqué así podría llorar sin dar explicaciones, sin mostrar su ahora patético rostro.

Las gotas comenzaron a caer, frías y dolorosas, pero su rostro ya estaba húmedo, ya sus lágrimas lo habían humedecido. Muchas preguntas se colocaron en su cabeza y está dolió demasiado.

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Cuando Hyunjin tenía 5 años, estaba orgulloso de su familia, pues su madre era un omega realmente precioso, lo vieras donde lo vieras, su cuerpo era delgado pero sin serlo mucho, su cintura enmarcaba una silueta perfecta de reloj de arena. Era la envidia de todos en las reuniones de los clanes. El pequeño siempre colocaba un rostro molesto cuando los alfas miraban a su papá con ojos de deseo. Su padre en cambio era un alfa sumamente elegante y atractivo, con facciones varoniles y una mirada tan penetrante como su ahora pequeño y hermoso cachorro, el cual aun tenía sus orejas de lobito sobre su cabecita haciéndolo precioso, pues era la señal de ser un cambiante y quizá por su mirada y sus facciones un hermoso alfa en un futuro.

Todos admiraban a la familia Hwang, puesto que eran seres muy atractivos y hasta cierto punto imponentes. Amados por muchos pero odiados por más, principalmente la familia Lee

El pequeño Hyunjin se sentía completamente feliz por su familia ya que sus padres eran muy amorosos con él de muchas maneras, principalmente su omega papá.

─Papá, ¿qué es un omega predestinado? ─preguntó el cachorro con sus orejitas dobladas.

Su papá lo beso y lo tomó en sus brazos sentándose, para colocar a su hijo en su regazo.

─Todos cuenta la historia del nacimiento del alfa como un ser fuerte y sobre el líder de todos, pero la realidad es que quien nació primero fue el omega, un ser con la capacidad de procrear, el alfa nació para ser su compañero y para defenderlo, pues el omega siempre fue quien mandaba, con su olor y con aquel lazo que conformaría con su alfa. ─acarició el cabello de su cachorro ─un omega predestinado, es quien estará a tu lado, no para complacerte o para servirte, si no para acompañarte y darte las fuerzas para defender tu hogar y tus sueños.

─¿Pero cómo sabré quien es mi omega? ─cuestionó el pequeño

─Tu no lo elegirás mi pequeño, tú omega te elegirá, y tú sabrás que es tu destino porqué lo sentirás, ─puso la mano en el pecho de su pequeño ─aquí.

Se levantó y tomó de la mano a su pequeño mientras ambos caminaban en el jardín de su hermosa casa.

─Por eso mi amor, tu siempre debes ser un alfa amable y gentil con los omegas, porqué cuando un alfa nace, nace con más fuerzas que un omega, no para lastimarlo si no para cuidarlo, por lo que mi pequeño, siempre debes ser amables con los omegas, así podrás conocer a tu omega predestinado y este te elegirá, porque serás el alfa mas hermoso, fuerte y gentil, ¿me lo prometes?

─Si papá, siempre seré gentil y sobre todo seré fuerte. Quiero que mi omega me elija.

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Sus papás jamás se gritaron, siempre hablaron las cosas y realmente se veían como dos personas muy enamoradas, por lo cual un Hyunjin de 12 no entendía porqué su papá con lágrimas en los ojos preparaba sus maletas. Su papá siempre le habló de que su padre era su alfa predestinado y que estaba muy feliz de haberlo encontrado y que amaba más que a nada en este mundo a su pequeña familia.

─¿A dónde vas, papá? ─preguntó Hyunjin, ya sin pequeñas orejas, su cuerpo cambió, ahora todos sabían que era un hermoso alfa como su padre.

─Tengo ir de viaje, pero prometo regresar ─indicó el omega.

Su padre estaba ahí en el marco de la puerta con aquellos ojos, sin luz, sin vida y sobre todo con una oscuridad profunda, no dijo nada, solo miró a su omega. El cual le dio un beso a su hijo y lo miró, con los ojos rojos conteniendo sus lágrimas. Fue la primera y ultima vez, que vio a sus padres de esa manera, su papá camino a un lado de su padre, este no hizo nada por detenerlo. El pequeño cachorro corrió por las escaleras y solo pudo ver la puerta de aquella casa cerrarse frente a él.

Y a la distancia como un susurro escucho algo que lo marcó ─quizá yo nunca fui suficiente para él.

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Ahora sentía esa amargura en su pecho, pues aquel día su papá jamás volvió, jamás supo más que él y eso dolió más que a nada, siempre se preguntó si como hijo le había fallado o quizá hizo algo que disgustó a su papá. Pero no lo odio, no lo hizo, no pudo. Su padre tampoco pronunció nada, solo quitó las fotos y las guardó, no las tiró. Aquel alfa también estaba dolido, pero nunca habló más de aquel omega, solo se dedicó a trabajar y a educar a su hijo, pues ahora era el líder del clan.

Después de tanto tiempo, podía entender aquellas frías noches donde su padre lloraba en silenció, preguntándose, ¿qué había hecho mal? y eso también colocó mucho en la mente de su hijo. ¿Por qué si su papá amaba a su padre no lo había elegido?.

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Tiempo después llegó la madre de Changbin y todo parecía algo más cálido, su hermano, aunque no era de sangre era un adorable pequeño, que lo seguía por todos lados como un pequeño cachorro perdido y eso hizo feliz al alfa, su hermano lo hizo sentirse menos solo. Y agradecía su existencia y la de la madre de este.

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Cuando tenía 15 años, lo conoció, si logro verlo, era tan perfecto lo miraras donde lo miraras, por lo cual supo que lo quería en su vida. Siempre recordó las palabras de su papá, esforzarse para ser elegido era su meta. Lee Felix era un omega con excelente promedio académico y eso su madre lo presumía por lo cual el alfa quien era menor, deseaba a toda a costa alcanzarlo pero mientras el daba un paso hacia el omega, esté daba tres lejos de él.

Jamás imaginó que después de tanto él lo miraría, que estarían juntos, que pasarían noches tan divertidas con sus amigos, qué podrían aprender tanto el uno del otro, como madurar cuando las cosas se pusieron difíciles. Él siendo el alfa mantuvo la calma y se convirtió en un alfa fuerte.

Por lo cual las dudas ahora en su cabeza eran las mismas que el día que su papá los dejó.

Realmente nunca fuí suficiente para ti.

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Había caminado tanto, sus piernas dolían pero su corazón dolía más. Sintió una pesadez en su cabeza y miles de cosas corrían en esta. Una promesa que quizá solo fueron palabras en el aire, lo hicieron sentir cada vez más y más triste.

Camino hasta su recamara donde en su escritorio estaba la foto de su papá junto a él.

─Él también me dejó como tú, dime ¿cuanto más debo esforzarme para que me elijan?...

Desde ese día Hyunjin se dedicó a estudiar y avanzar para ser el alfa que deseaba ser, ese que ningún omega pudiera rechazar o abandonar.

Aunque en ese camino, dejó a sus amigos e incuso a su hermano a un lado.

Estaba dispuesto a demostrarle a su papá y a Felix el alfa que sería en el futuro.

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¡Gracias por leer!

Makishi Konue

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