3
Jeff despertó al día siguiente con suaves llamados. —Jeff. Hay que ir a la escuela. Jeff.
—Déjame a mí. — Spike convenció.
Jeff despertó, viendo a Gulf sentado al borde de la cama con Perla en su regazo. Regañando a alguien más. —Si tu estás ahí, ¿Quién me está...? — Miró abajo a las manos azules que agarraban sus pectorales sobre la sábana y vio al carismático dueño de esas manos.
—Hola, precioso.
Le metió una patada que lo lanzó por los aires, pero el astuto se evaporó como cara irritada humeante. —Lo siento por él. El 93% de nuestras conversaciones son conmigo regañándolo. ¿Estás bien? — Acarició los brazos de Jeff conforme el individuo tomaba asiento.
—Estoy bien. ¿Te lastimé a ti o a alguien?
—Todo lo contrario. Viniste a salvarme.
—Cierto, — Olfateó el aire como sabueso. —sigo oliendo al director. Por aquí.
Jeff salió de la cama sin la frisa. Acostumbrado al desnudo. Creyendo que le seguía cubriendo el pelaje. Gulf lo siguió con la frisa en manos. El lobo era rápido, pero no tardó en arrodillarse frente al estante de libros. Momento oportuno para volverlo a cubrir. Él tomó uno de los libros de portada dura, La Canción De Aquiles, y lo abrió en un número trágico - dónde residía un trozo de papel excluido a los demás. Incrédulo, lo sacó del libro. Mostrándole el escrito a Gulf.
—Una maldición de eterno sufrimiento en latín. Esto era lo que intentaban hacerme las porristas.
Ambos se miraron. La cara de Jeff llena de desprecio. Quería matarlas. Si estuvieran aquí lo haría. Pero su amigo lo calmó.
—Descuida. Llegaremos al fondo de esto. Sólo necesito que la policía descubra esto. Debo saber cómo.
—Tan sólo no permitas que te descubran.
Gulf sacó su teléfono ante la notificación de un mensaje.
MENSAJE DEL GOV. CLOAN: SONG, GABRIELA Y VANYA SERÁN SACRIFICADAS EL DÍA ... PUEDEN ASISTIR SI DESEAN. CANTANTE INVITADO ...
—Cualificaron para ser sacrificadas... Todo por una tontería. — Gulf murmuró.
—Oye. No tienes porqué sentirte mal, eran unas zorras.
—...Sí, pero ni siquiera las zorras merecen una muerte prematura.
Jeff lo envuelve en un cálido abrazo y Gulf permanece en el.
...
Mew va al lugar de trabajo, dónde es saludado por Ciize, la mejor compañera que ha tenido desde que llegó. —Hola, Mew. Uh, ¿oíste lo del animal grande?
—Sí. ¿Aún no han encontrado nada?
—No. Sigo sus pasos en la internet. Ahí hay actualizaciones sobre el animal. Mira. — Ciize le ofrece la computadora. Tras observar un rato asintió.
—Debo hablar con la supervisora algo. ¿Crees que esté ocupada?
—No lo creo. Fue al almacén a buscar algo. Ve si la alcanzas.
—Gracias, Ciize. Iré.
Cuando abre la puerta del almacén, se hiela. La supervisora se besaba con una policía y un policía varón. Los gemidos de los tres eran suaves e inconfundibles.
Mew tragó grueso y cerró la puerta. —Volveré después... — Murmuró antes de irse, confundido.
Alrededor de diez minutos, los tres salieron del almacén con papeles distintos, ya arreglados. Los compañeros de policía eran hermosos y la supervisora también. Mew la alcanzó diciéndole que había algo raro en la escuela, que todos incriminaban a Gulf como si estuviera planeado.
—¿Quieres que investiguemos a fondo? Mejor investiguemos la casa de ese muchacho. No se descarta que sea un brujo.
—Bueno, no, pero no deberíamos solamente señalarlo a él. Deberíamos señalar a todos a su alrededor. La muerte de Engora Miller es un misterio que debemos resolver juntos.
La supervisora prolongó su mirada en él. Debatiendo si creerle o no. Pero minutos después asintió.
—Muy bien. ¿A quién quieres investigar?
Mew toma las cartas en el asunto y le pide que investiguen al director de la escuela. —Bien. Te vendría bien hacerlo con la mascota que accediste tener.
—¡¿Ya puedo conocerla?!
—Vayamos a verla.
•••
La supervisora llevó a Mew a una perrera de perros entrenados por policías. Al entrar, él vio montones de pastores alemanes chulos. —Esta es tu mascota. — Ella mencionó, frente a una jaula.
Mew perdió la sonrisa mientras miraba. Deseó que fuese una broma, pero no lo era. Dentro de la jaula había una persona abrazada a sus rodillas con un bozal, googles y orejas puntiagudas de plástico. La persona usaba pantalones y una camisa. Lucía triste.
—¿Es una persona?
—Es un brujo redimido que paga por sus crímenes actuando como sabueso. Puede servirte en todo. Será obediente. — La supervisora pateó la jaula. El brujo gateó hasta ellos, agarrándose a los barrotes con una mirada vulnerable. A Mew le indignó la idea..., porque brujo o no una persona seguía siendo una persona.
•••
Mew llamó a Gulf y él llegó a la casa del director. —¿Por qué me querías que viniera? ¿Cómo sabes que no vendrá pronto?
—Porque hoy es el sacrificio de las brujas. Además, quería saber si encontrabas algo que fuera interesante. Pero antes debes conocer a Bible. — La mascota desciende del auto en sus cuatro, gateando con lentitud y se detiene frente a Gulf para olfatear.
—¿Quién es él?
—Es la mascota que me dieron. Un brujo redimido que paga por sus pecados sirviendo como sabueso.
—Ahh.
—Sí. Aún no me acostumbro a esto.
—No. — Gulf esconde la mano con el impreso para que el sabueso no la huela, pero el sabueso mete su cabeza entre sus piernas, sonrojando a Gulf. Mew tira de la correa y el sabueso regresa a él.
—No hagas eso de nuevo, Bi. — Él lo acaricia de la cabeza y el hombre lo permite, alzando la cabeza para más.
—Ya entremos. — Mew dice, llevándose a Bible consigo. Gulf los sigue mirando todo extraño.
La casa es hermosa; desde paredes blancas hasta una cocina con plantas bonzoi. —Ok, Bi. Ve si puedes olfatear esto. — Mew le acercó la camisa que Engora Miller usaba al morir. El hombre olfateó y enseguida que fue liberado, buscó. Todo en cuatro.
Gulf busca algo sospechoso, pero coloca el trozo de papel en un estantería cerca. El mismo papel que el director puso en su casa. Se dedica a investigar más cuando Mew lo llama: —Mira. Aquí está su ordenador. — El policía tomó asiento, pero se vio retado cuando la computadora le pidió una contraseña.
—Maldición. Olvidé que estas cosas pedían eso.
"¿Contraseña? Eso puede ser fácil de obtener."
—Intenta uno, dos, tres. — Gulf sugirió.
—¿Qué clase de persona sería tan tonta, además de mí?
—Sólo hazlo a ver.
Confió e introdujo la contraseña. Al momento de presionar "enter", Gulf susurró "Revélate" y la contraseña se cambió por la real: la contraseña del día en que contrajo matrimonio.
La pantalla se desbloqueo.
Mew se sorprendió mientras que Gulf sonrió como si dijera «¡ta-rán!».
—¿Cómo lo adivinaste?
—A veces se me dan bien las adivinanzas.
Ambos observaron la foto de pantalla: el director abrazando a su hermosa hija y ex-mujer. Quién él aún no ha superado. Entraron a los archivos de la computadora, viendo una estructura organizada de folders. Cada una con nombre.
—Tiene un folder con el nombre de Engora Miller.
Ambos se vieron extraño antes de entrar.
Habían fotos. Montones de ellas. Fotos profesionales retratando a su hija en la calle agarrada de la mano con Engora. En algunas ambas compartían besos. —Espera. Pero Engora nunca fue lesbiana. O así se comportaba en la escuela. Era homofobica al respecto.
—¿Crees que el director la mandase a matar preocupado por la imagén de su hija?
—Esa sería una suposición muy seria y altamente posible.
Bible ladró detrás de ellos, parado cerca del estante con la maldición en manos. Mew le pregunta lo que encontró, yendo hacia él, mientras que Gulf sonrió triunfante. Entonces sonó el pestillo de la puerta con el reventón de voces padre e hija.
Todos compartieron una consternada mirada, pero el policía se apresuró a la puerta con el impreso de revisión legal. —Señor, debemos de hablar–— La puerta lo golpeó y él retrocedio con torpeza. Pero cubriéndose el sangrado nasal y parpadeando veloz, se repitió: —Señor, debemos de hablar.
Ambos padre e hija compartieron una consternada mirada.
Luego, se reunieron en la sala de estar. Bible sentado a un lado mientras que Gulf y Mew esperaban en el mueble. El policía tenía un algodón sangriento en una fosa nasal.
—Sí es cierto que me reuní con ella dos días antes de su... — El director evitó usar la palabra y la hija comprendió. —Pero sólo le ofrecí dinero para que dejara a mi hija. Ella lo rechazó diciendo que Polly tenía derecho a tomar sus propias decisiones.
—Papá, ¿por qué hiciste eso? — La hija lloró y aunque tanto el policía como Gulf querían atenderla, ella no era el foco de atención.
—Lo lamento hija. No quería... aceptar tus gustos. Pero ya aprendí hacerlo y no dejas de ser mi hija por ellos. Pero le juro, policía, que no la maté. Yo nunca asesiné a Engora Miller.
—Si usted no la asesinó, ¿Qué hacía esto en su casa?
El policía le ofreció la maldición. El director miró a Gulf en silencio, recogiendo el papel. Quería preguntarle cómo lo pusó aquí, pero no le convendría hablar de más. Él también lo retó con la mirada y en un silencioso concurso de miradas, Gulf ganó. El director suspiró todo de sí y procedió: —Song me dió esto. Song junto a las chicas usaron esto para maldecir a Gulf. Querían vengar la muerte de Engora. Están demasiado convencidas de que tú la mataste, Gulf. Ella se disculpó por los actos de sus amigas y me lo mostró.
—Perdone, ¿ 'acto de sus amigas' ? Ella fue particípe.
—Sus padres dieron una generosa cantidad de dinero y...
Gulf negó incontables veces. El policía lo consoló con masajes en la espalda e insuficientes, Gulf se levantó lleno de rabia e ira. —Significa que sus amigas pagarán el precio de lo que TODAS hicieron. ¡De lo que ella planeó! Usted acaba de salvar a una asesina.
—Gulf. Sé que estás alterado, pero necesito que te tranquilices.
—Esa maldición que tienes en la mano la pusiste en mi casa porque creías que iban a investigar mi hogar.
—¿Ósea que tú la pusiste aquí Gulf? — El policía preguntó.
—Sí. La puse en su lugar. Te esperaré afuera.
Se fue a pasos pesados. El policía dijo que registraría toda la información de hoy e incluso pidió las fotos de Engora Miller con su hija. Los individuos aceptaron y Mew caminó hacia Gulf, que de brazos cruzados y apoyado al auto estaba. Malhumorado e indignado. El sacrificio sería en dos horas. Las matonas que siempre lo molestaban conocerían su cruel destino... Separadas de su 'mejor amiga'. Gulf puede imaginarlas llorando tras enterarse de la traición de Song y a Song eliminando todas las fotos de ella junto a sus amigas en instagram. Sintiendo un gran vacío en su pecho por salvar su pelaje.
El policía le pregunta cómo está. Bible chilla como preguntando lo mismo.
—Sé que fueron unas zorras conmigo, pero ¿Cómo puedo sentirme bien sabiendo que dos chicas van a morir por seguir la estúpidez de alguien que las traicionó?
—Nadie te pide que te sientas bien con eso, Gulf. Sólo que continúes viviendo y que le enseñes a todos lo grandiosa que eres.
Gulf mira a una esquina, viendo el fantasma pálido y ojiblanco de Engora Miller, mirándolo fijamente. —Ya que dos personas quisieron acusarme... Te ayudaré a saber quién mató a Engora Miller.
—¿Cómo harás eso, Gulf?
Gulf se limpió las lágrimas y le regaló su mejor sonrisa. —Creo que puedo ser un buen porrista.
El policía sonríe de a poco, gustándole lo dicho, pero sin entenderlo.
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