002. ASTA
En las profundidades de un calabozo... magos estaban trabajando bajo la orden de Morris, un sabio mágico, quien analizaba un cuerpo abierto de par en par.
―¡Señor!
Él se dio vuelta con total molestia. Una molestia reflejada en su mirada oscurecida. ―¿Lograron capturar al mocoso?
El guerrero mágico negó. ―Tras semanas de búsqueda, creemos que se oculta en alguna aldea cerca de la frontera del Reino Trébol.
―Eso es un problema. Aun no contamos con fuerzas para superar incluso a una orden de caballería del trébol... ―miró delante―. Bueno. Tampoco es que ese espécimen importase. Sin embargo, es el único de los que capturamos que no contaba con "Dones". Hubiera sido interesante apoderarse de su cuerpo.
El guerrero solo tragó saliva. Morris estaba divagando.
Y cuando divagaba...
―¿Ya enviaron un escuadrón de asesinos tras él?
El guerrero asintió. ―Hace unos pocos días, señor. Además trataran con el anterior capitán del ejercito, Fanzell Kruger.
―Entonces solo incrementemos un poco el nivel ―acercando una herramienta mágica de comunicación, solo se limitó a dar una nueva orden―. Incrementen la violencia en los experimentos. Quiero a un guerrero de otro mundo funcional cuanto antes.
―...
Morris se dio la vuelta. ―Tu. El Reino del Diamante esta escaso de recursos con el proyecto de los guerreros de otro mundo. Necesitaremos de la herramienta mágica que tienes incrustada en la frente.
―¿Se...ñor...? ―el guerrero tocó levemente aquella piedra―. Esta unida quirúrgicamente a mi cerebro. Si la remueven-
―... ―Morris solo sonrió―. Fue una orden, guerrero mágico.
Aquel guerrero solo expuso su grimorio y se alejó una distancia mas que considerable.
Morris levantó una ceja, aun manteniendo su sonrisa. ―¿A si que... te conviertes en un renegado del Diamante?
―S-Soy fiel a mi país de origen... pero no puedo permitir que me mates. ¡Prefiero renegar de mi país antes que morir! ―viajando entre paginas de su grimorio, se detuvo en un hechizo―. ¡Magia de roca: Terreno-!
―Basta de tonterías.
El guerrero se detuvo de repente.
La presencia de Morris había cambiado por completo.
Impactado, solo observó la frente de aquel sabio. Esos eran... ¿Cuernos?
―Magia de Reestructuración ―exponiendo su grimorio, Morris extendió su mano hacia el guerrero con una gran mirada indiferente―: Desarme.
[...]
Con una mirada solo descrita como una de poker, Yuno extendió un plato a Izuku. ―Son nomobatatas. Come.
Izuku solo asintió. ―Gracias...
Esto era extraño.
Izuku ya había escuchado hablar sobre Recovery Girl. Una heroína que trabajaba en U.A. Su Don era uno de los pocos conocidos que ayudaban a recuperarse de las heridas, pero esto llevaba un coste, la cual era la propia estamina del paciente.
Pero la habilidad de la hermana Lily le había curado de los golpes mas duros y le había hecho recuperar algo de estamina. Era un poder casi a coste 0 que no afectaba al paciente.
Era simplemente extraordinario.
Yuno observó por la ventana. Asta debería de llegar en cualquier momento. ―¿Cuanto tienes, Izuku?
Con una nomobatata en la boca, Izuku apenas proceso la pregunta. ―¿15?
―¿Entonces por que no tienes un grimorio? ¿Realmente no tienes magia?
Pregunta estúpida, ya que Izuku no había recuperado magia incluso cuando fue curado. Eso solo llevaba a una respuesta posible, pero aun así, Yuno tenia que sacarse la duda.
―¿Ma...gia? ―Izuku se planeó un par de cosas.
En estas dos semanas perdido... vio muchas cosas.
Lluvias inexplicables, terremotos en lugares muy específicos, rocas flotantes entre otras cosas que simplemente desafiaban el sentido común.
Sin mencionar los extraños animales que buscaron matarle y le llevaron a estar tan herido.
Además... tanto Yuno como la hermana Lily utilizaban poderes extraños para él.
Era obvio. Izuku sabia en que situación se encontraba... pero le costaba asimilarla.
¿Era el caso? ¿Realmente estaba en otro mundo?
No podía ser. Debia de haber una explicación mas lógica a todo esto.
Yuno solo se le quedó mirando. Incluso sin magia, Asta recibió un grimorio. ¿Por que este chico no tenia uno, entonces? ―Entonces, ¿Vienes del Reino Diamante?
Izuku negó, confuso. ―L-Lo siento... ―bajó la mirada―. Yo no conozco nada de aquí. Todo se me hace muy extraño. ¿Hablas de Reinos de verdad?
Yuno solo guardó silencio por unos pocos segundos. ―¿Perdiste la memoria?
Nuevamente negó. ―No. Simplemente no se nada ―le observó―. Solo estaba corriendo y de repente una charca oscura se formó debajo de mi y me absorbió...
«Magia Espacial...»
―Aparecí frente a... ¿Científicos? No entendí nada... y antes de que pueda preguntar algo ellos me llamaron "error" y me mandaron a ejecutar. Todo... Todo fue muy confuso. Ni siquiera entiendo como logré escapar.
Yuno se mantuvo callado.
Probablemente todo esto se trate de un experimento del Reino Diamante. De esos experimentos que suelen correr de boca en boca como leyenda urbana. Experimentos horribles e inhumanos para aumentar el poder mágico y hacer soldados mucho mas fuertes.
Entonces... si Izuku fue victima de un experimento por el cual perdió la memoria, tal vez debería darle el beneficio de la duda.
Era inmensamente sospechoso. No sabe nada de las leyes básicas de este mundo, no posee grimorio ni magia, y sobre todo, parece estar involucrado con cosas en las que los caballeros mágicos deberían encargarse.
Sin embargo, él pasaría el examen para entrar a una orden de caballería dentro de 5 meses, por lo que tal vez podría dejar de lado todo este asunto hasta ese momento. Desde el momento que se vuelva caballero mágico, podrían averiguar mas sobre todo este asunto.
Hasta entonces...
―¡Nash! ¡¿Yuno aun no llega?!
Recca rápidamente llegó a la habitación. ―¡Asta ya llegó!
Yuno solo asintió. Hasta entonces, solo podía vigilarlo. ―Asta es igual a ti, Izuku.
El peliverde lo observó con sorpresa. ―¿A-A que te refieres?
―Él tampoco tiene magia.
Aquello impactó de lleno en Izuku.
Palabras tan sencillas y fáciles de entender simplemente se le hicieron pesadas.
No pudo evitar asimilarlo con su propia situación. Claro que no tenia magia, ya que teóricamente no pertenece a este mundo, pero... ¿Un chico que si pertenece a este mundo no teniendo magia? Era como...
―...
Era como él. Todo el mundo tiene un poder que es normal para ellos... y tu careces de ello completamente.
De alguna u otra manera, te baja un peldaño respecto a todos los demás.
Asta entró a la habitación. ―¿Yuno? ¿Qué...? ¡¿Y ese?!
Izuku lo observó sin poder decir nada. Ese tal Asta era...
Era pequeño.
¿Acaso tenían la misma edad? ¡Era muy bajo!
―Lo traje esta tarde. Viene del Reino del Diamante ―informó Yuno―. ¿Lo reconoces, Asta?
El chico lo observó sin entenderle. ―¿Que si lo conozco? No me suena de nada.
―... ―Yuno solo asintió. Ahora que los comparaba, tampoco se parecían físicamente. Claramente no eran familia―. Izuku tiene tu misma condición. Él no tiene magia.
―...
―... ―Yuno se sorprendió levemente. Esperaba-
―¡¡¿Eh?!! ―allí estaba la reacción que Yuno esperaba. Asta apuntó a Izuku―. ¡¡¿De verdad tampoco tienes magia?!! ¡¡¿Ni un poco?!! ¡¡¿Ni siquiera tomando jugo de hojas Moguro?!!
Izuku se vio algo aturdido por el repentino alzamiento de voz de Asta. Yuno, ya acostumbrado, solo asintió. ―La hermana acaba de curarlo. No tiene magia.
―¿Que es exactamente la magia que mencionan? ¿Son Dones?
Ambos le vieron extrañados. ―¿"Dones"? ―Asta negó―. ¿No sabes sobre el maná y la magia? ¡Todo el mundo sabe de ella!
Yuno recuperó su cara de poker. ―Parece que perdió la memoria.
―¡Dije que no perdí la memoria! ―se defendió Izuku, exaltado. No quería parecer un mentiroso frente a las únicas personas que intentaron no matarle.
―¿Perdió la memoria? ―preguntó Asta―. Bueno...
Izuku solo suspiró. A si que prefieren pasarlo por un loco, ¿Eh?
Asta levantó un dedo, como si genuinamente fuera un erudito en el tema pese a no poseer magia. ―El maná es... Uhm... ¡La magia es lo que te permite hacer cosas geniales!
Yuno mantuvo su cara de poker. ―El maná es la energía fundamental de todo ser vivo. Todos tenemos maná, menos Asta. El maná tambien circula por la naturaleza, y es lo que nos permite manifestar hechizos en forma mágica, sea de manera innata o con nuestros grimorios, los cuales recibimos apenas cumplimos los 15 años. Cada mago tiene una afinidad de magia, lo que le permite ejecutar hechizos que otros magos que no comparten su afinidad no podrían.
Izuku se vio inmensamente sorprendido. ―¿Llaman hechizos a esa cosa que hiciste tu o la habilidad curativa de la hermana?
Yuno asintió. ―Saltando detalles, así es. Los magos podemos recibir hechizos de serie cuando recibimos grimorios. Pero tambien podemos obtener nuevos hechizos al entrenar o sufrir una fuerte presión psicológica o física.
Izuku rápidamente lo asimilo. No solo era otra forma de llamar a los poderes. Era una cosa completamente distinta.
Mientras que las personas en su mundo tenían un único poder el cual a veces le podían dar otros usos pero no se alejaba de lo mismo, aquí las personas solo estaban atadas a una afinidad. Luego de eso, podían hacer toda clase de cosas fabulosas.
Asta se acercó. ―Si perdiste la memoria, significa que nunca viste un grimorio, ¿No? ―preguntó mientras extendía el suyo.
Izuku lo observó con atención. ―Es... ―levantó una ceja, confundido― ¿un libro polvoriento a punto de caerse a pedazos?
―¡¿Ah?! ―Asta abrazó su grimorio―. ¡No le digas así! ¡Me costó mucho conseguirlo! ―mencionó mientras se lo frotaba en el rostro con cariño, como si fuera una mascota o algo parecido―. Puede que este algo sucio y polvoriento, pero lo cuido mucho.
Yuno extendió el suyo. ―Normalmente así se ven los grimorios. Todos son diferentes, sea en grosor, anchura, longitud, algunos tienen mas o menos hojas, y tienen diferentes diseños en las tapas. Lo único en que coinciden son en el trébol en el centro, el cual cambiará dependiendo del país en donde estés. Puede que sea un corazón o-
―Un diamante...
Yuno solo asintió. ―¿Viste grimorios del Reino del Diamante?
Izuku asintió. ―Todas las personas que me seguían tenían esos libros...
Asta se exaltó nuevamente. ―¡¿Eres del Reino del Diamante?!
Yuno solo parpadeó algunas veces. ―Te dije eso apenas entraste.
Izuku solo negó. ―Yo... no soy del diamante. Solo hui de allí.
―Probablemente sea un ciudadano del Reino del Diamante que huyó ―supuso Yuno mientras guardaba su grimorio―. Te dejaré descansar.
Asta coincidió con Yuno. ―Si, iremos a cenar. ¿Tu ya-? ¡¿Ah?! ¡¿Y esas nomobatatas?! ¡Son hervidas!
―Son mas fáciles de masticar. Nosotros comeremos las de siempre ―comentó Yuno mientras salía.
Y Asta le siguió, dejando a Izuku solo en su habitación. ―¡¿Por que no podemos comer nomobatatas hervidas tambien?!
―... ―dos impresiones. Yuno tenia un aire a Kacchan, pero era completamente diferente a él. Por su parte, Asta era... Asta.
Uhm...
Izuku se estiró un poco. «Asta olvidó su grimorio...»
Al tomarlo, solo lo llevó a la mesa al lado suya. No quería que se rasgue o algo parecido. Asta parecía valorarlo mucho.
―...
Pero ahora tenia mucho que pensar.
Puede que lo pasen como un loco... pero sabia bien que algo no marchaba bien.
Sus recuerdos eran verdaderos. Lo sabia. Esos tipos del Reino Diamante lo habían secuestrado. No tenia ni la menor idea del maná ni nada parecido cuando vivía su vida en Japón...
Eso solo reforzaba mas y mas que en realidad estaba en otro mundo... y que le habían traído con esa tal magia.
Que las personas puedan volar en escobas era magia.
Que puedan producir carretas de viento y curar con agua era magia.
Que las rocas de miles de toneladas floten en medio de la nada y que el clima se vuelva loco era magia.
―...
No podía creerse todo esto. Debia de haber otra explicación.
Pero Izuku se negaba a creerlo, no por falta de pruebas o simple terquedad.
Se negaba a creerlo por que sabia que no era especial en ningún aspecto. Solo fue una victima.
Si fuera el caso que los del Reino del Diamante hallan utilizado magia para interceptar personas de otros mundos... nada le garantizaba que no fuera el ultimo.
Si fuera el caso... muchas personas corrieron con su misma suerte. Fueron raptadas a este mundo. Y tal vez... ellos no tuvieron la misma suerte que él.
No quería pensar en esa posibilidad. No quería inclinarse hacia ella. Si fuera el caso, mucha gente inocente estaría sufriendo enormemente ahora mismo.
...
Pero poco sabia Izuku que, en su mundo, tras su desaparición hace dos semanas... su madre había colgado, destruida, un cartel con su rostro en pedido de «se busca».
Cartel que era acompañado por otra docena de rostro en carteles, al mismo pedido.
Izuku solo amargó su mirada. Aunque no quisiese que la realidad sea así... sabia que era lo mas probable.
Si era el caso, ningún héroe vendría a rescatarle.
Es mas.
Siendo él ―en el peor de los casos― el único que logró escapar de los del Diamante... y siendo el futuro sucesor de All Might...
Quedaba en él salvar a todas aquellas personas que fueron raptadas.
Pero... se encontraba en la misma situación.
Sean Dones o Magia... él seguía siendo alguien sin ninguna de las dos. Quería ser un héroe, pero estaba completamente desarmado.
Y esta vez no habría ningún milagro como el One For All.
Apretó sus dientes con frustración. Si tan solo lo hubiera recibido...
Si tan solo hubiera entrenado mas y mas duro... ahora tendría un poder para defenderse. Podría ser un héroe y salvar a esas personas...
―Maldición...
Aunque el mundo halla cambiado... él seguía siendo el mismo Deku.
El mismo inútil con un sueño imposible...
¿Cómo lograría enfrentar a esos villanos que incluso puede que sean mucho mas fuertes y peligrosos que los de su mundo?
―... ―¿Eh?
El grimorio de Asta... ¿Estaba flotando sobre él?
Y sin darse cuenta, aquel libro sacó de entre sus paginas una enorme espada, la cual cayó sobre el estomago de Izuku, produciendo que comience a toser secamente.
¡¡Era... demasiado pesada!!
¡Definitivamente era algo mágico que una espada de tal peso y tamaño se almacene en un libro de unos pocos cientos de gramos!
Lo sujetó con fuerza y intentó sacárselo de encima, pero con sus fuerzas mermadas por estar tanto tiempo sin comer adecuadamente y exigir el limite a su cuerpo se lo impedía.
Solo le quedaba una cosa.
―¡Yuno! ¡¡Asta!!
Casi como si le estuviera vigilando, Asta abrió la puerta ferozmente con una nomobatata en la boca. ―¡¿Que pasa?! ―gritó casi inentendible. Rápidamente se dio cuenta de la situación―. ¡¿Mi grimorio?!
Sin esperar a otro pedido de ayuda, Asta se acercó rápidamente y tomó la espada Danma del mango y la alzó con algo de facilidad, liberando a Izuku.
Este, ignorando su malestar, observó los brazos de Asta con enorme sorpresa. Aunque ambos tenían la misma masa muscular por fuera, ¡Asta definitivamente era el doble o el triple de fuerte que él en su mejor condición!
Asta solo observó su espada y grimorio con sorpresa. Primero que nada, ¿Los había olvidado? Segundo, ¡¿Por que la espada se salió sola del grimorio?! ¡Estaba seguro que la había almacenado dentro antes de entrar en la iglesia!
―...
Espera...
Asta observó a Izuku. Ambos compartían la mismo rostro de sorpresa.
Solo un pensamiento pudo cruzarse por su cabeza.
―Izuku... Tu no tienes magia, ¿No?
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