Capítulo 20. Fuertes declaraciones

Durante todo el camino, Bon y Bonnie estuvieron hablando muy animadamente entre ellos, pues como el peliazul había perdido parte de sus recuerdos, quería saber cómo había sido su vida a ojos del pelimorado. Este le decía todos los buenos momentos que había pasado con él, sacándole montones de sonrojos y risas al de piel morena.

- Espera, ¿también tocas guitarra?- se sorprendió el menor de edad, a lo que el otro asintió muy feliz.

- Sip, pero tú eres mucho mejor, por eso te pedí que me enseñaras y... por eso te llamo "maestro"- se sonrojó el de ojos rojos.

- Oh, pues entonces tendremos que... volver a practicar, ¿no?- dijo nervioso el de cabellos azules.

- Me encantaría- sonrió el pelimorado.

Siguieron caminando hacia la casa del peliazul, entre risas y chácharas. Lo que no se esperaba el de piel morena era lo siguiente.

- Bueno, Bonnie, gracias por acompañarme a mi casa- dijo el chico abriendo la puerta, pero el pelimorado lo detuvo.

- Eh, Bon, hay algo que no te he contado...- el peliazul lo miró confundido-. Yo vivo contigo...

Ahí. Ahí fue el momento en el que a Bon se le cayó el alma a los pies. La sangre subió rápidamente a su cara, y no evitó abrir la boca. Bonnie no esperaba tal reacción, y se asustó al pensar que al pobre peliazul le hubiera dado un paro cardiaco. Movió rápidamente su mano por el rostro del moreno, pero este no contestaba. Trató de moverlo un poco y ya salió de su trance.

- ¡Bon! ¡Tierra llamando a Bon!

- Eh, ¿q-qué?- se alarmó el peliazul.

- Te estaba llamando...

- O-oh, sí... lo siento, Bonnie, ¿q-qué me estabas contando?

- Te decía que yo vivo contigo en tu casa... pero te has quedado pasmado...

- Eh... P-perdóname, Bonnie, es que... no me lo esperaba...

- Entiendo... puede ser demasiado precipitado para ti...- se alejó un poco-. Mejor nos vemos mañana, Bon...- y se separó completamente, dispuesto a irse a su antigua casa.

Antes de irse notó que alguien le tomaba suavemente de la muñeca.

- N-no... no te vayas, por favor- susurró en voz baja, aún sin soltar la mano del otro.

- ¿Seguro? No quiero que te sientas incómodo conmigo...

- ¡P-para nada!- levantó su mirada, para hacer contacto con la del pelimorado, sonrojándose ambos ligeramente- Q-quiero decir... no me molesta estar contigo... es... agradable...

A Bonnie le brillaron los ojos al escuchar las palabras de su querido peliazul, por lo que se abalanzó sobre él, dándole un fuerte abrazo.

- Jeje, me alegra que aún pienses eso de mí, Bon- sonrió esperanzado, pues sentía que estaba más cerca de conseguir al Bon que tanto amaba, y sigue amando.

- Jejeje...- rió nervioso el moreno, correspondiendo inseguro a aquel abrazo del pelimorado, pero se sentía bien-. Bueno, ¿qué tal si pasamos ya?

- Sí... ¡Oh, espera!- entró rápido a la casa-. ¡Tengo que recoger unas cosas, espérame!

- Jajaja, okey- rió el peliazul, sentándose en su sofá, o más bien, desplomándose en él.

Miró a su alrededor. Todo estaba como lo recordaba. Pensó unos momentos en el pelimorado. Se volvió a sonrojar al pensar que ellos dos iban a vivir juntos, o en vista del pelimorado, que seguirían viviendo juntos. No estaba acostumbrado a dormir con más personas, o eso creía él. De un momento a otro, vio al pelimorado bajar por las escaleras, y se sentó a su lado.

- Uf, vale, ya estoy- le sonrió al peliazul.

- Jeje... Y, ¿qué te apetece hacer?

- ¿Tocamos guitarra?- dijo sacando su guitarra de detrás de él.

- Wow, piensas en todo, ¿no?

- Sip, soy precavido- dijo acomodando ahora la suya, mientras se hacía una pequeña coleta, haciendo sonrojar al otro.

- Ay, ay, ay...- musitó en voz baja al ver el nuevo peinado del otro, sonrojado al máximo, y Bonnie lo notó. ¿Cómo no aprovecharse de eso?

- ¿Qué ocurre, maestro? ¿Temes a que te supere en la guitarra?- dijo con voz desafiante, a lo que el peliazul sonrió burlón.

- Je, de eso ni hablar. No hay nadie mejor que yo en esta ciudad- dijo para luego acomodarse la guitarra y levantarse del sofá, seguido del pelimorado.

- Pues demuéstralo.

Y así ambos se pasaron el resto de la tarde practicando con sus guitarras. Bon estaba asombrado. Todos los movimientos de Bonnie eran dignos de un guitarrista profesional, y además los coordinaba a la perfección. Muchos de aquellos movimientos los sabía él, y fue algo difícil poder seguirlo, pues no era de extrañar, ya que el pelimorado se acordaba de todas las practicas con el peliazul durante todo un año, mientras que el otro no.

- E-espera, Bonnie... D-descansemos un p-poco...- pidió Bon muerto de cansancio.

- ¿Ya? Pero si apenas llevamos una hora- se extrañó el pelimorado.

- P-perdona pero... no estoy acostumbrado...

- Oh, cierto...- se dirigió a la cocina y tomó un poco de agua en un vaso-. Ten, te sentirás mejor.

- Gracias- tomó un trago del agua, mientras que el otro se sentaba a su lado-. Vale, he de admitir que eres muy bueno...

- Jeje, gracias, pero la mayoría de cosas que sé me las enseñaste tú, maestro.

- ¿En serio? Si tocas como un profesional.

- ¡De eso nada! Tú eres muchísimo mejor que yo... simplemente que no te acuerdas...- infló las mejillas indignado.

- Ya... lo siento por eso...

Bonnie lo miró sorprendido, y se encogió en su sitio avergonzado. No debería haber hecho esa pregunta. Ahora un silencio incómodo se apoderó del salón. Una pregunta fugaz atravesó de golpe la cabeza del pelimorado. ¿Se... acoraría de Toddy? No quería hacer que el ambiente se tensara más, pero era un a pregunta que mataba por dentro al pelimorado.

- Em... Bon...

- ¿Sí?

- Tú... ¿conoces a Toddy?- preguntó con miedo.

- ¿Toddy? ¿Te refieres a mi prometida? Sí, la conozco desde los 6 años. ¿Por qué la pregunta?

Ya está. Ese fue el instante en el que el corazón del pelimorado se rompió en mil pedazos. No podía soportar la idea de que sí conociera a la horrible bruja de la pelirroja y no al cariñoso y dulce de Bonnie. El peliazul lo miró desconcertado, pues no respondía.

- ¿Bonnie? ¿Estás bien?- chasqueó sus dedos en frente del pelimorado, y este reaccionó.

- ¿E-eh? A-ah... l-lo siento Bon- sonrió forzadamente, pues sentía que iba a llorar de un momento a otro.

- Oye, ¿qué ocurre?- le tomó suavemente de la mano, haciendo sonrojar y estremecer al otro.

- N-nada, tranquilo- se soltó de su agarre, se levantó despacio del sofá y se dirigió a la cocina-. Voy... voy a preparar la cena, ya es tarde...

Bon iba a decir algo más, pero decidió mantenerse callado. Analizó las palabras del chico. ¿Conocer a Toddy? ¿Acaso él también la conoce? Pero por su tono de voz parecía que no le caía bien. Más bien era como de odio y temor. Aunque no lo culpaba. Toddy podía ser "un poquito" molesta. Se sintió mal al ver aquella expresión tan dolorosa en el rostro pálido del pelimorado. Le causaba una sensación muy dolorosa en el pecho al peliazul. Pasó el resto del tiempo hablando con Joy y Mangle por WhatsApp, mientras Bonnie terminaba la cena. Una vez la cena estuvo terminada, cenaron en silencio, pues tras esa pequeña charla no tenían muchos ánimos de hablar, o al menos el pelimorado. Terminaron de cenar y Bonnie dijo de lavar los platos él, a lo que Bon accedió, pues no quería pelearse con él. Subió lentamente a su cuarto y se tumbó boca abajo en la cama, tratando de procesar toda la información. No notó cuando Bonnie cogió su ropa de dormir y se fue a otro dormitorio para cambiarse. Pasó un rato y seguía sin moverse, hasta que cierto pelimorado entró con algo de nervios y le susurró al oído.

- Buenas noches, Bon- le dio un pequeño beso en sus cabellos y se fue a la otra habitación para poder dormir.

Bon no quería que se fuera, pero tal vez sería algo incómodo para el pelimorado, así que no se opuso, por lo que se cambió con desgana y trató de dormir por fin.

(...)

El peliazul no lograba conciliar el sueño, a pesar de que fueran altas horas de la madrugada. DE un momento a otro, escuchó un pequeño sollozo y la puerta abriéndose lentamente. Al principio pensó que era un ladrón, pero se relajó al ver la silueta de Bonnie en la puerta, solo que este estaba llorando, alertando al mayor en altura.

- ¿Bonnie?- se levantó rápido de la cama y encendió la luz para poder ver al pelimorado-. ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?

- B-Bon...- se lanzó a llorar al pecho del moreno-. He t-tenido una p-pesadilla... N-no quiero p-perderte...

- Bonnie...- el peliazul se sorprendió, pero rápidamente correspondió aquel delicado abrazo... le parecía que ya había pasado eso.

- B-Bon... ¿puedo... dormir contigo... p-por favor?- le miró con ojitos suplicantes, haciendo que el corazón del peliazul se derritiera, y no podía decirle que "no" a esa carita.

Asintió rápidamente y tomó la suave mano del pelimorado para conducirlo a su cama. Se tumbó y se hizo a un lado, para dejar espacio al chico. Este se acomodó, pero tiritaba un poco por el frío.

- ¿Tienes frío?- lo miró preocupado el moreno.

- S-sólo un poco, pero estoy bien- le sonrió débilmente.

- Ven- se acercó un poco al pelimorado y lo envolvió en sus brazos, junto a las sábanas-. ¿Estás mejor?

- Sí- sonrió ahora tranquilo-. Muchas gracias, maestro...- suspiró acomodándose en su pecho.

- De nada...- por acto reflejo le besó la frente, consiguiendo un suave suspiro por parte del pelimorado-. Duerme bien.

- Igualmente- respondió ya tranquilo el de piel blanca, pasando por fin un agradable momento con su querido peliazul.

- ... Te quello musho... Buhnie- pronunció débilmente el moreno, medio dormido, recordando una parte de su "dulce infancia".

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Palabras: 1639

Holi, ¿cómo estamos?

Bien, espero que os haya gustado este cap, decidme si ha sido así en los comentarios. Ojo, aún no es el final, jeje.

Bueno, vamos con un par de Fanarts...

Y el de mi gran amiga RCORTEZN.

Muchas gracias por su apoyo y amor.

¡Disfruten!

- Irene

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