Capítulo 11. Nuevos cambios
(Foto de arriba hecha por ErianComic)
Sweety: Je... je... je... ¡nya!
El resto de la semana fue igual. Nada nuevo bajo el sol... salvo por el simple hecho de que ya era viernes a última hora.
Tic... tac... tic... tac... ¡¡RIIING!!
Y por fin, las clases acabaron hasta el lunes. Todos salieron pitando de las clases.
- ¡Sí, al fin terminaron las odiosas clases!- exclamaba un pelirrojo
- No os olvidéis que mañana hay práctica, espero que no faltéis- Chica fulminó al resto con la mirada, haciendo que todos asintieran rápidamente.
- Por cierto, ¿no habría que avisarle también a Paola? Como ahora es de la banda...- insinuó el castaño del grupo.
- Sí, tienes razón- le dijo el rubio-. Creo que estaba muy entusiasmada por estar dentro.
- Al menos tendremos a alguien que pueda sustituir al "niño rico" si no puede asistir a los ensayos- murmuró Foxy, ganándose un coscorrón por parte de la chica del grupo.
- ¡Foxy, no seas así!- le regañó, aunque más que reprimirlo, sólo logró que se sonrojara notablemente.
- Oye, creo que Bonnie está fuera de onda... no responde- Freddy picaba la mejilla del pelimorado, pero este no respondía.
- ¡Agh, seguro que se ha vuelto a quedar dormido!- Foxy iba a golpearle, pero una voz femenina le detuvo.
- Espera, poste telefónico... tengo una mejor idea- Irene entró a la clase cargando a Bon en brazos, quien buscaba con la mirada al pelimorado.
Sentó al peliazul en la mesa de Bonnie, frente a él. El pequeño giró levemente su cabeza hacia un lado, se le hacía raro no ver los ojos del mayor. Intentó tocarlos, pero notó algo frío, y eran sus gafas. Las cogió y las miró con curiosidad, para luego intentar ponérselas él mismo. Rió un poco, pues le quedaban grandes, y luego miró al chico, el cual seguía durmiendo. Le golpeó suavemente la mejilla con su manita, haciendo que empezara a abrir lentamente sus ojos. Cuando Bonnie despertó, notó que Bon le miraba muy sonriente, con las mejillas ligeramente sonrojadas, y con su mano aún en su mejilla y con sus gafas puestas. El pelimorado no lo evitó y se sonrojó fuertemente, se echó hacia atrás y se cayó de su asiento, causando una risa colectiva.
- Auch...- fue lo único que dijo el chico en el suelo.
- Jajaja, Dios, no creí que fueras a reaccionar así- la de gafas lo ayudó a levantarse.
- Y yo no me esperaba encontrarme con un bebé con gafas en mi asiento...- murmuró Bonnie aún sonrojado, mientras miraba cómo Bon se intentaba poner de pie.
- Jeje, eso te pasa por quedarte dormido- Golden le dio una palmadita en la espalda.
- Mejor vayamos yendo ya, hace rato que sonó el timbre- Foxy se cruzó de brazos mientras se dirigía a la salida.
Todos lo siguieron, dejando a Bon y Bonnie solos. El pequeño llamaba al pelimorado para que lo cargara. El mayor sonrió y lo tomó entre sus brazos y le quitó sus gafas para luego ponérselas él mismo. Le hizo cosquillas a Bon y este empezó a reír. Salieron de la clase para luego alcanzar al grupo de amigos quienes le recordaban que había práctica el día siguiente, y este prometió no faltar. Una vez salieron del instituto, se dividieron para seguir su camino, y así pues, Irene, Bonnie y Bon se iban a sus hogares.
- ¿Y qué tal han ido las pruebas de hoy?- preguntaba el pelimorado a la chica mientras sostenía a Bon en su hombro, el cual empezaba a quedarse dormido.
- Pues la verdad es que hemos progresado mucho... aunque no le ha gustado que le golpeara en la rodilla para ver sus reflejos...
- Por eso es que había escuchado sollozos antes...- masculló Bonnie mientras veía a la chica con ira y acariciaba cuidadosamente la espalda del pequeño.
- Pero al menos le he estado mostrando fotos del resto y dice que les sonaba de algo... así que aún hay posibilidades de que recupere él solo la memoria- le sonrió comprensiva Irene, lo que tranquilizó mucho al chico- Además, no sé si te has dado cuenta... pero ahora Bon es más alto, y ves que ya habla y camina con más facilidad. Así que se podría decir que mi suero de crecimiento funciona casi del todo bien...
- Sí, es cierto... pero veo que aún no recupera la memoria...- se desanimó el chico.
- Bueno, es que eso es más complejo... ¡Pero te prometo, como buena científica que soy, que lo devolveré a la normalidad lo más rápido posible!
- Jaja, estoy seguro que sí...
Dirigió un momento su mirada al peliazul, el cual ya se había quedado totalmente dormido. Sonrió por reflejo y le acarició suavemente una de sus mejillas, causando que Bon también sonriera contento ante aquella caricia. Cuando iba a apartar su mano, el peliazul agarró con rapidez su dedo índice y lo aferró junto a él. Bonnie rió bajito y le dio un beso en la frente. Irene intentaba no gritar, pero lo que veían sus ojos no tenía precio. Sin hacer ruido, sacó su móvil de su bolsillo e hizo tantas fotos como pudo, luego las archivaría. Después de un largo camino llegaron a la casa de la chica, pero antes de que Bonnie se fuera a la suya, Irene le tomó de la muñeca.
- Oye, Bonnie, te quería preguntar, ¿te gustaría venir esta noche para la pijamada que haré?
- ¿Pijamada?- preguntó curioso el chico.
- Sí, será divertido. Vendrán Paola, Félix, Fede, Abby y Lily. Y por supuesto Bon y tú.
- Oh, en ese caso, ¡claro, me encantaría!- sonrió el pelimorado, en signo de aprobación, y luego miró al pequeño- Bueno, ¡nos encantaría!
- ¡Genial! Venid a las 18:00, así podréis ayudarme un poco. No os molesta, ¿verdad?
- Para nada, me alegra poder ayudar.
- ¡Perfecto, gracias Bonnie! ¡Os veo luego!- se despidió la castaña y cerró la puerta.
El pelimorado suspiró contento y se dirigió a la casa en donde vivía... no voy a decir su casa porque no es la suya, en realidad. Al llegar hizo lo que ya era para él una rutina: despertó a Bon, le dio de comer, le cambió el pañal y lo dejó jugando en el salón mientras él fregaba los platos. Ya cuando terminó se quedó jugando con el pequeño. Cada vez era más juguetón, y a veces, cuando se tiraba al suelo, el pequeño se subía encima de él y le hacía cosquillas. Probaban distintos juegos, y en algunos Bon ya caminaba con más confianza y ya casi no se caía. Pero justo cuando estaban jugando al "escondite", Bon había encontrado dónde se ocultaba el pelimorado y este comenzó a correr. El peliazul lo intentó seguir, pero no vio uno de los bloques en el suelo y se tropezó, haciendo que se cayera de bruces contra el suelo. Se intentó sentar él sólo y, como le dolía la rodilla, empezó a llorar. Bonnie, al escuchar el llanto del pequeño, paró de correr y se giró para ver al peliazul sentado e intentado cesar el dolor tapando con sus manitas su rodilla derecha.
- ¡Bon! ¿Te has hecho daño?- el pelimorado le subió la manga del pantalón hasta la rodilla, para luego ver el raspón que tenía en esta, el cual sangraba un poco- Bueno, no es muy grave.
- ¡Duelle musho! ¡¡Waaahh!!- Bon lloraba e intentaba secarse sus lágrimas, pero no podía.
- Shh, no te preocupes, ahora mismo te curo- cargó al peliazul en sus brazos, quien se aferró a su cuello y seguía llorando, y lo llevó a su cuarto para luego coger el botiquín del baño. Se arrodilló frente al pequeño y empezó a curarlo.
Le echó un poco de alcohol en la herida, causando que el peliazul soltera un pequeño quejido, pues le escocía un poco.
- Buhnie... duelle...- lloriqueaba el peliazul.
- Lo siento, Bon. Pero si no te curo luego será peor- el pelimorado pasó con cuidado el algodón con alcohol por la herida de su rodilla, haciendo que parara de sangrar.
Bon miró cauteloso el rostro calmado de Bonnie. Ya no notaba el dolor, pues se había perdido en el brillo de los ojos carmesí del mayor. El pelimorado puso una tirita en la rodilla, ya curada, del pequeño y le plantó un besito en esta.
- Ya está- le volvió a poner la manga del pantalón-. Ahora no te dolerá.
- Grasias... Buhnie...
Bonnie le sonrió tiernamente, y Bon le devolvió el gesto mientras le daba un abrazo alrededor del cuello. El pelimorado le correspondió y, al separarse, le secó las lágrimas ya secas y le dio un beso en cada una de sus mejillas, haciendo que estas adquirieran un ligero rubor. Lo bajó con cuidado de la cama y le tomó la mano para guiarlo por las escaleras y dejarlo en el salón. Volvió al cuarto para preparar la ropa para la pijamada de la chica, mientras que Bon agarraba su cuadernillo de dibujo que compartía con Bonnie, en donde hacían dibujos de ellos dos. Tomó unas cuantas pinturas y se tumbó en el suelo para empezar a hacer un dibujo, esta vez, sin ayuda del mayor. Pasó un rato y Bonnie bajó del cuarto con una bolsa con toda la ropa necesaria, y se dirigió al salón para ya avisarle a Bon que se iban.
- Bon, ya nos vamos, ¿lo tienes todo listo?- Dios... lo juro, si no fuera porque en realidad son novios, diría que es su madre... sí, su madre.
- Shi, ya edtoy- dejó su cuaderno en la mesa y agarró la mano del pelimorado, para luego ser cargado, y ya salieron juntos.
10 minutos más tarde ya se encontraban ambos en frente de la puerta de la chica. Bon le pedía a Bonnie que quería llamar él al timbre. El mayor se rió, cogió a Bon por debajo de los hombros y este pulsó el timbre. Al instante se escucharon ladridos provenientes del interior de la casa. El pequeño se asustó y se aferró fuertemente al pelimorado, el cual retrocedió un poco. Se escucharon gritos, obviamente femeninos, mandando callar al causante de tal ruido. Luego, Irene salió de ahí con un perro blanco en brazos, el cual no paraba de ladrar y movía la cola eufórico.
- Hey, chicos, me alegra que hayáis venido- la castaña les sonreía nerviosa mientras intentaba calmar a su mascota, el cual intentaba acercarse a "los desconocidos".
- N-no hay problema- Bonnie casi no podía respirar, ya que Bon le abrazaba demasiado fuerte por el cuello. Estaba muy asustado, y la castaña lo notó.
- Tranquilo, Bon. No te va a morder- le acercó el perro al pequeño-. Tan solo quiere conocerte.
Bon se giró tímidamente y notó que el perro le lamió una mejilla. Le intentó acariciar la cabeza y pareció que le gustaba. Sonrió para luego reír mientras seguía acariciando a la mascota. Irene le sonrió a Bonnie y ambos entraron a la casa. La chica dejó a su perro en el suelo y este empezó a ladrarle a Bonnie, que seguía con Bon en brazos.
- ¿Qué es este escándalo?- una voz desconocida se escuchó en la cocina.
- Nada, Nito. Ya han llegado unos de los amigos que invité- le devolvió el grito Irene, un poco irritada.
- Ah, ok. No hagáis mucho ruido, ¿vale?
- Sí, sí, sí...- contestó de mala gana la chica.
El pelimorado río por el comportamiento infantil de su amiga. Esta sólo lo miró asesinamente. Después de un rato se encontraban ambos en el cuarto de la chica charlando, mientras Bon acariciaba al perro, el cual se llamaba Randy, estando en las piernas del pelimorado.
- Oye, Irene- le llamó el pelimorado a la chica mientras le acariciaba sutilmente el pelo del pequeño.
- Dime-le contestó.
- ¿Quién era la que te hablaba en la cocina?- se notaba su curiosidad, e Irene no iba a dejarlo con las ganas.
- Oh, ella es Nito, es mi...- y en ese momento la puerta sonó.
- ¡¡IRENE, YA HA LLEGADO PAOLA!!- otra vez la voz sonó, haciendo que todos se sobresaltaran.
- ¡¡VALE, DILE QUE SUBA!!- le contestó la castaña bastante molesta.
Se oyeron unos pasos subir las escaleras y luego una chica castaña entró a la habitación.
- ¿Llegó tarde?- sonaba agitada, cómo si hubiera corrido.
- Nop, llegas justo a tiempo- Irene le sonrió y se levantó de la cama en la que estaban sentados.
- Uff, menos mal... por poco atropello a una señora.
- ¡¿Qué?!- soltaron Bonnie e Irene a la vez.
- Sí, iba corriendo tan rápido que casi la tiro a la pobre... me iba gritando algo de que no me iba a dar dinero o algo así...
- Si es que ya hay gente para todo... Bueno, ya que estas aquí, te agradecería que me ayudaras a preparar todo para esta noche.
- ¡Sí, ya he traído todo lo que me pediste!
- Perfecto, vamos al salón. Bonnie, ¿nos ayudas?
- Enseguida voy, chicas- les respondió el pelimorado.
- Okey- contestaron ambas y salieron.
Bonnie suspiró y dirigió su mirada al peliazul. Este le miraba sonriente mientras seguía acariciando a Randy, quien se había quedado dormido en sus piernas. Le dio un beso en la frente y le acarició la mejilla, para luego decir que volvía pronto y se marchó de la habitación, dejando al pequeño solo y confundido. Como ahora Bon pensaba más, en vez de seguir a Bonnie, como habría hecho si fuera un bebé, se tumbó en la almohada y empezó a reflexionar.
- Mmm... no sé por qué... pero siento que ya conocía a Bonnie de antes... Tal vez sólo me recuerde a alguien...- en eso se apoyó en su rodilla herida y soltó un quejido, para luego subirse la manga de su pantalón y ver la tirita que tapaba el raspón que se había hecho antes- Aunque... me gusta que me dé mimitos... se siente... bien... es como una madre, aunque creo que es chico... jeje, aunque eso me da igual, yo lo sigo queriendo mucho...- se volvió a tapar la rodilla- Oh, cierto... seguiré con el dibujo, espero que le guste...- se sonrojó un momento al recordarlo, pues era otro dibujo de ambos chicos juntitos... pero esta vez lo había hecho él mismo con todo su esfuerzo y amor, lo que quería entregarle a Bonnie por cuidarlo tanto.
Se puso a dibujar mientras esperaba al pelimorado, pero seguía recordándole como si estuviera a su lado.
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Palabras: 2420
¡Holo! ¿Me extrañasteis? Yo sé que no...
Bueno, espero que no haya habido muchos derrames nasales... pues esto sólo ha empezado... je, je, je...
Quiero agradecer a mi hermana Nito8osk, en el papel de Nito... sí, somos hermanas de verdad.
¡Oki, vamos con los Fanarts!
Este mini-comic es de Dibuja_Con_Mei, y sí... esto me ha dado la idea de hacer que Bon se cayera, así que... ¡Muchas gracias!
Este Bonnie tan, tan, taaan kawaii es de moge_dream, ya extrañaba ver a Bonnie de chiquito, así que muchas gracias.
Perdón por no verlo antes, sta_mango, a veces soy muy despistada, y no lo vi... pero muchísimas gracias por este hermoso dibujo.
Y aunque no tenga nada que ver con la historia, como este men me cae tan bien, decidí ponerlo, ya que estamos mi mejor amigo Cj, mi mejor amiga Paola (nokamotaka_san) y yo, Irene... ¡Muchas gracias Mr_Guitarra7w7!
Y eso es todo... ¡Ah, bueno...!
¿A quienes preferís?... Ahora sí.
¡Disfruten!
- Irene
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