Sabes que es el amor?


HERMIONE

Me desperté abatida y con los ojos hinchados, pero no iba a dejar que lo sucedido arruinara mi día. Al levantarme cumplí con mi rutina habitual y bajé a comer, aunque de camino me crucé con McLaggen y me surgió la idea de vengarme un poco de Ron. Lo terminé invitando al baile de Navidad de Slughorn y este me dijo que sí.

Después de comer (donde Lavender y Ron no dejaron de abrazarse y besarse durante toda la comida) me fui a la biblioteca a ver si lograba concentrarme en algo importante. Lo que fuera que me distrajera.

Allí encontré a Malfoy con su tarea de ayer, y si bien no era mi persona favorita tampoco era la que más detestaba en el momento, y al menos me mantendría ocupada. Le ofrecí ayuda a cambio de que no me molestara en el proceso. Debía de estar más atrasado de lo que pensaba ya que, gustoso, aceptó.

Cuando me senté se veía más extraño de lo normal. Su actitud seguía siendo fría y soberbia, pero algo había cambiado en sus gestos y su forma de dirigirse a mi, parecía algo menos desconfiado. Después de una breve charla, cada uno se enfocó en su parte del trabajo en silencio, pero sentía su vista sobre mí.

-¿Qué fue lo que hizo Weasley para que te dejara así?- preguntó Draco con aire divertido y de.. curiosidad? después de un rato de silencio.

-¿Y a ti qué más te da?- contraataque (sin ponerme a pensar cómo es que lo sabía) sin levantar la vista del pergamino.

-Cuando estás enojada tu escritura pasa a ser rápida y desprolija. Así que, si quiero llegar a entender lo que escribas, si me incumbe- me detuve a leer y me di cuenta que él tenía razón, muy a mi pesar. Bufé frustrada.

Me giré a mirarlo un segundo con más atención. La actitud soberbia y de superioridad que se mostraba siempre en su rostro había sido en gran parte reemplazada por un gesto algo divertido, pero a la vez atento, combinando con sus ojos grises y fríos que parecían capaces de atravesar el alma de quien los mirara en ese momento, y todo esto acompañado con su clásica sonrisa de lado que no había cambiado en nada. Se veía cansado pero lo disimulaba bien, nadie lo notaría a no ser que estuviera muy cerca de él.

-No tiene importancia- dije devolviendo mi atención al papel- y si quieres que mi letra mejore mejor no toques el tema.

-Jm- hizo ademán de reírse y volvió a su libro. Parecía que no iba a decir mucho más pero por lo visto no se contentó con eso- Sabes? Para alguien tan inteligente no sé cómo te dejas alterar por alguien como Weasley. No sé qué le ves.

-Dudo mucho que lo entiendas. Principalmente por que te la pasaste molestando desde que se conocen. No sabes nada de él. Ni de mí.

-Sé más de lo que crees, y lo suficiente como para ver que esa Comadreja no valdría el esfuerzo ni de una ardilla. Te creía de mejor gusto Granger.

-¿Y tú qué sabes Malfoy? ¿Alguna vez en tu vida amaste a alguien o supiste lo que era? Porque en todos estos años no pude ver más que el Hurón oxigenado, frío, petulante, desalmado y con ilusiones de grandeza, sin una pizca de bondad, empatía o remordimiento por nada; y si tuvieras una idea de lo que es el amor no le estarías intentando buscar una explicación.- Mientras hablaba contemple como el gesto divertido y relajado del rubio pasaba ser serio y desafiante. Tal vez me había excedido un poco, pero ya mi paciencia no daba para más. Primero lo de Ron y ahora me tenía que bancar el cuestionamiento de Malfoy? Mi mañana no podía ser peor.

-Como te atreves a hablarme así impura?! Además, si te parezco tan desagradable ¡¿por qué sigues aquí sentada?!

-Lo mismo me pregunto. No sé en qué estaba pensando.- dije levantándome de mi silla más enojada y exasperada de lo que ya estaba. Antes de irme, me voltee a verlo a los ojos- Avisame si alguna vez descubres algún rastro de humanidad en ti.

Me fui antes de que pudiera contestar, y me encontré con Harry unos pasillos más adelante.

DRACO

"¿Alguna vez en tu vida amaste a alguien o supiste lo que era?" Por favor. ¿Quién se cree que es esta sangre sucia como para decirme que no se amar? Si no supiera nada del amor no estaría metido en el lío en el que estoy con el Señor Tenebroso. No tiene idea de nada. Debería agradecer el solo hecho de que le dirigiera la palabra.

Además, de que tanto sirve amar? Ella tenía un punto, nunca había estado enamorado, pero hasta donde puedo ver a ella no le fue muy bien como para andar alardeando del tema, y en mi caso solo me traería más problemas, sería un arma más para usar en mi contra. Nunca tuve en mente ni siquiera la posibilidad, ni pienso tenerla nunca, y hasta parece que me va mejor que a ella. Me podré arrepentir de muchas cosas en el futuro, pero dudo mucho que me importe perderme de eso.

Me digne a terminar mi tarea lo más rápido posible y me fui inmediatamente a la sala de menesteres. No tenía ganas de hablar ni ver a nadie, mientras más rápido terminara con esto, más rápido podría largarme de este endemoniado colegio y nunca más tendría que cruzarme a esa sangre sucia y su grupo de entrometidos.

En el camino no pude evitar que ella se apoderara de mis pensamientos. No entendía su capacidad de frustrarme y enojarme con tanta facilidad. Recordé cuando la vi en el tren camino a nuestro primer año en el colegio mientras buscaba el sapo de Longbottom, con su pelo completamente enmarañado y rebelde y con algunos dientes algo torcidos, pero con un caminar de cabeza alta, enderezada y con una sonrisa, que inspiraba una sensación de seguridad y algo de superioridad. No pude llegar ni a formular una opinión inicial sobre ella en mi cabeza que me dijeron que era hija de muggles, lo que sacó cualquier otro pensamiento sobre ella que no fuera de asco y odio (aunque en su momento no terminaba de entender el significado o el porqué, pero mi educación me impedía siquiera cuestionarlo).

De alguna forma desarrolle un interés especial en molestarla a ella más que a cualquiera, será por su actitud o su capacidad para defenderse, que lo mantenía entretenido y me impulsaba a seguir el juego. Era un vaivén del cual me acostumbre (aunque claro me molestaba cuando ella lograba quedar con la última palabra, mi apellido no daba lugar a ese resultado, no lo podía permitir).

Este último tiempo le estoy perdiendo el gusto a molestarla, no tenía tiempo para esas cosas. Además, con todo lo que está pasando y el resultado en la que terminó esta última discusión no le estoy encontrando el sentido, aunque ya casi a nada le encuentro el sentido.

Llegué por inercia, casi automáticamente, al quinto piso con esos pensamientos rondando mi mente, y me quedé allí hasta que se hizo de noche, sin importarme mis clases ni nada más.


MCSM

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