La biblioteca
DRACO
Ella quedó atónita sin duda, y no la culpo. Un Malfoy sangre pura pidiéndole ayuda a una Gryffindor sangre sucia. Si mis padres se enteraran creo que me desheredarían.
-¿Qué?
-Oh, vamos Granger, no me hagas repetirlo- dije con mi tono frío de siempre con un dejo de impaciencia, pero por dentro rogaba que me ayudara, sino estaría en la biblioteca el resto del mes. Ella no respondió, se limitó a sentarse al lado mío, conservando algo se su cara de asombro.
HERMIONE
No podía creer que Draco Malfoy, la persona que me molestó durante tantos años, ahora me pidiera ayuda. Debe de haber estado muy desesperado para esto.
Lo más sorprendente, es que yo accedí.
- Mira, no he estado muy atento en clases últimamente y no tengo idea de cómo entender esto- dijo señalando todo lo que tenía en la mesa, pero especialmente un libro de Runas antiguas y otro de Encantamientos, aunque se veía que también estaba muy atrasado en Pociones.
-¿Que no hiciste nada en todo el año?- lo regañe leyendo sus libros. Este se limitó a mirarme mal y sacarme el libro de las manos, arrepintiéndose de haberme dicho una sola palabra- Está bien, espera. Te puedo ayudar.
Volví a agarrar su libro y su semblante serio se relajó un poco. Empecé explicando lo que necesitaba para Runas Antiguas y lo ayudé a redactar la primera parte de su pergamino, que tenía que entregar al día siguiente, y seguimos con el resto. Luego de dos horas ya habíamos completado su tarea de Runas, y Aritmancia.
La verdad, Malfoy resulta bastante agradable cuando no me intenta hacer la vida imposible. Hasta me reí de algunos de sus comentarios durante el proceso, lo que me hizo relajar bastante. Él también lo parecía, ya que cambió su seriedad por una media sonrisa.
Estaba terminando de escribirle un resumen de pociones cuando una idea pasó por mi cabeza.
-Malfoy, puedes responderme una pregunta?- lo miré seria, interrumpiendo su lectura.
-No prometo nada Granger.
-¿Tuviste algo que ver con lo que le pasó a Katie Bell? En las Tres Escobas- Sé que suena ridículo preguntar de frente, pero se puede saber mucho con solo ver el semblante de una persona. En el caso de Malfoy, este se tensó e hizo desaparecer su sonrisa, lo que me dio mala espina- Te vimos salir minutos antes.
-¿Y yo porqué haría eso? Tu no tienes idea de nada, apestosa sangre sucia- esto último lo susurro, pero me hizo recordar con quién estaba hablando.
-Creo que ya me voy, ya te ayudé bastante- dije parandome de golpe.
-No, espera- pareció dudar lo que iba a decir- Tal vez yo te pueda ayudar con tu búsqueda de ese tal Príncipe mestizo. Te debo una, y entre los dos tal vez encontremos algo.
-Puede ser- dije dudosa sin verlo a los ojos y empecé a darme vuelta cuando volvió a hablar.
-Y... Gracias... Sé que te podrías haber limitado a reirte de mi e irte.- Se ve que esas palabras le costaron, lo cual me dió una ligera chispa de satisfacción junto con mi asombro, al ver lo tenso que estaba el Slytherin. Ahora si lo mire y esta vez no tenía sus ojos fríos, solo expectantes hacia mi reacción.
No podía negar que sus ojos tenían un poder sobre quien los veía. Era increíble como tenía la capacidad de expresar una frialdad que te obligaban a desviar la vista (como si estos tuvieran el poder de matar si no lo hicieras),y de un momento a otro volverse una mirada profunda que te invita a quedarse mirándolos el resto de la eternidad (haciendo que esta parezca solo un segundo). Supongo que me puse a pensar en ello, ya que era la primera vez que sacaba su aire sarcástico y de odio de una mirada dirigida a mi y veía de primera mano esta segunda posibilidad, que pareciera ser en realidad su efecto natural cuando le sacabas su escudo.
No dije nada pero aflojé un poco mi gestó y lo salude con la cabeza antes de irme, gesto que este imitó. Me dirigí al gran comedor y me puse a leer el preiodico.
Durante el partido estuve muy estresada: Harry le había dado Felix Felicis a Ron antes del juego y sabía que nos podía meter en grandes problemas. En un momento desvié mi vista al costado contrario en la que el pelirrojo estaba y me encontré con Malfoy buscando la snitch, observando atento por todo el campo.
Todavía recuerdo su primer juego en el que dio dos vueltas de campana al caer detrás de Harry, cuando a este lo perseguía una blogger. A pesar de que no le deseaba el mal, ese día sentí que se hizo justicia, ya que días antes me había dicho "Sangre sucia" por primera vez. Desde ese partido se ve que entrenó mucho más y se volvió muy bueno como buscador, hasta había adquirido algunos músculos, que se le notaban a pesar de ser flaco. Esto, combinado con el aire de rebelde que le brindaba su actitud superadora, sus ojos claros y su cabello platinado despeinado, era por lo que muchas lo creían de los más sexys del colegio. Yo claro nunca fui parte de su club de fans, tantos años de burlas y pesadez superan cualquier otro atributo, pero no negaba que fuera algo atractivo.
Se ve que me quedé mirándolo demasiado tiempo y este lo sintió, porque volteo a verme de golpe. Sin embargo, a pesar de darme una mirada seria, me dedico un saludo con la cabeza, al cual respondí con una sonrisa que aflojó un poco más su gesto. Segundos después, pareció reaccionar y desvió la vista para seguir con su búsqueda de la snitch dorada.
Yo volví a dirigir mi mirada a Ron, el cual hasta ahora había evitado todas las anotaciones de Slytherin. Todo Gryffindor gritaba su nombre y no pude evitar aplaudirlo también.
DRACO
¿Y yo como porque saludé a esa sangre sucia? Si, me había ayudado con las materias pero ni que eso nos fuera a volver amigos o algo por el estilo. Mejor me concentro en el partido, si no encuentro la snitch el pobretón de Weasley nos haría perder.
...
Luego del partido, el cual para mi desgracia perdimos, me di un baño rápido para después dirigirme a la sala de menesteres nuevamente. Decidí tomar un desvío, para así poder aprovechar la tranquilidad y quietud de la noche, cuando empiezo a escuchar unos pájaros. Decidí seguir el sonido.
Me encontré con Granger haciendo uno de los hechizos de Encantamientos que me había explicado en la mañana y la verdad le salía excelente, pero un sollozo hizo desviar mi vista de los pájaros, para percatarme de que la leona estaba llorando.
Me pareció extraño, nunca la había visto llorar, ni siquiera cuando sobrepasaba su límite (lo cual hice en varias ocasiones, y en una terminé con la nariz quebrada). Verla así me provocó un escalofrío y una sensación de disgusto que no supe descifrar, y que me dejó sorprendido.
Segundos después vi como llegaba Potter y por otra esquina la comadreja de Wesley junto con una chica que tenía una risa chillona. No estaba segura de su nombre, pero vi que vino agarrada al brazo del pelirrojo y que la sangre sucia hizo que sus pájaros los persiguieran para echarlos. La cara de terror que expreso la comadreja me hizo carcajear, pero al ver que Granger volvía a llorar dejé de reír y decidí irme. No estaba de humor para molestarla y tenía cosas más importantes que hacer. Además.... me pareció correcto dejarle su momento de vulnerabilidad.
A pesar de mis planes originales, terminé en la torre de astronomía y me quedé a pensar. El frío me ayuda a ordenar mis ideas, mientras observo la envolvente y hermosa oscuridad, que solo era opacada por algunos copos de nieve en el aire.
MCSM
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