El arcángel Miguel se desplazó por la sala del reino hasta llegar a la sala de reuniones, los arcángeles protectores del nuevo rey se interpusieron en su camino impidiendo que avanzara.

—Ha llegado un mensaje del infierno— alzo la carta el arcángel, ambos hombres protectores de la puerta asintieron con la cabeza y lo dejaron pasar.

El arcángel Miguel ingreso a la sala donde en una silla larga, en la cabecera de ella estaba Ares mirando hacia los cielos con mirada perdida, el arcángel carraspeo atrayendo la mirada de su rey y Ares lo miro.

—Ha llegado una carta para usted mi señor— hablo e hizo una reverencia ofreciéndola, Ares tomo el sobre de fuego y supo que venia del infierno, frunció el ceño sin entender— Probablemente sea una carta del demonio Asmodeo burlándose su ascenso como el nuevo rey mi señor, le recomiendo que la deseche y no lea las palabras de ese ser lleno de odio y rencor, no es más...—Ares alzo sus ojos azules y lo miro— Podemos tirarla por la ventana y que regrese volando a las tierras del infierno sin respuesta suya o algo mejor— se acercó Miguel hacia Ares, este se hizo hacia atrás ante la cercanía del arcángel— Podemos contestarle y decirle que se vaya al infierno, eso lo hará enfurecer y ponerse negro...— se quedó pensativo— ¿Ellos son negros por naturaleza o es porque se quemaron al irse al infierno?

Ares alzo una ceja.

—¿Te gustaría descubrir si te vuelves negro al ir al infierno? — pregunto, Miguel negó con la cabeza— Entonces ¡cierra la boca! Vete de aquí— ordeno moviendo su mano.

—Si mi señor— asintió Miguel caminando hacia la puerta, salió y volvió a asomar su cabeza por la puerta— ¿Hoy va a cenar? ¿Qué le gustaría comer hoy? Puedo sugerirle...

—Tengo antojo de arcángel al carbón— contesto Ares mirándolo.

Miguel entendió y cerró la puerta, Ares soltó un suspiro, paso sus manos sobre su cabello negro revolviéndolo.

—¿Entonces, va a cenar o no? — la voz del arcángel hizo que Ares se girara a verlo.

Ares tomo una copa de oro y la arrojo en la puerta, Miguel logro cerrar la puerta antes que la copa la golpeara y la volvió a abrir.

—Lo tomare como un no— sentencio Miguel y cerró la puerta.

Ares soltó un suspiro y negó con la cabeza abriendo el sobre, frunció el ceño al ver la carta era de parte de Asmodeo, el rey del infierno.

—¿Qué eso? ¿Quién te la mando? — pregunto Hades saliendo de la oscuridad.

—Una carta de Asmodeo— contesto sin dar más explicaciones, la abrió y sus ojos recorrieron las letras del demonio, se quedó estático mirando la carta y sus ojos se ampliaron.

—Se te saldrán los ojos— señalo Hades mientras tomaba una copa de vino— ¿Qué sucede?

—Hebe está en el infierno y Asmodeo me da un día para salir del trono y que pueda rescatarla— lo miro— ¿Cómo ha llegado ahí?

—No lo sé— se encogió de hombros Hades restándole importancia y lo miro— ¿Perderás el trono para salvar a Hebe?

Ares miro la carta entre sus manos, la carta esperaba su respuesta y miro una pluma blanca cerca de él. Hades se percató de aquello, le arrebato la carta y la arrojo al fuego de una chimenea que tenían cerca.

—¿Qué has hecho? — exclamo Ares mirando la carta consumirse.

—Quemarla— contesto Hades mirándolo— ¿Enserio pensaste en dejar tu trono por tu hermana? Ella no se merece tal sacrificio cuando siempre te aparato de su lado y queriendo más a Apolo ¿Lo olvidas? — le pregunto, Ares lo miro— Deja que ella sus resuelva sus problemas y tu resuelve los tuyos.

Hades salió de la alcoba y Ares miro la carta consumirse en el fuego.