Parte 2 otra vez solos
El helicóptero volaba en silencio, excepto por el ruido de las hélices que cortaban el aire. Andrea miraba por la ventana, intentando procesar todo lo que había pasado. Mientras tanto, Ángel sostenía con fuerza el arma que el comandante le había dado.
—¿Cuánto falta para llegar? —preguntó Andrea, rompiendo el silencio.
—Unas dos horas, si no hay problemas —respondió el comandante.
Ángel no podía evitar sentir que algo no estaba bien. Miraba a los soldados, notando que algunos parecían tensos, como si supieran algo que ellos no.
—¿Por qué van a Chihuahua? —preguntó Ángel al comandante.
—Recibimos informes de que hay una base segura cerca de la ciudad. Pero no sabemos si sigue operativa... —respondió con sinceridad el comandante.
—¿Cómo que no saben? —preguntó Andrea, alarmada.
—Hemos perdido contacto con varias bases en los últimos días. Los zombies no son el único problema. Hay... algo más. —El comandante miró hacia abajo, como si no quisiera continuar.
De repente, un fuerte ruido sacudió el helicóptero. Ángel y Andrea se miraron asustados.
—¡¿Qué fue eso?! —gritó uno de los soldados.
—¡Impacto en el rotor trasero! ¡Estamos perdiendo estabilidad! —dijo el piloto mientras intentaba mantener el control.
El helicóptero comenzó a descender rápidamente.
—¡Prepárense para el impacto! —gritó el comandante.
Todo pasó en cuestión de segundos. El helicóptero chocó contra el suelo, lanzando a todos hacia los asientos. Ángel sintió un dolor agudo en el brazo, pero al menos estaba consciente. Miró a Andrea, quien parecía aturdida pero sin heridas graves.
—¿Estás bien? —le preguntó, sacudiéndola suavemente.
—Creo que sí... —respondió ella, tocándose la cabeza.
—¡Rápido, salgan del helicóptero antes de que explote! —gritó uno de los soldados.
Con esfuerzo, ellos comenzaron a salir de los restos del helicóptero. El aire estaba cargado de humo y el olor a combustible. A lo lejos, un extraño gruñido resonó en la oscuridad.
—Eso no suena como un zombie normal... —dijo Andrea con un hilo de voz.
Ángel levantó el arma que el comandante le había dado y se puso en guardia.
—No importa lo que sea, no vamos a morir aquí. —Su mirada estaba fija en la dirección del ruido.
Del bosque cercano emergió una figura enorme, con ojos rojos que brillaban en la penumbra. Parecía un zombie, pero su tamaño y velocidad no eran normales.
—¡¿Qué demonios es eso?! —gritó uno de los soldados mientras disparaba.
—¡Todos juntos! ¡Apunten a la cabeza! —ordenó el comandante.
La criatura rugió y comenzó a correr hacia ellos. Ángel y Andrea intercambiaron una mirada rápida.
—Andrea, si no salimos de esta... —empezó Ángel.
—¡No empiece con tus pendejadas! Vamos a salir vivos —respondió ella, tomando un arma de uno de los soldados caídos.
Y así, mientras las balas volaban y la criatura se acercaba, Ángel y Andrea se prepararon para luchar por sus vidas en una noche que parecía no tener fin. La criatura avanzaba con pasos pesados, derribando árboles pequeños a su paso. Era un monstruo que parecía salido de una pesadilla: su cuerpo estaba deformado, con músculos expuestos y un brazo grotescamente grande que arrastraba por el suelo.
—¡No se detiene! —gritó uno de los soldados mientras recargaba frenéticamente su arma.
Ángel se colocó delante de Andrea, apuntando con el arma que le habían dado. Su corazón latía con fuerza, pero no podía darse el lujo de tener miedo.
—¡Apunten a los ojos! ¡Tal vez podamos cegarlo! —gritó el comandante.
Las balas impactaron en la criatura, pero parecían no hacerle mucho daño. El monstruo soltó un rugido ensordecedor y cargó hacia ellos. De un golpe, lanzó a dos soldados por los aires, dejándolos inconscientes o algo peor.
—¡Andrea, corre no eres buena con las armas! —gritó Ángel.
—¡No voy a dejarte aquí además en el canon ninguno muere! —respondió ella, apuntando al monstruo con el arma que había tomado.
-que-dijo Ángel confundido.
Pero cuando volteo a ver a todos ya estaban casi todos muertos
-niños váyanse ahora-dijo el soldado dispuesto a morir
-bueno esta bien-Ángel bajó el Arma y se fue corriendo junto Andrea
ellos se adentraron dentro del bosque y encontrando una cabaña donde parecía que habitaba alguien
fin
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