Capítulo 11
Ese pequeño encuentro logró hacerlos más cercanos, y Keiko se dio cuenta de todo lo que hacía Chifuyu para que ella estuviera bien; era demasiado amable siempre pensaba en su bienestar, pero ella no lo había notado porque siempre estaba muy ocupada. Él siempre estaba ahí, y se alegraba si ella estaba feliz, hacía de todo para ayudarla o sólo para llamar su atención y la acompañaba cuando se sentía sola, pero tardó mucho más en darse cuenta de que Chifuyu actuaba diferente a su alrededor.
Cuando estaban los dos solos se veía mucho más nervioso, como si estuviera haciendo un gran esfuerzo para comportarse normal, y además se sonrojaba mucho. Pensó que quizás sería por el beso en la mejilla que ella le dio en su cumpleaños cuando consiguieron al gato, pero eso ni Keiko estaba segura de por qué lo hizo; sólo quiso hacerlo y cuando se dio cuenta ya lo había hecho.
Pensar en eso también la ponía un poco nerviosa, porque esas cosas sólo las hacían las parejas y ella... no tenía experiencia en ese sentido. A pesar de que hubo un par de personas que conoció por sus muchos trabajos y quisieron salir con ella antes, a ninguno le dijo que sí; era bastante distraída y no se daba cuenta de lo que querían, pensando que cuando la invitaban a salir era por compromiso o como amigos.
Ese no era el caso con Chifuyu, ¿cierto? Porque Keiko le dijo que lo que hicieron en su cumpleaños sí fue una cita y él pareció estar bien con ello, pero eso no necesariamente quería decir que él estaba enamorado de ella o algo así, ¿cierto? No podía ni ponerse a pensar en todas esas posibilidades, porque Chifuyu era su amigo más cercano y no sabría cómo reaccionar si ese fuera el caso ya que... ella no tenía ni idea de que era lo que sentía.
Ya que jamás le gustó alguien, ¿cómo podría saber si sólo estaba confundida y no enamorada? Y además no tenía idea de si Chifuyu también sentía lo mismo; si tan sólo pudiera entender alguna señal...
Además él era buena persona, y si de casualidad estuviera enamorado de ella, no le molestaría para nada; se sentiría feliz, y eso... quizás era señal de que ella sí estaba enamorada.
— Así que, ¿qué piensas Peke J? — Chifuyu le terminó de hablar a su gato.
— Miau. (pienso que me da igual)
— Sí, yo sé que dije que antes de decirle a Keiko lo que sentía, debía empezar por invitarla a una cita y... ya salimos en dos y no le he dicho nada. ¡Pero una de esas no cuenta! Ella pensó que la invité a una salida casual de amigos, y la otra... ella dijo que fue una cita.
— Miau, miau. (si le vas a decir algo, tendrá que ser rápido)
— ¿Y si le digo y sólo estoy poniéndome en ridículo? A-Además, Keiko aún debe estar dolida por lo que pasó con Baji-san; quizás no debería interrumpir su duelo con mis preguntas tontas.
— Miau. (ya me voy)
El felino salió por la ventana, la cual Chifuyu había olvidado cerrar, y se fue hasta el piso donde vivía Keiko. Bueno, la ventana daba con la habitación del hermano mayor, pero Keiko pensó que sería buena idea entrar ahí y organizar un poco las cosas ya que no podía dejar todo hecho un desorden.
Fue mientras estaba en eso que vio al gato de Chifuyu entrar y lo miró con confusión.
— ¿Miau? Miau. (¿tú eres Keiko? Tienes cara de que sí)
— ¿No eres el gato de Chifuyu? ¿Cómo llegaste hasta aquí? Él debe estar preocupado... a menos que ya se haya acostumbrado a que hagas estas cosas. — quiso acercarse al felino, pero este se fue corriendo inmediatamente a otro lugar dentro del pequeño apartamento. — Ah, espera... olvidé que la mayoría de los gatos escapan de mí.
Buscó donde se había el gato y lo encontró frente a la puerta.
— Miau. (Te llevo con el humano)
— ¿Quieres volver con Chifuyu? ¿Entonces por qué viniste aquí?
— ¿Miau? (¿vas a venir o no?)
— Bien, bien, no tienes que usar ese tono conmigo. — tomó al gato en brazos y abrió la puerta. — Te llevaré de vuelta.
Y el plan de Peke J había funcionado. La verdad era que estaba cansado de oír a Chifuyu quejarse y decidió darles a los dos un pequeño empujón.
Al llegar, Keiko tocó la puerta y no tuvo que esperar más de unos pocos minutos antes de que Chifuyu abriera la puerta.
— ¡Keiko! No esperaba... verte aquí justo ahora. — pareció muy sorprendido al principio.
— Tu gato llegó a mi casa, aunque inmediatamente después pidió volver.
— Ah, claro, me preguntaba a dónde fue. — recibió al gato de vuelta. — Gracias.
— Bien, entonces adiós.
Las cosas no funcionaron como Peke J planeó, pero no iba a rendirse. Quiso escapar otra vez de los brazos de Chifuyu cuando vio a Keiko alejarse y salió corriendo hacia ella.
— ¡Peke J! Lo siento mucho; no sé qué le pasa hoy. Suele portarse bien, pero ha estado actuando raro y... ¿por qué pediste volver conmigo y luego corres a hacia ella? ¿Estás loco, Peke J?
— No te preocupes, Chifuyu, de todas formas nunca tengo muchas oportunidades de estar cerca de un gato. — volvió a devolver al animal a su dueño, pero inmediatamente después Peke J siguió reclamando escaparse.
— Creo que se quiere quedar contigo, ahm... ¿te molesta cuidarlo? — pero apenas se lo pasó, el gato reclamó volver con él.
— ¿Qué... está tratando de hacer?
— No lo sé, en serio, es demasiado raro de su parte... — el gato miró a su dueño y él entendió de inmediato. Bueno, creyó haber entendido lo que quería hacer, y pensó que quizás era una buena oportunidad; con suerte lo podría lograr, y además sintió que estaba poniendo demasiadas excusas. — Oye, Keiko... una pregunta. No, más bien es una cosa que te quiero decir.
— Claro, cuéntame.
— Me... — se arrepintió a mitad de la oración, pero ya le había pasado antes y no podía volver a acobardarse. — me gustas desde hace mucho, pienso que eres muy bonita y también muy increíble porque haces todas esas cosas todos los días y... me gustaría saber si quieres ser mi novia.
— Oh... — no podría decir que no la sorprendió, pero si era completamente sincera con sus sentimientos, ¿qué le impedía decirle que sí? Más temprano pensó que en eso y creyó que Chifuyu sólo la veía como amiga, pero se equivocó. Sería lindo, y él era muy lindo; la ayudó cuando estuvo deprimida y ella lo ayudó a él, así que no tendría nada de raro. Sí, ella definitivamente quería; tardó en darse cuenta de lo importante que era Chifuyu en su vida porque siempre estuvo demasiado ocupada, pero iba a hacer las cosas bien por una vez en su vida e iba a dejar de ponerse tanta presión innecesaria.
— ¿Eso es... un no?
— No. Es decir, sí, es un sí.
— ¿Sí quieres?
— Me alegra haberte conocido y... me di cuenta de que me haces muy feliz. De no ser por ti, aún estaría deprimida, así que sí; claro que quiero estar contigo.
💗 Falta un capítulo y listo y perdón si es apresurado pero yo soy una acelerada.
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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